***Entrada publicada originalmente el 27 de Octubre de 2008***
"En las aguas profundas que acunan las estrellas, blanca y cándida,
Ofelia flota como un gran lirio,
flota lentamente,
recostada en sus velos...". Rimbaud
Ay (suspiro), qué bonito.
El siglo XVII comenzó a lo grande, literariamente hablando, con la llegada al mundo de la gran obra de Shakespeare "Hamlet", el celebérrimo drama que todos hemos leído o visto en teatro o cine, ya sea voluntariamente o a la fuerza. Para los que no recuerden la trama de esta súper tragedia clásica de Shakespeare la resumiremos así:
El rey Hamlet de Dinamarca es asesinado por su hermano Claudio quien, tras la muerte del rey, ocupa el trono gracias este vil magnicidio casándose, además, con la reina viuda Gertrudis. Esto al príncipe Hamlet (el hijo) le sienta regular tirando a mal y decide vengar la muerte de su padre. El hecho de que el príncipe Hamlet se entere del asunto por vía del fantasma del difunto rey es la gota que colma el vaso para desequilibrar al joven príncipe.
El caso es que Ofelia, la novia de Hamlet, termina rompiendo su relación con el joven príncipe. Ella acaba cediendo así ante la insistencia de su hermano Laertes y su padre Polonio. Ya sabéis que el rencor y la venganza nunca llevan a nada bueno y que estas cosas no suelen acabar bien. Hamlet mata a Polonio accidentalmente y Laertes decide vengar la muerte de su padre. Ofelia se enfrenta al siguiente panorama: su exnovio ha matado a su padre y su hermano quiere matar a su exnovio. La pobre muchacha aparecerá ahogada en un río. Un accidente según la reina Gertrudis y un suicidio según los sepultureros que protestarán por enterrar a una suicida en campo santo. Así lo cuenta Gertrudis:
"Hay un sauce que crece y se tuerce sobre un arroyo, en el espejo de cuyas ondas muestra sus hojas grises; hasta ahí llegó ella, adornada con fantásticas guirnaldas de ranúnculos, ortigas, margaritas y esas largas púrpuras a las que los pícaros pastores dan un nombre más grosero, pero nuestras castas doncellas les dicen dedos de muerto. Ahí, al trepar ella sobre las ramas salientes para colgar sus coronas de hierbas, una ramita frágil se rompió; entonces sus trofeos silvestres y ella misma cayeron al arroyo lacrimoso. Sus ropas se extendieron en torno a ella, y, como a una sirena, la llevaron flotando; entretanto ella iba cantando fragmentos de canciones antiguas, como si fuera incapaz de hacerse daño, o como una criatura nacida y crecida en aquel elemento: pero no pasó mucho antes que sus vestidos, pesados de tan embebidos en agua, arrastraran a la pobre infeliz desde su melodioso yacer a la barrosa muerte." (Hamlet, acto IV, escena 7)
Madre mía, ¡¡¡qué hermosura!!!. Por favor, a partir de ahora cuando me empujéis a la piscina hacedlo pensando que arrojais a Ofelia a un arroyo lacrimoso.
Todos los personajes de este dramón han sido objeto de sesudos estudios acerca de su pesonalidad, simbología, etc, etc. Pero a ninguno de ellos como a Ofelia han recordado y honrado tan hermosamente como con los versos de Rimbaud y sobre todo, con uno de los cuadros más maravillosos de todos los tiempos, Ofelia (1852) del británico John Everett Millais (1829-1896).
Millais fue uno de los fundadores del prerrafaelismo, una hermandad de perfeccionistas ingleses que amaban la naturaleza y la pintura de la Edad Media y que, para algunos críticos, es el primer movimiento de vanguardia. Estos caballeros odiaban la frivolidad y el mecanicismo y materialismo que predominaba en su época tan Revolucionada Industrialmente. Ellos amaban el Arte con mayúsculas, sin pretensiones intelectuales.
En fin, unos románticos que buscaban en la naturaleza y en las leyendas y cuentos, el misticismo de épocas pasadas. Su gusto por los detalles no les dejaba otra salida que darse el gran palizón dibujando petalitos, hojitas, ramitas y demás cositas hermosas del campo.
Para representar la dramática muerte de Ofelia, Millais buscó incansablemente un lugar apropiado a su sensibilidad; el marco incomparable. Y lo encontró en un remanso de agua del río Hogsmill. Concretamente en éste:
El paso siguiente fue encontrar a la modelo que representara a su Ofelia, y quien mejor que la musa de los prerrafaelistas: Elizabeth "Lizzie" Siddal, poetisa, pintora, modelo, icono de estos románticos místicos prerrafaelitas, casada con uno de ellos (Dante Rossetti), tatarabuela de todos los góticos que hoy todavía pululan por nuestro planeta y precursora de la muerte por sobredosis (la pobrecita estaba enganchada al láudano). La buena de Lizzie aguantó estoicamente en el estudio del pintor las innumerables jornadas de posado en una bañera llena de agua, aunque después de esta experiencia nunca volvió a posar para él. Su muerte a la temprana edad de 32 años parece guardar cierto paralelismo con la de Ofelia en el sentido de que nunca se aclaró si había sido un accidente o un suicidio.
De postre, les regalo este vídeo en el que ciertamente la pintura de Sir John Everett Millais y la música de Vangelis casan de maravilla.
6 comentarios:
Definitivo. Asumo que lee mi mente mr.lombreeze. Otro día miraré otro cuadro de Klimt (..éste ya no : http://gusanoylombriz.blogspot.com/2008/06/diez-cosas-que-gustan-todo-el-mundo-y.html )o El Bosco, a ver si al día siguiente aparece aquí. Estuve 15 min. delante de éste en la Tate, y otros 15 con uno de Turner. Conclusión : Hay que volver a Londres, a Shakespeare y a la gente que se desmaya ante la belleza.
lunes, cuándo volvemos a Londres?, cojones ya!.
Es cierto que tu segundo hijo va a llamarse Joseph Mallord William John Everett???
je je. Pasarán infinitos segundos sin que coincidan con Joseph/a ninguno/a. Pero si ésto sucediera llamaríalo/la Tokugawa Ieyasu, que suena muy bonito (o Lombreeze que es nombre unisex ¿no?)
A sus pies Gran Fariseo!
Cuanto más viejo, mejor gusto!
El Fariseín
Creo que ya te había leído esta entrada. Pero bueno, dos cosas.
a) ¿Por qué "Un ladrillo veraniego: La utilidad de los Genios" ha desaparecido
b) Ayer vi "El pistolero" de Henry King con Gregory Peck. Y sí, me gustó mucho, claro (como tú ya suponías). Peliculón.
Un saludito.
a) creo que me la cargué sin querer... No te pierdes, nada: era un ladrillo, pero de verdad.
b)Masterpiece absoluto. Gregory Peck genial. Fracaso comercial que los productores atribuyeron al bigote de Ringo/Peck (!!!). Me alegro de que te gustara.
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