sábado, 11 de julio de 2009

El salitre de las botas de Pockollock. Capitulo III.

Capítulo III. Los 1.000 primeros días de Konsultas.

Una fría mañana de Agosto de 1900 la Reina nombraba a Konsultas "Primer Ministro del Imperio" y encomendaba a su antiguo amigo de la infancia, con el que tantos juegos de mesa había compartido, resolver lo antes posible la cuestión de "las 2.712 botas de Pockollock" que vulgarmente fueron conocidas como "botas índicas" y que tan de moda estuvieron a comienzos del siglo XX, dando lugar incluso a un baile que se haría muy popular: el botíndico.

Konsultas, gran melómano y sobre todo aficionado a la ópera, pasó, sin embargo, sus 1.000 primeros días de mandato intentando llevar a cabo un sueño de juventud: representar en el Gran Teatro de la Ópera Imperial la obra que su gran amigo y camarada de armas de la adolescencia, Giulio Vinelli, había compuesto en honor al archiduque de Egipto.

Giulio Vinelli.

La ópera se titulaba "Il mio poleo", ("Mi pollo"), y narraba la epopeya del legendario militar cretense Vastos Androstos quien, debido al dolor que le producía el amor no correspondido que sentía por la reina de los Malakeos, Prifrigia, decidió exterminar a este pueblo y partió al mando de un ejército de 125.000 holotantes, (guerreros que se caracterizaban por usar unas llamativas botas de cuero rojo), camino de Malakka, patria de los malakeos.

Prifrigia sale al encuentro de Androstos para suplicarle que no asesine a su gente. El encuentro se produce en el paso de Kalabias, a la sombra de los Montes sin Sombra. Prifrigia, con lágrimas en los ojos, implora piedad a Vastos Androstos. El jefe cretense duda. Los hermosos ojos de Prifrigia llegan a emocionarle, pero la rabia y los celos son más fuertes que su compasión y, ciego de ira, insulta a Prifrigia con la mítica sentencia: "Nastis humudenio pro Malakka!", ("Que nadie duerma en Malakka!"). Prifrigia, que no entiende lo que Vastos quiere decir y, sin otra alternativa, recurre finalmente a un recurso extremo: echar mano del poderoso ejército malakeo compuesto por 125 millones de jinetes húngaros, ante cuyo feroz embite, las botas de cuero rojas de los sorprendidos holotantes demuestran ser totalmente inútiles.

Vastos Androstos y Prifrigia, reina de los Malakeos.

Herido de muerte y testigo de la derrota de su ejército, Vastos pide hablar con Prifrigia. Ella accede y se presenta ante él de inmediato. Vastos la mira y suelta un desgarrador alarido: "Nastis humudenio pro Malakkaaaaaaaaaaa!". La reina Prifrigia le responde, esta vez con un susurro, "Nasto kompendio Vastos" ("no te entiendo Vastos"). Así finaliza una de las más apasionadas e inmortales historias Clásicas de amor.

Con semejante material entre manos y con libreto de otro italiano, el conde de Lanzattini, Giulio Vinelli, creó una ambiciosa ópera en IV actos para dos orquestas, 26 campanas de Iglesia, 2 cañones "duilio" italianos y 52 coros mixtos más un coro infantil, cuya duración alcanzaría las 6 horas.
El proyectó entusiasmó a Konsultas ya en sus tiempos de capitán del "Portington", donde Vinelli, ocupaba el cargo de contramaestre de babor.
La leyenda dice que fue precisamente Vinelli el responsable indirecto de "la matanza de Makwoli de 1825" puesto que el aria del acto I, ya esbozada por aquel entonces, la inmortal "chi no pari il canonne", ("que no paren los cañones"), que Vinelli interpretó a la mandolina ante Konsultas, provocó en éste tal euforia que comenzó a correr desnudo, cantando, antorcha en mano, la famosísima estrofa:

Chi no pari il canonne
Chi no cese la parola
Chi la luna sea marrone
E il sole sea canzona.

El caso es que en 1900, el Primer Ministro Konsultas decidió materializar el sueño de su amigo Vinelli antes de resolver el problema de "las botas índicas"...

Próxima semana: Capítulo IV. La muerte de Marguerite Duvidier.

3 comentarios:

Soundtrack dijo...

Fabuloso!. Lo de la "sombra de los montes sin sombra" es sencillamente épico. Extingue usted todos mis vanos intentos de escribir algo medianamente interesante, Lombreeze. A ver cuando pueden comprarle el guión para el cine :)

lunes dijo...

JUA JUA JUA. Va dejando usted detalles geniales como al descuido. Yo es que me lo imagino partiéndose el pecho de risa mientras escribe. Ja ja ja

Insanus dijo...

Épico, añadiría yo. Además, recoge el espíritu de toda una época: el pueblo a base de sopa de verduras mustias y pan mohoso y la corte a su bola, con sus músicos de cámara y sus óperas fastuosas, XD.

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