My right there is none to dispute;
From the centre all round to the sea,
I am lord of the fowl and the brute.
"La soledad de Alexander Selkirk", poema de William Cowper
El 12 de febrero de 1709 Wooders Rogers, capitán del "Duke", rescataba al marinero escocés Alexander Selkirk de la isla "Más a Tierra" perteneciente al archipiélago chileno "Juan Fernández", un conjunto de islas del océano Pacífico situado a 700 kms de la costa de Chile.
Selkirk había llegado a la isla cuatro años y cuatro meses antes a bordo del galeón "Cinque Ports", galeón inglés (los malos), cuya primera intención era atacar barcos españoles en la ciudad de Buenos Aires, que es una ciudad llena de tías buenas, como ya le dijo Darwin a su hermana.
El mal estado de la embarcación le hizo desconfiar sobre su seguridad y le propuso al capitán reparar la nave. Ante la negativa de éste (se llevaban bastante mal), decidió, en un arrebato de ira, quedarse en la isla a la espera de que la tripulación de otra nave le recogiera. Salvó la vida, pues el "Cinque Ports" se hundió poco después. Tenía 30 añitos en el cuerpo y un mosquetón, algo de pólvora, un cuchillo, unas pocas herramientas, algo de ropa y una Biblia en sus manos.
Bien es verdad que nada más ver alejarse al "Cinque Ports", Selkirk, presa del pánico, gritó a sus compañeros que volvieran a buscarlo, pero ya era demasiado tarde...
Y eso que lo que no se podía imaginar Mr. Selkirk es que por allí pasaba un barco cada 4 años. Un barco inglés claro, porque Selkirk tuvo que ocultarse de dos tripulaciones de naves españolas, que sí visitaron la isla durante esos años, y que ya que estaban, le balearon un poco al verlo.
El rescatador capitán Rogers tuvo que convencer al desdichado Selkirk, una vez que recuperó la costumbre de hablar, de las ventajas que volver a la civilización le iban a reportar. Al pobre hombre se le había ido un poco la chaveta. Y no era para menos.
Pero bueno, Selkirk recuperó la cordura. Después de algunos años, acabó volviendo a usar zapatos, rehizo su vida y murió como buen marino que era, en el mar, en las costas africanas, el 12 de diciembre de 1723.
Vivió, tras su solitaria experiencia, rodeado siempre de gatos, animales a los que había domesticado en la isla para defenderse de los ataques nocturnos de asquerosas ratas, bichos inmundos donde los haya.
En aquella pequeña isla, - cuyo nombre actual es isla Robinson Crusoe-, donde Selkirk domesticaba cabras, construía cabañas y grababa su nombre en la corteza de los árboles para combatir los ataques de melancolía, se puede encontrar ahora una placa que dice:
"En memoria del marinero Alexander Selkirk, natural de Largo, en el condado de Fife, escocia, quien vivió en esta isla en completa soledad, cuatro años y cuatro meses.
Fue desembarcado del buque "Cinque Ports", de 96 toneladas y 16 cañones, en 1704, y fue rescatado por "El Duque", corsario, el 12 de Febrero de 1709.
Murió en calidad de teniente de marina de S.M.B., en el "Weymouth", en 1723, de edad de 47 años.
Esta plancha ha sido colocada cerca del mirador de selkirk, por el comodoro Powell y los oficiales de S.M.B. "Topaze", en 1868".
Defoe se llevó a Crusoe a las costas de Venezuela, en la desembocadura del río Orinoco, y lo dejó abandonado, literariamente hablando, 28 años.
