viernes, 16 de febrero de 2018

La Verdad oculta (2010, Larysa Kondracki). A propósito de escándalos actuales.

«Esta película es un acta de acusación dirigida contra el reino de las bandas existentes en América y contra la indiferencia total del Gobierno hacia esta amenaza que no deja de aumentar poniendo en peligro nuestra seguridad y nuestra libertad. Cada suceso de esta película representa algo que sucede todos los días, y su fin no es otro que preguntar al Gobierno: «¿Qué piensa hacer en relación con este tema? Este Gobierno es su gobierno. ¿Qué va a hacer usted en relación con este asunto?». 

Con este cartel comenzaba Scarface, el terror del hampa (Howard Hawks, 1932). 
Con uno muy parecido podría haber comenzado la película que vamos a recomendar hoy.


Las Guerras de los Balcanes fueron algo tremebundo. De entre todas ellas se llevó la palma, en lo que a barbaridades se refiere, la Guerra de Bosnia. En un marco como aquél, con semejante caos militar y multitud de complejos y viscerales conflictos religiosos, étnicos y políticos entre las diferentes etnias de los habitantes de Bosnia, puedo incluso llegar a entender por qué, en 1995, 400 cascos azules holandeses salieron por patas de Srebrenica (ciudad que debían proteger) cuando llegaron los hijos de puta de la VRS (el ejército serbio de bosnia). El resultado del acojone holandés: 8.000 bosnio-musulmanes que habían acudido a Srebrenica, confiando en la ONU, fueron fusilados por los serbiobosnios (ortodoxos). El parlamento de Holanda fue un poco menos comprensivo que yo y, cuando todo el asunto salió a la luz, el gobierno holandés fue obligado a dimitir.

Pero ya se sabe que es más difícil ganar la paz que ganar la guerra.


Cuando la oficial de policía norteamericana Kathryn Bolkovac (de ascendencia croata) llegó a Bosnia en 1999 contratada por la DynCorp (empresa privada de seguridad contratista del gobierno de los USA) para ejercer su labor como instructora de la Policía Internacional de las Naciones Unidas, no podía imaginarse que, cuatro años después de finalizada la guerra, las barbaridades en territorio bosnio continuaban. Este dato le resultó sorprendente: si la mitad de los varones bosnios había muerto durante de la guerra, ¿cómo explicar el florecimiento de prostíbulos y burdeles en Bosnia? y ¿por qué a nadie le parecía extraño?.

Kathryn Bolkovac comenzó trabajando como instructora de policías bosnios para combatir la violencia de género y acabó destapando un escandaloso y vergonzante (otro más) negocio de tráfico sexual de mujeres. Mujeres que eran secuestradas y obligadas a prostituirse para uso y disfrute de ¡¡¡los machotes de las fuerzas pacificadoras de la ONU!!!. Así que algunos de los tipos que estaban en Bosnia para ayudar a las antiguas víctimas, contribuyeron, en realidad, a fabricar nuevas. Pero, ¿a quién le interesan unas cuantas putas de guerra?, ¿quién se va a preocupar por los más parias de entre los parias?. Pues Kathryn Bolkovac, quien denunció esta situación de la que todos (autoridades locales, mafias de proxenetas y miembros de las fuerzas de la ONU) se beneficiaban.


Y ya me callo porque me estoy poniendo de mala hostia y porque no quiero desvelar más trama de la película que recomendamos: La Verdad oculta, dirigida por la debutante realizadora canadiense Larysa Kondracki quien llevó, en clave de thriller, la historia de Kathryn Bolkovac a la gran pantalla con notable resultado. La mayor virtud de la película es su clara intención edificante y su propósito de denunciar una situación que debe ser conocida por la opinión pública.

La Verdad oculta tiene un tufillo a telefilme de lujo basado en hechos reales (ojo al reparto: Rachel Weisz, Vanessa Redgrave, Monica Bellucci, David Strathairn) de ésos que tanto me gustan cuando poseen la noble voluntad de exponer públicamente las vergüenzas de nuestras sociedades. Rachel Weisz está estupenda en su papel de heroína, no de acción, sino de devoción, es decir, esa clase de héroes que alcanzan dicha categoría por seguir el camino que les guía su sentido del deber y su fe en la justicia.

Puede que La Verdad oculta no te ayude a convertirte en un mejor cinéfilo, pero seguro que, tras verla, consigue revitalizar esa necesaria dosis de rabia e indignación que todos necesitamos para echarle narices a la vida y pelearnos con la parte más fea de este mundo.

Pues eso, para una tarde premium de domingo. 

9 comentarios:

Bubo dijo...

PUes me he quedado con ganas de verla. Buena recomendación.

David dijo...

Apuntada. Pero la lista es muy grande ya...

abril en paris dijo...

La tengo en la lista...digo lo del amigo de los gorritos..

Para mala hosti estamos, Lombreeze..;(

Mister Lombreeze dijo...

Quiten de sus listas todo lo que no haya recomendado yo.

David dijo...

Jajaja...Pues sí que.. Qué gracia tienes, maño.

Rosa Ortega Díaz dijo...

Mr., ya lo que más me atrae de De gusanos son sus portadas. Eso es un éxito, te lo aseguro!!! Voy tan atrasada en pelis y en todo lo que se menea aquí, menos en tus portadas, claro!!! Son auténticas, comunican más que las entradas!!

Mister Lombreeze dijo...

Lo más importante de un blog es su cabecera, todo lo demás es paja y autobombo para el ego del blogger.

dvd dijo...

No la he visto...

Rosa Ortega Díaz dijo...

Pues lo has descrito bien. La cabecera es el cerebro de un macrocentro blog, de todo lo que tiene seso y arte y parte. Salvo una, LA PRIMAVERA HA LLEGADO!! El sistema límbico blogo gusano entonces habla por la entrada. Sigue así, yo no doro la píldora! Un saludo de como siempre!

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