miércoles, 8 de agosto de 2012

Minutos musicales: La Barcarola de Offenbach

Jacques Offebanch (1819-1880) fue un señor muy divertido. Nació alemán y se nacionalizó francés. Nació judío con el nombre de Isaac Ebers y se convirtió al catolicismo para casarse con una española de 18 años (anda que no sabía). Compuso una opereta (bueno compuso 90 operetas. Bueno, en realidad él inventó la opereta) titulada La bella Helena (1864) que, además de ser un notable punto de encuentro entre la ópera seria francesa y la música de los cabarets parisinos de La Belle Epoque, es una solapada apología del menage a trois entre Agamenón, Paris y Helena

¿Fue o no fue Offenbach todo un fenómeno?.



Para refrescarnos un poco en este largo y cálido verano, vamos a escuchar hoy su celebérrima Barcarola, un tipo de canción inspirada en los ritmos de las melodías que cantaban los gondoleros venecianos (antes gratis y ahora pagando).

La Barcarola de Offenbach suena en su opereta Los cuentos de Hoffmann (1880), una obra que quedó inconclusa al morir el compositor ese mismo año. El argumento de Los cuentos de Hoffmann nos sitúa en una taberna alemana donde jóvenes estudiantes se disponen a escuchar tres cuentos (que equivalen a otros tantos amores) del escritor alemán E.T.A. Hoffmann

En una de las narraciones, la que transcurre en Venecia, se escucha la famosísima barcarola cantada por Giuletta, uno de los amores de Hoffmann: Belle Nuit O Nuit d´Amour ("Escuchad esta belleza. Oh, bella noche de amor... El tiempo huye sin cesar y se lleva nuestras ternuras...")



Por cierto, Jacques Offenbach también "inventó" el can can. Otro día lo cuento. Como no podía ser de otra manera, Offenbach está enterrado en el cementerio de Montmartre de París.

9 comentarios:

MrMierdas dijo...

Pues a mí, la versión que más me gusta es la que hacías tú con la melódica...
Yo la hice con flauta dulce, pero se parecia más a la carga del séptimo de caballería.
No se puede ser más tonto, de judío a católico... El budismo para cuándo?

fiona dijo...

Coño, y tan famosa!

Tenía cara de cachondo el Offenbach éste. Él, a lo Groucho, tenía unos principios (en este caso creencias) pero si no te gustaban, tenía otros.

Oye, que yo me he montado dos veces en góndola, pagando, y no me han cantado ni la hora, que había, que darles un plus?

1besico!

Mister Lombreeze dijo...

@MrMierdas, sí que se puede ser más tonto, hay gente que se hace católica para ser célibe pero Offenbach se hizo católico para calzarse a una jovencita de 18 años. Yo creo que tiene más mérito que San Pedro.
Joder, no sabes la de veces que he pensado en comprarme una melódica. Ya tienes una idea para mi próximo cumpleaños. La Barcarola está chupada:
Si dodo sisi la dodo sisi la dodo si siiiiiii
si dodo sisi la dodo sisi la dodo si soooool
sol lala sisi dodo sisi lala solsol
sol lala sisi dodo sisi lala solsol...

Mister Lombreeze dijo...

@fi, pues sí, había que pagar un plus. Yo es que ni me monté en la góndola. Me bastó con el vaporetto.

fiona dijo...

Joder, me acabo de terminar el libro de La sombra del viento y justo ayer, en un párrafo salía el nombre de este tío...Offenbach, me acordé de ti, qué cosas.

Pero el vaporetto lo cogiste de gratis como todos los turistas o fuiste honrado como yo? (yo por miedo a que me pillaran, pero una amiga se coló varias veces) jajajaj

1besico!

Mister Lombreeze dijo...

No he leído La Sombra del Viento, qué dice?, que Offenbach inventó el cancan?
Yo fui uno de los 3 idiotas que pagó por viajar en el vaporetto, la otra fue mi mujer y el tercero fue un loco borracho. Amorticé el bono porque di 126 vueltas por el Gran Canal en vaporetto, pero en mi próxima visita no creo que vuela a hacer el primo porque no pagaba ni cristo.

fiona dijo...

"Una noche de invierno de 1921, Irene Marceau encontró a Julián Carax vagando por las calles, incapaz de recordar su nombre y vomitando sangre. Apenas llevaba encima unas monedas y unas páginas dobladas, escritas a mano. Irene las leyó, y creyó que había dado con un autor famoso, borracho perdido, y que quizá un editor generoso la recompensaría cuando él recobrase el conocimiento. Ésa era al menos su versión, pero Julián sabía que le salvó la vida por compasión. Pasó seis meses en una habitación en el ático del burdel de Irene, recuperándose. Los médicos advirtieron a Irene que si aquel individuo volvía a envenenarse, no respondían de él. Se había destrozado el estómago y el hígado, e iba a pasar el resto de sus días sin poder alimentarse más que de leche, queso fresco y pan tierno. Cuando Julián recobró el habla, Irene le preguntó quién era.
- Nadie-respondió Julián.
- Pues nadie vive a mi costa. ¿Qué sabes hacer?
Julián dijo que sabía tocar el piano.
- Demuéstralo.

Julián se sentó al piano del salón y, frente a una intrigada audiencia de quince putillas adolescentes en paños menores, interpretó un nocturno de Chopin. Todas aplaudieron menos Irene, que dijo que aquello era música de muertos y que ellas estaban en el negocio de los vivos. Julián tocó para ella un ragtime y un par de piezas de Offenbach.

-Eso está mejor."

Pues sí, yo también hice el primo...pero una vez comprobado que no paga casi nadie y que nunca pasa el revisor, a la próxima que no cuenten conmigo.

1besico!

Redrum dijo...

Mierda, pues debí pillar la época honrada donde me parecía que todos pagaban...

Cantaré al amor si me pillan.

Mister Lombreeze dijo...

@redrum, tú tienes que pagar, te estás jugando el que te retiren la acreditación de acceso al Festival!!!. De todas formas, es verdad que tienes pintas de gondolero.

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