Qué vamos a contar a estas alturas de "Robinson Crusoe".., o de "La isla del Tesoro", "El conde de Montecristo", "Los viajes de Gulliver", "20.000 leguas de viaje submarino", etc, etc. Solamente puedo decir que si soy como soy es en parte porque de chiquitín me leí estas novelas. Novelas de aventuras que nos entretuvieron y enseñaron cosas como éstas:
"Mi padre me urgió a que me fijara y me diera cuenta de que los estados superiores e inferiores de la humanidad siempre sufrían calamidades en la vida, mientras que el estado medio padecía menos desastres y estaba menos expuesto a las vicisitudes que los estados más altos y los más bajos; que no padecía tantos desórdenes y desazones del cuerpo y el alma, como los que, por un lado, llevaban una vida llena de vicios, lujos y extravagancias, o los que, por el otro, sufrían por el trabajo excesivo, la necesidad y la falta o insuficiencia de alimentos y, luego, se enfermaban por las consecuencias naturales del tipo de vida que llevaban; que el estado medio de la vida proveía todo tipo de virtudes y deleites; que la paz y la plenitud estaban al servicio de una fortuna media; que la templanza, la moderación, la calma, la salud, el sosiego, todas las diversiones agradables y todos los placeres deseables eran las bendiciones que aguardaban a la vida en el estado medio; que, de este modo, los hombres pasaban tranquila y silenciosamente por el mundo y partían cómodamente de él, sin avergonzarse de la labor realizada por sus manos o su mente, ni venderse como esclavos por el pan de cada día, ni padecer el agobio de las circunstancias adversas que le roban la paz al alma y el descanso al cuerpo; que no sufren por la envidia ni la secreta quemazón de la ambición por las grandes cosas, más bien, en circunstancias agradables, pasan suavemente por el mundo, saboreando a conciencia las dulzuras de la vida, y no sus amarguras, sintiéndose felices y dándose cuenta, por las experiencias de cada día, de que realmente lo son."
-¡Oh, droga!, ¿para qué me sirves? No vales nada para mí; ni siquiera el esfuerzo de recogerte del suelo. Cualquiera de estos cuchillos vale más que este montón de dinero. No tengo forma de utilizarte, así que, quédate donde estás y húndete como una criatura cuya vida no vale la pena salvar.
"Era un joven hermoso, perfectamente formado, con las piernas rectas y fuertes, no demasiado largas. Era alto, de buena figura y tendría unos veintiséis años. Su semblante era agradable, no parecía hosco ni feroz; su rostro era viril, aunque tenía la expresión suave y dulce de los europeos, en especial, cuando sonreía. Su cabello era largo y negro, no crespo como la lana; su frente era alta y despejada y los ojos le brillaban con vivacidad. Su piel no era negra sino muy tostada, carente de ese tono amarillento de los brasileños, los nativos de Virgina y otros aborígenes americanos; podría decirse que, más bien, era de una aceitunado muy agradable, aunque difícil de describir. Su cara era redonda y clara; su nariz, pequeña pero no chata como la de los negros; y tenía una hermosa boca de labios finos y dientes fuertes, bien alineados y blancos como el marfil
"Entonces, le dije que el demonio era el enemigo de Dios en el corazón de los hombres, que usaba toda su maldad y su ingenio para derrotar los buenos designios de la Providencia y arruinar el reino de Jesucristo en la tierra, y otras cosas por el estilo.
-Pues bien -dijo Viernes-, tú dices, Dios es tan fuerte grande, ¿no es más fuerte, más poder que el demonio?
-Sí, sí, Viernes dije yo-, Dios es más fuerte que el demonio, Dios está por encima del demonio y, por lo tanto, rogamos a Dios que lo ponga bajo nuestros pies y nos ayude a resistir a sus tentaciones y extinguir sus dardos ardientes.
-Pero -volvió a decir-, si Dios más fuerte, más poder que el demonio, ¿por qué Dios no mata al demonio para que no haga más mal?
Me quedé muy sorprendido ante su pregunta, ya que, después de todo, aunque yo era un viejo, no era más que un aprendiz de doctor que carecía de las cualificaciones necesarias para hablar de casuística o resolver este tipo de problemas. Al principio, no supe qué decirle, de modo que fingí no haberle escuchado y le pregunté qué había dicho pero él estaba demasiado ansioso por escuchar una respuesta como para olvidar su pregunta, así que la repitió, con las mismas palabras quebradas de antes. Para entonces, ya me había repuesto un poco y dije:
-Al final, Dios lo castigará severamente. Está aguardando el día del juicio final, cuando será arrojado a un abismo sin fondo y morará en el fuego eterno.
Viernes no quedó conforme con esta respuesta y, repitiendo mis palabras, me contestó:
-Aguardando, final, mí no entiende, ¿por qué no matar al demonio ahora?, ¿por qué no gran antes?
-Podrías preguntarme también -le respondí-, ¿por qué Dios no nos mata a ti y a mí cuando hacemos cosas que le ofenden? Nos protege para que nos arrepintamos y seamos perdonados. Se quedó pensativo un rato.
