lunes, 29 de agosto de 2011

Flipped (Rob Reiner, 2010). El amor en los tiempos del Amor.

J. J. Abrams vuelve a poner de moda para la gran pantalla las historias de niños yankis pre-teens enamorados de niñas rubias más altas. Una diferencia de estatura que ellos que tienen que compesar con algún acto heróico, extraordinario, pero lleno de sensibilidad al mismo tiempo. Todo un subgénero un poco tontorrón, por definición, que pensábamos que ya solamente aparecía diluído en pequeñas dosis en las películas actuales made in Hollywood. Yo, como el amigo dvd, creía que a la audiencia de hoy día esta historia de Super 8 le iba a parecer cursi y que le iba a tan sentar mal como una droga demasiado pura, pero la taquilla ha demostrado, una vez más, que dvd y yo no le marcamos un gol ni al arcoiris. Claro que el alma de frikie de Abrams le impile a contar estas cosas metiendo de por medio zombies, marcianos y explosiones. Otro subgénero del subgénero que a veces sirve para añadir espectacularidad y a veces para disimular carencias.

Pero no solamente Spielberg y Abrams fueron niños. Yo también lo fui y recuerdo que no todos los chavales de 13 años soñábamos con otros mundos, con contar historias o con hacernos directores de cine y que no todas las chavalas de nuestra edad nos sacaban un palmo de altura. Algunos fantaseábamos simplemente con gustar a las chicas, que ya era un asunto con suficiente entidad como para mantener ocupada toda nuestra capacidad inventiva. Era lo de siempre: el mundo de las Ideas de los plátonicos versus el mundo material de Nietzsche (aunque no sabíamos quiénes eran estos señores).

Aquellos fueron hermosos, irrepetibles y maravillosos años, como nos recordaba una serie de tv que yo nunca vi. Admirabas la idealizada belleza de esas proto-mujeres que conseguían, con sus encantos, llenar de sangre nuestros corazones y no nuestros genitales. Fue el momento del perihelio amoroso de nuestra varonil existencia, cuando estuvimos más cerca de eso que cantaron juglares y trovadores sobre el amor caballeresco. Un tiempo que comenzó y terminó con sendos traumas: de la indiferencia o el desprecio hacia las trenzas pasamos, con tosquedaz y torpeza, a lo del amor puro e hiperromántico, para luego mutar, bruscamente, a eso otro de la pasión eyaculatoria. Una pena que durara tan poco, ya digo. Pero, como dijo el poeta, su belleza siempre perdurará en el recuerdo. Ya saben que la cita no es gratuita y que pertenece al poema que dio título a la que es, para mí, la más bella película que sobre el envenenado paraíso del amor adolescente se ha rodado jamás (Esplendor en la Hierba, Eliza Kazan, 1961).

El caso es que después de ver Super 8 te puede invadir la nostalgia que te haya contagiado, en el peor de los casos, la sosa historia de la peli o, por el contrario, la otra nostalgia, la de tu propia juventud que es, sin duda, la mejor juventud.


El director Rob Reiner dirigió en 1986 uno de los hitos del cine de colegas adolescentes: Cuenta Conmigo, Evocadora, nostálgica, emocionante, entretenida y reconocida película de un grupo de amigos que van buscanco un cuerpo muerto mientras que es su niñez, precisamente, la que va muriendo por el camino. Veinticinco años después, Rob Reiner dirigió Flipped, la película que hoy recomendamos para compensar a aquellos que se hayan sentido decepcionados por la nostalgia taquillera de Super 8, que es una nostalgia impostada como la nueva moda de los vinilos.

Flipped comienza en 1957 con la llegada de unos nuevos vecinos a un típico vecindario residencial de típica clase media norteamericana. La pequeña Juli se enamora a primera vista del recién llegado Bryce, un niño de su edad: 7 años. Durante más de un lustro ella permanece devotamente colgada por él recibiendo, a cambio, el desprecio e indiferencia de Bryce, quien considera las excesivas atenciones de su vecinita un auténtico latazo. Pero trancurridos 6 años llegan a sus vidas tres cambios: el cole cambia a instituto, el idealizado amor de Juli comienza a cambiar a dolorosa decepción y la indiferencia de Bryce hacia Juli empieza a transformarse en un sentimiento sorprendentemente intenso y nuevo. Y ya está. Eso es lo que cuenta Flipped. Sin marcianos ni muertos. Solamente con dos niños - adolescentes contándonos, con sus voces en off, cómo perciben la misma realidad cada uno a su manera, o sea, contándonos sus dos realidades.


No todos pudimos, durante nuestra adolescencia, contactar con extraterrestres y ayudarles a volver a su casa, pero sí que todos hemos sido adolescentes, vulnerables, cobardes y torpes. Y todos los adultos somos, en parte, el resultado de nuestra adolescencia, de nuestra vulnerabilidad, de nuestra cobardía y de nuestra torpeza. Por eso vamos a disfrutar viendo una historia tan sencilla y aparentemente cursi como la de Flipped. Porque nuestras barriadas no se parecían ni de lejos a las americanas, ni nuestros coles a los suyos, ni nuestro pelo fue tan rubio como las melenas yankis, pero, ¡¡¡Achtung: que ahora viene otro topicazo!!!, a todos nos hicieron trizas, en algún momento, nuestros corazoncitos y nos sentimos, tras ello, más confusos y perdidos que nunca.

Vean Flipped. Es otro chute de cine nostálgico, desde luego, pero es tan hermoso que no corren el riesgo de palmarla de sobredosis de azúcar. Y, de todas formas, si sienten temor por lucir una perenne sonrisa bobalicona tras verla, se meten entre pecho y espalda alguna peli de Gaspar Noé y arreglado.

O mejor, se esperan unos días y se me ven la próxima película que voy a recomendarles. Pero mientras tanto...

sábado, 27 de agosto de 2011

Las Canciones que me cantaba mi Padre. Rio Bravo, Dmitri Tiomkin (1959).

