lunes, 18 de julio de 2016

80 Años de... La Guerra Civil española.

La Guerra Civil Española...

"Up the Republic!". Samuel Beckett.

"El apoyo de la izquierda intelectual a la República es un lujo de una banda de diletantes con el cerebro reblandecido". Ezra Pound.


La Guerra Civil Española es un trágico período de la Historia del siglo XX que, para el que esto escribe, resulta tan apasionante como la WWII. Pese a ello, los lectores habituales del blog saben que apenas hablo sobre nuestra guerra civil. Los motivos principales son dos. Ambos exponentes claros de mis carencias intelectuales y de mi falta de temperamento.

En primer lugar, cualquier comentario sobre aquellos tres dramáticos años sigue levantando ampollas y las réplicas a los posts pueden llegar a ser demasiado apasionadas, especialmente desde que parece haber, de nuevo, dos españas: la mitad partidaria de desenterrar la memoria histórica y la otra mitad partidaria de enterrarla para siempre. Reconozco que esto me produce algo de flojera a la hora de meterme en jardines guerra-civilísticos, unos parajes en los que los conceptos "buenos" y "malos" son, menos que nunca, 100% aplicables.


Pero la razón principal para no escribir sobre nuestra guerra fratricida es que es, para mí, un conflicto extremadamente complejo con, todavía hoy, demasiadas cuestiones sin respuesta. Uno puede pasarse media vida dando vueltas dentro del (por empezar por algún lado) laberíntico bando republicano (el que a priori más me interesa) intentando entender qué pasó con y dentro del Frente Popular, del Frente de Izquierdas de Cataluña, con los anarquistas, los comisarios soviéticos, el oro de Moscú, Negrín, Largo Caballero, Azaña, Indalecio Prieto, Companys y etc, etc, etc, para acabar medio loco sin haber entendido del todo por qué los anarquistas y los comunistas se mataban en las calles de Barcelona mientras los fascistas españoles, alemanes e italianos iban ganando la guerra (por citar un ejemplo bastante conocido). 80 años después todavía no sabemos con seguridad quién ordenó matar a Lorca, a Andreu Nin o quién mató a Durruti o si las muertes de Sanjurjo y Mola fueron o no accidentales. Y estamos hablando de algunos de los personajes más célebres de la contienda.., no me puedo ni imaginar cuántas arbitrariedares llenan las fosas comunes de las cunetas y los barrancos de nuestro país.

En fin.


De todas formas hay un episodio de la Guerra Civil Española que yo creo que a todo hijo de vecino interesa, sorprende y ante el que cualquiera, con dos dedos de frente, se quita el sombrero: los voluntarios extranjeros que vinieron a España a combatir el fascismo de Franco, Hitler y Mussolini más los que vinieron a combatir el peligro del comunismo estalinista de la URSS. Los dos bandos pueden enorgullecerse en lo que a entusiasmo (¿fanatismo?) de sus voluntarios combatientes se refiere. Sin embargo, es justo reconocer que el bando republicano fue el que más adhesiones recibió desde la intelectualidad europea y norteamericana.


George Orwell es, posiblemente, el brigadista más célebre de los que combatieron en España (Malraux no fue brigadista). Su libro Homenaje a Cataluña es estupendo y una de las referencias literarias obligadas para entender de qué iba la Guerra Civil. Pero hoy vamos a homenajear y recordar a todas las víctimas de nuestra guerra civil con una poesía de uno de los muchos extranjeros que dejaron su vida en nuestro país.


A John Cornford lo mataron en la batalla de Lopera cuando contaba con 21 años recién cumplidos. Los fascistas dicen que fueron los comunistas (Cornford era del POUM, partido marxista rival del comunismo estalinista), pero este punto no ha sido demostrado y la afirmación se basa en una supuesta confesión de la madre de Cornford a un historiador británico. La izquierda sostiene que murió intentando rescatar a su buen amigo Ralph Fox, otro escritor inglés muerto en España.

El caso es que el cuerpo de este bisnieto de Darwin quedó tendido para siempre sobre las secas tierras de Jaén tras un chapucero ataque de la brigada XIV a la que pertenecía su batallón, el batallón Dumont. Cornford tiene unos cuantos poemas que rozan la propaganda, así que nosotros nos quedamos hoy con los versos de amor que le dedicaba a su novia, la escritora Margot Heinemann:

Alma del mundo desalmado,
alma mía, tu recuerdo
es el dolor que siento en mi costado,
la sombra que ensombrece cuanto veo.

Al atardecer se alza el viento
a recordarnos que el otoño viene,
yo, yo tengo miedo a perderte,
y tengo miedo a mi miedo.

Camino de Huesca, en el último tramo,
última barrera para nuestro honor,
tan tiernamente pienso en ti, mi amor,
como si tú estuvieras a mi lado.

Y si la suerte acaba con mi vida
dentro de una fosa mal cavada,
acuérdate de toda nuestra dicha;
no olvides que yo te amaba.

8 comentarios:

meneillos dijo...

PRECIOSO!!!! GRACIAS

diego dijo...

Brillante!!!

Javier dijo...

