lunes, 1 de junio de 2009

MR 73 (2008). Surfeando la Nouvelle Vague.

Las principales diferencias entre el cine USA y el europeo son que los americanos hablan mucho, meten muchísimos planos por película, los protagonistas no fuman (ahora), casi no enseñan tetas y desde luego nada de pubis peludos ni penes. Los europeos, por su parte, hablan mucho menos, ahorran planos y siempre encontrarán un rincón por el que colar algún desnudo femenino y, si ya son muy modernos, pues entonces masculino.
Cuando los americanos quieren ir de intelectuales miran a Europa, (sobre todo desde la costa Este pues es más fácil), y les ponen a sus pelis más silencios y tetas y culos. Y cuando los europeos miran a los USA, -esta vez a California-, insertan planos por un tubo y hablan por los codos.

Luego está el cine oriental, (próximo y lejano), donde prácticamente no se habla, se hacen bromas incomprensibles para los occidentales y no se desnuda ni cristo. Así cubrimos todas las sensibilidades cinéfilas.

Ya hemos comentado y leído aquí, la maldición que sobre el cine de Rohmer lanzó el gran Gene Hackman.
Para muchos aficionados al cine, la sentencia de Mr. Hackman se puede hacer extensible a todo el cine gabacho desde el año I hasta nuestros días. La culpa de esta injusticia la tiene sobre todo la nouvelle vague, movimiento cuyo nacimiento cumple este año su 50 aniversario.

Qué viene la nouvelleeeeeee!!!

Aunque lo que voy a decir suena poco cinéfilo, a mí la nouvelle vague no me atrae demasiado y, en ocasiones, me aburre bastante. Truffaut es mi favorito de lejos.

Pero hay mucha vida y mucho cine en la Francia si te atreves a enfrentarte a esa gigantesca ola, como hizo el náufrago amigo de Wilson. No es que yo sea un gran entendido de esta filmografía, (los USA y los UK quitan mucho tiempo), pero he visto un buen puñado de películas de los pre-nouvelle vaugerianos Jean Renoir, Jacques Becker, Jean Vigo, Jackes Tati, Jean-Pierre Melville, Jean Cocteau, Robert Bresson o René Clair , (y poco más), y os aseguro que estos tipos tienen un número no despreciable de buenas películas y unas cuantas obras maestras en sus filmografía.

Alguno me dirá que Melville pertenece a la nouvelle vague, pero rememoro en mi cabeza películas suyas como "El silencio de un hombre", "Círculo rojo", "Crónica negra" o "El ejército de las sombras", y no me casan con el estilo, (que no es que sea homogéneo), de los jóvenes modernos de los 50 que crearon el movimiento ése tan famoso a la sombra de "Cahiers du Cinéma", publicación que no he leído en mi vida.

No me voy a alargar hablando ahora de la historia del cine francés, pero tengo que reconocer que sigue siendo una de las filmografías que, tras las de los USA y UK, sigue dándome mayores alegrías.

Olivier Marchal es un actor, guionista, ex-policía y, más recientemente, director de cine que hace 4 años me sorprendió muy gratamente con el majísimo thriller policial "Asuntos propios". Mi incurable pereza me impidió investigar más sobre este señor en su labor como realizador. Y ahí quedo la cosa.
Hace un montón de meses vi la que es su cuarta película, "MR 73", que ahora me entero que se ha estrenado recientemente en España.

Resulta que Marchal es un admirador confeso del cine de Michael Mann, lo que me deja un poco turulato, pues Mr. Mann no está entre mis favoritos, aunque vaya mejorando poco a poco a tras cada película. Pero así es el tema de los gustos personales, no funciona la propiedad transitiva ni el sofismo.

MR 73, -título que hace referencia al revólver Manurhin del año 1973-, nos cuenta la historia del autodestructivo detective Schneider, interpretado por Daniel Auteuil, actor que es el principal responsable de que vea muchas de las pelis francesas de nuestros días, porque es un tío que me encanta. (Aunque por su "culpa" también me he tragado chorradas como pianos del estilo de "Caché" de Michael Haneke. Pero bueno, se lo perdono).

El caso es que Schneider, que ha sido un buen poli durante toda su dilatada carrera, se está enterrando en vida a base de cigarrillos, alcohol e indisciplina, debido al dolor que un trágico drama personal ha dejado para siempre en su existencia y en su alma.
Pese a que se le está yendo la pinza, sigue siendo un inspector de homicidios que tiene una cosa clara: Hay que coger a los malos y meterlos en la cárcel.
En su camino, y en mitad de una investigación de una serie de sádicos asesinatos, se cruzará la joven Justine, (Olivia Bonamy), cuyos padres fueron salvajamente asesinados hace 25 años por un auténtico hijodemalamadre al que, afortunadamente, Schneider cazó y metió en la cárcel a perpetuidad. Pero el ahora anciano Charles Subra, (terroríficamente interpretado por Philippe Nahon), convertido en hombre religioso, tiene serias posibilidades de alcanzar el indulto y la libertad a sus 69 añazos...

