lunes, 23 de febrero de 2015

Mini Reseñas: Magical Girl (2014, Carlos Vermut). Un thriller vermutiano.

Recordemos que Carlos Vermut, el realizador y guionista de Magical Girl, es el responsable de una obra deslumbrante: Diamond Flash


Dicho esto, añadimos que Magical Girl es una película sobresaliente y uno de los mejores ejemplos cinematográficos que se me ocurren para ilustrar ese eufemismo que alguien en algún momento inmortalizó como “el lado oscuro” del individuo y que no es otra cosa que hacer el mal a sabiendas de que lo que se está haciendo está mal. El lado oscuro es el origen de la violencia y la violencia se emplea, principalmente, para robar a otro algo que él tiene y nosotros no. Hay tres protagonistas en Magical Girl y cada uno de ellos le roba algo al otro. Ésta es la mejor sinopsis que se me ocurre para la película. 

Magical Girl es un thriller vermutiano y necesita este adjetivo porque estamos hablando de cine de autor, o sea, de un universo propio del creador que puede ser o no paralelo al del espectador, lo mismo que sucede con los universos cinematográficos de Haneke, Bergman, Buñuel o Almodóvar por citar a algunos de los súper héroes favoritos de Carlos Vermut (están avisados). Sus influencias son reconocidas pero, como sucede en los buenos cócteles, el resultado de la combinación de los ingredientes sabe a otra cosa diferente y nueva.

Magical Girl es una película de bajo presupuesto, de personajes (que aparecen y desaparecen), con un poco de trama (la justa) y muy sobria en lo que a puesta en escena, número de planos, diálogos y movimientos de cámara se refiere. Es enigmática, intrigante. Deja mucho a la imaginación de cada espectador y revierte los códigos del género: el villano es un padre de familia en paro con una hija enferma de leucemia mientras que los héroes son un pedófilo y una chiflada masoquista... 

Pues eso, Magical Girl: no se la pierdan.

Por cierto, suena un poquito de Erik Satie:

8 comentarios:

Meneillos dijo...

La historia me enganchó y me pareció original . La recomiendo

Rod-ae dijo...

Me pareció muy buena. Sobre todo por el tratamiento que hace de lo acontecido no mostrado y aquello que se visualiza. Todo entreteje una trama que se va reconstruyendo imprevisiblemente. Esto es lo que se llama un magistral tratamiento de la elipsis narrativa. Sí, muy buena.

Rod-ae dijo...

Ah! Y el elemento clave de lo que este tío ha querido transmitir: todo lo que significa una simple y aislada pieza de un puzle. No lo ha podido hacer mejor.

Mister Lombreeze dijo...

Completamente de acuerdo en lo que dices de "lo acontecido no mostrado". También me gustó mucho lo de la metáfora del puzle. Eso sí, ya he leído unas cuantas interpretaciones. A mí me gusta ésa de que está a punto de reconstruir su vida cuando de repente... a tomar todo por saco!, jejeje.
Pues eso, que la peli da más de lo que aparenta dar. Se agradece.

miquel zueras dijo...

Sigo la obra de Carlos Vermut desde que ambos publicábamos cómic en "El monográfico". La película me ha gustado y tiene su toque de humor personal como el detalle de que el dinero lo dejan en un ejemplar de la Constitución "porque ese libro nunca lo coge nadie". Quizás le sobraba ese punto de cine de autor, esos planos secuencia largos, los silencios... creo que habría ganado con una diracción más agil.
Saludos! Borgo.

Mister Lombreeze dijo...

miquel, claro por eso es un thriller "vermutiano", es cierto que hay tufo de estilo, de autor, y eso puede ser bueno y malo, ya me entiendes.
Por cierto, tú que lo conoces, lo del apellido "vermut" se lo ha puesto por ser un fiera en esos menesteres?

miquel zueras dijo...

No... ja, ja! Su apellido auténtico es López, mucho más corriente. No sé porqué eligió lo de vermut pues personalmente sólo hablé con él un ratito en el Salón del Cómic del 2009.
Ah, si quieres te paso mi receta del cochinillo al vermut.
Saludos! Borgo.

Rod-ae dijo...

No sé, creo que las interpretaciones metafóricas no llegan ni a la metáfora en sí, pero esas pamplinas entretienen. Lo importante es que crea marca propia, vertmudiana o, metonímicamente, de la marca por el producto: "Martiniana" más bien. Y eso es muy difícil. Pues, cuánto daría yo por ser metonimia de la marca "gusana" con apellido propio. En fin, rodaje y maestros. Cada día valoro más tu blog. Pero porque llegaste antes, sino la "vermudiana" sería yo. Saludos y mi admiración, como siempre.

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