miércoles, 29 de abril de 2009

¿Eres guay?: El soliloquio de Molly Bloom.

Hay gente guay. Y luego estamos los otros.

O sea, los que han empezado a leer el "Ulises" de James Joyce y lo han terminado, y los que no hemos podido hacerlo ni siquiera motivados por el gran placer de contar a alguien que lo hemos conseguido.

Existe un tercer grupo, el de los súperguay, que, además de terminar la célebre novela del escritor irlandés, disfrutaron con su lectura. Son harina de otro costal.

Yo estaba a punto de apuntarme otro fracaso literario más en mi cabezota cuando uno de mis rituales me salvó del desastre absoluto. Resulta que yo empiezo bastantes libros, pero acabo pocos, porque me aburren y siempre estoy buscando al conde de Montecristo para divertirme o a Camus para angustiarme.

Mas por muy insoportable o inaccesible que se me haga un libro, antes de abandonarlo definitivamente, tengo una extraña costumbre: me leo el final.

La mayoría de las veces no sirve para nada, no aporta nada, no entiendo nada y muchas más naderías. Pero qué quereis que os diga, debe de estar en mis genes.

Bueno, pues resulta que en el caso del farragoso "Ulises" de Joyce, -que tan bien luce en mi librería-, con solamente leerte el final quedas de maravilla o al menos, sales del paso en cualquier tertulia literaria improvisada en la que te puedas ver traicioneramente envuelto.

Porque es al final de la novela donde encontraréis el célebre soliloquio, (monólogo interior que figura exponer los pensamientos del personaje), de Molly Bloom, la esposa de Leopold Bloom.

El libro acaba así: Son las 03.30 del 17 de junio de 1904. Amanece. Solamente Molly está despierta.
Joyce, para expresar el batiburrillo de ideas que nos pueden pasar por la cabeza a esas horas, escribió 8 megafrases, sin signos de puntuación, que os reproduzco parcialmente más abajo.
No sé cómo es realmente el "Ulises" de Joyce, creo que nunca lo sabré, pero su final es hermoso.

Eso sí lo sé.

"...me gustan las flores quisiera tener la casa entera nadando en rosas Dios del cielo no hay nada como la naturaleza las montañas salvajes luego el mar y las olas precipitándose luego la hermosa campiña con campos de avena y trigo y todo género de cosas y todo el lindo ganado andando por allí que haría bien al corazón ver los ríos y los lagos y las flores y todo género de formas y olores y colores brotando hasta de las zanjas primaveras y violetas eso es la naturaleza para aquellos que dicen que no hay Dios no daría ni el blanco de una uña por toda su ciencia por qué no se ponen a crear algo le preguntaba muchas veces al ateos o como se llamen que vayan primero a lavarse sus miserias luego van pidiendo a gritos un sacerdote cuando se mueren y por qué por qué tienen miedo del infierno a causa de su mala conciencia ah sí les conozco bien quién fue la primera persona en el universo antes de que hubiera nadie el que lo hizo todo ah ellos no saben y yo tampoco así pues podrían lo mismo tratar de impedir que el sol saliera mañana el sol brilla por ti me dijo el día que estábamos tumbados entre los rododendros en el promontorio de Howth con el traje de mezclilla gris y su sombrero de paja el día que conseguí que se me declarara si primero le di un poco de la torta de semilla que tenía dentro de mi boca y era bisiesto como ahora sí hace dieciséis años Dios mío tras aquel largo beso yo casi perdí el aliento sí él decía que yo era una flor de la montaña sí eso somos flores todo el cuerpo de mujer sí esa fue la única verdad que dijo en su vida y el sol brilla hoy por ti sí por eso me gustó porque vi que comprendía o sentía como es una mujer y supe que yo podría hacer de él lo que quisiera y le di todo el placer que podía para llevarle a que me pidiera que dijese sí y yo primero no quería contestarle mirando sólo el mar y el cielo estaba pensando en tantas cosas que él no sabía de Mulvey y Mr. Stanhope y Hester y de Papá y del viejo capitan Groves y de los marinos que jugaban a pájaro al vuelo y a saltar del burro y a lavar platos como ellos lo llamaban en el malecón y el centinela frente a la casa del gobernador con esa cosa alrededor del casco blanco pobre diablo medio achicharrado y de las muchachas españolas riendo con sus mantones y sus altas peinetas y de los gritos por la mañana de los griegos judíos árabes y Dios sabe quienes más de todos los rincones de Europa y de la calle del duque y del mercado de aves todas cloqueando ante Larby Sharon y de los pobres burros resbalando medio dormidos y de los vagos tipos dormidos con su cara a la sombra de las gradas y de las grandes ruedas de los carros de bueyes del viejo castillo de hace miles de años sí y de todos aquellos hermosos moros todos de blanco y con turbante como reyes pidiéndole a una que se sentara en su tiendecita y de Ronda con las viejas ventanas de las posadas ojos mirando tras las rejas ocultos para que el enamorado bese los barrotes y de las tiendas de vinos entreabiertas por la noche y las castañueñas y de la noche que perdimos el barco de Algeciras el vigilante rondando sereno con su linterna y oh el mar el mar carmesí a veces como de fuego y las soberbias puestas de sol y las higueras de los jardínes de la Alameda si todas las raras callejuelas y las casas rosa y azul y amarillo y de las rosaledas y los jazmines y los geranios y cactus y de Gibraltar cuando niña y cuando flor de montaña sí cuando puse la rosa en mis cabellos como las muchachas andaluzas la llevan y debí llevar una roja sí, y cómo él me besaba al pie de la pared morisca y me pareció bien lo mismo de él que de otro y después le pedí con los ojos para poder volverle a pedir sí y él luego me pidió si quería decir sí mi flor de montaña y primero le rodeé con mis brazos y lo atraje hacia mí para que pudiera sentir mis pechos todo perfume sí y su corazón latía como alocado y sí dije si quiero Sí."

