martes, 25 de marzo de 2014

El Mar al Alba (TV - 2011, Volker Schlöndorff). El Adiós a la Vida de Guy Môquet. "Por cierto, hubiera querido vivir".

Guy Môquet 

versus Ernst Jünger

Poeta gabacho versus poeta boche.

Ambos sufrieron en sus carnes los desastres de la Segunda Guerra Mundial. La diferencia es que al primero lo fusilaron con 17 años y el segundo acabó siendo un célebre escritor (ya lo era desde la WWI) que murió centenario con el reconocimiento del mundo intelectual y político (incluso Felipe González no paró hasta conseguir conocerle en persona). Y es que a Jünger, como no lo fusilaron a los 17 años, le dio tiempo de mutar de

aventurero-elitista-militarista-prusiano-adicto a la guerra-reaccionario-belicista

a

alucino-drogo-experimentador-antimilitarista-católicoconversoensulechodemuerte.

Léanse su biografía, que no tiene desperdicio. 

Mucha gente admira a Jünger pero yo, como ya saben los que leen este blog, también condeno al infierno a aquellos alemanes a los que les parecía muy bien invadir Polonia, Bélgica, Francia o bombardear Londres aunque les pareciera muy mal exterminar judíos, comunistas, gitanos y homosexuales. Así que espero que Jünger se esté pudriendo en el infierno aunque sea en un círculo menos dantesco que el de los genocidas.


El 20 de octubre de 1941, tres comunistas asesinaron a Karl Hotz, el comandante de las tropas germano-nazis en Nantes. Hitler exigió al general Otto von Stülpnagel, comandante en jefe de las fuerzas de ocupación en Francia y gobernador militar en París, la ejecución, como represalia, de 150 prisioneros franceses. Otto von Stülpnagel, lo mismo que su ayudante Ernst Jünger, no simpatizaba con los nazis y, horrorizado ante la cifra exigida por el Führer o, más bien, preocupado por las consecuencias que puedieran tener las ejecuciones en la moral de la colaboracionista población civil francesa, consiguió reducir el número de víctimas a 100 tras delicadas negociaciones con el Reich. Von Stülpnagel encargó a Jünger la labor de describir literariamente estos fusilamientos. Jünger cumplió su parte pero más tarde destruyó tan valioso documento.

El 22 de octubre de 1941, cuarenta y ocho prisioneros internados en el campo de Drancy fueron fusilados. Entre ellos el joven Guy Môquet que, desde entonces y hasta nuestros días, se convirtió en un símbolo de la patria gabacha. De lo poco que tienen los franceses para enorgullecerse durante su colaboracionista Segunda Guerra Mundial.

Un escritor más, un Nóbel de Literatura, forma parte del reparto de esta historia. Heinrich Böll fue soldado raso durante la WWII. Su opinión sobre la guerra difería de la de Jünger: “La guerra es espantosa, cruel y bestial, no puedo describírtela” (a su esposa). Su figura inspira un personaje de la película (un soldado del pelotón de fusilamiento) que hoy recomendamos, el telefilm El Mar al Alba del director alemán Volker Schlöndorff, estupendo cronista cinematográfico de la historia alemana que pone en imágenes los hechos que acabamos de resumirles.

La película está muy bien y es muy interesante para los amantes de la Historia. Además, nos sirve como excusa para releer la ya mítica carta de despedida del jovencísimo Guy Môquet que suele ser manipulada por todos, incluido el nacionalismo de derechas (¿es que hay otro?) gabacho más desvergonzado (Nikolas Sarkozy and Co.).


Ha llegado hasta nuestros días gracias a que un buen sacerdote católico no tuvo ningún remilgo en intentar consolar a un grupo de comunistas ateos en los momentos antes de su ejecución. No consiguió que se confesaran pero les sirvió de correo

La carta dice así:

“Mi querida mamita, mi hermanito adorado, mi amado papito:

¡Voy a morir! Lo que yo les pido, a ti en particular, mi mamita, es de ser valerosa. Yo lo soy y quiero serlo tanto como los que pasaron antes de mí. Por cierto, hubiera querido vivir. Pero lo que anhelo con todo mi corazón, es que mi muerte sirva para algo. No tuve tiempo de abrazar a Jean. Abracé a mis dos hermanos Roger y Rino. En cuanto al verdadero (hermano), no puedo hacerlo, lamentablemente. Espero que todas mis pertenencias te sean reenviadas y podrán servirle a Serge, que descuento estará orgulloso de llevarlas algún día. A tí, papito, si te causé, así como a mi mamita, muchas penas, te saludo por última vez. Debes saber que hice lo mejor posible para seguir la vía que tú me trazaste.

Un último adiós a todos mis amigos, a mi hermano que quiero mucho. Que estudie bien para ser más tarde un hombre.

17 años y medio, mi vida ha sido corta, no tengo ningún pesar, si no es el de dejarlos a todos. Voy a morir con Tintin, Michels. Madre, lo que te pido, lo que quiero que me prometas, es de ser valerosa y sobreponerte a tu dolor.

No puedo poner más nada. Los dejo, a todos y a todas, a ti mamá, a Serge, a papá, abrazándolos con todo mi corazón de hijo. ¡Valor!

Vuestro Guy que los quiere.

Guy.


