martes, 6 de abril de 2010

El Huapango de Moncayo.

Nunca he estado en ningún país americano al sur de los USA, aunque he estado en California, donde me puse las botas comiendo y bebiendo como un campeón.
Viajando por esas tierras me encontré con una mezcolanza de nacionalidades y razas todas ellas muy simpáticas con los turistas como yo. Pero era en los momentos ésos en los que yo decía, "Good morning, I would like to drink whatever" y en los que me respondían "Buenos días, ¿qué cerveza le pongo?", eran esos momentos, ya digo, cuando, lejos del hogar, al oír hablar en mi propia lengua, algo en mi interior me decía:

"1. tienes que mejorar el inglés que se nota mucho que no eres de aquí
y 2. este tipo que habla tan bien el español es casi tu hermano.".

Y es que la lengua une muchísimo, para qué nos vamos a engañar.

Una prolongación de la lengua hablada, o más bien una sublimación de la misma, ("donde no llegan las palabras comienza la música"), es la música. Mucho más cercana al idioma si es folklore. Los Beatles nos gustan mucho y sus canciones también. Pero todas las emociones que la discografía de este grupo donó a la Humanidad pueden quedar palidecidas escuchando un bolero, aunque lo cante Nat King Cole.

Con lo que si nos encontráramos con una obra musical compuesta por un mexicano, inspirada por el folklore de aquel país e instrumentada para una formación orquestal bien grande, -como nos gustan a nosotros-, podríamos decir que el gustazo de escucharla pudiera llegar a ser indescriptible.

La encontré: El Huapango de José Pablo Moncayo (1912-1958), compositor nacido en Guadalajara, Jalisco, Mexico. Toma ya.

El huapango es un género musical mexicano. Aunque el Huapango de Moncayo, (porque siempre vais a encontrar estos dos nombres unidos al estilo de "el Bolero de Ravel"), es en realidad un pupurrí de tres diferentes temas de Veracruz: el Siqui sirí, el Balajú y el Gavilancito.

Dicen que el Huapango de Moncayo es el segundo himno nacional de Mexico y dicen también que su enorme popularidad ha eclipsado el resto de la obra del maestro Moncayo. Y yo os digo que el Huapango de Moncayo es una maravillosa y exquisita obra musical, prodigio de orquestación y llena de exóticos colores musicales, creada a partir de variados ingredientes provenientes de la música de Stravinsky, el impresionismo francés, el mexicanismo de Revueltas y el folklore veracruzano y africano.

Un huapango cantado sin voz, pero siempre en español, que para eso es la lengua más hermosa de todas las de nuestro planeta (si no meto un toquecito chovinista reviento).

No se lo pierdan, por Dios se lo pido, porque, además la versión es la de la Orquesta Sinfónica Juvenil "Simón Bolivar" de Venezuela dirigida por súper Gustavo Dudamel. (No se pierdan esto otro tampoco. Háganme caso).


12 comentarios:

David dijo...

Post pelín chovinista, pues (ja,ja).
En fin, haremos comentario fanátiquillo para compensar.
No has escogido al grupo idóneo para decir que su discografía palidece ante un bolero de Nat King Cole (y mira que me gustaba su "Que se quede el encendito sin estrellas..." o lo que dijera). Para mí (y esto es a título personal, claro) todo palidece frente a la discografía de ese grupo, que considero ya tan clásico como los clásicos que soléis colocar por aquí.
El Huapango genial, por cierto. No lo conocía.
Un saludito.

David dijo...

Y por cierto.. mucho hablar de la lengua, lo que nos une, etc... y al final sale el vídeo con soudatguasaupango.. ¿En qué quedamos? (ja,ja)

Mister Lombreeze dijo...

David, me alegro que te guste lo del Huapango, que es de lo que se trata. Y sé que si pinchas el otro enlace que recomiendo, también te va a encantar lo que escuches
y lo que veas...

Hasta que en las canciones de los Beatles no escuche frases de como éstas: "mis lágrimas son perlas que caen al mar" yo me inclino por los boleros, que mienten mucho, pero mienten muy bien.
Creo que es muy difícil que, salvo que seas bilingüe, ningún verso en otra lengua pueda llegar a emocionarte más que uno en la tuya propia. Y la analogía musical de este post va en ese sentido.
Puede que una exquisitez de un selecto restaurante parisino provoque una explosión de sabores en mi boca irrepetible, pero las lágrimas saltarán en momentos como los que vivía el señor Anton Ego en Ratatouille.