Bueno, mi padre cumple hoy 76 tacos. El tío está hecho un toro y sigue teniendo una fuerza de tal magnitud que, si quisiera, podría aplastarme las falanges de los dedos cada vez que nos damos un apretón de manos. También tiene mucha energía para darme unos sablazos de cuidado. Yo le toreo un poco y le amago con no soltarle la lana, pero al final acabo cediendo, of course, porque yo no soy el hijo prodigo, soy el otro: el que se quedó manteniendo a flote la hacienda (y no me malinterpreten, que no estoy diciendo que MrMierdas sea el pródigo). Ojalá que el dinero que me gorronea fuera para él y para sus vicios. Pero el muy canalla no tiene vicios porque no bebe ni fuma. Le gustan los tomates y las sardinas. Odia los bares y sueña con el Pirineo. Dice que quiere morir como el Doctor Zhivago: persiguiendo a una rubia. This is my father.


En fin, con estas cartas nos ha tocado jugar en la vida a él y a mí. Y tampoco se nos está dando tan mal, vamos aguantando las manos a base de faroles y alguna que otra racha de buena suerte. Dormimos tranquilos y, seguramente, nos moriremos tranquilos. Somos dos clichés de lo de "pobre pero honrao". Además, ambos nos hemos casado con señoras guapas, que es uno de los pocos consejos que me dio mi abuelo Antonio, el padre de mi padre: "Cásate con una mujer guapa; vas a tener que mirarle a la cara todos los días".

El caso es que una vez al mes, más o menos, mi padre y yo tenemos, además de otras muchas, una conversación de este estilo:

"- MrL: Hala macho, ¿otra vez con me vienes con eso de que tienes que pagar la luz, de que no te llega este mes porque blablabla y de que no se entere mi madre que esto son cosas que apañamos entre nosotros?.
- Myfather: Hijo mío, pues con una pensión de 600 euros, ¡si hago maravillas!, si el mes que viene te lo devuelvo. Si son 100 euricos de nada.
- MrL: Pídeselos a MrMierdas.
- Myfather: Pobrecico.., ¡el chiquitín! (Nota del Traductor: MrMierdas tiene 34 tacos), si es que en Madrid está todo tan caro...
- MrL: Sí, ya, whatever. Papá, no apures tanto, maño, que algún día no vas a llegar a tiempo de pagar y os van a cortar la luz, y entonces.., ¿qué haréis?
- Myfather: Pues cenar con velas, ¡es más romántico!.
- MrL: JAJAJAJAJAJAJA. Touché, papi, touché... Pásate por caja esta tarde.
- Myfather: Vale, quedamos en el centro, cerquita de tu casa, y ya de paso me compras una de esas camisetas interiores marca XXX que me gustan tanto. Las que venden en El Corte Inglés. Es que son con las que mejor voy...
- MrL: La madre que te parió.
- Myfather: Tu abuela Petra... Era muy guapa, como tu bisabuela Blasa."

Total, que mi padre es un loser de cuidado pero el muy cabronazo es muy gracioso. Se sigue levantando a las 5 de la mañana para sacarse algunas pelas ayudando a colegas de oficio que siguen en activo. Mi padre siempre se levanta silbando o cantando. Lo ha hecho durante todas las putas mañanas de su vida y, gracias ello, tengo un repertorio musical en mi cerebelo que ríete tú del puto espotifai.

Hoy, en el día de su septuagésimosexto cumpleaños, voy a hacerle un regalo musical a la altura de sus cojonazos: Rio Bravo, el tema que compuso el gran Dmitri Tiomkin para la magistral película de Howard Hawks de 1959. Por si fuera poco, la canción está interpretada el mejor crooner de todos los tiempos (sorry Marcos C.): Dean Martin.

Dino no la canta mal, desde luego que no, pero no puede competir con el inglés inventado que canturrea mi padre. Un día le traduje la letra de la canción y me dijo que no estaba mal, pero que la suya le gustaba más. Así son los poetas: se inventan mundos y mi padre se había inventado toda una historia alrededor de ese incomprensible idioma de Mr. Martin.

En fin, súper joya musical para este 27 de Agosto de 2011. Felicidades papi. Tienes razón macho, tu versión de este Rio Bravo a la luz de las velas es, todavía, más hermosa. Rio Bravo, la mejor canción compuesta ever para una película:

viernes, 26 de agosto de 2011

La Policía, los Malos, los Malos Policías, los Buenos, los Buenos Policías y yo.

Les recomiendo encarecidamente que vean estos 10 minutos de Tropa de Élite 2:

Salía yo de currar del bar una madrugada sabatina, a eso de las 04.00, con intención de irme, por una vez, directo a mi pisito de soltero para intentar dormir 16 horas seguidas. Mi cuerpo me lo estaba suplicando y eso que, por aqueños días (25 primaveras), mi cuerpo era un templo con unas columnas que aguantaban el empuje de Sansón. Pero todo tiene un límite y ya había acumulado farra, durante toda la semana, para dar y vender. "De todas formas, los sábados por la noche solamente salen los paletos y las funcionarias", pensé yo, "los camareros salimos los jueves, como dios manda. Y, además, creo que todavía llego a tiempo para ver la peli porno del Canal Plus".

Al doblar una esquina me encontré con un amigo que sangraba profusamente por el cuello. Estaba hecho un basilisco por una pelea de borrachos de bar. Mi colega quería matar a noséquién porque le había dicho noséqué a su novia y noséotroquién amigo del primero le había roto un vaso de tubo en el cuello y este bicho malo se había refugiado en un bar. Yo le dije "tranqui, llamamos a la poli, no te metas en líos, que le pillen, le denuncias y le sacas las pelas, que se joda". La poli vino.., pero de secreta y sin avisar. La cosa se complicó por culpa de un par de maderos torpes y farrucos, y yo, que era el que los había llamado, acabé soltándole dos hostias a cada uno de esos paisanos que, aparentemente, se habían metido en la pelea sin que nadie les hubiera dado vela en el entierro. Tras los sopapos, uno de los dos polis secretos se echó mano al cinto, sacó su pipa, me la puso en la puta cabeza y me dijo "al suelo chaval".

