lunes, 20 de agosto de 2012

Giacomo Puccini. Y a mí que me gusta más que Verdi...

Que nadie se duerma que voy a hablar de Giacomo Puccini (1858-1924), el sucesor de Verdi (1813-1901). Ya saben, Verdi, el que es para los italianos el más grande compositor de ópera de todos los tiempos. Yo, como no soy italiano, sé que el más grande compositor de ópera de todos los tiempos es Richard Wagner (1813-1883) quien, curiosamente, nació el mismo año que Verdi. 

Pero volvamos al gran Puccini (que a mí me gusta más que Verdi). Tras consagrarse con su ópera Manon Lescault (1893), llegó el tibio recibimiento de La Bohéme (1896), luego un  nuevo exitazo, Tosca (1900) y, en 1904, nuestro amigo Puccini estrenó Madama Butterfly, ópera basada en una obra teatral del dramaturgo estadounidense David Belasco.

La historia de esta "dama mariposa" es trágica de narices: Nagasaki, finales del s.XIX. La jovencísima geisha Cio-Cio-San es encandilada por el apuesto oficial de la marina yanki Mr. Pinkerton quien, tras dejarla embarazada, se pira a los USA con la promesa de volver y sin cargo de conciencia alguno porque no sabe nada del asunto. Cio-Cio-San cría al pequeño con ayuda de su criada Suzuki. Pero pasa el tiempo y Pinkerton no regresa. La joven Butterfly, que no pierde nunca la fe en el retorno de su amado, acaba finalmente contando su triste historia al cónsul estadounidense quien informa a Pinkerton del retoño medio nipón que se ha "olvidado" en Nagasaki. Una mañana, el cañón del puerto suena anunciado la llegada de un barco estadounidense en el que viaja Pinkerton que llega con.. su esposa Kate y con... la intención de llevarse a su pequeño. Cio-Cio-San se lo entrega para más tarde cometer suicidio al estilo japonés, o sea, seppuku. 

Pffff. Terrible y trágico culebrón. 

Vamos a escuchar el bello y dulcísimo coro de Madama Butterfly que se canta con la "bocca chiusa", o sea, con la boca cerrada. Hermosísimo fragmento que suena al final del segundo acto en el momento en que Madama Butterfly tras escuchar el cañonazo del puerto, espera la llegada de Pinkerton. Los que cantan con la boca cerrada son los pescadores del puerto de Nagasaki. Y lo hacen así de bien (achtung: es muy emocionante):

10 comentarios:

Javier dijo...

No es por discutir sobre maestros... que por cierto es algo muy italiano :-) . Pero donde esté Rigoletto, que se quite la madama. Un abrazo, amigo. Javier RP

ecarratala dijo...

Pues va a resultar que yo también prefiero Puccini a Verdi, con diferencia.

abril en paris dijo...

Pues yo quedo con los dos..¿para que discutir?
¡Buen principio de semana Mr. Lombreeze !

Saludos :-D

abril en paris dijo...

P.D ¡Cómo me gustan tus cabeceras !

Mister Lombreeze dijo...

@Javier, lo que pasa es que tú eres un antiaristócrata y la trama de Rigoletto te pone más que el folletín de la Madama!!!, es que los japoneses son muy tremendistas, cualquier excusa es buena para hacerse un seppuku, jajaja. Otro abrazo para ti, my old friend.

@Enrique, Toma ya!. muerde el polvo Giuseppe Verdi!. Sin perder de vista que estamos hablando siempre de maestros, de grandes genios de la música, yo creo que Verdi es más repipi y más cursi mientras que Puccini es más apasionadamente romántico. Para mí, más moderno.

@abril en paris, Jajajaja, sabiduría salomónica!!!. Muchas gracias, la próxima cabecera te la dedico.

David dijo...

Y luego te quejas de comentarios en las entradas clásicas.
Bonita entrada.
A mí me gustó la versión silente de Fritz Lang, Harakiri...
Mi mujer lloró mucho viendo esta opera.

Mister Lombreeze dijo...

@David, seguro que sus lágrimas sonaron tan hermosas como el arpa...

A propósito de Fritz Lang, voy a decir una cosa, así, en plan arrebato: su etapa silente me gusta mucho más que la sonora.
Precisamente la versión que yo tengo del Harakiri de Lang comienza con este coro.

miquel zueras dijo...

Qué bueno Fritz Lang... Yo he visto a la mismísima Caballé haciendo de Madame Buterfly. ¡Lo que tardaba en morirse la señora! Esa fue una de mis escasas visitas al Liceo, un mes después se incendió por cierto. Saludos. Borgo.

Mister Lombreeze dijo...

@miquel, dices que poco después de tu visita al Liceo el teatro se incendió y te veo en tu avatar con fuego en tus manos... Todo cuadra...

Mara Miniver dijo...


Pa matarlo al tal Pinkerton. No vendría mal una segunda parte en la que Kate le da a su marido para el pelo o el pequeño nipón se venga de forma violenta...

Preciosa pieza.

Un saludo

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