Últimos pensamientos: 
¡Todos ustedes, los que quedan, sean dignos de nosotros, los 27 que vamos a morir!”.

Les exhorto a ello.

10 comentarios:

Unknown dijo...

Interesante entrada. Lo que aprende uno entrando aquí.

Tarquin Winot dijo...

La carta pone los pelos como escarpias. Joder,has conseguido que se me atragante la magdalena. MIerda de guerras, rediós.

Mister Lombreeze dijo...

Señores, ahora nos toca a nosotros ser dignos y permanecer firme ante los autoritarismos que se nos avecinan aprovechando que la crisis campea por nuestras democracias.

El Bueno de Cuttlas dijo...

Buenas, la verdad es que la entrada está muy bien (como siempre) y la publicas después de que el Frente Nacional haya dado un salto tremendo en las municipales francesas del pasado domingo. Yo soy francófilo, me encanta su cultura y su país, pero no llego a entender ese poso ultraconservador nacionalista que existe en algunos puntos del Hexágono, sobre todo en el Norte y en el Este. Creo que es algo que entronca directamente con la mentalidad que propició el colaboracionismo con los nazis en la guerra.

Por cierto, me vi "El Ejército de las Sombras" hace un par de semanas. Un poco desestructurada para mi gusto pero con un poder narrativo muy bueno. Lo mejor el principio y el final.

Saludos gusanos

David dijo...

Joder, qué tarde llego.
La cabecera es genial.
La peli está no la he visto. De lo de Jünger...Estoy más bien con la frase de Böll, pero hasta cierto punto entiendo la figura de Jünger. Sus memorias están bien (me he leído dos Radiaciones), pero a mí la novela que más me gusta de él es la de Abejas de cristal... Ahí me da que se le va más descreído de todo, porque el personaje protagonista ubica su patria más que nada en la sonrisa de su mujer.
Pero bueno, tomo nota de la recomendación.
Por cierto, sobre lo de las cartas de los fusilados... a eso hace referencia en los diarios... y a las palabras con las que se despedían. Bueno, si leíste algo que te mandé y lo recuerdas un poco ya lo sabrás.
Un saludito.

David dijo...

Y no era poeta. Novelista-escritor- ensayista...pero poeta, lo que se dice poeta.

Mister Lombreeze dijo...

@Cuttlas, qué te parece la escena de la ejecución del chivato?. Yo creo que es la más dura escena de ejecución que he visto en mi vida. Es un realismo muy doloroso.

@David, yo también entiendo su figura lo que no impide que me asquee al mismo tiempo. El mérito como cronista de una época no se lo quito. Jünger tuvo tiempo de descreer, como a él no lo fusilaron...

David dijo...

Ja ja ja... Y jo! Cómo somos..

Que no... Que en la 1ª Guerra Mundial iba todo el mundo supercontanto a "purificar" Europa. Y que hay que situarse. Claro, yo también me quedo antes con Lang que se va por patas o con otros que denuncian, pero...
Mira te pego un comentario que me hizo una amiga (así que no te metas con el comentario) en una vieja entrada de mi blog:

"Toda la literatura de la Gran Guerra se basa en la desilusión y la ironía, porque es una guerra de la que se tenía muchas ganas, entre la gente normal y entre los intelectuales de todas las tendencias. El estado mental de 1914 es casi incomprensible desde nuestra mentalidad moderna, que tira claramente a lo pacifista y antibelicoso.

Se suele poner el énfasis en lo "absurdo" de esa guerra y en los intereses imperialistas que la provocaron. Escuece un poco más recordar que aquellos europeos tuvieron justo lo que pedían a voces.

Resulta curioso recordar que el comienzo de la segunda guerra no fue bien recibido ni en la Alemania nazi, donde la gente dio un suspiro y murmuró "en fin, allá vamos..." Sólo se pusieron más contentitos cuando entraron en París..."

Buenos días.

Hay gente que a pesar de todo sigue sin descreer... yo al menos prefiero a los que aprenden, leches!

Mister Lombreeze dijo...

Lo de que el comienzo de la WWII no fue bien recibido ni en la Alemania nazi es absolutamente falso.

Lo de que los intelectuales pacifistas fueron tachados de traidores durante la WWII es cierto. La WWI no fue una guerra absurda, fue una guerra imperialista y nacionalista. Lo que fueron absurdos fueron algunos episodios y tácticas.

El manifiesto de los 93 lo firmaron 93, entre ellos Max Planck

El contramanifiesto de Nicolai lo firaron 3 intelectuales, entre ellos Albert Einstein.

David dijo...

No sería tan bien recibido para quienes ya habían pasado por la primera, digo yo. Pero que ya te entiendo... con toda la euforia hitleriana que había y viendo cómo les iba de bien, se animarían enseguida.

Yo creo que todas las guerras son absurdas, porque la gente se pone a seguir a una panda de gilipollas integrales que solo buscan poder (económico, nacional, imperial, lo que tú quieras), en lugar de mandarles a freír espárragos... Como decía Asimov, "la violencia es el último recurso del incompetente"...pero como no tengo en mucha estima a la especie humana (a pesar de los ejemplos tan maravillosos que a veces destacan entre ella, vale)...pues es lógico que haya guerras... históricamente demostrado lo incompetentes que somos.
Pasa buena tarde.

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