Tendido en el suelo comencé a pensar en mis padres y en el disgusto que se iban a llevar al enterarse de mi muerte, y luego me lamenté de haber hostiado a un par de tíos que debían ser narcos, o algo muy chungo, porque andaban por la vida con pipas y las sacaban con facilidad. Y ya no me arrepentí de nada más porque mi vida había sido bastante cojonuda hasta entonces. Cuando el más chulo de los dos tipos armados me puso las esposas, sentí un alivio infinito y pensé: "Gracias, dios mío, ¡es la Policía!". Luego me denunciaron por agresión a la autoridad y dormí 16 horas.., pero en el calabozo. Y luego les gané el juicio que me costó 86.000 pelas de hace más de una década. The End.

"¿Volverás a llamar a la policía si vuelves a encontrarte en una situación parecida?", me preguntó mi colega tras el juicio. "Sí", le respondí yo. "A la policía solamente le temen los delincuentes. Yo no". Y sigo pensando lo mismo.

Mi cuñad@ A. es poli nacional y curró de guardaespaldas en Euskadi en los 90. En los estancos no le vendían tabaco si sabían que era madero. Una vez, saliendo de un restaurante en el que había comido el politico de turno al que escoltaba, una abuela le tiró una bombona de campingas desde el balcón. Qué menos: era español y policía. Si le da, le revienta la puta cabeza. Afortunadamente cayó encima del coche que, por cierto, quedó guapo. A la hijadeputa de la abuela no le pasó absolutamente nada, pero espero que muriera lentamente de algo doloroso.

Mi amig@ B. es poli nacional. Hace unos meses perseguía por un polígono a un rumano que robaba cables de cobre o algo así. El subnormal del chorizo se dio un hostiazo intentando escapar saltando una valla y se partió la nariz. El ladrón denunció a B. al que acusó de romperle el tabique y ahora B. tiene que ir a juicio, claro.

Mi prim@ C. es poli nacional y aprobó este año el cursillo de la UIP, que, por cierto, es duro de cojones, en plan sargento de hierro y todo eso. C. estaba hart@ de comerse hostias, amenazas y denuncias de putas, macarras, yonkis, chorizos y demás calaña de este estilo a los que no podía tocar ni un pelo y se exilió al mundo del antidisturbio que es, también, duro de cojones. A C. le han gritado, mientras le escupían en la pantalla de su casco, de todo: hij@puta, fascista, asesin@ y cosas por el estilo. Y C. a aguantar sin mover un músculo hasta que el jefe le diga que comience a repartir hostias.

Y luego está mi colega D. que es un poli que lucha contra el terrorismo islámico y del que no puedo contar absolutamente nada. De todas formas, casi mejor, porque no se iban a creer nada de lo que les contara.

He estado de copas, de celebraciones, de barbacoas y de meriendas con A, B, C y D. He estado con sus maridos, con sus mujeres, con sus padres, con sus hij@s y blablabla. No son fascitas, no son unos hijosdeputa, no son asesin@s. Son como yo. Bueno no. Son mejores que yo. Son la Police, esos puercos que suelen sacarnos de unos cuantos apuros. Me entristece ver cómo son manipulados y politizados por los poderosos y los medios. Me entristece ver cómo son denunciados por la puta escoria de nuestra sociedad. Pero más me entristece ver cómo son, en ocasiones, también manipulados y vilipendiados injustamente por la gente a la que sirven y protegen, que es lo que hacen estos puercos todos los días. No solamente los días de mani.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Música de Cine. El Capitán América. El Primer Vengador.

Bueno, sentado en butaca VIP, con buena compañía y armado de un cubo de palomitas, El Capitán América: el Primer Vengador se digiere bastante bien e incluso, por momentos, con agrado. Una de sus mayores virtudes es el haber evitado caer en el mayor error con el que suelen empozoñar los americanos sus blockbusters: supeditar la historia a los FX. No es el caso de este primer vengador americano cuyo personaje es presentado a la audiencia no friki (que es la mayoría) correctamente y con una cuidada ambientación, pero sin olvidar a los marvelfanáticos, a los que nos dedican unos cuantos guiños comiqueros.

La película cuenta muchas cosas en dos horas y no lo hace mal del todo. Sale Stan Lee y hay que quedarse hasta el final de los créditos para ver el anticipo de lo próximo de Marvel que, en este caso, es la peli de Los Vengadores que veremos el año que viene. Hasta aquí, todo ok.

Uno de los villanos más carismáticos de la Historia del Cómic es, sin duda, el Cráneo Rojo, que es algo así como el exponente histriónico de un ficticio (aunque basado en hechos reales) nazismo místico-científico pasado de rosca, que ya es decir. Suponemos que como buen nazi y como buen alemán, el Cráneo Rojo será admirador del maestro Richard Wagner (1813-1883). Recordemos que este genial compositor sajón nunca fue nazi pese a que compartía con el nacionalsocialismo algunas ideas antisemitas y el delirio ése del nacionalismo pangermánico. Pero Wagner no fue nazi por una poderosa razón: se murió antes de que el nazismo comenzara a existir.

La banda sonora de Alan Silvestri nace muerta de lo convencional que es, así que vamos a escuchar hoy música wagneriana. Concretamente un pasaje del final de la Tetralogía de El Anillo del Nibelungo, cuya trama bebe de las fuentes de diversas epopeyas nórdicas del siglo XIII, lo mismo que las historias de Frodos, Mordors y demás bichos de Tolkien.

