Hace unos meses escribía sobre Tamara de Lempicka y el modernismo para quitarme el agobio de la tristeza que me dio el que apagaran (demasiado) pronto las luces de la decoración navideña de una ciudad tan grande y endeudada como Madrid. En fin, cosas de la crisis. Por lo demás, la capital lucía el pasado diciembre tan hermosa como siempre. Y yo todavía más porque paseé por Chueca engalanado por cinco resplandecientes bellezas femeninas, lo que a los ojos de casi todos me convirtió en gay. Menos mal que vino MrMierdas al rescate y entonces parecimos dos gays acompañados por cinco chavalas.
El caso es que llegando a la plaza del Teatro Real iba yo soltando chorradicas de musiquita clásica y tal y tal y boutades como que si asistir a una ópera era demasiado caro y blablaba, y que para rato pagaba yo lo que vale y blablabla, -siempre sustentando mis conclusiones en alguna imaginada programación de algún autor que no fuera de mi simpatía-, hasta que me di cuenta de que estaba programada una de las más maravillosas óperas de todos los tiempos: El Caballero de la Rosa del maestro Richard Strauss. Una obra que cumple ahora 100 años y que es la más jungedstildiana (modernista) ópera de Herr Strauss.
El caso es que llegando a la plaza del Teatro Real iba yo soltando chorradicas de musiquita clásica y tal y tal y boutades como que si asistir a una ópera era demasiado caro y blablaba, y que para rato pagaba yo lo que vale y blablabla, -siempre sustentando mis conclusiones en alguna imaginada programación de algún autor que no fuera de mi simpatía-, hasta que me di cuenta de que estaba programada una de las más maravillosas óperas de todos los tiempos: El Caballero de la Rosa del maestro Richard Strauss. Una obra que cumple ahora 100 años y que es la más jungedstildiana (modernista) ópera de Herr Strauss.
Cuando me decidí a comprar unas entradas con el firme propósito de gastar hasta un máximo de 50 euros por butaca (toma ya) me llevé una tremenda desilusión al enterarme de que mi calendario madrileño era incompatible con la programación del Teatro Real y constatar, one more time, que mi poder adquisitivo también lo era con el precio medio de las entradas. Maldije mi legendaria falta de previsión y mi crónica pobreza y me tuve que consolar con otro hito de la Villa y Corte: la tarta de zanahoria del Cafe del Real.
Hoy, con el fin de quitarme el resquemor y para que ustedes se compadezcan de mí y me digan cosas bonitas en sus comentarios, les invito a escuchar el final de El Caballero de la Rosa. Pero advierto: abróchense sus cinturones espirituales. Esta música siempre consigue arrasar mis ojos de emoción. ¡Es tan hermosa!, ¡es como un sueño!.
El sueño de uno de mis 10 compositores favoritos, Richard Strauss. El sueño de Octavian y Sophie, el dúo protagonista, que nos cantan en el célebre pasaje amoroso "Ist ein Traum, kann nicht wirklich sein”, estas hermosas palabras: "es un sueño. No puede ser real que nosotros dos estemos juntos, ahora y para siempre...".
No se lo pierdan. Es bellíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisimo.
12 comentarios:
Hola Lombr: por partes.
a) Escribo el comentario en tanto que oigo la música, y resulta placentero.
b) Ultimamente haces mucho la goma. Vas y vienes a arreones, por lo que sospecho que tus resacas son de tres pares de cojones.
c) Ya te lo dije un día, pero lo repito. Eres un tipo culto, aunque no pedante. Y eso me gusta. No, no insistas, que no te voy a comer la polla.
d) Normalmente no tengo ni puta idea de los temas sobre los que escribes, pero me gusta leerte. Ya te lo he dicho, nene, no insistas, que no te voy a comer la polla.
e) ¿De quién es la cabeza decapitada de la nueva cabecera?
Saludos, semental.
Es preciosa! Me gusta la ópera aunque no estoy muy puesta, pero es oir un trozo y me da una paz...
1besico!
A mí me has hecho quitar el spotify y estaba encantado con la del hijo del predicador versión Dusty...pero bueeno... como Tripi arriba, escribo mientras escucho. Precioso, el tema.
La cabeza de Lars queda muy fea (pero me ha hecho gracia, lo reconozco).
Pasa buen fin de semana, y que falles el domingo en casa de Crowley (o si no, que respondas tarde, vamos).
Dos minutos y medio de aplausos. En fin...
Sin olvidar nuestra (ya vetusta) amistad... y aunque acepto la belleza de la obra, corrijo y antepongo en tu lista "best ever" a Rigoletto de Verdi.