Estas dos sencillas, típicas, pero siempre efectivas, tramas entrecruzadas son suficientes para que Monsieur Marchal haya creado un film muy interesante, en el que, al igual que en su anterior "Asuntos propios", vuelve a desvelarnos el funcionamiento interno y turbiedades del cuerpo de policía francés.
Una excelente fotografía, "ritmo francés", (que dice mi mujer), buena banda sonora y, sobre todo, la gran interpretación de Daniel Auteuil con la previsible, pero emocionante, redención incluída, justifican el visionado de la historia.

A mí me encantó la peli y os la recomiendo. Hasta tiene un toque Waira en su escena final.
Me pongo ahora a localizar y videar en cuanto pueda los dos anteriores trabajos de Marchal: "Gangsters" (2002) y "Un bon flic" (1999).

Por cierto, según rezan los créditos iniciales, la historia está basada en hechos reales.

10 comentarios:

Soundtrack dijo...

Pues yo de Vague tengo bastante, pero eso de Nouvelle, me parece que no...

En cualquier caso, parece que este filme pudiera ser interesante, así que lo apuntaré a mi lista de "quiero y no puedo" ;)

Dr. Quatermass dijo...

Jaja gran disertación sobre el cine europeo/americano/japonés, creo que con las pistas que das ya no me quedarán dudas para diferenciarlos :-)

Sobre la nouvelle vague, estoy de acuerdo en que es un "cajón de sastre" donde se meten cosas que no tienen demasiado que ver, a ver que tienen que ver "los 400 golpes" con "A bout de souffle". Pero tengo muchos deberes en el estilo.

Saludos!

Anwar dijo...

Pues habrá que echarle un vistazo

Gracias por pasarte por mi blog y perdona que se un pesado Mr. Lombreeze, pero es que te quería mencionar que ha habido CAMBIOS EN EL SISTEMA DE VOTACIÓN en el Concurso 70 Aniversario Batman y como tu me has votado con el sistema a través de encuesta el cual se ha anulado por trampas

Por lo que si no es mucha molestia pásate por mi blog y te enterarás mejor

Saludos

Angel "Verbal" Kint dijo...

todas las frases que contienen las palabras nouvelle vague provocan en mi un sopor extraordinario

Mister Lombreeze dijo...

No me extraña demasiado Angel. Si es que no contextualizas históricamente...
Por eso tienes que ver MR73.

Anónimo dijo...

mr 73 no tiene nada que ver con un magnum, si no con MANURHIN 73, que era el arma de la policía entonces.

Mister Lombreeze dijo...

Gracias anónimo por la corrección ;-)
http://historiadelasarmasdefuego.blogspot.com/2009/01/revlver-manurhim-mod-mr73.html

Anónimo dijo...

Pedazo de animal de bellota!!!! Melveille nunca ha pertenecido a la nouvelle vague!!! En cuanto leí eso dejé de leer el resto de tu articulo. Puffff...

Mister Lombreeze dijo...

Anónimo, sí, mejor no siga leyendo y vuelva a comenzar porque creo que no se ha enterado de lo poco que ha leído.
Lea que escribo:
"Alguno me dirá que Melville pertenece a la nouvelle vague...".
Y luego añado que yo no estoy de acuerdo. Lo mismo que ud.
Cito a la wikipedia:
"La nouvelle vauge surge cuando muchos de los críticos y escritores de la revista especializada "Cahiers du Cinéma" (Cuadernos de Cine) -fundada en 1951 por André Bazin- deciden incursionar en la dirección de filmes hacia finales de los años cincuenta, tras haber desempeñado la profesión de guionistas durante los años precedentes. Tales son los casos de François Truffaut, Jean-Luc Godard, Jacques Rivette, Éric Rohmer o Claude Chabrol, y sobre todos ellos su precursor Jean Pierre Melville..."
No se desanime. Aprender a leer cuesta un tiempo.

MonSeñor Gusano dijo...

Anónimo, es usted de lo peor. No venga aquí usando malas maneras. Encima quedando como un tontín que no sabe leer. En fin leer en diagonal es lo que tiene. O es que tiene nublado el seso y la mente. No creo que exista nadie que NO sepa leer, a estas alturas.

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