En el cuartel general de HYDRA, la fanática organización terrorista que lidera el pirado de Cráneo Rojo, suena, durante un momento de la película (la eclosión del delirio del mad doctor), una de las más excelsas páginas musicales que creó el genio de Leipzig y que ha entrado en la Historia de la Música Clásica por la puerta grande: La Marcha Fúnebre de Sigfrido (perdón por el spoiler operístico).

En el Acto III de El Ocaso de los Dioses (cuarta y última parte de la Tetralogía en el sentido cronológico de la historia aunque fue la que primero compuso Wagner en 1869) asistimos a la muerte de Sigfrido de manos del vengativo Hagen y, a continuación, al posterior cortejo fúnebre, pira funeraria y todas esas cosas que hacían los escandinavos con sus muertos. Wagner lo hizo sonar así de solemne. Antentos, abróchense los cinturones que lo que viene a continuación es tremendo y sobrecogedor, aunque ya conocido por todo melómano-cinéfilo que se precie y que alucinó, en su día, la primera vez que vio Excalibur (John Boorman, 1981).

lunes, 22 de agosto de 2011

323 minutos de mi Vida malgastados: Sin Límites, Confessions y Super 8.

Mala racha cinematográfica tuve el pasado puente de Agosto. Me tragué tres películas que no valen un pimiento. Son éstas.


1.- Sin Límites (2011, Neil Burger). Uno de los guiones más absurdos en lo que llevamos de año. Es la historieta de un loser aspirante a escritor que encuentra en una nueva droga experimental el combustible necesario para hacer que funcione su entumecido y perezoso cerebelo. Cuando la toma, sucede eso que nos contaban los profes de la EGB: que el tipo es capaz de emplear el 100% del potencial de su cocorota en lugar del 20% que dicen los expertos que empleamos normalmente el resto de los mortales. Con esta capacidad cerebral amplificada, el protagonista empieza a forrarse jugando a la bolsa y se dedica a follar con todo quisque. Pero los efectos secundarios de la droga y alguna que otra ridícula trama paralela con modelos asesinadas y matones del Este, le aguarán la fiesta. Sale Robert De Niro haciendo el tonto y luciendo un look algo despeinado. La película acaba de una manera todavía más absurda que como empezó. O sea, que no supieron cómo narices cerrar lo que habían abierto, que ya tenía cuajo, porque lo de cómo consigue la droga es.., en fin, un despropósito.


2.- Confessions (2010, Tetsuya Nakashima). Arrasó en los premios de la Academia nipona de Cine que la presentó como su candidata a Mejor Película extranjera para los Oscars de este año. Afortunadamente no pasó el corte. Marchando otra vuelta de tuerca asiática para el género de venganzas elaboradísimas que tanto parece gustar a surcoreanos y japos. Rocambolesca. Salen colegiales pirados, algo de sangre (no mucha) y, como no, cuenta con un "sorprendente" giro final donde el timador resulta timado. Todo muy Old Boy, todo muy ridículo.
La propuesta inicial es de aúpa: la pequeña hijita de una profesora aparece muerta. La profe averigua que los asesinos son dos de sus descerebrados alumnos de 13 años a los que, como venganza, les contamina, usando sangre seropositiva, su ración de leche. Pa´ que aprendan. La historia la van narrando en off primero la profe, luego un alumno asesino, luego el otro y luego el personaje (metido con calzador) de otra psycho-alumna. Y con estas piezas vas encajando el puzzle. Hay retazos deslavazados que parecen ser una crítica a la alienación de los adolescentes víctimas y verdugos de y con sus móviles, SMS, blogs y todo eso. También salen nubes, muchas nubes. Menos mal que en los créditos finales suena el Ombra mai fù de Haendel en versión piano (maravilloso). A mí la película me pareció una chorrada del tamaño de un piano de cola marca Steinway & Sons, o sea, una película hecha para nenes zumbados.


3.- Super 8 (2011, JJ Abrams). Si al acabar Super 8 no llega a aparecer en los créditos finales lo de "Written and Directed by JJ Abrams", hubiera pensado que el año de producción de esta peli era 1987 (por ejemplo). Super 8 está tan plagada de lugares comunes del cine teen - ochentero que a la fuerza tiene que ser un homenaje a ese cine (la acción se sitúa precisamente en 1979 y no hay más que ver el póster de la peli), aunque la verdad es que ni lo sé, ni me importa. Y es que en Super 8 sale un grupo de niños metomentodo compuesto por un gordito verborreico y gracioso, un frikie con aparato dental, un gafotas y por el protagonista: el niño que tiene el alma sensible y que, además, tiene la suerte de ser más agraciado físicamente. Sale también una niña guapa y rubia que es más alta que el resto de los niños. Salen primeros planos de manos estrechándose. Salen niños huérfanos. Salen padres que quieren recuperar el amor y la confianza perdida de sus hijos. Sale un pueblucho americano de Ohio que cuenta, sin embargo, con un departamento de sheriff muy competente. Sale el paranoico ejército USA haciendo de malo. Sale un marciano. En fin, homenaje nostálgico y chapucero a E.T., los Goonies y a todo ese cine que a mí no me gustó ni de crío, así que se pueden imaginar lo que me gusta ahora. El final es para mear y no echar gota. Se lo juro.


Con ninguna de las tres se aprende nada, ni de Cine, ni de la Vida, ni del Arte. Tampoco entretienen. No malgasten su tiempo con ellas.

