jueves, 30 de junio de 2011

Clasicazos del Western: Colorado Jim. Anthonny Mann, 1953.

Siempre es duro caminar cargando con tu propio pasado a las espaldas, pero mucho más cuando se carga, además, con el peso extra de un desengaño de ésos que te hacen añicos el corazón y rematan su infame crueldad vaciándote los bolsillos. Howard Kemp (James Stewart), alias "Colorado Jim", se arrastra por el agreste terreno rocoso del Estado de Colorado en busca de su futuro que es, en realidad, una vuelta a su pasado. Un futuro que pasa por conseguir los 5.000 dólares de recompensa que ofrecen por el forajido Ben Vandergroat (Robert Ryan) al que lleva semanas persiguiendo desde Kansas, donde se reclama su cabeza por el asesinato del sheriff de Abilene.

Colorado Jim, el granjero, el veterano de la Guerra de Secesión Americana, es ahora un cazarrecompensas. ¿Es este viaje posible?, ¿puede un hombre bueno convertirse en un despiadado animal sediento de sangre y de dinero?.


Colorado Jim encuentra en su camino al viejo buscador de oro Jesse Tate que le pone sobre la pista del fugitivo a cambio de unas monedas. A esta extraña pareja se les unirá, por casualidad, Roy Anderson, un veterano soldado del ejército yanki licenciado con deshonor. Menudo equipo... Juntos irán a la caza del hombre. Pero ese hombre resultará ser un tipo muy inteligente y un hábil manipulador: Ben Vandergroat jugará sus cartas para ganar la partida de la superviviencia sembrando la desconfianza entre sus perseguidores, intuyendo que solamente los une un frágil compromiso basado en un puro interés pecuniario.

Colorado Jim es un peliculón que mete al espectador en situación, magistralmente, desde la primera escena en los cinco primeros minutos, sin preámbulos ni adornos. Algo que sabían hacer muy bien los maestros de los géneros clásicos del Hollywood de las majors. Ésos que, todavía hoy, son másters en lo que a presentación de personajes se refiere.

Y uno de esos grandes maestros fue, sin duda, Anthony Mann, un director que supo imprimir a esta gran película un ritmo que crea una tensión constante desde ese arranque de primerísimo plano de la espuela de la bota de James Stewart hasta el final de la historia. Una película que cuenta con el aliciente extra de haber sido rodada 100% en exteriores. En bellos pero inhóspitos espacios naturales, sin un solo set, sin un solo decorado.


Tercera (de cinco) colaboración en el western de James Stewart y Anthony Mann, con uno de los mejores resultados. El duelo actoral de James Stewart y Robert Ryan es de aúpa. André Bazin dijo de ella que era "el más auténtico y bello western de los últimos años". Un anticipo del Ethan Edwards fordiano y de los antihéroes de los westerns spaguetti y peckinpahianos.

Como buen cine clásico de género sigue unos códigos que a algún espectador poco acostumbrado pueden chirriarle: hay un personaje femenino, ergo hay historia de amor, y hay un precipitado final que, una vez más, consiste en ir en busca del mar. Pero es que.., ¡¡¡es tan hermoso ver de vez en cuando este tipo de cine!!!.

No se la pierdan.
Es lo más cerca que van a ver a Jimmy Stewart haciendo de malo.


Un Western que huele a cine negro, que es una maravilla, y que es uno de las grandes culpables de mi cinefilia.

Ah, por cierto, el score de Bronislau Kaper es sensacional.

lunes, 27 de junio de 2011

Los 15 Días sin Cine de Mr. Lombreeze.

Morgan Spurlock es un cineasta norteamericano que luce bigote de actor porno (no tenemos nada en contra de este detalle, pero alguien tenía que decirlo). En el año 2004 realizó un documental titulado Super Size Me en el que pretendía demostrar que comer durante 30 días seguidos en el McDonald´s era malo para la salud. Y se quedó tan ancho. Espero que no le dé un día por intentar comprobar si es cierta o no esa leyenda urbana que dice que darse un martillazo en los huevos duele.

