miércoles, 13 de julio de 2011

El cine que necesitamos revisionar en los tiempos que corren: Soy un fugitivo (Melvin Le Roy, 1932).

"El estado de Georgia dice que he escapado de la justicia, pero yo digo que he escapado de la injusticia". Robert E. Burns.


Le decía el otro día al inexperto compañero dvd que los jerifaltes de las entidades de gestión de derechos de autor que han sido o están siendo imputados por sus millonarios chanchullos (bautistas, cerezos y demás) son los mismos que afean nuestras costas con horrendos carteles intimidatorios que nos amenazan con un castigo pecunario de 300 euros si se nos ocurre comprarles a los negritos unas gafas Ray Ban o un bolso CH de los que se hacen en la China. Bueno, de los que se hacen en la China y, además, no se distribuyen en las elegantes boutiques homologadas. Si yo fuera legislador déspota intentaría, al menos, ser algo práctico y obligaría a gastar esos 300 euros en el producto original que el delincuente hubiera intentado piratear, no vaya a ser que Carolina Herrera o Hugo Boss se nos mueran de hambre. Esta sinvergoncería de nuestros días es otro exponente más de una de las más dolorosas injusticias que han campado y campan por el mundo civilizado: la desproporcionalidad de las penas que se aplican a los pequeños chorizos comparadas con la de los grandes cuatreros. O sea, lo de las cárceles atestadas de pequeños camellos y lo de las mansiones de los grandes traficantes atestadas de putas.

El hermano de mi amiga B. ingresó en la macrocárcel de Zuera condenado por allanamiento de morada y robo (sin violencia) de televisor, equipo HiFi, etc, etc. Se pueden imaginar que los beneficios obtenidos de semejante botín acabaron corriendo por sus venas en forma de heroína. En el momento en el que tuvo que despedirse de su familia para pasar una temporadita en Zuera, el hermano de B. estaba desenganchado de la droga y tenía un trabajo decente en una pequeña fábrica. Su madre guardó con cariño la carta que redactó el jefe de la fábrica firmada por todos sus compañeros. En ella daban fe de que el hermano de B. era un trabajador estupendo y un buen muchacho. Me juran (y me lo creo) que ese mismo jefe que no se quitaba su perpetua faria incandescente de los labios ni para tomarse el carajillo del desayuno, lloró como un nene chiquitín cuando el hermano de B. se despidió de él. El final de la historia de el hermano de B. es feliz: cumplió su condena y volvió al curro que le guardó, durante 9 meses, su jefe. Todo un embarazo.


Robert Elliot Burns escribió en 1932 una novela autobiográfica titulada I am a Fugitive from a Georgia Chain Gang!. En ella contaba como diez años antes había sido sentenciado a cumplir una condena de 10 años de trabajos forzados por un atraco a una tienda de comestibles de la que se llevó un botín de 5 dólares. Encadenado, día y noche, a sus compañeros de penal, trabajó 16 horas diarias bajo las durísimas condiciones impuestas por los despiadados y sádicos guardas de una prisión del Estado de Georgia. Pero Burns huyó de la cárcel y consiguió llegar a Chicago, donde acabó siendo un prestigioso editor de una revista de esa ciudad. Y ya no os cuento nada más para no desvelaros toda la trama de la película que recomendamos hoy: Soy un fugitivo. Pero os aseguro que hay más, bastante más.

Ese mismo año Melvin Le Roy adaptó el best seller de Robert E. Burns alumbrando, de paso, uno de los clásicos imprescindibles del cine americano de los años 30: Soy un fugitivo. Le Roy, además de inventar el 80% de las constantes del subgénero de dramas carcelarios (trabajos forzados picando piedra, comidas repugnanes, cadenas y grilletes, despiadados carceleros, fugas huyendo de sabuesos, esquinazos bajo el agua con junco haciendo de respiradero, etc, etc), denunciaba así las inhumanas condiciones de vida de muchos reclusos de los penales norteamericanos, enfatizando su mensaje en las víctimas condenadas por delitos que rozaban lo ridículo personificadas en su protagonista James Allen.


Pero las peripecias de la vida de Burns le sirvieron a Le Roy no ya solamente para construír un drama denunciando la mala suerte de un pobre diablo, porque Le Roy abrió el plano de su valiente cámara para ampliar esa denuncia y enfocar la atención de los espectadores en el corrompido sistema legal y penitenciario del estado de Georgia. El éxito de la película fue tremendo y, en consecuencia, la repercusión de su mensaje caló en la sociedad que exigió la desaparición de los tratos vejatorios a los presos de las cárceles norteamericanas.

Si todo esto les parece poco, todavía queda sitio para una cosita más: 80 años depués, Soy un Fugitivo sigue siendo una película llena de suspense y entretenimiento. Por eso, Soy un fugitivo es una obra maestra, porque tuvo los arrestros de denunciar, durante la Gran Depresión, una situación injusta de la sociedad a la que pertenecía y lo hizo sin aburrir al personal, que es lo que tiene mérito.