David dijo...

No estoy de acuerdo. No te emocionan sólo las palabras o las letras, a pesar de lo hermosas que sean. Yo tengo debilidad por la de "Espera... aún la nave del olvido no ha partido, no condenemos, etc". Y las de los Fab no tienen todos esos giros ni de coña... pero lo que te llega es un poco todo, ¿no? La voz, el sentimiento que transmiten. A mí, el "mirad a toda la gente solitaria" o cuando John dice en Don't let me down. "Estoy enamorado por primera vez..." no sé.. es que esos son los momentos que tiene Anton Ego en mi vida. Son circunstancias personales de cada uno, pero yo "machaqué" un vídeo de mi padre Beatles Compleat cuando no estaba (no dejaban tocar el vídeo en mi casa)... y aluciné con su historia, con los trozitos de canciones que oía y que luego devoré... Los Beatles han estado presentes en mi vida desde hace muchos años...
Y no hace falta ser bilingüe, aunque está claro que conocer la letra ayuda muchísimo a la canción. Pero, ¿acaso no te emociona el Ne me quitte pas porque es en francés? A mí, tanto como otros boleros (pero no más que las de los Beatles (ja,ja). Pero son opiniones.
Pasaré a ver el otro enlace... Me gusta ver viejas entradas de vuestro blog. Pasé por la de Tiempo de amar, tiempo de morir y no os enterásteis. Por cierto, enseguida te mando un mail sobre eso.. Un saludo.

Mister Lombreeze dijo...

David, que sí que te respondí a tu estupendo comentario de la peli de Sirk!.

David dijo...

Es verdad, ya lo siento. Y al de Vidor también. Eres un crack, Mr. Lombreeze. Y no me hagas la pelota con lo de estupendo comentario (ja,ja).
Yo sí puedo hacértela, en cambio.

lunes dijo...

DE los varios descubrimientos musicales que debo agradecerle, el de Dudamel y esta orquesta es de los primeros. Y efectivamente esta obra engancha y es muy bonita. En cuanto a lo de la lengua...http://3.bp.blogspot.com/_z3VnlI6d8JE/SUxtpkqW4sI/AAAAAAAAEWs/JD57XroNKrY/s400/lengua-larga.jpg

Dr. Quatermass dijo...

La lengua une mucho, especialmente durante los morreos de tornillo-rosca.

Mr Mierdas dijo...

Huapangazo...precioso Mr Lombreeze, y vive dios que como Mexico no hay dos... si no fuera español me gustaría ser mexicano y explico, ellos son muy machos y le salen unos bigotazos como dios manda...ellas ni te cuento...:

http://www.youtube.com/watch?v=TTjOUnS0cLM&feature=fvsr

Me gusta el tequila, la comida mexicana, las rancheras y ser el jefe de jefes!!!

Me gusta arreglar mis asuntos mas delicados a tiros, me gusta la revolución, Los tigres del norte y meterme a la bañera haciendo un picado...dont call me gringo you fucking...:

http://www.youtube.com/watch?v=a2USHsCi6uE

y no se porque, pero cuando hoy alguna ranchera se pone los pelos como cuando oigo una "jotica" y eso no me pasa con los escarabajos de Liverpool, ni con su ticket to ride, ni con su love me do, ni con su puñetero yesterday...pffff:

Con todos ustedes "La puerta negra" precioso corrido interpretado por mis queridos Tigres del Norte, hagan la prueba dos botellas de tequila, buena cerveza, un enfado con la novia y buena compañía, a ser posible compañía femenina... y veran como no se acuerdan de los de Liverpool ni cuando esten echando el alma al día siguiente...

http://www.youtube.com/watch?v=NEO2gdkpsz0


saludos a todo el mundo guey!!!!!

Mister Lombreeze dijo...

Saludos Mr. Mierdas!!!, jajjajaa.

la petite coquette dijo...

Solo una observación el Huapango de Moncayo es considerado el "tercer himno nacional mexicano", ya que el segundo es la Marcha de Zacatecas, por la cual el dictador Benito Mussolini tenía una predilección tal al punto que pedia que su banda de guerra la ejecutara.

la petite coquette dijo...

Solo una observación el Huapango de Moncayo es considerado el "tercer himno nacional mexicano", ya que el segundo es la Marcha de Zacatecas, por la cual el dictador Benito Mussolini tenía una predilección tal al punto que pedia que su banda de guerra la ejecutara.

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