sábado, 5 de abril de 2008

La batalla del Hielo.

Como todos seguramente ya sabéis, un día como hoy de hace 766 años el líder ruso y santo de la iglesia Ortodoxa Alexander Nevsky, derrotó a los católicos Caballeros de la Orden Teutónica, (que eran bastante alemanes), sobre la superficie helada del lago Peipus, (en la actual Estonia), quienes se habían plantado en tierras rusas para convertir a esta región, por la fuerza, al catolicismo. Fue una brillante idea del papa Inocencio IV, quien no se acordó de comentarles a los boches lo peligroso que era combatir sobre un lago helado con pesadas armaduras. Muchos de ellos morirían ahogados en las heladas aguas de Peipus... Tras este varapalo, el Papa envió a dos emisarios para proponer un pacto de buen rollo a Alexander, pero éste prefirió cobijarse bajo el manto protector del imperio mongol que lo nombró favorito del Kan y le dejó seguir santiguándose de derecha a izquierda como buen Ortodoxo barbudo.
Hace 70 años, en 1938, el gran director de cine, teórico del lenguaje cinematográfico y genio y casi inventor del montaje Sergei Mihailovich Eisenstein, llevó las andanzas de San Alexander Nevsky al cine, y realizó una gran película de la que vamos a ver hoy uno de los momentos más mágicos del cine que yo he visto jamás, y que es, precisamente, "La batalla del Hielo".
La cinta tenía el propósito de alertar a la población soviética sobre la amenaza del vecino nazi, pero tras el pacto Hitler-Stalin de 1939, el genocida ruso prohibió el film, mas cuando el Fürher decidió en 1941 pasarse el pacto por el forro e invadir la CCCP, se reestrenó rápidamente.
Volviendo a la escena, Eisenstein creó la tensión previa a la batalla con 12 planos estáticos consecutivos, magistralmente subrayados por la música del genial compositor ruso Sergei Prokofiev, quien compuso la banda sonora probablemente más perfecta de la historia del cine. Se da la circunstancia de que por primera vez en la historia del séptimo arte, la música fue compuesta previamente al rodaje de la película, que se adaptó a los acordes de súper-Prokofiev, maestro al que adoramos y veneramos los gusanos.
La batalla completa es una maravilla que dura 25 minutos, pero vamos a ver un fragmentito de 7 minutos donde a lo mejor os dais cuenta de la admiración que sentía Eisenstein por los dibujos e historias de otro genio: Walt Disney.

8 comentarios:

lunes dijo...

Como todos seguramente ya sabéis...Inocencio IV fue inspirado por su dios que le dijo :"macho, tú haz lo que te digo, que con el tiempo Mr. lombreeze te saca en un post divino con una escena y una música cojonuda". Que así sea.

Mister Lombreeze dijo...

Jajajaja. Sí, algo así creo que le dijo... "Y si hay que sacrificar unos cuantos cientos de soldados.., se sacrifican!. Todo sea por aparecer en el mundo Gusano!!!".

Sir Mr. Brown dijo...

Mr. Lombrezee... son las 00.06 del Domingo 6 de Abril de 2008... Y DÓNDE ESTÁ EL SATURDAY NIGHT FEVER ????????????????????????????????????????????????????????????????

Unknown dijo...

Y todo esto sin ordenador...que tal? Vaya toalla.

Redrum dijo...

¿Qué problema hay? Si todo el mundo sabe que los caballos flotan...

¡1 saludo!

Mister Lombreeze dijo...

"¿Qué es la vida? Un frenesí. ¿Qué es la vida? Una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, ...!"

Un soliloquio muy natural también, poco artificioso...

redrum, cambie ud. el chip y póngase a ver cine mudo ya!

Waldemar Daninsky dijo...

Genial, sin duda. Me encanta cómo los pendones y los yelmos de los teutónicos se recortan contra el cielo, el ruso que le dice a su vecino: "Ahí viene el puerco.", el choque, y a continuación los primeros planos de Aleksandr Nevski en el ala derecha y de Gavrila Oleksic en la izquierda, los dos espada en mano y gritando "¡Por Rusia!". Entonces ambas alas cargan, envolviendo a los teutónicos de flanco: los cuernos del bisonte contra la cabeza del jabalí.
Tiene otros muchos momentos inolvidables, como el del ruso que al probarse la cota de malla comenta que le queda corta y cuando al día siguiente le apuñalan en la ingle, exclama: "¡Ya decía yo!" O cuando Aleksandr Nevski, recorriendo el campamento, se para a escuchar a un veterano que está contando la fábula del conejo y la zorra. (Estos rusos...)Que los malos vistan de blanco y los buenos de negro es todo un hallazgo.
Qué pena que no la haya encontrado en DVD. Menos mal que tengo "La huelga", "Iván el Terrible" y "El acorazado Potëmkin" que también tienen lo suyo. Un genio.

Mister Lombreeze dijo...

@Waldermar, jajaja, sí es muy bueno lo de la cota de malla, verdad?, y un buen ejemplo de eso que dicen de cómo se enfrenta ante la fatalidad q el pueblo ruso; mezcla de resignación y humor negro.
Y que los malos estén todo el día oyendo misa también es una buena puya!, jajaja. Yo no sé si Alexander Nevski es la mejor película de Eisenstein pero sí sé que es mi favorita, aunque sospecho que la música de Prokofiev tiene mucho que ver en mi preferencia.

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