viernes, 13 de mayo de 2011

El extaño caso del intenso dolor de lo cercano.

Dos meses después del terremoto de Japón se nos vuelve a caer el mundo encima con una decena de muert@s lorquin@s. Nos cuentan que en Japón murieron más de 20.000 personas. Vimos muchas imágenes de la hecatombe. Parecían pertenecer a una megaproducción hollywoodiense de cine de catástrofes. Vimos tantos muertos amontonados que casi - casi creímos que todo era ficción. Creímos que los cadáveres se levantarían tras escuchar el "corten" del director para comerse el bocadillo que la productora había prometido a los figurantes de tan dramática escena. Las proporciones de la tragedia fueron tan descomunales que le confirieron un aire de irrealidad retroiluminada por nuestras planas pantallas LEDs. Más que un castigo de God parecía un castigo de Godzilla. Gracias a ello pudimos dormir, aunque tristes e intranquilos, sin que nos visitaran por las noches 20.000 rostros de japoneses muertos y 1.000.000 de rostros de japoneses llorando sobre los muertos rostros de los japoneses muertos.

Ahora se nos han muerto 10 lorquin@s y el director nos dice que ya vale de planos panorámicos y nos enseñan fotos de planos medios. Fotos como ésta:


Y vemos a un señor que se parece a nuestro padre. Está al lado de un perro que se parece al de nuestro vecino. El señor que se parece a nuestro padre está rodeado de los ladrillos de los que están hechas nuestras ciudades, nuestras pobres ciudades. Sobre ese manto de ladrillos rojos de arcilla y rojos de sangre yace un muerto que se parece al carnicero de la tienda de abajo. Es entonces cuando nos entran ganas de llorar. Nos aguantamos mientras no podemos evitar sentir un ligero alivio porque es el vivo de la foto el que se parece a nuestro padre. Pero hay que purgar el dolor, claro. Algunos escribimos posts y llamamos a nuestros padres para ver qué tal están. Cada uno hará lo que pueda o sepa para seguir adelante.

Y todos vamos a decirles a los familiares y amigos de las víctimas del terremoto de Lorca que lo sentimos mucho. Porque es más cierto que nunca.

6 comentarios:

Marcos Callau dijo...

Hola Mr. Lombreeze. Precisamente esta mañana discutía con una amiga sobre la intensidad de esas imagenes ofrecidas porque nunca las habíamos visto de aquella manera. Creo que hemos sentido esta tragedia muy cercana, todo lo cercana que en realidad es y por diferentes motivos. Uno de ellos, sin duda,ha sido la decisión de tomar esos planos que comentas. Todo mi ánimo para toda la gente de Lorca. Saludos.

GCPG dijo...

Precioso comentario Mr. Lombreeze. Lo suscribo palabra por palabra.

Lughnasad dijo...

Independientemente de que la tragedia sea cercana o no (en ese sentido (y en otros) soy tremendamente internacionalista), la imagen conmueve muchísimo. Hay dos o tres de ese mismo edificio que te arrugan las entrañas.
Y tienes razón, yo creo que, por suerte, cuando las desgracias son del tipo mega parece que nuestro cerebro se pone en modo defensivo.

Soundtrack dijo...

Yo debo tener el condensador de empatía bloqueado en modo "auto", porque me duele cada pérdida sea masiva o individual, lejana o cercana... Cosa que en bastantes ocasiones es un fastidio, la verdad... :-(

No obstante, curiosamente una vez leí que las pérdidas "individuales" pueden ser mas dolorosas que las masivas, por la inmensa desgracia que tienen al morirse solos.

MonSeñor Gusano dijo...

Animo a todos.
Precisamente, un amigo militar, está destinado en Lorca. La hermana de un amigo suyo, murio protegiendo lo que más quería, sus 2 hijos. Lorca y sus habitantes, estamos con todos vosotros.

David dijo...

Joder! Qué fuerte el comentario de Monseñor... Qué pena!

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