Al mundo entero quiero dar un mensaje de paz...
I´d like to teach the world to sing es una canción de 1971creada para servir como fondo musical a una campaña publicitaria en tv de la compañía Coca-Cola que sabiamente supo fusionar, en su celebérrimo spot "Hilltop", su tradicional márketing buenrrollista con el espíritu y el look del movimiento hippie imperante en aquellos setenteros años en los que la URSS se frotaba las manos ante lo que aparentaba ser el hundimiento de la testosterona capitalista y el acojone generalizado de los soldados yankis de pelo largo que lloraban como nenas porque tenían que combatir en la jungla en unas condiciones que eran un juego de niños comparadas con las de la generación anterior, la que había guerreado contra el imperialismo japonés en esas mismas junglas.
Pero hoy día, cuando la Unión Soviética perdura solamente en la fría memoria de los historiadores o en el idealizado recuerdo de trasnochados comunistas europeos o en la dolorosa realidad de Corea del Norte o Vietnam, hoy día, cuando el movimiento jipi se ha onege-izado adoptando mil y una apariencias diferentes, ¿qué nos queda de aquellos maravillosos años?, pues el Arte, que es lo que siempre perdura por encima de todo lo demás.
¿La publicidad es un arte?, ¿y los anuncios de tv?, para mí es indudable que sí, no importa que la letra original de esta canción no nos cantase I´d like to teach the world to sing in perfect harmony (me gustaría enseñar al mundo a cantar en perfecta armonía) sino algo mucho más mercantilista: I´d like to teach the world to buy Coca-Cola (me gustaría enseñar al mundo a comprar Coca-Cola). Y no importa porque el pueblo es soberano y hace lo que le sale de los mismísimos co**nes, también con las campañas publicitarias, así que la cancioncita de Coca-Cola perdura, como la belleza en nuestro recuerdo, muchos años después de la caída del muro de Berlín o el estreno de Hair (Milos Forman, 1979).
I´d like to teach the world to sing es una canción de 1971creada para servir como fondo musical a una campaña publicitaria en tv de la compañía Coca-Cola que sabiamente supo fusionar, en su celebérrimo spot "Hilltop", su tradicional márketing buenrrollista con el espíritu y el look del movimiento hippie imperante en aquellos setenteros años en los que la URSS se frotaba las manos ante lo que aparentaba ser el hundimiento de la testosterona capitalista y el acojone generalizado de los soldados yankis de pelo largo que lloraban como nenas porque tenían que combatir en la jungla en unas condiciones que eran un juego de niños comparadas con las de la generación anterior, la que había guerreado contra el imperialismo japonés en esas mismas junglas.
Pero hoy día, cuando la Unión Soviética perdura solamente en la fría memoria de los historiadores o en el idealizado recuerdo de trasnochados comunistas europeos o en la dolorosa realidad de Corea del Norte o Vietnam, hoy día, cuando el movimiento jipi se ha onege-izado adoptando mil y una apariencias diferentes, ¿qué nos queda de aquellos maravillosos años?, pues el Arte, que es lo que siempre perdura por encima de todo lo demás.
¿La publicidad es un arte?, ¿y los anuncios de tv?, para mí es indudable que sí, no importa que la letra original de esta canción no nos cantase I´d like to teach the world to sing in perfect harmony (me gustaría enseñar al mundo a cantar en perfecta armonía) sino algo mucho más mercantilista: I´d like to teach the world to buy Coca-Cola (me gustaría enseñar al mundo a comprar Coca-Cola). Y no importa porque el pueblo es soberano y hace lo que le sale de los mismísimos co**nes, también con las campañas publicitarias, así que la cancioncita de Coca-Cola perdura, como la belleza en nuestro recuerdo, muchos años después de la caída del muro de Berlín o el estreno de Hair (Milos Forman, 1979).
El gusano es el animal buenrrollista y optimista por excelencia. Qué le vamos a hacer. Y, en estas fechas tan entrañables (por qué no), queremos desear a todos nuestros lectores (que han demostrado ser buena gente el 85% de su tiempo) lo siguiente: aprovéchense de la artificiosa atmósfera de buenrrollismo navideño para disfrutar de los bellos momentos que estas festividades (con toda su intrínseca hipocresía y todo el tendencioso consumismo que ya sabemos que incluyen) pueden proporcionarles a poco que quieran ustedes esforzarse por que así sea. Los pobres estamos recuperando, día a día, cada vez más y más dinero del que nos robaron los ricos durante siglos. Los cristianos les quitaron las navidades a los paganos y los ateos se las quitamos a los cristianos. Hora es ya de que todos los seres bellos y bondadosos que habitamos el planeta hagamos que estos días sean nuestros días. Y no pasa nada por consumir un poco más de lo habitual, coño, que los dependientes de los grandes almacenes y los propietarios de pequeños comercios también tienen derecho a poder pagar la calefacción o la factura eléctrica (incluída la súper subida de tarifa que se avecina). El mundo va a mejor, lo dice Steven Pinker en un libro de hermoso título (The Better Angels of our Nature, 2011): ni siquiera Hitler fue tan malo, ni de lejos, como Gengis Khan.
