La vida en la Frontera no espera nos cantaban los Radio Futura. Y el título de esta canción de los Auserón y el de la que traemos hoy, El Desterrado, describen escueta pero acertadamente el argumento de uno de mis westerns favoritos: Más Allá de Río Grande, una película dirigida en 1959 por Robert Parrish y producida por Robert Mitchum para su lucimiento absoluto en el que los secundarios son más secundarios que nunca porque durante todo el metraje solamente queremos ver a Martin Brady, ora vestido de mexicano, ora vestido de gringo texano, pero siempre fiel a su sombrero al que ya, de paso, proclamo como uno de mis sombreros favoritos de cine.
Es el personaje de Brady que interpreta Mitchum el que acapara la atención de una historia que reúne todos los ingredientes que se necesitan para hacerla atractiva a mis ojos, a mis ojos de crío de Primera Sesión que, cada día estoy más convencido, son los ojos con los que debería ver todas las películas.
Ingredientes:
1.- Un súper protagonista. Pistolero atormentado por su pasado que busca la redención y el bellísimo y eterno mantra clásico hollywoodiense de "si yo lo que realmente quiero es volver a casa a curarme las heridas del alma".
2.- Un malo de los de verdad. De los que no abren la boca en toda la película.
4.- La música de Alex North.
5.- Románticos planos resultones. Ésos que tanto me gustan.
6.- La Caballería yanki persiguiendo a los indios apaches que son muy malos y roban rifles.
7.- La chica, Julie London, casada con un hombre al que no ama y algo casquivana. Otra que busca redención en brazos del machote pistolero.
8.- La película está dirigida por uno de esos profesionales de Hollywood que, en los años 50, tenían tanto oficio que conseguían realizar maravillas incluso con el guión más clicheado que se puede uno imaginar: Robert Parrish quien, a lo largo de su carrera, fue actor, editor de sonido, montador y director.
9.- Su mayor virtud: la fotografía de Floyd Crosby y Alex Philips.
¿Algo más?. Pues sí hombre, habrá que completar el decálogo.
En un momento de la película se escucha, de pasada, una bella canción cantada a la luz de una hoguera, (cómo no), que los más listos del lugar, (como yo), reconocimos en seguida. Se trata del revolucionario corrido mexicano El Desterrado. Os traigo esta estupendísima versión instrumental con Antonio Bribiesca, mítico intérprete mexicano, a la guitarra.
Una canción que dice en una de sus estrofas:
Ay, que noches tan intranquilas
paso en la vida sin ti
sin un hermano ni un amigo
ni a quien quejarme
me fui con el fin
de por allá quedarme
sólo el amor, de esa mujer
me hizo volver.
6 comentarios:
Pues yo esta no la he visto.. Y si la he visto, no la recuerdo (pero el fotograma del malo me suena muchísimo). Igual la vi de crío, y no me marcó tanto. Me has dado unas ganas enormes de verla.
A mí el sombrero que me encantó fue el Stetson de Indiana Jones. Pero si hasta le dije a mi madre que a ver si me compraba una con 12 ó 13 años (pero no hubo manera).
Por cierto, el tema de El desterrado estupendo, como dices.
Julie London estaba guapísima en El hombre del Oeste, y gracias al blog de Blue me enteré de que era cantante y fue la primera que interpretó Cry me a river.
Un saludito.
No estoy seguro de haberla visto, la verdad, pero me la apunto porque tiene buena pinta y tengo devoción por el tipo de artesano al que Robert Parrish tan bien representa.
Da gusto verle escribir un post con amor, querido Mr. Lombreeze ;)
Saludos
No me lo puedo creer...el otro dia la pasaron en tele madrid.Vaya film, vaya temazo el desterrado...madre mia, preciosa y emocionante.
Maravillosa entrada Mr!!!
Esta sí la he visto ¡¡¡¡Genial. y hace bien poco a la hora de comer la reconocí al zapear en uno de estos canales raros de ahora (quizá zaragoza tv) por el peazo sombrero. Pero lo que no conocía era la canción, que es fantástica y sabe a frontera.
Termino de verla (que la cogí porque recordaba tu recomendación). Está bien...pero le falta algo para terminar de ser una gran peli...es como irregular. Algo falla, no sé el qué...
Aunque me ha hecho gracia, porque al releer la entrada, jo! has clavado la peli. Y Robert Mitchum era productor ejecutivo y es verdad que está todo el rato. Cuando he visto ese romántico plano también me he fijado (sólo que creo que tú has puesto el de cuando se escapa a la noche y llama más la atención cuando llega por el día).
PD: Me gusta que no todos los mejicanos sean malos o estereotipos... Hay de todo (como en botica) y está bien (aunque ya me lo olía) que su amigo (el recién ascendido sargento) le deje escapar cuando le persiguen.
Entrada a juego con la cabecera, por cierto ;-)
Ahora me falta la de Headhunters (dame tiempo).
Un saludo.
@David, al guión le falta algo chicha, es que se nota que está demasiado hecha a mayor gloria del prota. El amor por esta peli me viene, sobre todo, por el fantismo que profeso hacia la figura de Robert Mitchum. De todas maneras tiene momentos muy interesantes y una gran fotografía. La historia de amor es bastante flojilla aunque sea solamente la excusa para ver las dos caras del protagonista.
El detalle de su amigo es muy bueno: la camadería por encima de todo!.
Para mí, insisto, una película muy recomendable.
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