"¿Nadie de los responsables del montaje pensó que en algún momento la ceguera de Madame de Aquitania podría dar problemas?", preguntó sarcásticamente Flaggerthy mientras preparaba una pipa de tabaco balinés
"Mario", respondió Portaglioni, "ésa no es la cuestión ahora. Necesitamos tu ayuda. ¿Vas a prestárnosla o no?".
En uno de los 27 laboratorios que incluía la mansión Flaghertty, el ingeniero les mostró uno de sus últimos inventos: un engendro electromecánico que ayudaba a ratones ciegos de laboratorio a salir de complicados laberintos. El mecanismo era muy sencillo. Sobre el techo del recinto se colocaban una serie de guías dispuestas de tal manera que reproducían el recorrido laberíntico. El ratón estaba atado a estas guías. A partir de ahí, las zonas del laberinto que no llevaban a ningún lado tenían sus paredes o suelos electrificados, con lo que, gracias a la metodología de aprendizaje por ensayo y error, el invidente ratón acababa por descubrir la salida.
- Necesitarán ustedes tantas plantillas en el techo como escenarios tenga la ópera, -dijo Flaghertty.
- Pero, en el escenario no hay paredes, y el suelo también es pisado por el resto de los componentes del reparto, - objetó Kolenko.
- Sustituiremos la electrificación del modelo que están viendo de suelos y paredes por la electrificación de las propias guías del techo que transmitirán corrientes eléctricas a madame de Tamerlán cuando se dirija al lugar equivocado a través de sus ataduras. Ataduras que, en su caso, serán metálicas e irán conectadas a un corsé que, además, realzará sus senos.
- ¿Y qué potencia habrá que aplicar al cuerpo de madame de Tamerlán?.
- Extrapolando los datos obtenidos con mis experimentos con ratones, yo diría que aproximadamente unos 100.000 voltios. Esto le producirá un ligero y agradable cosquilleo que, además, empitonará los pezones de sus ya realzados pechos. Dos jugosos melones gloriosamente coronados por dos hermosos garbanzos aureolados cual cabeza de Madonna renacentista.
- Pero Ingeniero, ese voltaje.., ¿no resultará peligroso?
Esbozando una sonrisa que denotaba superioridad intelectual, M.A. Flaghertty respondió:
- Ni mucho menos. Todo lo contrario. Es más, la corriente eléctrica va a provocar una estimulación de su zona genital aumentando el flujo sanguíneo de la vulva y provocando la erección del sonrosado clítoris. Seguramente alcanzará el paroxismo histérico una media docena de veces por representación lo que aliviará su problema de histeria femenina, dolencia que es, sin duda, el gran mal de nuestro siglo. Por poco dinero más puedo añadir al corsé una prolongación metálica de la rabadilla que finalizará a modo de gancho, quedando alojada en su sphncter ani y que estimulará su útero eficientemente. Evidentemente, madame de Tamerlán necesitará, por razones higiénicas, ponerse enemas antes de cada representación. Aunque si madame es clismáfila convencida el placer será todavía mayor con lo que su afinación será perfecta, alcanzando, de esta manera, altísimas notas como ninguna otra soprano de similares cualidades podría alcanzar jamás.
Se hizo el silencio en el laboratorio, momento que aprovechó Flaghertty para encender su pipa de tabaco balinés y juguetear con las figuras de humo que salían de su boca. En una de ellas Kolenko creyó ver una escena lésbica en lo alto de la Torre Eiffel.
Flaghertty sonrió de nuevo y dijo: "Mi mayordomo les dará los detalles y planos. Pueden pagarle a él. Gracias por su visita y adiós". Se dio media vuelta y desapareció dejando tras de sí otra figura de humo que pareció esta vez representar una bacanal romana.
Kolenko, excitado tanto por lo que parecía ser la solución de su problema como por la detallada representación que Flaghertty había hecho del artefacto de Lucia de Tamerlán, no pudo resistirse a preguntar a Lucca Portaglioni de regreso a la capital:
-Lucca, ¿seguro que Flaghertty es homosexual?.
Fue entonces cuando Lucca le enseñó sus pechos y le respondió:
- Monsieur Kolenko, soy una mujer.
4 comentarios:
Veo que eres un apasionado de las mujeres barbudas.. eso está muy bien. Y bebedor de Marlotina: no sé si sabías que ambas cosas tienen muchos que ver. Luego, a uno le da por componenr óperas como Il mío poleo. No me la pienso perder.
Saludos.
Y además del bellísimo final de este capítulo, entramos en cuestiones de enjundia que no pueden faltar en ningún relato que se precie :melones, garbanzos y sonrosados clítoris. ah¡ Y coincido con José Angel en las bondades de las mujeres barbudas..jua jua
Tengo un trancazo del 15, mr. lombreeze. Vicks Vaporub, Frenadol, ya sabes. Y aún así, he reído como siempre con esta entrega.
Insanus, me alegra aliviar en parte tu sufrimiento. Gracias por tus amabilísimos comentarios.
Publicar un comentario