-Bien, bien -me dijo muy afectuosamente-, muy bien, así tú, yo, demonio, todos malos, todos protegidos, arrepentir, Dios perdona todos."
Como podéis ver, mucho más que una novela de aventuras, que también las hay.
Y por supuesto, con esa obra maestra que es "Naufrago" (Robert Zemeckis, 2000)
12 comentarios:
Maravillosa entrada Mr. Lombreeze, vi totalmente reflejado el sentimiento de tener a una obra como punto capital de lo que posteriormente juzgaremos como literatura. Tener la sensibilidad de captar más allá de la simple novela aventurera de entretenimiento requiere un juicio muy especial, en mi caso no fue Robinson Crusoe, fueron novelillas de infinita menor manufactura, pero aún así por la extensión y calidad de lo que ha escrito me hizo recordar como es que una historia puede cambiar nuestra manera de ver el mundo y de apreciar todo lo que posteriormente leeremos. Creo que he encontrado el motivo de la admiración compartida por el destacado Charles Darwin, sospecho que Robinson Crusoe tuvo mucho que ver en ello. Saludos y de nuevo felicitaciones por lo publicado.
P.D. Ese nuevo patrocinador suyo no me convence, me hace pensar que Samuel L. Jackson me haría algo muy malo si intento consumir una de esas hamburguesas (por más sabrosas que parezcan).
N-Man, je, je, gracias. Efectivametne, es muy probable que fuera Robinson Crusoe el que nos alterara el gen aquél que nos hizo dar el salto evolutivo...
No se preocupe ud. porque Julius solamente hace el mal a los "bad motherfuckers". Y no es nuestro caso...
Estupendo post que con el tema de la isla me hace recordar que el primer europeo que vio tierra australiana fue el holandés Willem Jansz en 1606, por lo cual Australia fue conocida en Europa como Nueva Holanda. ¿Alguien sabe decir cuál era la isla más grande del mundo antes de ese descubrimiento? Alexander Selkirk lo sabía seguro.
lunes, pues ni puta idea, pero yo diría que Madagascar.
Melchor, Gaspar y Madagascar.
Si no lo escribo reviento...
Estupenda entrada maño...que sepan Lombreeze y Monseñor que leo diariamnete su blog, pero la mayoría de las veces las entradas son perfectas y no admiten comentario alguno...sigan con esa labor y nucho ánimo....
PD: intentaré comentar todas las veces posibles.
JUA JUA. Si suena mejor que Baltasar y todo.. Yo tampoco acerté esta pijada pero no fuí tan creativo como usted. Iba a decir Antártida o Groelandia, pero pensando en que hay más hielo que tierra dije Borneo. Pero jódete que me dicen que no, que la respuesta es Australia, que antes de descubrirla ya estaba allí y con el mismo tamaño. Siempre caigo en las preguntas-trampa estas.
P.D : Por orgullo, argumenté que al ser considerada continente no lo había dicho..
lunes, nada existía antes de que el hombre blanco y occidental lo descubriera y le pusiera un nombre cristiano y pronunciable. De hecho, Australia no existió realmente hasta que se decidió no ya su nombre, sino su inclusión el hemisferio Sur.
Dile al tipo que te hizo la pregunta trampa que está asilvestrado, como Viernes.
Fenomenal! Además, no tenía ni idea yo del suceso real que inspiró a Dafoe. Me gusta también cuando agradeces a esas novelas ser quien eres, porque me sucedio algo similar. En la época de transición de los tebeos a los primeros libros, para mí fueron cruciales unas ediciones de Bruguera muy típicas de aquellos años, que consistían en grandes clásicos de la literatura "juvenil" con su versión en comic intercalado. Seguro que lo recuerdas, se podían leer de las 2 formas, como tebeo o como novela. Yo, que era un ansioso y un fatigas, no podía aguantar y me trabajaba antes las viñetas, pero al final, por puro tedio, terminaba leyendo el resto del libro. El que recuerdo (y conservo) con más cariño es Un capitán de quince años.
Homo Insanus, jajaja, sí, sí!, cierto, yo hacía lo mismo!, primero y muy ansioso, me leía el cómic y luego la novela. Oh, qué gratos recuerdos.
Joder, yo hacia lo mismo. Que tiempos aquellos madre mía. Por cierto en mi tienda de cómics habitual, he visto que los están reeditando. No me preguntéis por precios... pero me parecieron entrañables... estamos en crisis, para más adelante.
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