lunes, 8 de agosto de 2011

Clásicos Imprescindibles. Dvořák en América.

Antonín Leopold Dvořák (que se pronuncia “vorsak”) nació en 1841 en la región de Bohemia en la actual República Checa. Este excelente, y muy querido por mí, compositor tardo-romántico-nacionalista, acabó con sus huesos, a la edad de 50 años y siendo ya un reconocido Maestro en Europa, en el bárbaro país de los USA. Fue invitado por Jeannette Thurber, del Conservatorio de Nueva York, quien le ofreció la dirección del centro con pasta por delante, que es como se hacen las cosas serias.

Dvořák (que se pronuncia “vorsak”), centroeuropeo hasta la médula, vivió en primera persona una de las primeras experiencias místico-musicales del pre-siglo XX: entró en contacto con el folklore de los esclavos negros y de los indios americanos. Aquello no le volvió tan tarumba como para que inventara el jazz en aquel entonces, pero sí que supuso una revelación que el gran Antonín generosamente trasladó al pentagrama regalándonos, entre otras, una de las más maravillosas obras del mundo civilizado: La sinfonía n.9 “Del Nuevo Mundo” (1893), encargo de la Filarmónica de Nueva York, cuyo manuscrito original yo he visto en el museo que la hermosa ciudad de Praga tiene dedicado a este genio.

Hay gente como Antonín Leopold Dvořák (que se pronuncia “vorsak”) y como yo, o sea, maestros consagrados y muy europeos y occidentales que, sin embargo, somos muy porosos y receptivos a lo nuevo y exótico. Antonín Leopold Dvořák (que se pronuncia “vorsak”) desde su bien remunerado trono de director del Conservatorio de Nueva York y en la cima que ya compartía con los más grandes compositores de la Historia, no tuvo remilgos a la hora de empaparse de esa nueva música, la música afro-indio-americana, que explosionaría más tarde y alcanzaría una de sus cumbres en la figura del estupendo compositor americano George Gershwin (1898-1937) para luego transformarse en el soul, el jazz, el rock, el blues, o sea, en la auténtica revolución musical del s. XX. que junto con la liberación del obrero y de la mujer, es lo mejor que nos ha quedado del pasado siglo, de lejos.

Como curiosidad digamos que está música de indios y negros americanos resultaba a Antonín Leopold Dvořák muy similar al folklore escocés. Ahí queda eso.

Así que Antonín Leopold Dvořák (que se pronuncia “vorsak”) fue uno de los pioneros en eso de darse cuenta de que aquellos ritmos tribales eran mucho más de lo que parecían. Acertadamente lo pronosticó cuando dijo:

«Estoy convencido de que el futuro de la música de este país debe estar basado en lo que se suele llamar melodías negras. Estas pueden ser la base para una seria y original escuela de compositores que se puede desarrollar en los Estados Unidos. Estos bellos y variados temas son el fruto de la tierra. Son las canciones populares de vuestra tierra, y vuestros compositores deben centrarse en ellas.»

Luego están los otros. Los que van siempre en contra de todo y que ven siempre opresores en los triunfadores y oprimidos en los demás. Y comenzaron a decir que si las melodías de tan afamada composición no eran sino plagios de canciones indias americanas. Dvořák (que se pronuncia “vorsak”) les dijo:

«No he usado ninguna de las melodías de los nativos americanos. Simplemente he escrito temas originales que incorporan las peculiaridades de la música india y, usando estos temas, los he desarrollado con todos los recursos de los ritmos modernos, contrapunto y color orquestal.»

Punto que parece más que demostrado a día de hoy.

Es el Segundo Movimiento de la Sinfonía “del Nuevo Mundo” sobre el que más sospechas recayeron en su momento. Este movimiento “Largo” (inicialmente llamado “Leyenda”) contiene una famosísima melodía que todos reconoceréis en cuanto comience a sonar, cuyas notas son totalmente originales del autor y que, pese a las influencias del folklore americano son, al igual que el resto de la sinfonía, sobre todo, muy bohemias. Disfruten de esta maravilla. Uno de los ochomiles de la Música Clásica.

15 comentarios:

Tripi dijo...

Alucinante.

Hacía años que no escuchaba esta melodía y, por supuesto, no sabía que era de Dvorak (como coño sea que se pronuncie). Bueno, digamos la verdad, no conocía a Dvorak.

Pero se me ha puesto la piel de gallina.

Y eso de "uno de los ochomiles de la música" te ha quedado de cojones, Lombri.

Tripi dijo...

No puedo parar de escucharla, de veras. Estoy por ahí bloggeando pero con el Dvorak de fondo. Chapeau, maestro.

Redrum dijo...

Hermosísimo, aunque me gusta más el brío de los dos movimientos finales.

Sobre la explicación, apoteósica y necesaria. Es usted un crack.

Por aportar algo, esta es una de las piezas que más me gustan del bohemio.

1 saludo!

MUSIC ♪♫ dijo...

