Die weisse Rose. La cabeza de Kurt Huber

"Todo filósofo es un músico frustrado". Gustavo Bueno.
"Todos somos filósofos". Gustavo Bueno.
"Todos somos músicos frustrados". MrLombreeze. Sofista reconocido.

"Como ciudadano alemán, como profesor y como persona interesada en la política, exijo y mantengo no sólo mi derecho, sino mi deber moral de tomar parte en nuestro futuro como alemanes y de exponer y oponerme a lo que considero erróneo. Mi misión ha sido la de espolear el ánimo de los estudiantes, no mediante acciones políticas, sino pura y simplemente mediante mis palabras y de conducirles no a la violencia, sino a una introspección moral y consecuente análisis de las deficiencias de nuestro sistema político y la vuelta urgente a los principios morales del Estado constitucional” . Kurt Huber.

Hace poco me despachaba a gusto contando aquí, muy resumidamente, el proceso de ascensión democrática al gobierno alemán de Adolf Hitler y sus nazis. Ascenso que fue posible por el apoyo de muchos alemanes, pero también con la complacencia o no resistencia de muchos otros.

Y yo me pregunto lo mismo que Abraham le preguntó a Dios (en Génesis 18:23-33): "¿Destruiremos a los justos por los culpables?", o sea, "¿Si encontramos 50 justos en la Alemania nazi perdonaremos a esa generación de alemanes?, ¿y si encontramos 5?". Pues ya los he encontrado.

Fueron los miembros de "La Rosa Blanca", organización estudiantil alemana fundada por estos 5 justos: los hermanos Hans y Sophie Scholl, Christoph Probst, Alexander Schmorell y Willi Graf. Todos fueron finalmente ejecutados por el régimen nazi. Podéis aprender un poco más de su heróica y trágica historia aquí.

De entre el grupo de simpatizantes que tuvo este efímero movimiento de resistencia pacífica, queremos los Gusanos destacar la figura del profesor Kurt Huber (1893-1943). Herr Huber era un prestigioso profesor de Musicología y Psicología en la Universidad de Munich, (ciudad cuna del nazismo), experto en música popular. Fue redactor en solitario del sexto manifiesto antinazi de la Rosa Blanca, ése que la eufórica Sophie Scholl acabó lanzando en forma de lluvia de panfletos sobre los estudiantes muniqueses una mañana de febrero de 1943 y que iba a significar su posterior ejecución.

Tenemos un cariño especial a Huber porque fue un amante de la música, -como nosotros-, un antinazi, -también como nosotros- y porque no solamente le echó un par en mitad de la WWII participando en el movimiento La Rosa Blanca, sino porque también 6 años atrás ya había sido expulsado de un importante cargo en Berlín al negarse a componer canciones para la Agrupación de Estudiantes Nacionalsocialistas. O sea, que el tío sabía lo que significaba esta gentuza mucho antes de que estallase la guerra.

Durante los cuatro meses en los que estuvo en prisión y antes de que le cortaran la cabeza (literalmente), completó la biografía que estaba escribiendo sobre el gran matemático alemán Leibniz.

A mí esta clase de hombres y mujeres me ponen los pelos de punta. Otro héroe gusano.

Los amantes de la historia más audivisuales pueden videar la película "La Rosa Blanca" del director alemán Michael Verhoeven (nada que ver con el director holandés de "Instinto Básico" y chorradas del estilo), de 1982.

Nuestros amigos de "La Rosa Blanca" no se merecen menos que dediquemos en su honor un ratito a escuchar el final de la sinfonía n.8, "de los Mil", del genial compositor Gustav Mahler (1860-1911), en la versión de la Orquesta de París dirigida por el maestro Christoph Eschenbah.

¿Que por qué le dicen "de los Mil"?, en seguida lo vais a entender.