Samanta Villar es una periodista española que hizo algo parecido al señor Spurlock. Se dedicó a estar 21 días seguidos haciendo cosas absurdas como beber alcohol, boxear, vivir con musulmanes y demás experimentos antropo - televisivo - periodísticos que hubieran podido tener algo de interés para mí de no poseer la señorita Villar un careto de repelente que se me antojaba insoportable.

Pero, seamos claros, todo esto son mariconadas para unos cinéfil@s como nosotr@s (de tomo y lomo).

Mr. Lombreeze (always beyond) decidió, al comienzo de sus vacaciones, testear su fuerza de voluntad con un tour de force inaudito: aguantar
15 Días sin ver Cine. ¿Cómo se os ha quedado el cuerpo?.

Di que sí. ¡Con Dos Cojones!.


El experimento comenzó el día 12 de Junio de 2011 y terminó el día 26 de ese mismo mes. Para llevarlo a cabo y sobreponerse al mono y a la tortura del síndrome de abstinencia, Mr. Lombreeze empleó el llamado Método del siglo XIX, denominado así porque en el siglo XIX no existía el Cine y la gente se divertía igualmente (o eso dicen los historiadores).

Según el Método del siglo XIX, para resistir 15 Días sin Cine, el sujeto (en este caso varón) necesitará seguir el siguiente decálogo:

1.- Hacerse con un libraco de, al menos, 1.000 páginas al que dedicaremos una hora diaria de lectura acompañados de cigarritos y café.


2.- Comprar cada día dos periódicos (en mi caso El País y El Mundo), a los que dedicaremos otra horita de lectura (con el mismo acompañamiento) evitando, en la medida, de lo posible, ser manipulados por los grandes medios de masas que trabajan incesantemente día y noche para mantenernos desinformados y lavarnos el cerebelo.


3.- 1 hora diaria de culto al cuerpo para intentar paliar los devastadores efectos secundarios del free buffet del hotel playero.


4.- 1 hora diaria de ensimismamiento oteando el horizonte (¿de dónde venimos?, ¿el hombre es un lobo para el hombre?, ¿ganaré el concurso de Crowley? y etc, etc de demás preguntas transcendentales).


5.- 1 hora diaria de navegación o paseo en bicicleta (cada uno según sus posibilidades económicas).


6.- 1 hora diaria de sexo con una hembra de buen ver (vale la esposa propia). No hace falta estar una hora copulando. Con 15 minutos basta. Los otros 45 los emplearemos para reponernos del esfuerzo.

"Yo creo que esta chavala está en el bote".


7.- 8 horas de sueño nocturno + 2 horas de siesta durante las horas fuertes de sol (si el experimento se realiza en verano).

8.- 1 hora diaria de asistencia a fiestas y eventos sociales similares. Valen las animaciones de los hoteles playeros con orquesta y las fiestas chill out nocturnas en la playa, las del estilo ibicenco que tanto me la refanfinflan como se puede ver en esta foto que mi señora me hizo a traición. (¿que todo el mundo va de blanco?, pues el nene.., ¡de oscuro!).


9.- 1 hora diaria de mp3 tumbado al sol o a la sombra (mejor con cervecita fresca, pero esto es opcional).

10.- 2 horas diarias de paseo playero para comprobar, día a día, si la costa ha sufrido, o no, algún cambio significativo del que informar a la Oficina Internacional de Vigilancia del Calentamiento Global.


Las otras 4 horas del día se utilizan para desayunar, comer, cenar, comprar gafas falsas de Ray Ban a mi amigo Malik de Senegal y satisfacer otras necesidades fisiológicas inherentes al ser humano. Y ya tenemos las 24 horas completitas sin Cine...

Resultado del experimento: No pasa absolutamente nada por estar 15 días sin ver cine.