¡¡¡¡Osti tu!!!! El Tripi me había invitado a pasar hoy por su blog, señor Lombreeze, para que disfrutara de la música que había colgado. No le he hecho caso hasta ahora (por tocar las pelotas, más que nada) y resulta que me encuentro con esta pedazo de sinfonía queeeeeeeeeeeeeee ya tenía preparada para uno de mis próximos posts ¡¡¡¡!!!! Se lo juro por Snoopy, o sea.... ¡Qué fuerte, qué fuerte! :-O

Por supuesto, yo no iba a poner un video tan chulo y orquestístico, nooooooo. El mío es más de andar por casa. Si le place (que me temo que no va a caer esa breva), le invito a usted a pasar mañana mismo por mi blog. Le aseguro que se va a sorprender. Y, si no se sorprende, me la va a envainar igualmente. (-;

¡¡¡¡GRACIAS TRIPI!!!! (-: Me ha encantado (como ya suponías que iba a ocurrir; me tienes calado, cañón). Y GRACIAS también a usted, SEÑOR LOMBREEZE, por este post, por tener tan buen gusto y por recordarnos superficialmente la pronunciación de ese singular apellido.

Saludos ♪♫

Eduardo dijo...

Esto es una de las obras máximas del hombre. Como Venecia o los cohetes a la luna.

G. K. Dexter dijo...

Mr. Lombreeze.

Ya había transcurrido algún tiempo desde la última vez que escuché esta sinfonía en el equipo estereofónico. Magnífica (e inesperada) oportunidad para escucharla de nuevo. Y con más interés si cabe tras leer el artículo.

Un saludo cinéfilo.

Tripi dijo...

LOMBRI: como ves, hasta te envío clientes. Y de los buenos, con pasta.

Un día de estos me tendrás que comer la polla.

Saludos, maestro.

Saludos también a Music, que estará a la altura.

David dijo...

King Vidor!
Y el plano del tren es parecidísimo a la de Woody que hizo Hal Ashby (¿homenaje?)
Cuánto se puede saquear de la música clásica..
Y bueno, ya hablamos por aquí alguna vez de que John Williams tenía que haber escuchado esto porque yo cada vez que me ponía el disco de Dvorák (mira que has estado pesadito con "que se pronuncia..") siempre pensaba en Tiburón.
Un saludito.

David dijo...

Ah! Lo de la señal por Conan con gafas de pasta me hizo muchísima gracia cuando lo pusisteis.

Tripi dijo...

Definitivo. Me la he bajado con el Ares. Que le den por culo a la SGAE.

Mister Lombreeze dijo...

9 comentarios en una entrada de música clásica del mes de Agosto. Perdonadme un momento que necesito secar mis lágrimas y unos minutos para reponerme de la emoción...

Mister Lombreeze dijo...

Ya he vuelto.

redrum, esta sinfonía es perfecta desde su primera a su última nota. Lo del cuarto movimiento es un mundo aparte y lo del Scherzo del III absolutamente maravilloso. Pero ¿y los temas de su primer movimiento?, magistrales. Es una de las obras más idóneas para iniciarse en la Clásica y, sobre todo, para ser escuchada en los primeros conciertos de cualquiera que quiera iniciarse en esto de la música sinfónica. Tu aportación vorsakiana no es sino reflejo de tu exquisita sensibilidad de artista y bloggero. Permíteme que te corresponda:
http://www.youtube.com/watch?v=g6d3uFhLag4

I love music, la verdad es que la coincidencia de nuestras entradas da incluso un poco de miedo, pero me alegro de haberte servido de ayuda. Aunque no es la única ocasión en la que Dvorak aparece en un anuncio, ¿te acuerdas de las salchichas Snakis?, "cámbiate a Snackis, por favor mamá...", pues.., 1er movimiento de esta sinfonía (minuto 4):http://www.youtube.com/watch?v=hWrFVjKKo-U

TRIPI, a riesgo de que me consideres un moñas tontorrón te digo que los comentarios de los lectores de posts de clásica que dicen "me encanta esta música que has puesto" llegan a emocionarme sinceramente. Así que gracias.

Mister Lombreeze dijo...

David, cada vez que se pronuncia incorrectamente el nombre de Dvorak, los huesos del compositor se remueven en su tumba y Dios mata a un cachorrito, de ahí que haya que insistir tanto en este asunto. Jejjeje.
Cómo te gusta King Vidor, ladrón. Es que Aleluya es muy buena y claro, suena Going Home que es uno de los grandes espirituales negros (pero la melodía es de Dvorak ¿eh?, que quede claro). Pues puede ser que lo de Hasby sea homenaje, no me extrañaría, ¿no?. No sería la primera imagen incónica que Vidor donara a la Humanidad. Y sí, a ver quién es el guapo que niega que el comienzo del IV movimiento de esta sinfonía recuerda mucho a las mandíbulas el maestro Williams...

Correctísimo Eduardo. Por cierto, en Octubre me voy a Venecia, ¿algún hotel bueno, bonito y barato que conozcas?. Lo de ir a la luna ya lo dejo para otra vida.

Gracias Dexter, me alegro mucho de leerte por aquí y de que la entrada haya servido de excusa para escuchar de nuevo este hermosísimo Largo.

La Sinfonía del Nuevo Mundo es ejemplarizante en lo que a intercambio cultural se refiere (y en otras muchas cosas, claro). Y Dvorak, en este sentido, es un ejemplo a seguir para cualquier creador de cualquier campo artístico.

Eduardo dijo...

Menos su hermano. El carnuz

Luis Cifer dijo...

Ya, ya, pero no me ha quedado claro cómo demonios se pronuncia Dvorak. Gran compositor, por cierto, auqnue yo soy algo menos clásico y me tiro más por Gershwin (que se pronuncia así, Gershwin).

Por cierto, el socute este suena a virus ¿no?

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