Menos mal que luego me puse la enésima versión de Jane Eyre, la del director Cary Fukunawa, y la cosa cambió bastante. Sí, el mismo Cary Fukunawa de la estupenda Sin Nombre (2009). Este tío promete. Atentos a la banda sonora de Dario Marianelli, porque es magnífica.

sábado, 20 de agosto de 2011

75 Años de... El Asesinato de Federico García Lorca.

Declaraciones de Federico García Lorca al diario El Sol, 10 de Junio de 1936:

"Este concepto del arte por el arte es una cosa que sería cruel si no fuera, afortunadamente, cursi. Ningún hombre verdadero cree ya en esta zarandaja del arte puro. En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la cintura para ayudar a los que buscan las azucenas. Particularmente, yo tengo un ansia verdadera por comunicarme con los demás. Por eso llamé a las puertas del teatro y el teatro consagró toda mi sensibilidad. "

"La creación poética es un misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen voces no se sabe dónde, y es inútil preocuparse de dónde vienen. Como no me he preocupado de nacer, no me preocupo de morir. Escucho a la naturaleza y al hombre con asombro, y copio lo que me enseñan sin pedantería y sin dar a las cosas un sentido que no sé si lo tienen. Ni el poeta ni nadie tiene la clave del mundo. Quiero ser bueno. Sé que la poesía eleva, y siendo bueno con el asno y con el filósofo, creo firmemente que si hay un más allá tendré la agradable sorpresa de encontrarme con él. Pero el dolor del hombre y la injusticia constante que mana del mundo, y mi propio cuerpo y mi propio pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estrellas."

"Yo soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis límites geográficos; odio al que es español por ser español nada más. Yo soy hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos. El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre de mundo y hermano de todos. Desde luego, no creo en la frontera política."

Impresionante. ¿Se puede ser más lúcido?.

Manuel de Falla fue amigo de Lorca durante casi 20 años, fue un ferviente católico y es, posiblemente, el más excelso compositor que ha parido nuestro país.

Falla se exilió en Argentina a finales de 1939. De nada sirvieron las intentonas del nuevo gobierno franquista para convencerle de que regresara a España. Le ofrecieron una pensión vitalicia, le nombraron Caballero de la Orden de Alfonso X, Presidente del Instituto de España, etc. Renunció a todo. ¿Por qué permaneció viviendo, muy modestamente, 7 años en el exilio argentino hasta el día de su muerte?. A lo mejor la pregunta debería ser otra: ¿quién cojones querría morir en la patria que había fusilado a García Lorca?.

Y ahora, para homenajear y recordar a estos dos maestros, Música Clásica: La Pantomima de El Amor Brujo (1925) de Manuel De Falla. No se la pierdan. Es maravillosa.

jueves, 18 de agosto de 2011

Batirse en Retirada.

De las siguientes solicitudes de retirada, ¿cuáles creen ustedes que son disparatadas?.

1.- La asociación de defensa del menor FAPMI pide al director de Festival de Sitges la retirada de A Serbian Film de la programación festivalera. El motivo: dos polémicas escenas de esta película premiada, por contra, en otros festivales de cine. En la primera escena se ve, no explícitamente, una violación de un actor porno a un bebé recién nacido. En la segunda, el protagonista viola a su hijo de pocos años. Según la asociación del defensor del menor estas escenas pueden constituír un delito tipificado en nuestro código penal.

2.- La Oficina de Control Publicitario británica pide a L´Oreal la retirada de un anuncio de cosméticos protagonizado por Julia Roberts. El motivo: la fotografía de la actriz está excesivamente retocada, por lo que puede considerarse que es publicidad engañosa. La petición a la Oficina la hizo la diputada liberaldemócrata Jo Swinson que consideró que L´Oreal venía a expresar con esa foto que su maquillaje hace milagros y que lo que faltaba ya para que las niñas de hoy día se vuelvan más tarumbas de lo que están.


3.- Numerosos ciudadanos de Mérida piden a la organización de su Festival de Teatro que retire de las calles de la ciudad la foto del actor Asier Etxeandía. El motivo: en la fotografía, perteneciente a la exposición "Camerinos" del fotógrafo Sergio Parra, el actor aparece caracterizado, para su papel en una versión de La Divina Comedia, como un Cristo que se cubre sus genitales con un crucifijo. Esta imagen parece herir el sentimiento religioso de los creyentes emeritenses.

4.- La Asociación de Usuarios de la comunicación (AUC) pide a Tele 5 la retirada del programa Sálvame del horario de tarde. El motivo: se emite en un horario de gran audiencia entre el público infantil. Un potencial público para el que los contenidos de Sálvame se conderan inapropiados. Según la AUC, Sálvame es un programa para adultos y como tal debe emitirse a partir de las 22.00 hrs.

Bien. Se puede decir que las peticiones 1 y 3 están algo escoradas a la derecha más conservadora y parecen responder al sacrosanto fin de proteger usos y costumbres tradicionalistas. Mientras que las peticiones 2 y 4 podrían clasificarse como solicitudes más progresistas imbuídas de ese espíritu de izquierdas (también tradicional, afortunadamente) de protección hacia los colectivos más indefensos o de ese otro de resitencia frente a las tiranías de las grandes corporaciones que se creen que pueden hacer(nos) lo que les dé la gana.

A los creemos ser más de izquierdas y más progresistas, las peticiones 1 y 3 nos parecen ir un poco contra natura. Y, así es, pues van contra nuestra natura, que es progresista y de amor a la libertad creativa. Y, sin embargo, las peticiones 2 y 4 nos resultan de lo más razonable. Supongo que algún lector@ más creyente y más conservador que yo, entenderá que las peticiones 1 y 3 son tan razonables, al menos, como las 2 y 4 lo son para mí. Curiosamente, el mecanismo de defensa de reaccionarios y progresistas es el mismo: prohibir manifestaciones artísticas.

Ah.., vale, que Sálvame no es Arte pero A Serbian Film sí que lo es. O que la foto de Sergio Parra es Arte pero la de Julia Roberts no. Ya, ¿según qué criterios?, porque mi madre es súper fan del programa de Tele5.

Moraleja: la sociedad tiene derecho a pronunciarse y a defenderse de las manifestaciones artísticas que considere que pueden ser nocivas para su salud. A veces nos gustará el asunto y a veces no. Pero, ojo, que los derechos son para todos. También para los nietos de los que no querían que todos los tuviéramos. Pero claro, ¿debería tener límites la ficción? (y al que me diga que Sálvame no es ficción, le caneo, porque es puro teatro).