Se lo juro por Kubrick.


(Un post dedicado a todos los yonkis del cine, con todo mi amor).

sábado, 25 de junio de 2011

So This Is Summer... Summerhead, Cocteau Twins.

Summerhead (1993), temazo de los Cocteau Twins. Lo siento por aquéllos que no eran jóvenes en los noventa. Se perdieron vivir en primera persona hits tan estupendos como éste que va a sonar a continuación.

Y ya saben: pongan sus cabezas en modo "summer".

viernes, 24 de junio de 2011

Reciclando Entradas. La "Ofelia" de Millais.

***Entrada publicada originalmente el 27 de Octubre de 2008***

"En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida,
Ofelia flota como un gran lirio,
flota lentamente,
recostada en sus velos...".
Rimbaud

Ay (suspiro), qué bonito.

El siglo XVII comenzó a lo grande, literariamente hablando, con la llegada al mundo de la gran obra de Shakespeare "Hamlet", el celebérrimo drama que todos hemos leído o visto en teatro o cine, ya sea voluntariamente o a la fuerza. Para los que no recuerden la trama de esta súper tragedia clásica de Shakespeare la resumiremos así:

El rey Hamlet de Dinamarca es asesinado por su hermano Claudio quien, tras la muerte del rey, ocupa el trono gracias este vil magnicidio casándose, además, con la reina viuda Gertrudis. Esto al príncipe Hamlet (el hijo) le sienta regular tirando a mal y decide vengar la muerte de su padre. El hecho de que el príncipe Hamlet se entere del asunto por vía del fantasma del difunto rey es la gota que colma el vaso para desequilibrar al joven príncipe.

El caso es que Ofelia, la novia de Hamlet, termina rompiendo su relación con el joven príncipe. Ella acaba cediendo así ante la insistencia de su hermano Laertes y su padre Polonio. Ya sabéis que el rencor y la venganza nunca llevan a nada bueno y que estas cosas no suelen acabar bien. Hamlet mata a Polonio accidentalmente y Laertes decide vengar la muerte de su padre. Ofelia se enfrenta al siguiente panorama: su exnovio ha matado a su padre y su hermano quiere matar a su exnovio. La pobre muchacha aparecerá ahogada en un río. Un accidente según la reina Gertrudis y un suicidio según los sepultureros que protestarán por enterrar a una suicida en campo santo. Así lo cuenta Gertrudis:

"Hay un sauce que crece y se tuerce sobre un arroyo, en el espejo de cuyas ondas muestra sus hojas grises; hasta ahí llegó ella, adornada con fantásticas guirnaldas de ranúnculos, ortigas, margaritas y esas largas púrpuras a las que los pícaros pastores dan un nombre más grosero, pero nuestras castas doncellas les dicen dedos de muerto. Ahí, al trepar ella sobre las ramas salientes para colgar sus coronas de hierbas, una ramita frágil se rompió; entonces sus trofeos silvestres y ella misma cayeron al arroyo lacrimoso. Sus ropas se extendieron en torno a ella, y, como a una sirena, la llevaron flotando; entretanto ella iba cantando fragmentos de canciones antiguas, como si fuera incapaz de hacerse daño, o como una criatura nacida y crecida en aquel elemento: pero no pasó mucho antes que sus vestidos, pesados de tan embebidos en agua, arrastraran a la pobre infeliz desde su melodioso yacer a la barrosa muerte." (Hamlet, acto IV, escena 7)

Madre mía, ¡¡¡qué hermosura!!!. Por favor, a partir de ahora cuando me empujéis a la piscina hacedlo pensando que arrojais a Ofelia a un arroyo lacrimoso.

Todos los personajes de este dramón han sido objeto de sesudos estudios acerca de su pesonalidad, simbología, etc, etc. Pero a ninguno de ellos como a Ofelia han recordado y honrado tan hermosamente como con los versos de Rimbaud y sobre todo, con uno de los cuadros más maravillosos de todos los tiempos, Ofelia (1852) del británico John Everett Millais (1829-1896).


