viernes, 13 de julio de 2012

Mascagni, Italia y el Cine.

Ladies and gentlemen, con todos ustedes, una de las más hermosas melodías jamás creadas por un ser humano:


Lo que acaban de escuchar es el famosísimo Intermezzo (intermedio) de la no menos célebre ópera Cavalleria Rusticana (1890) del compositor italiano Pietro Mascagni (1863-1945). En serio, no pongan esas caras, esta ópera es celebérrima: ¡en Italia se ha representado más de 40.000 veces!.

Cavalleria Rusticana es una ópera muy bonita, muy melódica, muy cortita (una hora más o menos) y de fácil audición, lo que que la convierte en una interesante candidata para aquellos que quieran comenzar a aficionarse al hermoso género operístico. Como genuina representante del verismo (realismo) italiano, Cavalleria Rusticana tiene una trama violenta, llena de tensión entre personajes de clase humilde y cuenta con un trágico desenlace. Su estilo ha influído notablemente en compositores bastante conocidos.

Además, todo buen cinéfilo, aunque nunca haya pisado un teatro, ha visto uno de los momentos cumbres de esta ópera. Ése en el que el joven Turiddu muerde la oreja a Alfio retándole así a un duelo a muerte y provocando, de paso, la risa de un espectador de lujo: Vincent Corleone (Andy García) que se ve reflejado en este episodio tan pasionalmente siciliano en El Padrino III (1990), el notable e infravalorado cierre de la magistral trilogía de Coppola

El caso es que a mí el Intermezzo de Cavalleria Rusticana siempre me ha parecido el novamás en lo que a apasionado romanticismo trágico italiano se refiere, con lo que Mascagni y un servidor estamos de acuerdo en cómo expresar musicalmente ese sentimiento (la diferencia es que él supo hacerlo y yo no).

Pero no estamos solos. Otros latin lovers han sentido lo mismo en su interior y así lo han expresado, utilizando la bellísima composición de Mascagni para enmarcar dos impresionantes escenas pertenecientes a sendas obras maestras del cine.

Mientras que Martin Scorsesse utilizó el Intermezzo en los créditos inciales de Toro Salvaje (1980), Francis Ford Coppola lo empleó una década más tarde como broche final en El Padrino III para enmacarcar la tragedia y muerte de Michael Corleone. Dos personajes míticos buscando la expiación de sus pecados y la ansiada redención.

Como nos hemos puesto tan místicos vamos a cerrar el post con la versión cantada de esta misma melodía. Disfruten del Ave Maria de Cavalleria Rusticana y sean bienvenidos al club "WeloveMasgagnisIntermezzo" (socio fundador: Pietro Mascagni. Socios honorarios: Scorsesse, Coppola, La Motta, Corleone e il Signore Lombreezzo). El vozarón es de Elina Garanca... 

11 comentarios:

Mara Miniver dijo...

No la conocía. O sí la conocía pero no la recordaba. Creo que ha sido un redescubrimiento en plan renacimiento intaliano...

Muy hermosa melodía, señor Lombreeze.

Un saludo.

fiona dijo...

Signore Lombreezzo, aceptarían en su club a una humilde signorina??

1besico!

David dijo...

Hace años que no he vuelto a ver Toro Salvaje.
Tienes razón con lo de El padrino III. Es una buena película. Pero las otras dos son superiores... y supongo que pierde en la comparación. El minuto de aplausos me sobra.

ricard dijo...

¡Magnífica!

Mister Lombreeze dijo...

@Mara, si no la conocías y yo te la he descubierto.., me debes una muy gorda!. Ve preparando euros para pagar cañas cuando vaya a Sevilla ;)

@Signorina fiorella, tú eres súper miembra de honor de cualquier club que tenga que ver con el Mundo Gusano. Tienes carnet de VIP.

Mister Lombreeze dijo...

@David, sí, El Padrino III carga con una mala fama que yo no entiendo. Las comparaciones son odiosas.
Bueno, a los artistas les gustan que les reconozcan su talento. A los músicos con aplausos y a mí con vuestros comentarios, jajajjaa. Pero es verdad que si te metes mucho en la música y de repente te "despiertan" con un aplauso atronador.., se rompe la magia.

Sr.ConBoina dijo...

Caro Signore Lombreezo,
Su post sobre Mascagni ha tenido en mí el mismo efecto que una magdalena mojada en leche tuvo en Proust. Yo tenía una cinta con grandes éxitos de música clásica como Thus spoke Zarathustra, el Gymnopedie N.3, y esta bellísima pieza, entre otras. La
habia olvidado por completo y aquí está de nuevo con su sintomatología típica: lágrimas en los ojos, carne de gallina, corazón encogido...Molto grazie. Sobre El Padrino 3 ya hablaremos otro día.

miquel zueras dijo...

Sí, la escena final de "El padrino III" cuando Eli Wallach me hace salivar comiendo aquellos cannoli sicilianos aunque estén envenenados. Una bella partitura y una película que no es mala, es sólo que no llega a la altura de sus predecesoras. Saludos. Borgo.

Mister Lombreeze dijo...

Jajajja, miquel, es verdad!!!, qué a gusto se los come!!!, esa escena siempre da hambre. Jajjajaa, nos los comeríamos aún sabiendo que eran los últimos...
Yo creo que machacaron tanto a El Padrino III porque se metía con el Vaticano y metía a la Iglesia casi en el mismo saco que a la Mafia...

Mister Lombreeze dijo...

Sr.Con Boina, cuando abrí este blog escribí en uno de esos posts que nunca nadie leyó, que uno de los pocos propósitos que tenía esta bitácora era el de servir de bolsa de madalenas de Proust. Así que me hace usted enormemente feliz.
Pues otro día hablamos, claro que sí.

Mister Lombreeze dijo...

ricard, así me gusta, Con entusiasmo!!!

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