Por cierto, desde De Gusanos y Lombrices pedimos.., no, qué coño pedimos.., exigimos la retirada de la JMJ de Madrid.

A ver si cuela.

martes, 16 de agosto de 2011

Que viene el Papa.

Unas palabras de Pat Condell para recibirlo como se merece.

Y nosotros, como somos menos listos que Mr. Condell y un poco más burros, pues le dedicamos esta canción:

domingo, 14 de agosto de 2011

Frases de Cine. Solo Contra Todos (1998, Gaspar Noé).

"¿Sabes lo que es la moral?. Déjame decírtelo. La moral es para la gente que tiene, para los ricos. ¿Y quién tiene siempre la razón?. El rico. Y el pobre es el que está jodido. ¿Quieres que te muestre mi moral?. [Sacando un pistolón] La moral es esto. ¿Sabes por qué llevo esto encima?. Porque el que se me acerque en uniforme con su moral va a tener su Justicia detrás suyo. Y yo.., yo también tengo mi justicia [señalando al pistolón]. Que te equivoques o tengas razón, da lo mismo, compañero. A cada uno su vida, a cada uno su moral."


Solo Contra Todos. "El drama de un ex carnicero luchando por sobrevivir en las entrañas de su país. Francia, tierra de quesos y colaboracionistas". Otro peliculón del polémico y estupendo director francés Gaspar Noé (el de Irreversible).

jueves, 11 de agosto de 2011

Recordando el Gueto de Varsovia. Warsaw Ghetto (Nitzer Ebb, 1985).

"¿Un hombre moral puede mantener su código de moralidad en un mundo inmoral?". Uprising (Rebelión en Polonia, 2001), bienintencionado, fidedigno, correcto pero también convencional drama histórico dirigido, para la televisión, por el irregular Jon Avnet.

En Mayo de 1943 el General Jürgen Stroop envió a Heinrich Himmler esta foto..,

.., con ella que quería ilustrar un entretenimiento, muy divertido, que practicaban algunos de los 2.000 soldados de las SS enviados por Himmler para aplastar la sublevación armada de la resistencia judía del Gueto de Varsovia.

El ejército alemán había incendiado numerosos edificios del gueto con el fin de hacer salir de sus refugios a los judíos que se escondían en búnkeres subterráneos y en multitud de pisos semiabandonados. Muchos judíos murieron asfixiados por el humo y otros muchos intentaron escapar de las llamas por los balcones de sus casas. Permanecían colgados hasta que sus fuerzas les abandonaban y caían al vacío. Era en ese momento, que habían estado esperando, entre risas, los soldados alemanes, cuando comenzaba el juego del tiro al judío con el fin de matarlos antes de que se aplastaran contra el suelo. Los nazis lo llamaban "disparar al paracaidista".

El 6 de marzo de 1952, el general Stroop fue ejecutado en la antigua localización del Gueto de Varsovia. Y yo que me alegro.

Cuando yo era joven escuchaba a los Nitzer Ebb. Es que eran cojonudos. "Warsaw Ghetto" (1985).

lunes, 8 de agosto de 2011

Clásicos Imprescindibles. Dvořák en América.

Antonín Leopold Dvořák (que se pronuncia “vorsak”) nació en 1841 en la región de Bohemia en la actual República Checa. Este excelente, y muy querido por mí, compositor tardo-romántico-nacionalista, acabó con sus huesos, a la edad de 50 años y siendo ya un reconocido Maestro en Europa, en el bárbaro país de los USA. Fue invitado por Jeannette Thurber, del Conservatorio de Nueva York, quien le ofreció la dirección del centro con pasta por delante, que es como se hacen las cosas serias.

Dvořák (que se pronuncia “vorsak”), centroeuropeo hasta la médula, vivió en primera persona una de las primeras experiencias místico-musicales del pre-siglo XX: entró en contacto con el folklore de los esclavos negros y de los indios americanos. Aquello no le volvió tan tarumba como para que inventara el jazz en aquel entonces, pero sí que supuso una revelación que el gran Antonín generosamente trasladó al pentagrama regalándonos, entre otras, una de las más maravillosas obras del mundo civilizado: La sinfonía n.9 “Del Nuevo Mundo” (1893), encargo de la Filarmónica de Nueva York, cuyo manuscrito original yo he visto en el museo que la hermosa ciudad de Praga tiene dedicado a este genio.

Hay gente como Antonín Leopold Dvořák (que se pronuncia “vorsak”) y como yo, o sea, maestros consagrados y muy europeos y occidentales que, sin embargo, somos muy porosos y receptivos a lo nuevo y exótico. Antonín Leopold Dvořák (que se pronuncia “vorsak”) desde su bien remunerado trono de director del Conservatorio de Nueva York y en la cima que ya compartía con los más grandes compositores de la Historia, no tuvo remilgos a la hora de empaparse de esa nueva música, la música afro-indio-americana, que explosionaría más tarde y alcanzaría una de sus cumbres en la figura del estupendo compositor americano George Gershwin (1898-1937) para luego transformarse en el soul, el jazz, el rock, el blues, o sea, en la auténtica revolución musical del s. XX. que junto con la liberación del obrero y de la mujer, es lo mejor que nos ha quedado del pasado siglo, de lejos.

Como curiosidad digamos que está música de indios y negros americanos resultaba a Antonín Leopold Dvořák muy similar al folklore escocés. Ahí queda eso.

Así que Antonín Leopold Dvořák (que se pronuncia “vorsak”) fue uno de los pioneros en eso de darse cuenta de que aquellos ritmos tribales eran mucho más de lo que parecían. Acertadamente lo pronosticó cuando dijo:

«Estoy convencido de que el futuro de la música de este país debe estar basado en lo que se suele llamar melodías negras. Estas pueden ser la base para una seria y original escuela de compositores que se puede desarrollar en los Estados Unidos. Estos bellos y variados temas son el fruto de la tierra. Son las canciones populares de vuestra tierra, y vuestros compositores deben centrarse en ellas.»