Qué hermosura.

7 comentarios:

Insanus dijo...

Yo lo tengo, mr. lombreeze, lo compré de colección de quiosco (venía junto a La metamorfosis) y lo empecé y... nada, no pasé de las primeras veinte páginas. El caso es que si me hubiese pillado en mi fase de lector talibán, cuando todavía creía en lo de terminar los libros por pelotas, pues lo habría acabado, pero no, ya había cambiado de costumbres cuando le metí mano y no me dio ningún apuro dejarlo bien colocadito en mi mueble.

Sin complejos, tío, como con el DYC. Hay demasiados libros pendientes que sí pueden gustarnos y el tiempo apremia, amigo.

Lo de leer el final de un libro abandonado yo no lo hago, pero me recordaste a Harry, de la película Cuando Harry encontró a Sally, que se leía los finales de las novelas por si moría abruptamente antes de acabarlas, jajaj.

Mister Lombreeze dijo...

je je, Insanus, parece que Marilyn está a punto de terminárselo...
Esa foto es una joya...
El texto que he reproducido en la entrada es bellísimo, eso no me lo quita nadie.

Ostras, no sabía lo de Harry, es que no he visto esa película. Qué te parece?

Insanus dijo...

Ah, ¡pues mal, hombre! XD. Nah, yo sí que llevo grandes ausencias y listas pendientes de películas que ya debería haber visto. Cada vez que entro por aquí, videodromo, calle morgue, etc, acabo anotando un puñado de títulos en un bloc de notas del escritorio.

Es que estaba adorable Meg Ryan en esa peli, tan guapa como en El chip prodigioso. Además, es una comedia bastante ingeniosa (siempre que no detestes a Billy Crystal) y bonita. Para días blandengues, sí. Ideal para navidad también.

Dr. Quatermass dijo...

Aquí otro que ha intentado el "Ulises" un par de veces con fracasos parejos. No me leo tu spoilerazo porque tengo la esperanza de leerlo algún día...
Que bueno lo de Sally, aunque yo conozco a más gente que lo hace.

Bye!

Mister Lombreeze dijo...

Insanus, pffff, qué pereza...
Un día voy a hablar de las películas que no he visto.

Doctor, léase el texto, que no spoilorea nada.

David dijo...

Ja,ja. Qué post!
Yo soy de los tontos que suele acabar los libros que empieza...pero hace años que no leo nada.
Este ni lo he empezado. Tengo la edición de Bruguera con traducción y notas de José María Valverde.. pero nada, ni empezarlo. La foto de Marilyn es fantástica. La coloqué en mi blog de lo que me gustó cuando la encontré (que no fue aquí).
No he leído el final, que a pesar de lo bonito que te parece, ya se me ha hecho largo (ja,ja) Para cuando toque, si es que toca algún día.

Anónimo dijo...

Esta traducción no es precisamente buena. Contando con que traduce "vague" como vago?

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