domingo, 21 de noviembre de 2010

Las Aventuras de Gottfried Rinkley, el inventor del siglo XX.

Capítulo XVI. La aparición de la Virgen Madre en Hoetlinden (norte de Flandes).

Así habló Gottfried Rinkley a sor Angela Löhmstronh, madre superiora del convento de las Teresianas en Hoetlinden:

-Hace unas semanas me encontraba tan famélico como siempre, aterido de frío...
- Decir "aterido de frío" es una redundancia, - interrumpió sor Angela-, es como decir serenata nocturna. Un pleonasmo.
- Sí, eso.., estaba aterido de frío a punto de coger un pleonasmo y acurrucado en una oscura y húmeda celda de este lúgubre convento teresiano de Hoetlinden en el que me gano vuestra rácana caridad a golpe de duro trabajo. El amargo sabor de la ira abrasaba mi garganta...
- Una figura poética muy poco inspirada Gottfried, vulgar y manida - farfulló la semi amordazada monja.
- Bueno, sí, quizás.., - Gottfried introdujo en la boca de sor Angela más lana leprosa y continuó-. ¡No me intumpáis más!.

"... mi cuerpo semidesnudo, míseramente cubierto por harapos, distaba mucho de parecerse a aquel que otrora luciera y combatiera por toda Europa y los mares del Sur al servicio del Ejército Imperial de la Reina Madre. Los restos de mi peluca de astracán me conferían un aspecto todavía más lamentable. Estaba soñando con viajar hasta Timbrisi para asesinar a Piero Piccolino cuando un nuevo sueño desplazó al que es ahora el único objetivo de mi existencia. Una voz aterciopelada me dijo: "Hija mía, hija mía, despierta...". Repitió insistentemente "despierta, despierta de tu sueño, amada Angela...".

Y prosiguió: "Dios te salve Angela, llena eres de gracia. El Señor está contigo. No han caído en saco roto todos tus años de penitencia, vida en castidad y todo tu amor y dedicación al prójimo y a Dios. Soy María, la madre del Señor, y he venido a colmarte de bendiciones y a concederte el don más deseado que tu corazón anhele. Dios te ama. Yo te amo. San Gilberto te ama. Dime, hija mía, ¿qué puede hacer por ti la Virgen María?. ¿Quieres que destruya esta nueva Sodoma que es Hoetlinden?, ¿que arrase sus cosechas, queme sus casas, mate a los primogénitos, convierta en azufre sus ríos y fuentes, envene su ganado...?. El amor de Dios es infinito..."

- ¿Cómo?, - respondí desconcertado.
- Dios te salve Angela, llena eres de gracia... -comenzó a repetir la aparición.
- He entendido la primera vez.., pero.., ¿es que he perdido ya la cordura?, estoy hablando con una alucinación.
- No soy una alucinación, hija mía,
soy la Virgen María, la madre de Dios Cristo Rey Hijo Resucitado Hecho Carne.
- Madre, -respondí-, pero yo no, no soy... - y comencé a balbucear.
- Ángela, hija mía, sé que tu infinita modestia no te permite reconocer que eres merecedora de la gracia divina, pero la verdad es que tengo prisa y deseo que me expreses cuanto antes tu más profundo deseo para que el Cielo pueda concedértelo.

Me estremecí al darme cuenta del grado de demencia al que mi mente había llegado. Dudé. Pero finalmente, no puedo explicar por qué, acabé respondiendo:

- Madre.., -cambié el tono de mi voz intentando imitar la suya, hermana Angela-, madre.., yo deseo, yo lo que más deseo...
- Dime hija mía, dime.
- Deseo un medio de transporte autopropulsado para viajar de Hoetlinden a Timbrisi.

Transcurrió un minuto de silencio sepulcral al cabo del cual me atreví a susurrar: "¿Virgen María?...".

- Un momento hija mía, paciencia, que estoy en ello...
Quince minutos después mi mano comenzó a trazar sobre un papel, como si estuviera poseída, unos trazos que terminaron por dibujar un artilugio cuyo propósito no pude entender.
- ¿Qué es esto madre?
- Una bicicleta, - respondió la voz.
- ¿Una bicicleta?.
- Sí, una bicicleta. Un medio de transporte propulsado, pero propulsado por ti. Es una estructura de dos ruedas dispuestas en línea con un sistema de transmisión a pedales, un cuadro que integra los componentes, y un manillar para controlar la dirección El desplazamiento se obtiene al girar con las piernas la caja de los pedales que a través de una cadena hace girar un piñón que a su vez hace girar la rueda trasera sobre los caminos del Señor que son, como bien sabes, inescrutables.
- Pero, ¿cómo la construiré?, no tengo dinero para comprar materiales.
- Mujer, tampoco Noé tenía dinero, pero le puso empeño... En fin, dinero no puedo darte hija mía, eso no me está permitido, el dinero es cosa de judíos, y los judíos mataron a Cristo, mi Hijo Hecho Carne Salvador Redenter Iudex Rex Nazarenus. En fin, espera... -y noté que su voz sonaba algo molesta.
- Toma hija mía, toma. Las mujeres tenemos que ayudarnos entre nosotras.

Y aparecieron ante mí los materiales necesarios para construír la bicileta mariana. Así que, sí, os robé el milagro que llevabáis tantos años esperando hermana Ángela, pero es que Piero Piccolino debe morir. Aunque ahora que lo pienso.., sigo calvo.

Los historiadores no se ponen de acuerdo sobre si realmente Gottfried Rinkley inventó la bicicleta por inspiración mariana (posición de la Iglesia Católica), si dicha aparición milagrosa fue simplemente una mentira que le contó a sor Angela Löhmstronh para fastidiarla (defendida por Julián Rinkley, su bisnieto) o si las páginas del diario de la hermana teresiana fueron pura invención o el fruto de su senil mente enferma.

6 comentarios:

MonSeñor Gusano dijo...

Y se hizo el milagro. Pero bueno, que la virgen le hace falta gafas?

David dijo...

La mejor entrada de Gottfried (si bien no la más divertida).

MrMierdas dijo...

aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaave maría!!!

lunes dijo...

Mire usted Lombreeze, si las apariciones marianas fueran ciertas y explicasen tan bien las cosas, es que me hacía creyente pero ya. Cada día me gusta más su forma de escribir algunos capítulos. Inmenso de nuevo.

Mister Lombreeze dijo...

lunes, las apariciones marianas son más habituales de lo que tú crees. Aquí por ejemplo está el testimonio gráfico de una de las últimas apariciones marianas:
http://www.youtube.com/watch?v=6_E8WDAlhmw

Insanus dijo...

Inspiración mariana, estoy convencido. Lo del cacho de lana de leproso es genial. Me voy parriba a la siguiente entrega.

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