Bonus track: El protagonista es Paul Muni, también conocido como Scarface, actor que, para el que esto escribe, es el padre de Gary Cooper y el abuelo de Brad Pitt. Comparte con ellos su excelente sobriedad en los momentos dramáticos y su toque histriónico en los trágicos o cómicos.

Cuando la Justicia no es justa, sino que es, simplemente legal, genera monstruos mayores que los que pretende erradicar. Le Roy nos lo muestra magistralmente en su escena final en la que un susurro en la oscuridad nos escupe a la cara la moraleja de la historia.

Así que cuando me preguntan qué estoy haciendo cada vez que me descargo una película, no me queda más remedio que responderles: "I steal".

14 comentarios:

MrMierdas dijo...

I "steal" too now bro...!!!
Es verdad, es el de scarface...
Cojonudo post!

...

Hostias! Está en mi plataforma Mac...bajando!

I steal again!
Es raro, pero no me puedo bajar la canción de Mojo Picón...Ah! ahora se llama "Gordo cabrón ladrón"

MonSeñor Gusano dijo...

La verdad, es lo que hablamos en Helios, es una putada horrenda. Y luego ves lo que les pasa a hijos de puta malos, malos... en fin. El mundo al revés amiguitos.

Mister Lombreeze dijo...

Cuando veas la peli bro, entenderás, todavía mejor, la frase final de esta entrada

Marcos Callau dijo...

Me too, Mr. Lombreeze.

Apunto tu recomendación que, por cierto no he tenido el gusto de ver. Tus palabras obligan a verla y también el año en que fue rodada y el director qiue la rodó. Muy buena entrada y estupenda introducción al tema. Un abrazo.

David dijo...

Empiezo por el final. Te fallan las dos últimas líneas. Yo también "robo", pero esa línea ahí no cuadra tan bien con el resto de la entrada (y además spoilereas, cabrito).
Entrada que por otra parte me ha parecido buenísima!
Joder! No he visto la peli (es una de las de la lista desde hace años...a ver si le pongo remedio después de leer esto). Pero conozco la peli, claro (así como el final y la frase) ... cuando he visto que la entrada iba de ella entre otras cosas... Me explico...Hace justo dos días estuve hablándoles de esta peli a mi mujer y mis hijos durante la comida; les conté la historia, de qué trataba, que era un clásico, y les dije que por qué no la veíamos todos... en fin... ni caso me hicieron, claro.
Bueno, al final me puse Fuerza Bruta (otra carcelaria que tenía en la lista).

Me alegro muchísimo por el hermano de tu amiga B. , y me parece genial el contraste del jefe con la anterior entrada (al final no podemos generalizar (aunque le guste tanto a tu hermano; menuda puñalada trapera (pero es con cariño,ya sabéis).
En fin... un saludo a todos.

fiona dijo...

Pues no conocía la peli, le diré a mi padre que me la deje si la tiene (mi padre también es un cinéfilo) y si no que la steal para mí...jajajajja.

Me alegro de lo del hermano de B, me esperaba lo peor cuando has empezado a contarlo.

Y estoy totalmente de acuerdo con lo de que la justicia debería ser justa y no legal, las penas no son proporcionadas casi nunca.

1besico!

Tripi dijo...

Ostias con el puto Mister Mierdas, jajajjajja¡¡¡

Bueno, al post.

1) Yo compro a los negritos, aunque no necesite sus chismes. Y lo seguiré haciendo.

2) Muy buena pinta la peli. Me va todo ese rollo carcelario.

3) El jefe del hermano de tu amiga es un puto crack. Con dos cojones, sí señor. También hay jefes buenos.

Canela en rama. El post es canela en rama.

Saludos, follador.

Santiago Bullard dijo...

Hombre, qué bien lo has dicho: que no es lo mismo una justicia justa que una legal... y mira que los primeros en decirlo serían algunos abogados.

"I steal". Me gusta cómo suena.

Mister Lombreeze dijo...

David, Qué va a ser un spoiler macho, hay que saberse la historia de cabo a rabo para entenderlo. Y viene totalmente a cuento porque es la moraleja de la historia y de la peli. A lo que aboca la injusticia es a delinquir.
Gracias, me alegro de que te haya gustado el resto. Fuerza Bruta me parece cojonuda, como casi todo el cine de Dassin, un director estupendo. Correcto, enlacé esto del jefe bueno para compensar lo del jefe malo del otro día. Que de todo hay en la viña del señor.
Bueno, es que MM no es para todos los públicos.

Santiago Bullard dijo...

Lombri, hay un trago en la barra del Café a tu nombre. Al seco, eh! Al seco, jajajaja!!!

Tripi dijo...

Lombri: y vaya trago...qué grande es el Bullard, ostiaaaaaaaaaaaaaa¡¡¡

Möbius el Crononauta dijo...

Otra para el saco.

Ahora no recuerdo los detalles, pero no hace mucho escuché una historia parecida, la de hombre que lleva 30 años en chirona por un robo o algo así...

la justicia, esa amante esquiva

David dijo...

Peliculón.

Mister Lombreeze dijo...

@David, te lo dije...

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