Luego están los otros. Los que van siempre en contra de todo y que ven siempre opresores en los triunfadores y oprimidos en los demás. Y comenzaron a decir que si las melodías de tan afamada composición no eran sino plagios de canciones indias americanas. Dvořák (que se pronuncia “vorsak”) les dijo:

«No he usado ninguna de las melodías de los nativos americanos. Simplemente he escrito temas originales que incorporan las peculiaridades de la música india y, usando estos temas, los he desarrollado con todos los recursos de los ritmos modernos, contrapunto y color orquestal.»

Punto que parece más que demostrado a día de hoy.

Es el Segundo Movimiento de la Sinfonía “del Nuevo Mundo” sobre el que más sospechas recayeron en su momento. Este movimiento “Largo” (inicialmente llamado “Leyenda”) contiene una famosísima melodía que todos reconoceréis en cuanto comience a sonar, cuyas notas son totalmente originales del autor y que, pese a las influencias del folklore americano son, al igual que el resto de la sinfonía, sobre todo, muy bohemias. Disfruten de esta maravilla. Uno de los ochomiles de la Música Clásica.

sábado, 6 de agosto de 2011

Mis Canciones Favoritas: Ruido (1994, Joaquín Sabina).

Dedicada a toda la fauna que habita el submundo de la secta patuna-mierdera (ya sabéis quiénes sois). El título les va al pelo.

Ruido, versión original de Joaquín Sabina. Tremenda, tremenda letra.

Ruido, versión María Jiménez para mi padre. Tremendo cover.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Música de Cine. Mondo Cane (1962).

La cámara de cine ha aspirado, desde su invención, a ser el ojo que todo lo ve y a husmear entre los escombros de la realidad, de la ficción y de la mezcla de ambas. Primero con timidez, luego con soltura, más tarde con insolencia y, desgraciadamente, a veces, con desvergüenza. Ahora, con más de 100 años de Cine a nuestras espaldas, ya sabemos que documentar la realidad es tan imposible como conocer la trayectoria de las partículas heisenbergianas. La cámara empuja a la realidad, como el fotón empuja al electrón, sacándola, queriendo o sin querer, del encuadre que ve el espectador. Pero claro, eso lo sabemos ahora.

El pobre Flaherty fue uno de los primeros que sucumbió a esa tiránica demanda que le arrastró hasta los hielos del Polo Norte para filmarnos y contarnos las aventuras y desventuras de un esquimal llamado Nanuk (1922). Era todo muy real.., pero no tanto como el incendio que acabó con gran parte del material filmado y que obligó a Flaherty a volver a filmar esa realidad de nuevo pero, esta vez, algo dramatizada. Afortunadamente Nanuk demostró ser un gran actor. Georges Franju, por su parte, metió una cámara en un matadero, nos revolvió las tripas y seguro que convirtió al vegetarianismo a muchos de los espectadores que hemos contemplado su estupenda La Sangre de las Bestias (1944), que es una bofetada de realidad servida, por mucho que digan, entre algodones lírico-parisinos. Y podríamos seguir con los ejemplos hasta aburrir al más incondicional lector gusano.


La tele de nuestros días ha encontrado un filón en eso de meter las narices de sus objetivos donde no les llaman e inunda nuestras parrillas con cámaras callejeras y viajeras que nos muestran a yonkis y a gogós, a jubilados y a transexuales, al oro y al moro, y todo al coste de cuatro pesetas: no pagan ni un duro a sus actores. Parece que la fórmula funciona todavía. ¿Por qué no?. Siempre ha funcionado lo de alcagüetear la vida (y la muerte) de los otros. Desde la simple curiosidad, pasando por la envidia y la codicia, la denuncia, la documentación de la Historia, el morbo o la explotación de las aberrantes fantasías del espectador, muchos cineastas se han atrevido a meter sus cámaras en los rincones más oscuros y freaks de nuestro planeta, que es lo mismo que decir los rincones más oscuros y freaks de nuestras almas.

Los nazis enviaron a Fritz Hippler a filmar el aplastamiento de la sublevación judía del guetto de Varsovia y los Aliados mandaron a Frank Capra y a Billy Wilder (entre otros) a filmar las barbaridades de los nazis y nos mostraron centenares de cadáveres esqueléticos de judíos masacrados. Los primeros que tuvieron el honor de ver estos documentales fueron, precisamente, los vecinos de las poblaciones cercanas a las campos de exterminio, así que esa realidad de la que no habían querido saber nada acabó por alcanzarles propinándoles un bofetón de antología. Y todo "gracias al Cine".


Pero, seamos justos, fueron los italianos los que inventaron el género mondo que arrancó, precisamente, con la película que le dio nombre: la cuasi mítica Mondo Cane (1962), esa película (semi)documental en la que nos mostraban las vergüenzas y desvergüenzas del exótico mundo que existe dentro y fuera de los arrabales de nuestras confortables y seguras urbes, denunciando o explotando (según se mire) muchos comportamientos de seres antropomorfos aparentemente humanos pero con comportamientos paletos, supersticiosos o crueles, pero siempre bizarros. Fue en Mondo Cane donde vimos, por primera vez, cómo se hiperalimentaba a un ganso hasta hacerle reventar el hígado para fabricar los exquisitos patés franceses. Y ya no hemos vuelto a comer foie. Lo de Yves Klein fue peor: la palmó tras contemplar como medio Cannes (y medio mondo) se descojonaba de su concepción de la pintura azul orgiástica.

