jueves, 16 de octubre de 2008

Cuestión de sangre. James Gray. 1994


"Little Odessa" es el nombre que recibe la comunidad rusa de Brighton Beach en NY. Allí se establecieron los abuelos (judeorusos) de James Gray, un director que ha hecho 3 hermosas peliculas en 15 años y que debutó en 1994, a la edad de 25 añitos, con la emocionante Cuestion de sangre, (Little Odessa).

La verdad es que su título en español no está mal del todo. La película tiene que ver, -y mucho-, con la sangre. La sangre que el asesino a sueldo Joshua, (Tim Roth, muy famoso en aquellos días tras Reservoir Dogs), derrama cada vez que ejecuta las órdenes de sus superiores mafiosos.
Y su propia sangre. La que le hace aceptar un trabajo en el barrio que hace años que ha abandonado: "Little Odessa", su lugar natal, donde no es bien recibido, el sitio en el que le esperan muchos enemigos y donde su vida corre peligro.
Pero allí sigue viviendo su familia (de apellido Shapiro...): su autoritario padre (Maximillian Schell, con el que comparte una escena espectacular), su moribunda y ya demente madre (Vanessa Redgrave, que está, como siempre, genial) y su hermano pequeño Reuben (Edward Furlong. ¿Dónde se ha metido este actor?). Y, claro, la familia tira mucho si tienes sangre en las venas.
El joven Reuben sobrevive en el desamparo afectivo en el que suponemos que también creció Joshua, por lo que Reuben tiene idealizado a su hermano mayor, el ausente, ideal esperanzador al que se aferra. La vuelta de Joshua tendrá trágicas consecuencias para todos.

Universo Gusano os recomienda este drama familiar ambientado en el submundo de la mafia rusa y lleno de emocionantes imágenes. Película que merece la pena rescatar del olvido.

La banda sonora, seleccionada por el propio Gray, es una joyita. Incluye varios cortes de la musica coral de la liturgia rusa de compositores como Rachmaninov, así como temas tradicionales del folklore ruskie. Una hermosura.

Os advertimos que el mundo de Gray es un poco kafkiano en el sentido de que sus personajes no pueden dominar las situaciones, -pese a esforzarse por hacerlo-, y acaban siendo engullidos por las circunstancias y el entorno nada favorable. No hay happy end en su cine (por el momento).
En sus dos posteriores peliculas, La otra cara del crimen (2000) y La noche es nuestra (2007), este director se ha superado a sí mismo y nos sigue contando las mismas historias clásicas, -y nosotros encantadísimos-, en las que, para nuestro gozo, corrige los defectos de principiante, sobre todo en lo que a ritmo se refiere, que se aprecian en Little Odessa, y donde amplifica las emociones de estos dramas de familias en ambientes mafiosos que tanto le gustan a él y a mí.

Para todos los amantes de El Padrino y del buen cine.

Y de propina la cancioncita inicial "Russian Frescoes" de Kravchenko. Una delicia.



Valoración: Muy buena.

4 comentarios:

Soundtrack dijo...

Cada vez tengo mas claro que este blog se está convirtiendo en un cónclave cultural que en el futuro dará que hablar...

Avisados quedais...

Mister Lombreeze dijo...

Ciertamente amigo soundtrack. Y así lo atestiguan los cientos de comentarios que cada día miles de lectores dejan en nuestro blog y que corroboran tu afirmación.

Aunque Monseñor y yo tenemos que reconocer que lo hacemos porque nos han dicho que se liga mucho y se hace dinero.

Soundtrack dijo...

Si, pero eso de ligar os lo dije yo y solo para tirarme el pegote... igual debería rectificar esa afirmación... :)

Anónimo dijo...

ESTOY COMPLETAMENTE DE ACUERDO CON SOUNDTRACK.ESTE BLOG ES UNA FUENTE DE CONOCIMIENTOS, QUE ADEMAS ENTRETIENE. SEGUID EN ELLO!!!!!!!!

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