Millais fue uno de los fundadores del prerrafaelismo, una hermandad de perfeccionistas ingleses que amaban la naturaleza y la pintura de la Edad Media y que, para algunos críticos, es el primer movimiento de vanguardia. Estos caballeros odiaban la frivolidad y el mecanicismo y materialismo que predominaba en su época tan Revolucionada Industrialmente. Ellos amaban el Arte con mayúsculas, sin pretensiones intelectuales.

En fin, unos románticos que buscaban en la naturaleza y en las leyendas y cuentos, el misticismo de épocas pasadas. Su gusto por los detalles no les dejaba otra salida que darse el gran palizón dibujando petalitos, hojitas, ramitas y demás cositas hermosas del campo.

Para representar la dramática muerte de Ofelia, Millais buscó incansablemente un lugar apropiado a su sensibilidad; el marco incomparable. Y lo encontró en un remanso de agua del río Hogsmill. Concretamente en éste:


El paso siguiente fue encontrar a la modelo que representara a su Ofelia, y quien mejor que la musa de los prerrafaelistas: Elizabeth "Lizzie" Siddal, poetisa, pintora, modelo, icono de estos románticos místicos prerrafaelitas, casada con uno de ellos (Dante Rossetti), tatarabuela de todos los góticos que hoy todavía pululan por nuestro planeta y precursora de la muerte por sobredosis (la pobrecita estaba enganchada al láudano). La buena de Lizzie aguantó estoicamente en el estudio del pintor las innumerables jornadas de posado en una bañera llena de agua, aunque después de esta experiencia nunca volvió a posar para él. Su muerte a la temprana edad de 32 años parece guardar cierto paralelismo con la de Ofelia en el sentido de que nunca se aclaró si había sido un accidente o un suicidio.


De postre, les regalo este vídeo en el que ciertamente la pintura de Sir John Everett Millais y la música de Vangelis casan de maravilla.

martes, 21 de junio de 2011

Minutos musicales: Una canción triste. La última primavera de Grieg.

Uno de los compositores que mejor supieron manejar la sección orquestal de las cuerdas fue sin duda el noruego Edvard Grieg (1843-1907), otro de esos casos (que también los hay) de grandes artistas de verdad que han tenido la fortuna de ser reconocidos, admirados y respetados por sus contemporáneos. Tanto fue así que el gobierno noruego concedió en 1874 al joven Grieg una pensión vitalicia para que no se preocupara de otra cosa sino de componer.

En 1884 Grieg nos regaló dos buenos ejemplos de este magistral dominio en su célebre suite En tiempos de Holberg y en sus Dos melodías elegíacas op. 34. Así que hoy, cuando la primavera muere, vamos a escuchar una de estas últimas. La hermosa y triste La última primavera, una obra que es uno de los primeros recuerdos melómanos que conservo. Estaba incluída en una cinta de casette que me regaló mi padre y que se titulaba "La música nacionalista europea".

La composición está inspirada en un poema noruego en el que un hombre al borde de la muerte contempla, con resignación, la que sabe que va a ser su última primavera. Fue creada originalmente como canción y llamada simplemente Primavera ("Våren") para más tarde ser orquestada y renombrada como La última primavera.

En fin. Adiós a la nostalgia de mi niñez and welcome to la tristeza de La última primavera, op. 34 del maestro Grieg. Cinco deliciosos minutos de música para enternecer un poquito el espíritu.

Una canción que hizo llorar a Chaikovski.

domingo, 19 de junio de 2011

4 Frases no de Cine. El Vulgo.

vulgo.
1. m. El común de la gente popular.
2. m. Conjunto de las personas que en cada materia no conocen más que la parte superficial.


1.- Horacio:

"Odio al vulgo profano y lo rechazo."

