lunes, 13 de abril de 2009

El verdadero puente sobre el río Kwai. Los viajes de Saito.

Se cumplen este año 70 años del comienzo de la WWII. Yo voy calentando motores porque nos espera en este blog un año muy belicoso.

Aunque es una historia bastante conocida me gusta contarla de vez en cuando.

Introducción: David Lean es uno de los mejores directores de todos los tiempos. Este señor es el padre de "Breve encuentro", "El puente sobre el río Kwai", "Cadenas rotas", "Doctor Zhivago" y "Lawrence de Arabia" entre otras. Esto es así y así lo reconocemos one more time.

A lo que vamos. La famosa historia que nos cuenta Mr. Lean en "El puente sobre el río Kwai" (1957) está basada en la novela homónima de Pierre Boulle que, a su vez, se basa en hechos reales sucedidos en las selva thailandesa durante la WWII.

Los protagonistas de la peli y la novela existieron realmente: el coronel Sato, cuyo verdarero nombre fue Sargento Mayor Sato, y el coronel Nicholson, que en realidad se llamó Sir Philip John Denton Toosey (lo de Sir no se lo puso su madre, se lo puso la reina, bueno, la reina madre).

Todo buen cinéfilo recuerda a Saito (Sessue Hayakawa) como un cruel e inflexible director del campamento de prisioneros, -muy motivado en acabar la obra a tiempo porque de lo contrario se veía haciéndose el seppuku-, y a Nicholson (Sir Alec Guiness) como ese oficial inglés empeñado en construír el famoso puente sobre el río Kwai (o Khwae Yai) que aunque perjudica obviamente los intereses de los aliados en la zona, sirve para, según él, mantener la moral de los prisioneros alta.

Luego estamos los que recordamos al mayor Shears porque William Holden nos pone y porque es el menos rancio y más pragmático de los tres, como buen yanki que es.

La realidad histórica fue otra.

Saito era un militar culto que trató siempre a los prisioneros con ecuanimidad, respeto, humanidad y compasión. Por su parte el teniente coronel ingeniero Philip Toosey aparentó colaborar en la construcción del puente, pero en realidad hizo todo lo posible por entorpecer y sabotear las planes de los ingenieros japoneses. Un ejemplo: él y sus hombres reclutaban termitas en la selva para infectar la estructura de madera.

Tampoco os creais eso que nos cuenta el film de que los japoneses echan mano de los ingleses porque no saben construír puentes. En realidad los ingenieros ingleses calcularon que la obra tardaría cinco años, pero sus homólogos japoneses consiguieron contruír el puente en 1 año (a base de esclavos eso sí).

El famoso puente sería finalmente destruído en 1945 por la aviación norteamericana un poco harta ya de tanta caballerosidad entre samurais japoneses y lores británicos.

Todo esto con ser muy interesante queda ensombrecido ante lo que viene ahora, una demostración de que hasta en momentos tan terribles como durante una guerra y en lugares tan siniestros como un campo de prisioneros siempre puede germinar la semilla de la belleza y la bondad.
Acabada la WWII, 200 oficiales japoneses fueron ahorcados por crímenes de guerra y muchos más condenados a prisión de por vida, por joputas y maltrataprisioneros.

Saito hubiera corrido casi con toda seguridad la misma suerte, (porque los yankis iban a saco), de no ser por la intervención del que fuera su antiguo prisionero, Philip Toosey. Toosey defendió a Saito ante las autoridades aliadas recordando el buen trato que siempre había dispensado a los prisioneros. Gracias a ello Saito no fue juzgado.

Saito y Toosey intercambiaron corrrespondencia durante muchos años tras la guerra. Toosey murió en 1975. Saito salió de Japón en 1985 para visitar su tumba y declaró: "Toosey me demostró lo que un ser humano debería ser y cambió mi forma de ver la vida".

Y tanto que la cambió. Cuando Saito murió en 1990 su familia descubrió que se había convertido al cristianismo.
No siempre van a ser los orientales y su refinada y delicada filosofía los que nos den lecciones vitales a los occidentales, ¿no?. Una hermosa historia amigos.

