lunes, 28 de marzo de 2016

Palabra de Sevillana. Huellas Que Se Van. (María Jiménez, 1976).

Mi hermana mayor, M. fue (y sigue siéndolo, pero voy a escribir de pretérito porque esto va de nostalgia) una fanática seguidora de la hoy día extravagante cantante sevillana María Jiménez

María Jiménez fue una folclórica deslenguada que en sus canciones hablaba de follar cuando casi nadie en España hablaba de follar en sus canciones. Esto hay que reconocérselo. Pero ojo, que también versionaba a Silvio Rodríguez o Amancio Prada (disfruten de esta estupenda versión suya).

El caso es que M. era (y es) la hermana mayor, así que era también la dueña del radio-cassette y sometió al resto de sus 5 herman@s a una tiranía musical que rozaba la crueldad intolerable. Luego le pasó el testigo a mi hermana R. que nos martirizó con lo peor de Julio Iglesias. Más tarde yo tomé el control respaldado por mi incipiente poderío físico y por mi demostrada superioridad intelectual, y abusé de mis herman@s sometiéndoles a sesiones interminables de Radio Futura o Chaikovski. El último en coger el testigo, o sea el radio-cassette que ya incorporaba lector de cd, fue el pequeño J. quien, cual crepuscular cowboy, cantaba solitario, mientras vagaba por el estucado pasillo, las canciones de The Jam, RHCP o RATM. Pero nadie le hacía caso porque mis padres ya estaban viejos y cansados y el resto de los hermanos estábamos jóvenes y pletóricos. Cosas de tardanos.

Lo cierto es que toda mi familia se conoce al dedillo (y a la fuerza) la discografía completa de María Jiménez y creo estar seguro de que casi todos recordamos la mayoría de sus letras. Ahora que soy talludito, cada día miro más hacia atrás sin ira pero con nostalgia. Es decir, de María Jiménez sigo odiando muchísimos de sus temas que considero horripilantes (sobre todo los que hablaban de follar) pero reconozco que hay unos cuantos que me gustan mucho. ¿Motu proprio o adoctrinamiento forzoso?. Quién sabe. 

Uno de mis favoritos es éste que traigo hoy al blog (puede que para sorpresa de muchos) titulado Huellas Que Se Van.

Comienza con una extraordinariamente larga y misteriosamente electrónica introducción de dos minutos y medio que va languideciendo hasta que es interrumpida por la desgarradora voz de una joven María Jiménez de 26 años.

A ver si les gusta esta rumbero-aflamencada canción que forma parte de mi infancia como si de la banda sonora de mi Cuéntame particular se tratara, y que contó con la colaboración de un arreglista de lujo, el guitarrista Paco Cepero (casi nada). 

miércoles, 23 de marzo de 2016

A propósito de la fe. The Ledge (2011, Mathew Chapman).

La película no es buena pero tiene sus momentos. 
Éste es, posiblemente, el mejor de todos.
Feliz largo puente para todos aquellos que puedan disfrutarlo.

martes, 8 de marzo de 2016

El Nuevo Nuevo Testamento (2015, Jaco Van Dormael). Si las Mujeres Mandasen...

¡¡¡Dios existe y vive en Bruselas!!!.


¿Y por qué no?. No me parece una creencia más delirante que las de la mayoría de las que proponen las religiones actuales. El caso es que el catolicismo no es una religión muy feminista que digamos. "Esa puerta esta cerrada". No lo digo yo, lo dice el Papa (y el Papa guay, no cualquier Papa).

