Aunque fue un éxito comercial en su día, hoy casi todos recordamos El manantial de las colinas (Jean de Florette, 1986) gracias a su inolvidable banda sonora compuesta por el músico francés Jean-Claude Petit (con ayuda de Verdi y su obertura para La Forza del Destino).
Lo que se nos cuenta en la primera parte es la historia de un bonachón habitante de la gran ciudad, -harto de los ruidos y prisas de la jungla de asfalto-, que decide retirarse a un idílico y tranquilo pueblecito de agricultores donde sus conocimientos acerca de las matemáticas y las cuentas no podrán luchar contra la sabiduría popular y la experiencia del hombre del campo. Ese hombre de campo que no necesita estaciones meteorológicas para saber si va a llover o no, pero que puede ser tan hijodemalamadre como el más cruel de los banqueros, como ya nos contó nuestro Blasco Ibáñez en su Barraca de naturalismo perverso.
Continúa el drama de El manantial de las colinas con una segunda parte titulada en español La venganza de Manon (1986), cuyo título hispano ya spoilea un poco la trama de la primera película, por eso no añado nada más sobre esta segunda entrega. Aunque aclaro que hay que ver las dos para completar la historia.
En esta segunda parte se consumará la venganza de uno de los protagonistas y se desvelarán algunos secretos pueblerinos que hemos ido intuyendo durante el visionado de las dos películas. Es en este tramo final donde la historia más folletinea al estilo "Luke, que resulta que yo soy tu padre", pero vaya, que mantiene el interés de la primera película.
Las interpretaciones de todos los protagonistas son sobresalientes. Daniel Auteuil, que en aquel entonces tenía cara de tonto, hace muy bien de tonto e Yves Montand está insuperable en uno de sus últimos trabajos para el cine. Especial mención merece la bella fotografía de Bruno Nuytten de los paisajes provenzales franceses que subraya perfectamente la muy correcta y clásica realización de Claude Berri quien dirige con solvencia un guión que no se recrea en localismos innecesarios.Una película muy recomendable para los amantes del culebrón refinado que, además, se sigue con bastante interés. Y lo que es más importante: UNA PELÍCULA DE LOS 80 QUE NO ES HORTERA.
Hala, ya pueden volver a darle al play del vídeo inicial.
4 comentarios:
Otra que no he visto Mr. Lombreeze...
Yo esta la pillé empezada. Pero qué post más decepcionante, Mr. Lombreeze. Ni la has mencionado (y no me vengas con la excusa de que le has puesto una foto (JA,JA)).
Joder, Mr, precisamente vengo de comentar en el blog de Kelem algo pelín relacionado con este argumento: chaval que se va con su tío a currar y descubre que la gente "brutita" es igual de mezquina e hijaputa que el resto, pero con menos vocabulario. Voy a ver si están disponibles las dos en descarga directa.
Tienes que amar los neones, los graffitis, el doble rabillo en los ojos, las hombreras, la laca y las corbatas finas de cuero. Yo te ayudaré de vez en cuando, jajjajj. Peores eran los 70.
Ciertamente en los 70 la gente tenía pinta de ducharse y lavar su ropa menos a menudo que en los 80. Pero la música y el cine de esa década es infinitamente superior.
La música y cine de los 80 se hizo básicamente para adolescentes tontos y para nenazas.
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