2.- Miguel de Unamuno:

"Nada me angustia hoy y aquí tanto como el espectáculo de la vulgaridad triunfante e insolente. Siempre ha habido vulgo, no cabe duda; pero se me antoja que el vulgo de otros tiempos era más respetuoso que el de estos en que vivimos, que sabía ignorar y sabía respetar a los que sabían más que él. ¡Pero este vulgo que tengo que padecer! ¡Este vulgo al que la prensa le ha hecho creer que está informado y enterado de todo! ¡Este vulgo mimado, adulado a diario!".

3.- Lope de Vega:

"Si el vulgo es necio, es justo hablarle en necio para darle gusto".

4.- Gabriel Celaya,
de su poema "A veces me figuro que estoy enamorado...":

"No soy muy inteligente, como se comprende,
pero me complace saberme uno de tantos
y en ser vulgarcillo hallo cierto descanso."


¿Y ustedes?, ¿con cuál se quedan?.

viernes, 17 de junio de 2011

Reciclando Entradas. The Dam Busters: la Operación Chastise y Star Wars.

***Publicada originalmente el 01 de Septiembre de 2008***

17 de Mayo de 1943. El escuadrón número 617 de la Royal Air Force, (RAF), británica va a llevar a cabo la Operation Chastise, (Operación Castigo), cuyo objetivo es destruir 5 presas alemanas situadas en el río Eder, a 45 kms al este de Dortmund, región del Ruhr, Alemania, (Alemania nazi, claro). Estas obras de ingeniería civil eran importantísimas según decían los jerifaltes aliados, pues la destrucción de las presas dificultaría la continuación de la potente producción bélica industrial de la zona del Ruhr. Los nazis lo sabían, por lo que dichas infraestructuras estaban fuertemente defendidas. Numerosos enclaves antiaéreos hacían casi imposible acercarse por aire lo suficiente como para bombardear los diques como dios manda. Diques que, además, estaban protegidos también por redes antitorpedos, o sea, lo de los submarinos podía casi descartarse.

¿Cómo destruír entonces un objetivo tan vital?. La respuesta la encontró el ingeniero inglés Barnes Wallis que desarrolló la "Bomba rebotadora", ("bouncing bomb"), una bomba cilíndrica que, lanzada a baja altura sobre el agua, (a 18 metros de altura y 360 km/h de velocidad), rebotaba sobre su superficie, sobrepasaba las redes antitorpedos y terminaba por hundirse, -si la cosa se hacía bien y a la distancia oportuna del objetivo-, en la base de la presa donde, al explotar, producía una onda expansiva que destruiría el dique. Chupado, ¿no?. En fin, lo que es un bombardeo de precisión de toda la vida. Lo del jueguecito de las piedras rebotando sobre la superficie del estanque.

La cosa salió regular. De las 5 presas objetivo se destruyeron dos: la de Möhner y la de Eder. Ésta última incursión fue la más exitosa, si contamos los éxitos militares en número de muertos: 1.250. De los cuales, 750 fueron prisioneros ucranianos alojados en un campo cercano a la presa. Pobrecitos míos.

53 británicos murieron y la mitad de los caros aviones de la Brigada Lancaster fueron destruídos.

En cuanto a la repercusión que tuvo la destrucción de las dos presas.., pues según se mire. Barnes Wallis dijo que Alemania no se iba a recuperar en varios años de tan importantes destrozos. Lo que pasa es que Alemania se recupera siempre de todo.

Por su parte, Albert Speer, el gran Ingeniero y Arquitecto de la Alemania nazi, dijo en su libro "Dentro del 3er. Reich" que la cosa no había sido para tanto, que esas presas producían poca electricidad y que el abastecimiento de agua potable se restableció con rapidez. Aunque también reconoció que si los aliados hubieran seguido con este tipo de bombardeos, podrían haber causado mucho daño en la infraestructura industrial alemana.

