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- Bennie: Nadie pierde siempre.
Ni La Balada de Cable Hogue, ni Duelo en la Alta Sierra, ni Mayor Dundee, ni Pat Garrett y Billy el Niño, ni La Cruz de Hierro, ni Perros de Paja... Mi película favoritísima del majara de Sam Peckinpah es Quiero la Cabeza de Alfredo García, una de las más violentas extravagancias cinematográficas jamás filmadas. ¿Grupo Salvaje?, ésa juega en otra liga y mora en lo alto del monte olimpo cinematográfico.
La violencia de las películas de Sam Peckinpah es peckinpahiana. Esto que acabo de decir es una perogrullada pero es que no hay otra manera de definirla con un solo adjetivo. ¿Qué hace a la violencia peckinpahiana diferente a las otras violencias cinematográficas?. Respuesta: los protagonistas de las películas de Peckinpah detestan la violencia aunque se vean obligados a utilizarla para defenderse precisamente de las otras violencias, las de los psicópatas que disfrutan con ella.
Les presento a Bennie (Warren Oates), uno de mis antihéroes cinematográficos favoritos. Sí, aunque a primera vista no lo parezca, éste es el bueno de la película:
Ahora, les presento a los malos:
Efectivamente. Los malos parecen buenos chicos. Al igual que sucedía en Johnny Guitar (1954, Nicholas Ray), los clichés del look de los personajes están invertidos. Peckinpah se moja: los buenos son los perdedores, los parias de la Tierra, los que están exhaustos por tener que sobrevivir a la vida que les ha tocado en (mala) suerte vivir. Peckinpah advierte a los poderosos: cuidado con pasarse de la raya a la hora de pisotear a la escoria porque siempre quedan fuerzas para un último arrebato de furia justiciera. Había quedado demostrado en Grupo Salvaje y lo hemos vuelto a comprobar, hace pocos días, en el personaje del Dr. Schultz de Django Desencadenado ("Lo Siento. No he podido evitarlo").
Y no está de más que, en estos tiempos que corren, sigamos recordando aquello de la perversa falta de escrúpulos del tirano frente a la orgullosa conciencia del humilde. Es el combate milenario del Bien contra el Mal aka. Dinero versus Dignidad.
Les presento a El Jefe (Emilio "Indio" Fernández) el cacique que quiere la cabeza de Alfredo García:
El Jefe es la personificación de casi todos los males conocidos. Es un millonario oligarca todopoderoso, brutal, cruel y machista que, mientras lee la Biblia ante la presencia de toda su familia y unos cuantos curas y monjas, tortura a su hija embarazada para hacerle confesar quién es el tipo que la ha preñado. Una vez que obtiene la confesión, proclama la célebre sentencia: "Quiero [literalmente] la cabeza de Alfredo García". Recompensa: 1M de dólares. El dios del Antiguo Testamento ha hablado. La escena que acabo de resumirles es ésta que enlazo. Es magistral. Dura 7 minutos y les invito a verla con la esperanza de que les anime a ver la película.
Tras la proclama caciquil, la caza del hombre comienza y la "fortuna" cruza los destinos de dos cazadores de recompensas con el de Bennie, un pianista que trabaja en un tugurio mexicano que vende putas y alcohol a los turistas gringos. Bennie cree encontrar la oportunidad de dejar atrás su triste vida con el dinero de la recompensa. Inicialmente, por motivos que no voy a desvelar, parece que se trata de un trabajo fácil pero los acontecimientos comienzan a tomar giros inesperados. Unos violentísimos giros que terminan por conformar una espiral de violencia imparable.
La odisea de Bennie es un descenso a una especie de circo infernal, atestado de bestias que retozan en la barbarie. Un destino al que el protagonista parece estar condenado. Ni siquiera la advertencia de su novia, una prostituta llamada Elita, podrá evitarlo: "Bennie, no lo hagas. Yo ya he estado aquí antes y tú no conoces el camino". Y es que aunque a Peckinpah se le ha acusado de hacer apología de la ultraviolencia (lo mismo que a Kubrick o a Tarantino) todos aquellos que decidan ver la película comprobarán que la historia viene con moraleja: la violencia aniquila la moral y la brutalidad sólo provoca caos; es el fin de la humanidad del individuo.
