Ludwig van Beethoven (1770-1827). El genio más grande de todos los tiempos."Es para mí tan maravilloso..."

Así de claro.

Beethoven escribió en 1814: "Es evidente que uno compone más bellamente cuando lo hace para el gran público". Una verdad como un templo y un ejemplo a seguir por todos esos creadores que nos miran por encima del hombro a nosotros, los hombrecillos menos ocurrentes quienes sin embargo, solemos darles de comer.

Bien es cierto que solamente 9 años antes había gritado: "No compongo para la galería, que se vayan todos al infierno!". Y en ambos casos hacía referencia a su única ópera: "Fidelio", que había sido recibida con frialdad en su estreno de 1805 pero que fue aclamada en su reestreno tras 9 años de reelaboraciones del gran genio alemán.

¡Cómo rectificaba esta hombre!, hasta eso lo hacía bien.

Beethoven es, sin lugar a dudas, el más grande sinfonista de la Historia, compuso los más bellos conciertos para piano de todos los tiempos y sus últimos cuartetos de cuerda siguen dejando turulatos a los críticos de hoy día, 200 años después. Su música para piano roza lo divino y etc, etc, etc. O sea, un monstruo.

Sin embargo Beethoven no mostró nunca gran interés por la ópera, -como yo, pero ahí terminan nuestras semejanzas-, género para el que solamente compuso el "Fidelio" protagonista de nuestra entrada de hoy.

Esta obra le supuso al hombre un gran trabajo, esfuerzo y tiempo hasta que logró conseguir su versión definitva tras dos primeros intentos con diferentes libretos, todos ellos basados en la obra original de J.N. Bouilly, que ya había sido llevada a escena anteriormente por otros compositores y para la que Beethoven trasladó la acción de Francia a España con el fin de evitar dar mala imagen de los jabobimos, -los malos originales de la narración de Bouilly-, colectivo con cuyos ideales simpatizaba. Los españoles es que no nos enfadamos por nada.

"Fidelio" no es de mis óperas favoritas, para que voy a decir otra cosa. El argumento es tan folletinesco como el de la mayoría de sus contemporáneas. Cuenta los avatares de Leonora, una heroica mujer del s. XVIII que se disfraza de carcelero, (Fidelio), para rescatar a su marido, (Florestán), encerrado en una cárcel sevillana por motivos políticos. Al final triunfan el Amor y la Justicia. FIN.

Bueno, la cosa se complica un poco porque la hija del carcelero Rocco, la bella Marzelline, se enamora del nuevo, joven y hermoso ayudante Fidelio (que os recuerdo que es una mujer). Pero Jaquino, el portero de la cárcel, está enamorado de Marzelline.

Un lío.

La carcelera "Fidelio" según MrLombreeze.

La verdad es que las partes solistas se las traen y en algunos momentos contienen dificultades que recuerdan al bestia de Richard Wagner, (el 4º compositor más grande conocido). Beethoven da en su obra una gran importancia al coro. Esta característica y la imagen de la lucha por la Libertad, por los ideales y todo eso que parece encarnar Leonora, son las que nos dan la pista de que hemos dejado atrás la etapa Clasicista y estamos ya en medio del período del Romanticismo musical europeo. "Fidelio" se convierte así en el eslabón definitivo entre las grandes óperas clásicas de Mozart y la gran ópera germánica romántica que comenzará con von Weber. Contiene partes habladas, tan características del "singspiel" alemán, -como en nuestra Zarzuela-, pero se diferencia de este género en que su argumento no es cómico sino dramático.

¿Que por qué traigo una obra de un género "menor", (en mi corazón), del gran músico de Bonn para mi primera entrada relacionada con él?. Porque "Fidelio" contiene el más hermoso cuarteto de todos los tiempos: "Mir ist so wunderbar", algo así como "Es para mí tan maravilloso", aunque más en el sentido de sorprendente, extraño o novedoso. O sea, lo que sientes la primera vez que te enamoras. Para mí es tan maravilloso escuchar ester fragmento como para los protagonistas enamorarse.

La inocente Marzelline canta tras convencerse de que Fidelio, (¡que es una mujer!, Leonora es su verdadero nombre, ¿os acordais?), está enamorado de ella:

Mir ist so wunderbar,

es engt das Herz mir ein;

er liebt mich, es ist klar,

ich werde glücklich,

glücklich sein.

Que viene a significar:

¡Qué sentimiento maravilloso

me oprime el corazón!

Me ama, eso está claro,

y seré feliz.

Probablemente si al final se hubieran líado Marzelline y Lenora el argumento hubiera ganado bastante a ojos de unos tipos del s. XXI como nosotros. En fin.

Con todos Uds. el cuarteto del Acto I de la ópera "Fidelio" del compositor Ludwig van Beethoven, "Mir ist so wundebar". Una obra maestra.