Lo que parece innegable es que tuvo un gran efecto moralizador entre las tropas británicas. Y estas cosas, en tiempos de guerra, dicen que también importan. En fin, que la aventura ésta gusta mucho a los británicos.

Por eso, en 1955, el director inglés Michael Anderson ("La vuelta al mundo en 80 días", "Las sandalias del pescador"), dirigió "The Dam Busters", película donde Michael Redgrave, uno de los grandes caballeros de la escena shakespeariana londinense, daba vida a Barnes Wallis, (Mr. Redgrave sabía poner muy bien cara de loco o de tío raro, su breve aparición al comienzo de "The Innocents" o su interpretación en "Secreto tras la puerta" de Fritz Lang dan fe de ello).

La película no está mal y hay que destacar el mérito que supuso su realización en una fecha en la que los detalles de la "bomba rebotadora" y la "operación chastise" seguían siendo secreto de Estado. La marcha de los Dam Busters compuesta por Eric Coates para la banda sonora del film, es muy popular en las islas británicas. Hasta los de Jethro Tull hicieron un cover. Vamos a escucharla.


Pero si por algo es famosa la peli de Mr. Anderson es porque, según cuentan los cinéfilos, el ataque a las presas del río Eder que vemos en esta cinta es la inspiración más clara que tuvo George Lucas para realizar el ataque de las naves X-Wings a la celebérrima Estrella de la Muerte de "Star Wars" (1977).

Yo, que no soy tan cinéfilo (o la palabra que quería decir era "friki"?), no sabría qué deciros. Ahora resulta que Lucas casi no tiene mérito porque se fue "copiando" de nosécuántas películas anteriores para crear su saga espacial. Que si Kurosawa, que si Leni Riefenshtal, etc, etc.

Pero vaya, que no sé de cuántas maneras se puede enfocar el asunto de un bombardeo de precisión a un objetivo clave, que al final no resulta ser tan clave,- como siempre-, ya que al igual que lo de los diques no fue para tanto según el nazi Speer, la Estrella de la Muerte volvió a funcionar dos entregas después. Para mí que cuando te dicen los Generales que un objetivo es vital, te están queriendo decir que la mitad de los que vayan la van a palmar.

Bien es cierto que Gilbert Taylor filmó los efectos especiales de "The Dam Busters" y "Star Wars"... mmm..., esto da que pensar. Bueno, a mí no, porque también trabajó con Polanski, Kubrick, Hitchcock y muchos otros.

En cualquier caso, la historia de las bombas que rebotan merece unas líneas, me parece a mí. Y este vídeo que os traigo hoy ha quedado bastante bien. Se trata de un montaje de las imágenes de "The Dam Busters", -rodadas en su día utilizando auténticos bombarderos "Lancaster"-, y el audio de la escena "Star Wars" del ataque a la "Estrella de la Muerte".

¿Inspiración?, ¿plagio?. Me importa un caragio.

Se me ha quedado mal cuerpo con lo de los prisioneros ucranianos y ya no puedo pensar en otra cosa.

Disfruten del vídeo.

martes, 14 de junio de 2011

Grandes Pirados del Cine. El Mayor Penderton (Marlon Brando).

Bueno, bueno... Es que esta escena, además de ser la inspiración directa de la de Travis en Taxi Driver, es ésas de las que alimentan nuestra temprana y barbilampiña cinefilia y de las que quedan grabadas en el cerebelo para siempre.

Marlon Brando en otra de sus magistrales lecciones de interpretación en la famosa escena del espejo de Reflejos en un ojo dorado, una película estupenda dirigida en 1967 por el maestro John Houston (grande entre los grandes).

Atentos a la escena porque, pese a que dura solamente 1 minuto, es Historia del Cine.

domingo, 12 de junio de 2011

Canciones de Cine: The Future, de Asesinos Natos.