Los ingredientes de Quiero la Cabeza de Alfredo García son: polvo, sudor, sangre, pólvora, tequila y una cabeza putrefacta rodeada de moscas. ¿Les apetece el cóctel?. Yo aconsejo beberlo de trago, como el mezcal, y recomiendo que no le hagan ascos al gusano que también incluye la película: hay que tragárselo. Mientras les baje por la garganta podrán degustar una de las mezclas más estimulantes que de western, road movie y cine negro se han hecho en el Séptimo Arte.
Quiero la Cabeza de Alfredo García es uno de los pilares de mi cinefilia adolescente, una película tan sucia como El Tesoro de Tierra Madre, la pelicula favorita de Sam Peckinpah.
La banda sonora de Jerry Fielding es una joyita:
14 comentarios:
mmmm...
"Duelo en Alta Sierra" está también en el Olimpo. De hecho, yo no sabría decidirme entre esa o "Grupo Salvaje". El final de Duelo en Alta Sierra te hace llorar.
El final de "Quiero la cabeza de Alfredo García" se te queda grabado de crío (como para no hacerlo). Pero se me quedó grabado también que la película se me hizo pesada en unas cuantas ocasiones, y a pesar de que la tengo "olvidada", la recuerdo bastante... y no tengo muchas ganas de volver a verla.
De hecho, hay una peli que me recordó bastante..esta de Tommy Lee Jones con guión de.. jo! no recuerdo nombre. "Los tres entierros de Melquiades Estrada"...se me hizo muy pesada... Son pelis que tienen cosas que están bien, algún que otro momento...pero eso, tus clasicazos imprescindibles.
Míos, de Peckinpah, serían por ejemplo "Grupo Salvaje" o "Duelo en Alta Sierra".
Buenos días.
Me encantan estas entradas tuyas que parecen surgir de las entrañas mismas, Mister.
Con lo que no salí tan satisfecho (a pesar de haberme gustado) es con "Django desencadenado", aka "la última de Tarantino". Tiene cosas sueltas que están muy bien, pero, ni los diálogos los veo ya tan ingeniosos, ni queda justificado (en mi opinión) su excesivo metraje. La veo demasiado teatral, artificiosa y vacua, por qué no decirlo. Christopher Waltz hace exactamente el mismo papel que en "Malditos bastardos", y ya sabes, cuando te repites la cosa suele perder en originalidad... Perdóneseme este comentario no tan al hilo de esta entrada. Pero es que si no lo digo reviento como ciquitraque ;-)
Saludos.
Esta película es cojonuda, y tremendamente especial. Oates está inmenso. Me gusta un montón su estilo desencantado. Aquí la muerte es la protagonista de la historia, una muerte muy real.
Muy de acuerdo con la valoración que haces de la violencia peckinpahiana (suena bien la palabreja :-D). Como tú, soy un gran admirador de este director, con unas cuantas grandes pelis en su haber. Si tuviese que elegir mi favorita de Peckimpah serían Duelo en la alta sierra y Perros de paja; por supuesto Grupo salvaje está dabuti :-P , pero me quedo con las dos anteriormente citadas.
Un saludo, Lombreeze.
De esta película siempre he visto el principio y el final. No sé que mierda pasa con ella que, o bien, la pillo ya empezada o cuando me pongo a verla, algo surge que me hace pararla. Palabrita que de ésta no pasa, leñe, que me has revitalizado el gusanillo de la curiosidad.
Peliculón y eso que en aquella época Peckinpah rodaba puesto de farlopa hasta las cejas. Me encantan los cazarrecompensas Gig Young y Robert Webber que parecen tener una solapada relación homosexual y "Indio" Fernández emulando a Salomé.
También me gusta mucho Warren Oates. Acabo de verle en dos curiosas películas en un pack con dos DVD de Monte Hellman: "El tiroteo" y "Carretera asfaltada de dos direcciones". Saludos. Borgo.
@David, ¡y el comienzo!, también el comienzo de la película es tremendo. Esos planos iniciales tan bucólicos y de repente, ¡plas! bofetón argumental. Está claro que es una película impactante. Yo hace un par de años que no la revisito pero siempre me ha gustado mucho cuando la veo. Ya sabes que muchos críticos la consideraron una chapuza monumental. Pero sí, estamos hablando de filias personales, qué se puede hacer contra eso?, jejeje. Gran parte del mérito de esta perdurabilidad en mis amores de jovenzano lo tienen algunas sentencias de los diálogos, que son la pera. A mí me parece una película que demustra que es lo que hay que hacer para convertir algo inverosímil en creíble.