Yo no quiero dar un mensaje de paz al mundo entero, sino solamente a la buena gente (que es mucha) de nuestro mundo. Al resto, a los malos, les deseo la cárcel y cosas peores que no voy a detallar por respeto al niño Jesús que cumple en estos días 2011 años y sigue siendo tan muermo como siempre.
Recuerden siempre que los nazis vestían de gris pero, al mismo tiempo, ella vestía de azul.
Felices Fiestas.
Tomen, un poquito más de azúcar, que sé que se han quedado con ganas:
Yo no quiero dar un mensaje de paz al mundo entero, sino solamente a la buena gente (que es mucha) de nuestro mundo. Al resto, a los malos, les deseo la cárcel y cosas peores que no voy a detallar por respeto al niño Jesús que cumple en estos días 2011 años y sigue siendo tan muermo como siempre.
Recuerden siempre que los nazis vestían de gris pero, al mismo tiempo, ella vestía de azul.
Felices Fiestas.
Tomen, un poquito más de azúcar, que sé que se han quedado con ganas:
P.S. En Nochebuena yo ceno con Coca-Cola, como Dios manda.
9 comentarios:
Eso, jaja, el "buenrrollismo navideño", que nos gusta a todos para bien o para mal, y digamos lo que digamos. Un fuerte abrazo, Lombri. Para variar, un post de primera, completo y redondo.
Ah, un viejo clásico publicitario. El buenrrollismo de CocaCola se me atraganta bastante, pero bueno, ¡ese anuncio y esa canción ya son parte de la historia!
Ja,ja,ja... Veo aquí una pequeña puya a cierto comentario mío del blog del amigo Insanus, pero te lo voy a pasar, porque yo soy de Coca-Cola... y estamos en Navidad. Además, la entrada me ha encantado (no conocía el anuncio original; pero la versión spanish era uno de mis favoritos de crío... así que imagínate).
La publicidad es una puta mierda (siempre); otra cosa es que sea bonita, ingeniosa, divertida, tenga cualidades artísticas o que trascienda su carácter comercial y publicitario para pasar a ser otra cosa (un recuerdo, una sensación, o como dice Moebius "parte de la historia" (o de la Historia, diría yo)...qué sé yo...pero para que pueda aceptarla tiene que dejar de ser publicidad, y aún así nunca voy a poder olvidar el origen de su carácter espurio, pero bueno...)
¡Feliz Navidad! Y...
Una Coca-Cola y una sonrisa, la vida se iluminaaaa. Al sonreír. Coca-Cola y sonrisas. Así debe ser, yo quiero veeer... al mundo entero sonreír también...etc Cuánta televisión he tragado de niño...
Lo recuerdaré, Mr. Lombreeze, una ingeniosa variación de la famosa frase de "Casablanca" obra de los guionistas Hecht que eran hermanos gemelos, cuando uno se llevaba a una mujer a la cama terminaba la faena, salía del cuarto y lo sustituía el otro hermano.
Me encanta McGuinnis. Tengo un libro con ilustraciones suyas para Play Boy.
Muy Felices Fiestas. Borgo.
Yo también me declaro seguidor de la cancioncilla de marras y de su versión hispana inclusive. Los anuncios de coca.cola son cojonudos y lo mimo diría del negruzco líquido burbujeante, me encanta.
Que el buen rollito de tu post vaticine un año güeno güeno de verdad.
Felices fiestas
Eso, eso AAAASSSSÚCARRRRRRRRRR!!!! Los anuncios de cocacola son geniales, y que viva el buenrollismo! De nosotros depende que se quede en navidad o que esté con nosotros el resto del año!
1besico!
Y Felices fiestas!!!
Mr. Lombreeze.
Pos nada, vaya también, con cierto retraso, mis felicitaciones navideñas, regadas con café...
Un saludo cinéfilo.
P.D.: muy sugerente a la par que navideña la nueva cabecera.
Feliz Navidad, Mr. Lombreeze. Brindo por ese vestido azul. Un abrazo.
Feliz navidad, queridos gusanos. No tengo que recordaros que en Moonfleet se os quiere y que además no tengo ningún pudor en decirlo en público (en Navidad o en otra época del año, qué caramba!).
Un abrazo
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