El final de "El caballero de la rosa" será como un sueño..... pero el cuarteto de "Bella figlia dell'amore" es la composición imposible (solo Verdi pudo) de la telenovela venezolana más salvaje jamás escrita.
Particularmente me carga un poco el tono "sis emperatriz" de Strauss, aunque su orquestación sea mucho más digerible!
Ahora en serio.... estupendo blogg (as usual), pero para superar a Verdi hacen falta muchos Strauss. :-)
PD: No te digo yo lo que haría Rigoletto con Octavian y su indefinición sexual :-)
@Tripi, y mientras escucho la música, a mí me resulta placentero leer tu comentario. La noche de ayer jueves fue dura. Mi colega MrKalabias y yo dimos un golpe de estado en un garito y les quitamos a las azafatas promotoras de la sidra Magners sus gorras identificativas y promocionamos la bebida nosotros mismos entre la clientela. A cambio solamente nos bebimos 17 sidras cada uno (subiré foto).
No soy culto, tengo wikipedia y youtube, con eso podría patearle el culo al mismísimo Platón.
Yo tampoco tengo ni puta idea de lo que escribo, but I tell you what... Richard Strauss fue un genio, un maestro, el último gran romántico de la música sinfónica del XX.
La cabeza que observan con satisfacción los maestros Billy Wilder (austriaco), George Stevens (estadounidense), Luis Buñuel (español), Alfred Hitchcock (británico) y Rouben Mamoulian (armenio), es la del subnormal de Lars von Trier (danés), el director tonto que dice cosas de Hitler en Cannes para llamar la atención. La foto original: Fiesta homenaje a Buñuel en casa de George Cukor: http://www.imdb.es/media/rm3363280896/nm0000697
Gracias fiona por el besico. Me alegro de que te guste. Yo tampoco soy muy de ópera, no te creas. No es el género que más me gusta. Pero este Caballero de la Rosa de R. Strauss es magnífico. Y el final.., acojonante!.
Que lo de Lars es pa reír solamente. La semana pasada puse un plano magistral de Eisenstein de su Alexander Nevsky y nadie me dijo nada bonito. En que quedamos?, qué quereis? jajjajajjaa.
Lo de responder tarde te lo aseguro, lo de fallar ya no sé qué decirte. No te preocupes por mí, yo tengo ya pájara. Céntrate en derrocar a AgrimensorJ.
Javier, bueno, mi pasión por la música de R. Strauss no me lleva a la absoluta ceguera de no reconocer que, en lo que a ópera se refiere, Verdi le supera por goleada al austriaco. Desde luego.
Mas El Caballero de la Rosa es una ópera maravillosa y sí, sí, muy sisi, sin duda!.
Yo te digo lo que haría el Duque de Manuta: secustrarlo, violarlo y todas esas cosas horribles que hacen los nobles en las ópera italianas, jajaja.
Un abrazo y gracias por tu comentario.
Gracias, Mr.Lombreeze, siempre es un placer oir esta pieza. Acabo de perder una apuesta con un amigo, yo creía que la cabeza decapitada era la de Fassbinder. Saludos. Borgo.
AHHH!!! Lombri, es que realmente es un baldazo, este final (y no lo leas como un sarcasmo: trato de expresar que me parece una genialidad absoluta). No conocía ni a Strauss ni su obra, pero ahora quedan, y para siempre. Igual, y como ya lo sabes, a mí la que más me pinta es la "Tosca" de Puccini. Pero oye, es que esto es... no, no, sin palabras.
Un abrazo, hombre.
P.d. Eso de "Tengo wikipedia y youtube, con eso podría patearle el culo al mismísimo Platón", es una frase de antología, cabrón, jajaja.
Santiago, sí que conocías a R.Strauss:
http://www.youtube.com/watch?v=cWnmCu3U09w
pero ya veo que poco. Pues ya tienes deberes, es un compositor absolutamente magistral.
miquel, no, Fassbinder no me cae tan mal como para cortarle la cabeza. Disfrutar a R. Strauss es algo que no tiene precio!!!.
Y me los tomo a pecho, eh, me los tomo a pecho... Que viva Strauss, carajo. Tremendo.
Maravilloso este sueño que nos presentas hoy. También andaba yo por MAdrid este diciembre, disfrutando de su inimitable aspecto invernal. Fue un placer recorrer sus calles. Y en cuanto al precio de la ópera, si, estas en lo cierto. No es asequible. Imagínate asistir a la de Garnier en aris...¡buf!. Saludos.
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