Alexander Borodin descubrió la reacción aldehídica en 1872. Y esta reacción es la base de la síntesis orgánica, base a su vez de la química orgánica o química del carbono gracias a la cual obtenemos los plásticos. Aunque también es el método que se emplea para conseguir, por ejemplo, el LSD. Descubrió otro método para transformar los ácidos orgánicos en bromuros, que son sedantes, así que Borodin está detrás de algunos de nuestros actuales subidones y bajones químicos. Fue el primer profesor de química en Rusia en dar clases a mujeres, colaborando en la fundación de una escuela médica femenina. Etc, etc. Menudo fenómeno.
Claro que estas cosas el hombre las hacía entre semana. Los fines de semana se dedicaba a tocar el cello y componer música clásica. Un día le dijo a Liszt que él era "un músico dominguero", a lo que el gran maestro del piano le respondió muy agudamente "el domingo es del día de las celebraciones".
Alexandr Porfirievich Borodin, químico y músico, está enterrado al lado de Mussorgsky en el cementerio del monasterio Alexander Nevsky de San Petesburgo. Lamentablemente, Borodin murió antes del estrenó en 1890 de su ópera El príncipe Igor donde adaptaba para la escena musical el Cantar de las huestes de Igor. Dejó esta obra incompleta y fueron Rimsky-Korsakov y Glazunov los encargados de finalizarla.
Igor Sviatoslavich fue un príncipe ruso que combatió contra los polovtsianos (aka. cumanos) en el siglo XII. El líder de los polovtsianos era el Kan Kontchak, ante el que las jóvenes esclavas cantan, durante el transcurso de una fiesta, la que es indiscutiblemente una de las más hermosas melodías creadas jamás por compositor alguno. Un canto a la libertad. Y solamente dura dos minutos y medio.
Vuela, canción, sobre las alas del viento
a la tierra donde nacimos.
Allí, donde nosotras cantábamos libremente,
donde nuestra vida fue dichosa.
Pero bueno.., ¿a mí por qué se me saltan las lágrimas cada vez que escucho esto?.
Claro que estas cosas el hombre las hacía entre semana. Los fines de semana se dedicaba a tocar el cello y componer música clásica. Un día le dijo a Liszt que él era "un músico dominguero", a lo que el gran maestro del piano le respondió muy agudamente "el domingo es del día de las celebraciones".
Alexandr Porfirievich Borodin, químico y músico, está enterrado al lado de Mussorgsky en el cementerio del monasterio Alexander Nevsky de San Petesburgo. Lamentablemente, Borodin murió antes del estrenó en 1890 de su ópera El príncipe Igor donde adaptaba para la escena musical el Cantar de las huestes de Igor. Dejó esta obra incompleta y fueron Rimsky-Korsakov y Glazunov los encargados de finalizarla.
Igor Sviatoslavich fue un príncipe ruso que combatió contra los polovtsianos (aka. cumanos) en el siglo XII. El líder de los polovtsianos era el Kan Kontchak, ante el que las jóvenes esclavas cantan, durante el transcurso de una fiesta, la que es indiscutiblemente una de las más hermosas melodías creadas jamás por compositor alguno. Un canto a la libertad. Y solamente dura dos minutos y medio.
Vuela, canción, sobre las alas del viento
a la tierra donde nacimos.
Allí, donde nosotras cantábamos libremente,
donde nuestra vida fue dichosa.
Pero bueno.., ¿a mí por qué se me saltan las lágrimas cada vez que escucho esto?.
8 comentarios:
Querido Lombri,
El título del post es de esos que te echan patrás, pero como en otras ocasiones me has sorprendido, pues me tiro en plancha a ver qué pasa.
Y sí, reconozco la melodía. Me gusta el trocito en el que cantan unas tías, tipo ópera. Los clarinetes -creo que son clarinetes- me suenan a pachanga y me ponen un poco de los nervios.
Saludos, Jefe.
Ps.- Lloras porque erectas, y las erecciones, si son muy salvajes, duelen.
La música, gloriosa. El post, glorioso. El comentario de Tripi, glorioso.
Pero cualquier parecido del tipo de la foto con mi tío Honorio está cogido con pinzas...
La he reconocido enseguida como una de las piezas que a mi padre le encantaba escuchar en su taller-laboratorio porque, curiosamente, también era químico. Es un tema muy bonito. Saludos. Borgo.
Es la clasica musiquilla que todos conocemos pero que no sabemos adjudicar al autor. Como yo mismo vamos, jejejejee....
Me encanta!!! La había oído antes pero no te hubiera dicho nunca ni autor ni título, vamos.
Una de las cosas que quiero hacer antes de morir es ir a ver una ópera en vivo y en directo...
1besico!
Ole usted!!! Ole!!!
Caramba!!! Lo de las lágrimas no lo sé, pero me enanta comprobar que melodías clásicas que uno conoce desde que era un (no tan) tierno infante, tienen nombre y renombre!!!
Un gustazo, oiga...
TRIPI, sí son clarinetes. Es que después de los cánticos melancólicos de las esclavas llega la hora de las danzas de los guerreros cumanos, que han sido siempre muy de clarinetes.
Pues sí, my friends, por eso la he traído hoy: para que le reconozcamos a Borodin el mérito que le corresponde (y además no hay que pagarle ya copyrigh al hombre).
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