Recuerdo que estaba a punto de cortarme las venas tras sufrir dos horas viendo una mierda muy grande que realizó Oliver Stone, que se llama Asesinos Natos (1994), cuando comenzaron los esperados créditos finales y comenzó a sonar un súper temazo de Leonard Cohen; The Future, una canción perteneciente a su álbum homónimo de 1992.

Y también recuerdo, -con horror-, que casi me dio un patatús cuando me enteré de que la novia de Leonard Cohen era, en aquellos días, nada más y nada menos que Rebecca De Mornay, que estaba (y está ahora con 50 tacos) más buena que el pan con nocilla. Luego se le fue la chota y se hizo monje budista (Cohen, no Rebecca).

Si un tipo con este careto puede, vosotros también podéis.


En fin. A mí esta canción siempre me hace bailar de manera elegante. Es una de mis canciones favoritísimas. Así que vamos a escucharla hoy para celebrar el Premio Príncipe de Asturias de las Letras que le han concedido al poeta judío canadiense. Pero advertimos: cuidado con el subwoofer cuando canta Leonard Cohen...

viernes, 10 de junio de 2011

MrLombreeze goes to Cambrils.

Estimados amigos y amigas de De Gusanos y Lombrices,

Escribo estas líneas para informarles de que, en estos momentos, estoy conduciendo mi humilde utilitario camino de Cambrils acompañado de mi bella esposa (Cambrils es una de las localidades tarraco - costero - mañicas por excelencia). Los próximos 15 días estaremos tocándonos la barriga (y lo que nos dejemos el uno al otro) en un hotel de ésos con pensión completa del que no saldremos prácticamente para nada, salvo para dar los habituales y saludables paseos por la playa y/o en bicicleta.


"Hola guapo, me llamo Mr. L. y soy la versión estilizada del ligón de playa.".

Nos llevamos unos cuantos libros, unas pocas camisetas y shorts, 4 ó 5 trajes de baño, un par de tarjetas visa, un reproductor mp3, un dvd portátil y 750.000 litros de crema solar protectora (factor 25, ó 30, o yoquésé) para cubrir y proteger mis grandes y mármoreas extensiones epidérmicas del agresivo y cruel astro rey ("las grandes praderas" como las llama mi mujer momentos antes de proceder a embadurnarme la espalda).

Les dejo programadas unas cuantas entradas para que no me echen mucho de menos y les prometo que desde mi smartphone leeré sus amables comentarios y visitaré sus blogs siempre que me sea posible y que escriban ustedes algo interesante (habiliten la versión para móviles de blogger, antiguos más que antiguos).

No se me pongan tristes. Ya les llegará su momento vacacional. Recuerden que en Junio solamente veraneamos los ricos, los ancianos y los gusanos.

Gracias por visitar De Gusanos y Lombrices
. No olviden vitaminarse y supermineralizarse.

Les dejo con Mahler, que sé que les gusta mucho.

martes, 7 de junio de 2011

El cinéfilo - melómano bien temperado. Todas las mañanas del mundo.

Hola amiguit@s. Hoy os traigo una de esas entradas que hacen caer a nuestro amado blog unos tropecientos mil puestos en el ránking wikio y que incluye una recomendación para que veais una película imprescindible para todos los melómano-cinéfilos de nuestro planeta: Todas las mañanas del mundo (1991) del director francés Alain Corneau (???), con Gerard Depardieu en la piel del músico francés Marin Marais (1656-1728).

Y es que nosotros amamos a Marin Marais porque creó en 1723 una maravillosa obra musical titulada Las Campanas de Saint Genevieve du Mont de Paris.


Una hermosa composición con ritmo español (pasacalle) y de juguetona melodía que pone a prueba la habilidad de todos sus intérpretes. También la del de la viola de gamba, un instrumento del que el propio Marais era un reconocido y célebre virtuoso.

Esta maravilla que vamos a escuchar a continuación (se recomienda hacerlo a todo volumen) incluye uno de los bajo continuo más tremendos de la Historia de la Música, consiguiendo un impesionante efecto al imitar el tañido de las campanas de la iglesia parisina en la que descansan los restos de la patrona de París.

