Hola amiguitos. Comienza hoy esta serie de posts dedicada a los encuentros-choques-encontronazos culturales, pretéritos, presentes y futuros, que tanto asustan a unos y alegran a otros.
Maese Torrebruno, hombre pragmático y cantarín, clasificó muy claramente a la Humanidad en dos tipos: Tigres y Leones. Vamos a seguir esta escuela filosófica, (sobre todo debido a su sencillez), y vamos a llamar desde hoy Nipones a los temerosos y Pumas a los echaospalante en lo que a mezclar culturas se refiere. Si estais empezando a pensar que estas denominaciones son arbitrarias y rozan el delirio, os digo que, una vez más, os estáis equivocando. Japón es uno de los países más reticentes a asimilar inmigrantes sea cual sea su procedencia y José Luis Rodríguez "el Puma" es uno de los pioneros, (al menos en mi memoria), preconizando aquello del pavo real y la mezcla de los colores y los fluidos. Esta argumentación debería bastar a cualquiera.
Hoy nos hemos levantado bastante Pumas y os traemos a este blog a la Orquesta Juvenil Simón Bolívar de Venezuela
Orquesta Sinfónica fundada hace algo más de 30 años, apadrinada por la Filarmónica de Berlín y nutrida de las más sobresalientes jóvenes promesas de las orquestas locales venezolanas. En la actualidad está dirigida por el maestro Gustavo Dudamel, (la gran esperanza latinoamericana actualmente en la dirección de altos vuelos), y ha participado con gran éxito en numerosas giras por Europa, América y Asia.
No me voy a enrollar más hablando de las excelencias técnicas del maestro Dudamel y esta orquesta. Tampoco vamos a hablar ahora de sus celebradas interpretaciones de obras de genios de la talla y dificultad de Shostakovich o Mahler. Vamos a fijarnos en otra de las características que han hecho célebres a estos venezolanos: cómo interpretan algunas piezas de su repertorio. Si habéis tenido la suerte de asistir a un concierto de una gran orquesta y os habéis entretenido en observar a cada uno de los maestros, habréis observado que se pueden encontrar dos violonchelistas ejecutando la misma partitura y mientras uno permanece prácticamente estático, el otro está rozando el más puro estilo jevimetal, de los cabezazos y movimientos corporales que da. Quedaos con este segundo violonchelista e imaginaos ahora a 150 músicos clásicos tocando sus instrumentos como si fueran Tito Puente. Tendréis una interpretación de la obra que solamente puede hacer la Orquesta Juvenil Simón Bolívar de Venezuela
Personalmente veo poco probable que por mucho que se esforzaran los excelentísimimos y misóginos intérpretes de la Filarmónica de Viena, consiguieran un efecto parecido al que consigue esta orquesta, a cuyos pies caigo rendido.
Ved este video y decidme si exagero cuando digo que estamos ante uno de los más afortunados encuentros Viejo-Nuevo Mundo: El estilo de la música y orquesta sinfónica, una de las cumbres más sobresalientes del Arte Occidental, interpretada bajo el prisma de la aportación más grande que a la música del siglo XX se hizo, o sea, los ritmos afro-americanos en cuerpo y mente.
Con Uds., la Orquesta Juvenil Simón Bolívar de Venezuela interpretando las "Danzas Sinfónicas" de "West Side Story" del maestro Leonard Bernstein.
Maese Torrebruno, hombre pragmático y cantarín, clasificó muy claramente a la Humanidad en dos tipos: Tigres y Leones. Vamos a seguir esta escuela filosófica, (sobre todo debido a su sencillez), y vamos a llamar desde hoy Nipones a los temerosos y Pumas a los echaospalante en lo que a mezclar culturas se refiere. Si estais empezando a pensar que estas denominaciones son arbitrarias y rozan el delirio, os digo que, una vez más, os estáis equivocando. Japón es uno de los países más reticentes a asimilar inmigrantes sea cual sea su procedencia y José Luis Rodríguez "el Puma" es uno de los pioneros, (al menos en mi memoria), preconizando aquello del pavo real y la mezcla de los colores y los fluidos. Esta argumentación debería bastar a cualquiera.
Hoy nos hemos levantado bastante Pumas y os traemos a este blog a la Orquesta Juvenil Simón Bolívar de Venezuela
Orquesta Sinfónica fundada hace algo más de 30 años, apadrinada por la Filarmónica de Berlín y nutrida de las más sobresalientes jóvenes promesas de las orquestas locales venezolanas. En la actualidad está dirigida por el maestro Gustavo Dudamel, (la gran esperanza latinoamericana actualmente en la dirección de altos vuelos), y ha participado con gran éxito en numerosas giras por Europa, América y Asia.
No me voy a enrollar más hablando de las excelencias técnicas del maestro Dudamel y esta orquesta. Tampoco vamos a hablar ahora de sus celebradas interpretaciones de obras de genios de la talla y dificultad de Shostakovich o Mahler. Vamos a fijarnos en otra de las características que han hecho célebres a estos venezolanos: cómo interpretan algunas piezas de su repertorio. Si habéis tenido la suerte de asistir a un concierto de una gran orquesta y os habéis entretenido en observar a cada uno de los maestros, habréis observado que se pueden encontrar dos violonchelistas ejecutando la misma partitura y mientras uno permanece prácticamente estático, el otro está rozando el más puro estilo jevimetal, de los cabezazos y movimientos corporales que da. Quedaos con este segundo violonchelista e imaginaos ahora a 150 músicos clásicos tocando sus instrumentos como si fueran Tito Puente. Tendréis una interpretación de la obra que solamente puede hacer la Orquesta Juvenil Simón Bolívar de Venezuela
Personalmente veo poco probable que por mucho que se esforzaran los excelentísimimos y misóginos intérpretes de la Filarmónica de Viena, consiguieran un efecto parecido al que consigue esta orquesta, a cuyos pies caigo rendido.
Ved este video y decidme si exagero cuando digo que estamos ante uno de los más afortunados encuentros Viejo-Nuevo Mundo: El estilo de la música y orquesta sinfónica, una de las cumbres más sobresalientes del Arte Occidental, interpretada bajo el prisma de la aportación más grande que a la música del siglo XX se hizo, o sea, los ritmos afro-americanos en cuerpo y mente.
Con Uds., la Orquesta Juvenil Simón Bolívar de Venezuela interpretando las "Danzas Sinfónicas" de "West Side Story" del maestro Leonard Bernstein.
4 comentarios:
Mecaweeen la fruta!... con esos uniformes, ese ritmo... ¡esto no es una sinfónica, es una batukada!
Joer, no sé que me ha alucinado mas! Si los colores, los movmientos, o que ningun violinista le ha sacado un ojo a un compañero!!!
Mas, quiero mas!!
Hostias.....!!! Pero que cosa mas chula macho, así me trago yo todos los conciertos que hagan falta.
Viva la orquesta Simón Bolivar!!!!!!
y yo quiero una chaqueta bolivariana de ésas!. Subiremos más ejemplos de esta alucinante formación orquestal. Gustavo Dudamel es ahora uno de los directores más punteros y se lo rifan todas las orquestas. A partir del año que viene será titular de la de L.A...
Yo que vengo aquí desde los temas del inicio pensando encontrar cine (civilizacines pone y yo me digo : qué originales son pa todo ),me encuentro esta actuación maravillosa y descubrimiento paraa mí. Gracias Lombreeze.
Publicar un comentario