sábado, 27 de septiembre de 2014

Frases de Música. Richard Strauss vs. el Nacionalsocialismo alemán.

"¿Cree usted que yo me conduzco en todos mis actos pensando que soy “alemán”? ¿Cree usted que Mozart era consciente de ser “ario” cuando componía? Sólo conozco dos tipos de personas: las que tienen talento y las que no lo tienen".


Seguimos celebrando durante este año el 150 aniversario del nacimiento de uno de los más grandes genios de la música occidental del pasado siglo: Richard Strauss (1864 - 1949), creador de varias cimas de la música clásica y uno de mis compositores favoritos.


Strauss no era nazi ni antisemita aunque colaboraba con el gobierno alemán (muchas veces, a su pesar). Su acreditado prestigio en vida le permitió escribir insolencias del calibre de las frases que encabezan este post dirigidas al, ni más ni menos, grandísimo hijodeputa de Joseph Goebbels quien se las tragaba sabedor de que el autor de tales palabras, que hubieran conducido a cualquier otro a un destino siniestro, era también el autor de Salomé (1905) y El Caballero de la Rosa (1911) -dos óperas magistrales- y el más grande compositor alemán vivo.

Todavía se la jugó más cuando la Gestapo interceptó una carta suya dirigida a su amigo el gran escritor judío Stefan Zweig en la que decía que "su trabajo como presidente del Consejo de Música del Reich era solamente una actuación". Después de esto, tuvo que renunciar a su cargo, varios de sus estrenos previstos fueron cancelados y, para evitar males mayores, decidió enviar una carta personal a Hitler para la que nunca recibió respuesta.

El flirteo de Strauss con el régimen nazi parece tener su origen en el hecho de que su nuera y, por tanto, sus nietos eran judíos según las racistas leyes alemanas. Strauss pensaba que su prestigio artístico era el mejor escudo protector que podía ofrecer a su familia. De hecho, se cuenta que se plantó a las puertas del campo de concentración de Theresienstadt y le dijo a los soldados de la puerta: "Yo soy Richard Strauss". Su inocencia le hizo creer que esas cuatro palabras bastarían para liberar a la madre de su nuera.

No fue así.

Sepan ustedes que Richard Strauss aprobó el examen final de las autoridades americanas que, tras la guerra, lo absolvieron de cualquier acusación de filonazi.

Es por ello que los Gusanos, todavía hoy, bailamos sus valses.

Bueno, también porque son MARAVILLOSOS
Volumen al máximo (8 minutos).

4 comentarios:

David dijo...

Joder, no conocía esa historia del campo de concentración. Sí lo de su amistad con Zweig (igual hasta lo había leído aquí; ¿no fue una en la que Hitler iba a ir y después se negó porque Strauss apoyó a Zweig?)
En fin...
Bonita entrada.

JLO dijo...

no sabía que era contemporáneo de esa época, soy un inculto en música clásica que piensa que todo es del 1800 para atrás je...

estoy escuchando el video, no lo tenía mucho a Strauss... ¿que inestabilidad emocional que tendría en esos momentos no? Aunque lo importante era no morir con los tuyos en ese momento...

miquel zueras dijo...

Curioso lugar el campo de Therensiedstat. Los nazis lo presentaban como un campo modélico con muchos prisioneros artistas e intelectuales que mostraban a los periodistas. En realidad una antesala de los campos de extreminio como ocurrió con el gran dibujante Georges Freta y tantos otros.
Saludos! Borgo.

Mister Lombreeze dijo...

Ojo que este Strauss no tiene nada que ver con los famosos Strauss de los valses vienenes de cada 1 de enero.

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