Nuestro compatriota Jordi Savall fue el responsable de la banda sonora de la película.

Imprescindible.

domingo, 5 de junio de 2011

Música de Cine. Georges Delerue.

Ladies and Gentlemen, ¡en pie!. Con todos ustedes.., Georges Delerue.


Pffff. Qué hermosura.

La verdad es que no estoy seguro de si es necesario reivindicar su nombre o no. Y no porque no lo merezca, sino porque no tengo claro si es un músico lo suficientemente reconocido por la cinefilia actual.

El caso es que Georges Delerue (1925-1992) fue un compositor francés de música para el cine al que yo considero uno de los mejores creadores de scores de todos los tiempos (en algo tenía que notarse el haber estudiado con Darius Milhaud). Avalan a este compositor más de 300 bandas sonoras y treinta años de fructífera carrera que comenzó en los 60 de la mano de los jovencitos revolucionarios de la nouvelle vaugue francesa, siendo sus colaboraciones con Truffaut las más significativas de aquella época.

El Oscar se lo llevó en 1979 por Un pequeño romance, una película de amor adolescente muy bonita dirigida por George Roy Hill en la que Delerue imitaba la música del maestro Antonio Vivaldi quien, junto con toda la música barroca, vivió un auténtico renacimiento durante la década de los 70.


No era la primera vez que Delerue se inspiraba en los maestros barrocos para hacer música de cine. En la memoria de todo buen cinéfilo está la estupenda Gran Coral de la bso de La Noche Americana (1973) de Truffaut.

Pero hoy vengo a comentar una curiosidad sobre Delerue y su trabajo para el cine.

Todos los que amamos a Kubrick nos sabemos la historieta de 2001 y su banda sonora. Aquella gracieta que le hizo el genio neoyorkino al compositor Alex North a quien, tras musicar esa joya del cine inspirándose en la música de Richard Strauss, sorprendió Kubrick el día del estreno pasándose por el arco de triunfo la música que North había compuesto para 2001 y utilizar, directamente el Zaratustra de R. Strauss (pueden comparar ambas composiciones clickeando en los enlaces).

Algo parecido le sucedió a Delerue con Platoon (1986) de Oliver Stone. El loco de Stone encargó a Delerue la composición de un adagio para cuerdas inspirado en el bellísimo Adagio para cuerdas Op. 11 del compositor norteamericano Samuel Barber. Pero finalmente el trabajo del francés quedó relegado a lo casi testimonial y el protagonismo absoluto, musicalmente hablando, fue para el maestro Barber quien, tras la peli de Stone, se convirtió en un súper ventas (una pena que llevara el hombre ya 5 años enterrado).

En fin, recordemos hoy la composición original, que para algo se la curró el magnífico compositor francés Georges Delerue.

viernes, 3 de junio de 2011

10 Años de... Adiós a Anthony Quinn.

Antonio Rodolfo Quintana Oaxaca trabajó a las órdenes de Raoul Walsh, Rouben Mamoulian, Henry King, William Wellman, Edward Dmytryk, Elia Kazan, Federico Fellini, Vincente Minelli, George Cukor, John Sturges, Nicholas Ray, Richard Fleischer, David Lean, Fred Zinnemann...


Y, sin embargo, no suele aparecer en ninguna de las listas de los top mejores actores ever. Gran error. Yo creo que es debido a que no era guapo. Y es que el mundo del cine siempre ha sido muy superficial. Anthony Quinn es uno de mis 10 actores favoritos de toda la Historia del Cine y, junto a James Stewart, Burt Lancaster y Kirk Douglas, uno de los indiscutiblemente más polifacéticos intérpretes de todo tipo de géneros. No exagero.


Se cumple hoy el décimo aniversario de su muerte y los Gusanos lo honramos y recordamos como él se merece: ¡Bailando!.

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