La crónica negra de las noticias de sucesos ponen los pelos de punta a las almas cándidas (como las nuestras) que permanecen (por el momento) en un estado lejano al de esas locuras homicidas que acaban con vidas inocentes de una forma, en la mayoría de los casos, sangrienta y macabra. Cuando leemos titulares como “Una mujer mata a sus cinco hijos a cuchilladas en Bélgica y después intenta suicidarse”, la cuestión que suele atormentar a nuestras cabecitas es: “¿cómo ha podido llegar a suceder algo así?”.
Si quieren hacerse una idea de una de las posibles respuestas a esa pregunta, no duden en ver la magnífica película Perder la Razón, dirigida en 2012 por el realizador belga Joachim Lafosse.
El título desvela, intencionadamente, el motivo del parricidio de los cuatro pequeños hijos de la protagonista, la joven Murielle (impresionante Emilie Dequenne). No les acabo de fastidiar nada ya que el director nos muestra, al comienzo de la película, la imagen de cuatro pequeños ataúdes blancos subiendo lentamente por una cinta transportadora que los conduce a la bodega de carga de un avión con destino a Marruecos. Y Joachim Lafosse lo hace a propósito para despojar a la historia de todo componente thriller y centrarse en las causas que han llevado a una madre a un estado de depresión tan agudo como para cometer una atrocidad de tal calibre.
La película habla de varios temas interesantes: qué es una pareja, que necesita para serlo de verdad, cuáles son los límites de la gratitud, cuál es el papel de la mujer como madre y esposa, cuál debería ser la interpretación correcta de ese rol por parte del marido (stop machismo), cómo se debería afrontar el choque de culturas y otras circunstancias (menos habituales) que pueden convertir el ambiente en el que una mujer vive a diario en una atmósfera irrespirable. Nada justifica el hecho de acuchillar a cuatro niños pero hay señales de alarma que pueden ayudar a prevenir semejante barbaridad (el suceso real en el que se basa la película incluye cartas de la madre a sus amigos anunciándoles lo que pensaba hacer).
Dicho esto. Hay dos cosas que ustedes no saben:
1.- Alessandro Scarlatti (1660-1725) fue el padre del Scarlatti más famoso de todos (Domenico).
2.- Clemente XI prohibió temporalmente la ópera a comienzos del siglo XVIII por considerarla noséqué pecaminoso para noséqué año de jubileo. En realidad, los que pecaban eran los curas que iban a la ópera y se codeaban con castrati y cortesanos. Pero bueno, ya sabemos que al Poder le gusta echar siempre la culpa a los demás.
Así que Alessandro Scarlatti adaptó su ópera El Jardín de Rosas para ser interpretada como un oratorio rebautizado como La Santísima Virgen del Rosario... Y en ese oratorio suena esta pasaje que vamos a escuchar ahora y que es uno de los leitmotivs musicales de la película que hoy les recomendamos: Perder la razón.
Disfruten de este bellísimo Mentre Io Godo in Dolce Oblio
(Mientras Disfruto de Dulce Olvido).
9 comentarios:
Un tema durillo, Lombreeze, espeluznante diria yo. Lo malo de ésto es que no se leen las señales, siempre es después..
El tema musical muy apropiado.
Si me permites una
frivolidad
".. hoy les recomendamos: Perder la razón."
Saludos
Habrá que esperar al día adecuado, pero me interesan mucho este tipo de planteamientos tan extremos.. La música, preciosa, como siempre. Que buen gusto gastas, majetón.
A mí la pregunta que se me plantea al leer titulares así no es cómo se ha llegado a eso (que también, vale), si no por qué no se suicidó antes de cometer semejante barbaridad...o ya puestos, y hablo sin saber...si lo que ha llevado a la mujer a ese acto brutal es el horror que le hace vivir el marido, mejor cargárselo a él que a los hijos, coño.
Las películas así me ponen de mala hostia, creo que no estoy preparada.
1besico!
Coincido con Fiona, a mí me dan el mismo yuyu. Y paso.
Mr. Lombreeze, esta entrada te ha quedado auténticamente gusana. De la escabrosidad del noticiario actual para introducir esa película de infanticidios, con unos ataúdes blancos que vuelan de Bélgica a Marruecos ¿! por una pérdida de razón. Así, nos encontramos al afamado Scarlatti y a su padre y su jardín. Y del papá al Papa nono que rebautiza con la esa advocación mariana la musical pieza scarlatina por no sequé prohibición. Da la sensación de que fundes tanto los Misterios Gozosos de la ópera como los Dolorosos de la peli en el mismísimo Rosario que es esta entrada.
Le doy este sentido de sorna, será que hoy es viernes. O que tengo previsto para el finde ir a ¿Quíen mató a Bambi?, y ya tengo hecho el cuerpo a la comedia más trasgresora que parece consagrar a Santi Amodeo con este remake de Alejandro Lozano, porque hay que reírse, es lo mejor y lo más útil.
Mr. Lombreeze, como siempre su aporte tan inteligente y sensible se le agradece. Me voy a armar de coraje para ver esta película. La canción de A. Scarlatti interpretada por la brava Cecilia Bartoli es muy conmovedora. Me viene a la memoria el aria también de A. Scarlatti "Già il sole dal Gange" que pone en juego otro aire (brillante, alegre, fresco) como el amanecer de ese sol sobre el río Ganges que brilla tan fuerte que seca cada lágrima del alba. El rocío se va secando por el calor de los dorados rayos pero esas gotitas que adornan cada tallo, como joyas o estrellas en el cielo, destellan su luz en el prado. Un poco la vida del ser humano transcurre entre estas arias o aires: oscuras y luminosas, lo trágico y lo exultante. Un fuerte abrazo!
Vi la película el año pasado en el festival y aunque como película no me pareció una maravilla sí que consigue que el espectador sienta un agobio considerable, probablemente una pequeña parte de lo que llevó a esa mujer a hacer lo que hizo.
Las aportaciones musicales de este blog siempre se agradecen.
Un abrazo
Mr. Lombreeze, te felicito por el día de la patrona de la Música. Hoy es Santa Cecilia!! Aprovechando esta festividad, te dejo este cristiano o ateo redomado regalo, que entre esa majara, la Virgen, el músico, el padre, el Papa y la Bartoli, faltaba la Santa Patrona para rematar la entrada.
http://www.youtube.com/watch?v=6A-5tspbgWw
;-))
Joder, qué temita el de la peli...
No sé... Apunto peli, pero no creo que la vea... No tengo muchas ganas (me hago mayor).
Voy a la de arriba.
A mí me gustan mucho las vidas de santos, no se crea usted que no ,doña Rosa, así que gracias.
Jodo Alvaro, me has emocionado, macho.
Bueno, la peli trata un tema poco amable, desde luego, pero los telediarios están ahí todos los días para recordarnos que estas cosas pasan y este director yo creo que se ha aproximado a un tema tan espinoso con mucho acierto. Es un buen psicodrama social.
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