Y es que Todo empezó regular desde el momento en el que…

"El Génesis según MrLombreeze"

... Dios, aburrido de haber creado la Naturaleza que no es sino un espectáculo frío y muerto (como el espacio exterior) o cruel (como los animales carnívoros), decidió crear al Hombre a su imagen y semejanza, de lo que se deduce que Dios tiene escroto. Esto es una Verdad como un Templo. El Hombre, no menos aburrido de ver gacelas, nutrias, amapolas y chorradas por el estilo, le pidió a Dios una compañera (pero sin escroto) para poder dedicarle poemas, óleos y sinfonías y darle sentido a las estúpidas gacelas, nutrias, amapolas y a todas las demás chorradas por el estilo. Así que Dios, arrancando al Hombre una costilla (primera prueba de su sadismo), creó a la Mujer y a los poco días le endosó la responsabilidad del Pecado Original, recurso con el que el Creador nos tiene agarrados por los huevos y que es, también, el primigenio estigma machista que sirve de justificación divina para someter a la mujer y reducirla al papel de esclava y/o puta. 

El resto del Antiguo Testamento es una recopilación de barbaridades, hasta que aparece el hijo jipy de Dios con su revolucionario mensaje de “ama a tu enemigo”. Pero ésa es otra historia que terminó también regular.

Padre (macho alfa, barba blanca), Hijo (macho jipy, barba jipy) y Espíritu Santo (¿efebo asexuado imberbe?). La Madre y la Hija no caben en la Santísima Trinidad. Pues bien, en la película El Nuevo Nuevo Testamento Dios vive en Bruselas. Su hijo mayor se marchó hace mucho tiempo de casa. Dios es un cretino que va siempre en bata y chancletas, solamente ve los deportes en la tele, bebe cerveza, anula a su esposa como persona y maltrata a su hija pequeña de 10 años. Un machote.


Para combatir su tedio existencial, Dios se encierra en su habitación de juego y se dedica a torturar a la Humanidad. Le envía ébola, polio, esclerosis lateral amiotrófica, adrenoleucodistrofia, diabetes, sida, asma, accidentes, catástrofes naturales, partos con dolor, hambre, miedo, miseria, fieras y etc de todas cosas que hacen nuestro mundo innecesariamente menos hermoso y que, como dijo Camus, nos llevan a concluir que, o bien Dios no existe o bien Él es, en realidad, el sádico y colérico tirano que describe, detalladamente, el Antiguo Testamento. En fin, lo cierto es que los pobrecitos humanos vivimos acojonados por la idea de la incertidumbre del momento de nuestra muerte. Dios lo sabe y lo explota en su beneficio.

Partiendo de todo lo anteriormente expuesto (o eso creo yo), Jaco Van Dormael nos ofrece en El Nuevo Nuevo Testamento, una comedia que es un cruce entre Amélie y El cielo sobre Berlín. Casi nada. Entiendo que el resultado pueda resultar indigesto tanto por considerarlo superficial como por trascendente (según se mire). No es mi caso. No quiero contar nada más de la trama y solamente añadiré que quiero recomendar hoy, un día tan feminista, El Nuevo Nuevo Testamento porque, es, también, una película muy feminista que reflexiona, un poquito, acerca de la cuestión del papel de las mujeres en las religiones mayoritarias de nuestro planeta. O cómo es posible que las religiones ninguneen a la mitad del planeta y se queden tan panchas.

Es una sátira amable, poética, agridulce, surrealista y divertida. No se la pierdan. 
Sale Catherine Deneuve. Hela aquí en su maravilloso esplendor otoñal:



El realizador belga Jaco Van Dormael, responsable de El Nuevo Nuevo Testamento, es un gran melómano (ya lo demostró en Las Posibles Vidas de Mr. Nobody), así que la película está adornada con un montón de ¡¡¡música clásica!!!. Vamos a quedarnos con uno de sus dos leit motivs principales (del otro ya hablamos aquí).

Los tres minutos durante los que suenan las notas del Acuario de El Carnaval de los Animales (1886, Camile Saint-Saëns) constituyen uno de los momentos musicales más extrañamente hermosos de todos los tiempos. Le sirvieron a Terrence Malick para los créditos iniciales de su magistral Días del Cielo (1978). Son maravillosos. Disfrútenlos ahora y recuerden ver El Nuevo Nuevo Testamento.

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