En los años 80 tuve un profesor de historia en el instituto, uno muy mayor (a punto de jubilarse) al que el verano anterior de darme clase había sufrido un severo infarto. (Mr. Lombreeze quizá recuerde también los detalles)
Este hombre tenía fama de "facha" y de tener un carácter autoritario, a juego con su supuesta condición política.
A mí me pareció un abuelito muy agradable, y me dio una de las mejores clases de historia que recuerdo en toda mi vida.
El día que tocaba hablar del inicio de la guerra civil, y después de explicarnos la materia curricular estándar, se le pusieron los ojos vidriosos y el habla temblorosa, y nos dijo que la guerra civil había empezado simplemente porque los dos bandos se tenía miedo entre sí. Enfatizó mucho (lo recuerdo vívidamente) la palabra "miedo". Me pareció un resumen asombrosamente simple y certero.
Quizá la falta de entendimiento político (me declaro ignorante totalmente sobre el tema) entre la izquierda y la derecha provocó la chispa de ese incendio sin control que se lo llevó todo.

Mister Lombreeze dijo...

Había razones para tener miedo, los totalitarismos querían conquistar el mundo como se comprobó inmediatamente después en una cosa que ha pasado a la Historia como la WWII... Occidente y la Democracia ganaron en muchos países pero los fascismos se acomodaron en España, Portugal y Grecia y el comunismo se eternizó tras el telón de acero. Otra vez la realpolitik y sus armas nucleares.
En cualquier caso, lo que es incuestionable para mí después de leer mucho sobre la Guerra Civil son dos cosas:
1.- Los cojonazos de los voluntarios combatientes extranjeros.
2.- Los fascitas fueron mucho más brutos (y genocidas) que los republicanos (Leemos en La Guerra Civil Española (2005) del historiador británico Antony Beevor:

"La naturaleza de la represión nacional no tuvo nada que ver con la de la violencia en zona republicana. En primer lugar hay que tener presente que la idea de hacer «limpieza» formaba parte de los planes golpistas. Ya Mola, en la instrucción del 30 de junio relativa a Marruecos, ordenaba «eliminar los elementos izquierdistas: comunistas, anarquistas, sindicalistas, masones, etc.». Pero Queipo de Llano, que calificó a su «movimiento» de «depurador del pueblo español», ya no hablaba de anarquistas o comunistas, sino de cualquiera que simpatizara «con corrientes sociales avanzadas o simples movimientos de opinión democrática y liberal». Los nacionales, en efecto, tenían que llevar a cabo una represión dura e intensa para arrancar de cuajo la experiencia democratizadora de la Segunda República e impedir que volviera a intentarse. Lo expresó muy bien uno de los jefes de prensa de Franco, el capitán Gonzalo de Aguilera, en la entrevista que le hizo el periodista norteamericano John Whitaker: hay que «matar, matar y matar» a todos los rojos, «exterminar un tercio de la población masculina y limpiar el país de proletarios». Es decir, que la represión que llevaron a cabo los nacionales no fue tanto consecuencia de los enfrentamientos como uno de los requisitos del golpe de estado. Entre julio de 1936 y comienzos de 1937 los nacionales permitieron la matanza «a discreción», bajo el bando de guerra, pero luego la represión se planificó, dirigió y se realizó metódicamente, alentada por las máximas autoridades militares y civiles y bendecida por la Iglesia católica.")

Alí Reyes dijo...

De verdad que está más claro todo en la Segunda guerra mundial que en la guerra civil española. Debe ser por eso que todavía causa roncha

David dijo...

Bonito el poema.
Puede haber algunas cosas que no estén claras como las que apuntas, pero otras están muy claras, como que el alzamiento nacional fue un golpe de Estado, que Franco, acabada la guerra "continuó" la guerra durante años con fusilamientos y encarcelamientos... Que las naciones democráticas de Europa miraron a otro lado en la contienda y no prestaron ayuda (así les fue luego)... En fin... Nada que tú ya sepas (y mejor que yo; aún no he leído ni el libro de Orwell; ya caerá; me lo han recomendado muchas veces).

Insanus dijo...

Qué poema más chulo escribió. Mr, ¿has leído el librito de Juan Eslava Galan? ¿Una historia de la Guerra Civil que no va a gustar a nadie? Yo lo hice en el ereader y no lo recomiendo; mejor en papel, tiene demasiadas notas a pie de página y el formato de libro electrónico no es el mejor para eso. Pero el libro estaba muy bien y para ignorantes como yo fue muy esclarecedor. Otro que leí sobre el tema fue la biografía de Franco de Paul Preston, que también incidía mucho en la contienda. También recomendable.

Frodo dijo...

Terminada la Guerra Civil mis bisabuelos gallegos pusieron proa hacia el oeste, y, mis abuelos luego de la IIGM. Así fue como mis viejos nacieron en Argentina en la década del 50 y yo en la del 80.
Desde lejos es un poco más difícil comprender algunas cosas de la historia de España, pero a través de los artistas nos llegan los pilares fundamentales.
He leído con mucha afición "Por quién doblan las campanas" de Hemingway. El de Orwell me interesa mucho, ya que "1984" y "Rebelion en la granja" son dos libros que me han apasionado. Lo anoto ya en pendientes.

Abrazo!

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