La deTommy Lee Jones es mucho más aburrida que ésta. Creo que no la vi acabar.
@Kine, de dónde van a surgir si no... ¿del intelecto?, yo no tengo de eso...
Te compro lo de "vacua" para toda la filmografía de Tarantino pero ¿vacía de qué?, desde luego no de imaginería.Sí, Waltz hace exatamente el mismo papel, no le cambian ni la nacionalidad.Estoy de acuerdo en casi todas las fallas que destacas de la película "Eppur si muove"!!!. Al menos en este caso, lo mismo que en el de Malditos Bastardos. Pero no, para mí, en el díptico Kill Bill, unas películas insoportables en la que los males de Tarantino se van de madre para mi sensibilidad.
Por favor, no retenga usted las bilis que es malísimo.
Sí, posiblemente sea la mejor de Peckinpah (después de "Grupo salvaje", of course).
Saludos.
Acabo de ver esa maravilla llamada SHANE, y sabía que habías escrito algo por ahí, así que voy a ello... Tarantino ha copiado de Peckinpah hasta decir basta, lo cual, en sí, no es que sea malo, pero hay que decirlo. Un reto: ¿de quién, sin que medien dudas, copiaba Peckinpah? Digo "copiar", no "actualizar", claro...
De acuerdo, Alfredo García es de lo mejor de Peckimpah y eso es mucho.
No entiendo como se olvida este título cuando se repasa la filmografía de este gran director.
Como dices pocas veces hemos visto esa violencia, sudor y joder esas moscas!
Warren Oates está soberbio.
Además de K. Kristofferson, que aparte de ser un gran cantante, cuando aparecía en el cine lo bordaba.
Lírica, llena de grandes momentos y diáologos. Imprescindible.
Saludos
@Javier Simpson. Jajaja, efectivamente, "cojonuda" es el mejor piropo que podemos dedicarle a la peli. Es que Bennie es el epítome de todos los antihéroes de Peckinpah. Pues sí, estamos hablando de un señor que tiene poco más de una docena de pelis y, solamente con ese material, ha dejado una huella profunda en muchos de nosotros y no digo nada en directores posteriores. Peckinpah es un hito del cine. Con todos sus defectos, que los tiene.
@Tarquin W. ¿y el principio y el final no hacen que te pique la curiosidad?, porque son cojonudos. Advierto que conozco a mucha gente inteligente y sensible a la que esta película le parece espantosa y chapucera.
@miquel zueras, algo bueno tenían que tener los alucinógenos, a algunos artistas parece que les funcionan. ¿"solapada"?, joder, si cuando matan a uno de ellos, al otro solamente le falta echarse a llorar, jajaja. Es el gran papelón de Warren Oates, que tenía un look de loser que no podía con él. Los caretos que pone en la escena de la confesión de "El mayor robo del siglo" son magistrales. No recuerdo muy bien las otras dos pelis que comentas, ¿una era la que sale Jack Nicholson haciendo de vaquero?, la recuerdo demasiado setentera.
@ricard, coincidimos, esta vez, 100% ;)
@dvd, existen pocos directores en la Historia que hayan sabido colocar una cámara tan bien como lo hizo George Stevens. A mí Peckinpah siempre me pareció el hijo bastardo de John Huston, pero me da que no he acertado en la respuesta. Por favor, deme la solución a tan interesante pregunta.
Raíces Profundas sigue inamovible en mi Top 5. El primer gran disparo de la era moderna salió del cañón de Jack Palance cuando hizo volar varios metros a un pobre desdichado antes de caer muerto sobre el barro en una escena que es toda una lección de cine.
Me vale Huston, por la parte consciente del asunto de la violencia, y Fuller para calibrar cuál era el más chulo... Yo no lo sé, desde luego... Qué películón la de Stevens; uno la ve una y otra vez y cada vez es mejor...
@C. Noddles, y los soliloquios de Bennie hablándole a la cabeza?... tremendo!. La escena del intento de violación es un poco bizarra y la verdad es que he leído varias interpretaciones sobre la misma. Pero yo creo que lo evidente es lo que vale: ella es una prostituta y hace lo que tiene que hacer para evitar el derramamiento de sangre y que Bennie comience la espiral de violencia que luego se desencadena. Los diálogos son estupendos, desde luego.
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