Otro día seguiremos hablando de Mondo Cane (ganadora del David de Donatello!!! y que conmocionó al mundo más que toda la nouvelle vaugue junta), del mondo, y de todas las variaciones que le siguieron con mayor o menor fortuna artística pero, en casi todos los casos, con un éxito de público notable (como pueden imaginarse, la evolución de este género tomó derroteros siniestros y estomagantes que llegaron hasta el gore and beyond). Porque lo que hoy traemos a nuestro blog es la maravillosa música de Mondo Cane compuesta por los músicos italianos Riz Ortolani y Nino Oliviero.

Su tema principal, More, estuvo nominado al Oscar a la mejor canción en 1963. Una canción que cantaron Frank Sinatra, Judy Garland, Roy Orbison y un interminable número de célebres intérpretes. More suena a clasicazo inmortal y siempre me ha parecido un auténtico desperdicio de banda sonora. Sus notas parecían estar llamadas a acompañar imágenes más memorables y menos freaks que las de Mondo Cane. A ser bailadas por Fred Astaire o a acompañar las estilosas figuras de Grace Kelly y Audrey Hepburn o a servir de banda sonora al neorrealismo o al simbolismo de Fellini. Algo así.

De dónde sacó Riz Ortolani la inspiración para componer More sigue siendo un misterio para mí, porque me niego a pensar que el origen sea el mundo perruno de Cavara, Jacopetti y Prosperi. Pero claro, es que Riz Ortolani es un músico que, poco después, compuso esta banda sonora para una película tan exploitation como Holocausto Caníbal. Él da esta explicación, aunque yo no me la creo, porque los compositores italianos de bandas sonoras han sido siempre muy de componer maravillosa música que poco o nada parecía tener que ver con lo que se mostraba en pantalla (¿las tendrán guardadas en sus cajones y las van sacando según les llegan los encargos?).

En fin. Disfruten de More, inmortal temazo perteneciente a Mondo Cane, el documental decano del freakismo sensacionalista en el Cine y la TV que, 50 años después, todavía consigue ponernos muy mal cuerpo a los que nos creemos que hemos visto ya casi todo.

lunes, 1 de agosto de 2011

Código Fuente (2011, Duncan Jones). Cuidado con lo que deseas.

Al terminar de ver Código Fuente no entiendes qué narices es eso del código fuente que da título a la segunda película de Duncan Jones. Pero da igual, porque te importa un carajo. No te interesa entenderlo, lo mismo que no te interesa saber por qué el mando de la tele cambia de canal. Estás muy feliz con lo que acabas de ver y te basta la peregrina y precipitada explicación que da el personaje del mad doctor en un momento determinado de la historia (tan peregrina es que roza el macguffinismo). He visto Código Fuente y me ha gustado, pero advierto: si eres un amargado de la vida y odias los happy ends, entonces es muy probable que Código Fuente no te guste. Allá tú. Pero yo hoy quiero proclamar que soy duncanjonesiano.

Duncan Jones se ha atrevido a tomar el relevo del espíritu de las inteligencias artificiales de Kubrick y Spielberg y de los replicantes de R. Scott (aunque haya llegado a su altura). Duncan Jones ha dirigido dos películas de ciencia ficción que rebosan sentimientos por todas partes, mostrando, así, las carencias de los gélidos realizadores Nolan-style y demostrando que existe un universo paralelo al de Haneke, quien también tiene un código, aunque sea desconocido. Duncan Jones es, por ahora, de los míos porque cierra los ojos y sueña con revertir lo irreversible y ya nos ha mostrado, en dos ocasiones, cómo sus protagonistas, condenados de antemano, alcanzan la salvación gracias a la fe. Pero gracias a la fe del ateo que es el amor a la vida; a la propia y a la de la gente a la que queremos ("El cine es el arte propio del amor", André Bazin).

Duncan Jones no resucita muertos como Dreyer (rezándole al Cristo) los resucita rezándole a los humanos o a las máquinas que quieren serlo porque no se creen la moraleja pesimista del cuento del lobo de Hobbes y prefieren leer a Séneca que a Plauto. Y es que Rutger Hauer quiso evitar la muerte y rezó a su Creador sin recibir respuesta, así que lo asesinó (bien hecho, Nietzsche hizo lo mismo), pero Harrison Ford le rezó a Rutger Hauer y encontro su Salvación en el corazón de un "hombre". Con Código Fuente Duncan Jones nos recuerda por qué nos gusta tanto la sci-fi: porque es el género, siempre vigilante, que alerta de los peligros de la deshumanización de los humanos. La sci-fi no nos lleva al pasado, nos lleva al futuro (distópico) para evitar, no ya que se repita, sino que suceda.

Para amar la vida se necesita tiempo, es cierto. Se necesita caminar y caminar, a veces por parajes inhóspitos, a veces por verdes praderas, a veces cerca de la Puerta de Tanhauser. Es un largo camino que se recorre con más facilidad cuando te despojas de lo accesorio, del peso muerto inútil. Pero nadie nace con esta sabiduría y la experiencia acaba siendo la madre de la ciencia. ¿Cuántas porciones de 8 minutos de nuestras vidas necesitamos consumir para conocer qué es realmente lo que necesitamos para ser felices?. El argumento de Código Fuente muestra una trama superficial de thriller que no es sino una bonita y entretenida excusa para hablarnos de otra cosa: qué es importante y qué es intrascendente en esto de vivir. O por qué merece la pena vivir y por qué morir.


En mi opinón Código Fuente hubiera acrecentado su lirismo si hubiera cortado su metraje justo en la escena del beso final (su cénit poético) y considero que el epílogo es innecesario, pero así y todo les recomiendo que vean Código Fuente. A lo mejor, después, les entran ganas de llamar a los papis.

Pero claro, es que Duncan Jones mamó buena teta. Su papá nos cantó y nos contó que durante su última misión, el Mayor Tom, antes de perder contacto con el puesto de Control de tierra, transmitió el siguiente mensaje: "Decidle a mi esposa que la quiero mucho".

I am happy, hope you´re happy too.

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