Los Gusanos queremos dedicar este post a los 200 soldados ingleses, holandeses y australianos que murieron durante la construcción del puente. Por cierto, la letra de la celebérrima marcha del Coronel Boogey, (de Kenneth Alford y no de Malcolm Arnold como a veces se dice), que cantan los prisioneros ingleses en la película de Lean a su llegada al campo de concentración en realidad dice:

Hitler has only got one ball
The other is in the Albert Hall
Himmler has something sim’lar
And poor old Goebbels has no balls at all.


David Lean metió el silbidito para no herir sensibilidades. Os la voy a traducir intentando que rime y que se pueda cantar con la música de Alford:

Hitler tiene sólo un cojón.
Otro está en el Albert Hall.
Himmler es medio eunuco .
Y al pobre Goebbles le faltan los dooooooooos.

Jo, me ha quedado de puta madre...


11 comentarios:

Soundtrack dijo...

Desconocía la letra y la historia profunda. Muy buena entrada, caballero...

lunes dijo...

Como siempre, sorprendente y didáctico. Esas historias de "enemigos" que acaban en amistad basada en el respeto (o el honor) y la admiración, siempre hacen pensar. Esto también da tema en los cómics monseñor ¿eh? Anímolo desde este post ajeno a que nos cuente alguna original.

Soundtrack dijo...

Hmmmm.... con permiso, Monseñor, me permito recomendarle a Lunes una obra que a mí particularmente me encantó: "El As Enemigo". Una historia de la aviación de la primera guerra mundial, con el mismísimo Barón Rojo de protagonista, o un facsímil suyo muy muy clavado...

No se trata de la típica tira de "Hazañas Bélicas", eso puedo asegurarlo ;)

MonSeñor Gusano dijo...

Querido Soundtrack, acabas de reventar una buena entrada del espectacular cómic dibujado/pintado por George Pratt. jajajajaja

Soundtrack dijo...

¿Reventar?... que vá... ¡acabo de hacer que suba el interés popular! ;)

lunes dijo...

Gracias soundtrack. Veo que la recomendación viene avalada además por monseñor. El popular no sé, pero mi interés ya está activado. gracias de nuevo.

MrMierdas dijo...

Vaya forma de joder una buena historia Mr Lombrezee!!!Que se vaya a la mierda la realidad...
Sato: hijo puta.
Guiness: grande!

Lo proximo que es que Steve McQueen en la gran evasión no jugaba con su guante de baseball sino con la PSP? No me jodas...
Por lo demas muy bueno!

Mister Lombreeze dijo...

Mr. Mierdas: archiconocido antirevisionista.

kurtinaitis dijo...

buenísimo!!

David dijo...

Este post es buenísimo. Jo!
Luego estamos los que recordamos al mayor Shears porque William Holden nos pone y porque es el menos rancio y más pragmático de los tres, como buen yanki que es. Ja,ja,ja. Efectivamente.
Desconocía esta historia detrás de la peli
Recuerdo cuando vi esta peli en casa y mi padre soltó algo como "sí, la peli estará muy bien, pero van a enseñarle los ingleses cómo se construye un puente a los japoneses que son los que han traído la revolución informática"... Y me dio por pensar que mi padre tendría algo de razón (cosa que me acabas de confirmar).
Pues la historia real es preciosa. Y la de David Lean está muy bien...pero no dejo de pensar que podría haber otra historia muy intereseante en la vida de Saito.
Gran entrada.
Un saludo.

Mister Lombreeze dijo...

Siempre me ha hecho mucha gracia en esta película la cara de flipao que pone el yanki ante la rancia caballerosidad de los oficiales británico y japonés. Los mira en plan "estáis pirados", este siglo va a ser de los USA y su pragmatismo.

El post no sé si es bueno, pero la historia real sí que es buenísima y muy emotiva.

Gracias David!

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