Tener 15 años y ser pobre es jodidísimo... Y todavía es peor cuando llega el verano. Tediosas e interminables horas a una edad en la que el tedio debería estar prohibido. Pero es que.., ¿qué co**es se puede cocinar con estos ingredientes?: 1 ciudad de Zaragoza, 1 mes de agosto, 40 grados a la sombra, 15 años, 25 (de las antiguas) pesetas en el bolsillo, 2 amigos de 15 años con 25 (de las antiguas) pesetas en cada uno de sus bolsillos, 1 bolsa de pipas y 1 banco del parque. Tremendo.
Los tres quinceañeros protagonistas de Les Géants (Los Gigantes) cuentan con la aparente ventaja de pasar su aburridísimo verano en un marco incomparable: los frondosos y bellísimos bosques de Las Ardenas. Aunque, por otra parte, tienen en su contra dos importantes hándicaps: un desamparo familiar dolororoso y una escasez de dinero y comida que comienza a ser preocupante.
Y es que la mamá de Zak y Seth aparca, al comienzo de verano, a sus dos retoños en la deshabitada casa veraniega del difunto abuelo y sigue con su vida trabajando no se sabe dónde. La dedicación materna roza la desidia total ("Ella no nos ama") y, ante semejante panorama, los dos hermanos escuchan los bienintencionados cantos de sirena de su amigo Danny quien les ofrece a posibilidad de ganarse unos euros alquilando la casa a un cultivador de marihuana durante unos pocos meses.
Las cosas no saldrán como estaban planeadas. Los lobos soplan más fuerte de lo que los tres cerditos podían imaginar...
¿Existe algo más fuerte que los lazos de amistad que nos unen a nuestros camaradas a los quince años?. ¿No es cierto que esas peripecias veraniegas dejan recuerdos que permanecen, todavía hoy día, en nuestras castigadas cabezotas de treintañeros?. Es el entorno perfecto para la tragicomedia. Mark Twain lo sabía y Rob Reiner lo endulzó y mitificó para siempre en su Cuenta Conmigo (1986).
El actor y director Bouli Lanners recoge el testigo marktwaino y nos cuenta una de las tramas más inverosímiles que jamás he visto en una película... Y, sin embargo, ¡la cosa funciona!. Y lo hace porque ¡es un cuento!, es un tenebroso cuento de hadas. Funciona por eso y por la excelente actuación del trío protagonista junto a unas terroríficas pinceladas de las interpretaciones de los adultos secundarios que son las que ensombrecen el que parecía que iba a ser un bucólico y pastoril lienzo.
Súmenle a todo lo anterior una maravillosa fotografía de maravillosa luz de unos parajes naturales asombrosamente bellos (y, al mismo tiempo, siniestros) que dotan a la historia de una atmósfera que va cambiando de acogedora a amenazante con la misma facilidad con la que puede cambiarte la vida a los quince años.
La película termina navegando río abajo...
No podía ser de otra manera.
Les Géants es una película honesta, evocadora, triste y cruda pero, al mismo tiempo, llena de humor, vitalidad y con una puerta abierta al optimismo.
Yo también tuve 15 años.
Y tuve cintas de casette donde sonaban canciones como No Love Lost de Joy Division:
2 comentarios:
Pues no estará mal ver cómo se recoge y actualiza el testigo de Mark Twain en Les Géants. Te ha quedado una entrada muy simpática, amigo Lombreeze. YO también tuve 15 años en Zaragoza...¡pero no me compares Zaragoza con Las Ardenas! Que nosotros tenemos el Ebro... (ironía)
Abrazos
Joder, con quince años escuchando a Joy Division (jaja). En fin... Qué feliz era yo con los Fab 4, Police o U2 (ya se te veía venir raro, ya).
Bueno, y ahora en serio... Apunto, pero es que acabo de ver Hucklebe..eeh..la de Mud hace nada (me gustó) y casi parece que estuviera leyendo algo parecido (que no, pero ya me entiendes; los dos críos de esa peli también están muy bien, por cierto)
Buen domingo.
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