lunes, 15 de junio de 2009

250 aniversario de la muerte de G. F. Haendel.

"Zarabanda" de G.F. Haendel, leit motiv del "Barry Lyndon" (1975) de Stanley Kubrick.



Ahora ya sabéis por qué nos gusta tanto Haendel.

Lo que a lo mejor no sabéis es que en los mismos suelos sobre los que ahora se alzan orgullosos los bloques de pisos de los afortunados ganadores de una V.P.O. del flamante nuevo barrio de Valdespartera de la Siempre Heroica Ciudad de Zaragoza, guerrearon, hace ahora 50 años, los ejércitos judíos contra las hordas egipcias. Al mando de los judíos, un rey con peluca: Salomón, hijo de David, aka. Yul Briner.
Claro, esto sucedió cinematográficamente hablando.

Diez años antes de ser aniquilado por el mismo matasanos que se cargó también a J.S. Bach, el gran compositor alemán George Friedrich Haendel, (1685 - 1759), compuso su oratorio "Salomón" donde el maestro nos cantaba y contaba las andanzas del rey judío artífice del mítico templo que albergaba el Arca de la Alianza y poseedor, -según fuentes tan fiables como el propio Corán-, de los conocimientos científicos más avanzados de su época, (hace unos 3.000 años). Parece ser que Salomón se enamoró de la bella reina de Saba, (actual Etiopía - Yemen), una princesa de color, -color negro-, que ahora dicen que se llamaba Makeda y a la que el rey judío le dedicó su "Cantar de los Cantares", ( " שִׁיר הַשִּׁירִים "). Aunque según Reyes, 11:3, «tuvo setecientas mujeres reinas y trescientas concubinas, y sus mujeres le desviaron el corazón». Y otra cosa, me imagino.

Pero bueno, que a efectos líricos y musicales, el romance con Makeda, que no se debía parecer en nada a Gina Lollobrigida, le bastó a Haendel para componer una obra que contiene uno de los fragmentos de la Música Clásica del período Barroco más maravillosos jamás creados. Y no me refiero al que todos conocéis de sobra, el Himno de la Champions, "Zadock, el sacerdote", sino a la genial pieza instrumental titulada "Llegada de la Reina de Saba" con la que queremos hoy recordar, en el 250 aniversario de su fallecimiento, a ese súper genio musical que nació como Georg Friedrich Händel y que se anglocambió el nombre a George Frideric Haendel cuando en 1727 el rey inglés Jorge I lo nacionalizó británico para mayor gloria del Imperio. Qué prodigio, madre mía.

6 comentarios:

lunes dijo...

Qué cosas tan bonitas he escuchado de este hombre..pero esto no lo conocía al igual que su Oratorio. Oiga ¿lo de Yul en Valdespartera es verdad de la güena? Háganos algún día un post concurso de localizaciones cinematográficas. No acertaremos pero será curioso.

Mister Lombreeze dijo...

lunes, yo no le mentiría a Ud. por nada del mundo.

Redrum dijo...

Pese a que alguna moza me ha considerado algo barroco, no me tira especialmente ese periodo. Eso sí, incontestables las 3 piezas!

¿Qué hay de cierto en que parte de rodaje de Titanic se hizo en mi querida ciudad, Sabadell?

¡1 saludo!

Mister Lombreeze dijo...

redrum, es ud. un romántico empedernido (musicalmente hablando).

Creo que en Sabadell se haya el pozo espartano sin fondo al que Leonidas arroja al embajador de Xerxes, que es por cierto el título de otra hermosa ópera de Haendel.

M. Jordan dijo...

"Ahora ya sabéis por qué nos gusta tanto Haendel."

Porque a Kubrick le gustaba claro. Qué poca personalidad...

Mister Lombreeze dijo...

Mónica, así somos los creyentes. Nos dejamos impresionar por un Mesías y ya no hay quien nos convenza de otra cosa. Fíjate si no en los Cristianos. Y son un montón!.
La primera película que vi de Stanley Kubrick fue "Senderos de Gloria". Fue hace ya muchos años.
Pero hace todavía más años ya conocía la "Música acuática" de G.F. Haendel. La música del Támesis...

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