miércoles, 6 de mayo de 2009

El tren de John Frankenheimer (1964). Vidas por cuadros.

Otro pequeño homenaje al maestro Maurice Jarré recientemente fallecido: Dentro del ciclo Segunda Guerra Mundial que nos hemos sacado de la manga Monseñor y yo este 2009, -septuagesimo aniversario del comienzo del conflicto armado-, traemos hoy a nuestro blog una obra maestra del cine. Porque yo lo valgo.


"El tren" fue dirigida por el director estadounidense John Frankenheimer (1930-2002) en 1964 y supuso la segunda colaboración entre este director y el gran-gran-gran Burt Lancaster tras "El hombre de Alcatraz" (1962), otra joyica del séptimo arte.
Lo de Maurice Jarré viene a cuento porque fue él quien compuso la banda sonora (que lo tengo que explicar todo).

Lancaster, productor del proyecto, despidió a Arhtur Penn tras un día de rodaje, porque este director quería dar a la historia un aire más intimista, mientras que el actor-productor buscaba centrarse en la acción. Fue entonces cuando pidió a Frankenheimer, ("es un poco cabronías, pero hará lo que yo le diga"), que se hiciera cargo del film. El nuevo director exigió para hacerse con las riendas del proyecto, además de su sueldo, un Ferrari, y que la película se llamara "John Frankenheimer´s The Train". Qué chico tan sencillo.

Aunque Frankenheimer es más conocido por "El mensajero del miedo" (que a mí no me gusta mucho), mi película favorita de su filmografía es "El tren". Lo que nos cuenta esta auténtica lección de cine es lo siguiente:

Año 1944. Los ejércitos aliados están a punto de entrar en París. El ejército nazi intentará en esos días acelerar el expolio de obras de arte que sistemáticamente ha estado realizando por toda Europa con el fin de envíarlas a Berlín cuanto antes. Está previsto que un importante cargamento de pinturas, casi todas impresionistas, (no saben nada los alemanes...), sea cargado en un tren camino de la capital alemana. El coronel von Waldeheim (Paul Scofield) , un apasionado del arte, se encargará personalmente de supervisar la operación y de llevarla, obsesivamente, a buen puerto.
Pero un grupo de resistentes franceses, conocedores del plan, contacta con el inspector de ferrocarriles Paul Labiche (Burt Lancaster) para intentar evitar por todos los medios que las pinturas salgan de suelo gabacho con el fin de que futuras generaciones,- como la mía-, podamos seguir disfrutando de estas maravillas hoy en día en el mejor museo del mundo: el Museo d´Orsay.
Labiche reticente al principio, (¿arriesgar vidas por pinturas?) acabará aceptando y, aparentando colaborar con las autoridades alemanas, intentará sabotear el envío ferroviario.

Antológico el pulso que mantienen Labiche y von Waldeheim que se traduce en un duelo actoral de primera clase entre Scofield y Lancaster. Y hasta en un duelo moral entre el aristocrático nazi stendhaliado con la hermosura de la pintura "degenerada" francesa, y el ferroviario gabacho que también pintarrajea, pero con grasa de locomotora, su mono de trabajo y casi todo lo que toca, que para eso es un currante.

Como solía ser habitual, Burt Lancaster ejecuta él mismo, sin necesidad de ser doblado por especialistas, algunas impresionantes escenas de acción.



"El tren" es una película de héroes en glorioso blanco y negro. Pero de los otros héroes de la Segunda Guerra Mundial: los civiles. Héroes a la fuerza. Recordemos que la WWII fue la primera contienda armada en la que el número de bajas civiles fue superior al de las bajas militares.
En esta película son los trabajadores de los ferrocarriles quienes arriesgan sus vidas por la Causa. Y en pocas películas la causa es al mismo tiempo un concepto tan contradictorio y antagónico: tangible y/o/pero espiritual.

Las obras de Arte de los impresionistas franceses, patrimonio de la Francia, patrimonio del Mundo Libre, de la Humanidad. El corazón de un país y casi su alma. Irreemplazables. Uno de los máximos exponentes de la grandeza de un Pueblo. Y blablabla.



Pero.., ¿qué es toda esta palabrería comparada con la vida de 2, 3, 4, 10, 20 ó 50 personas?, ¿qué es más importante?, ¿quemamos el Louvre por salvar una vida humana?.

Al comienzo de la historia, los miembros de la famosa Resistance francesa muy pragmáticamente le dicen en primera instancia a la conservadora del museo Jeu de Pame que da el chivatazo del expolio nazi: "No malgastamos vidas por unas pinturas. ¿Es que no tienen copias?". Una frase tremenda. Buenísima. Pero algo les hará cambiar de opinión también a ellos...

Por cierto, una vez leí que en Hollywood se rumorea que Frankenheimer es el padre secreto de Michael Bay. De ser esto cierto, lo que está claro es que el torpe de Bay no ha heredaro nada del taltento sesentero de su padre.

Y por cierto 2, acabo de leer en la wikipedia esto.

No se pierdan esta maravilla. Y ahora el gran final de esta película. Ojo, Spoiler:



Valoración: Muy, muy buena.

9 comentarios:

Soundtrack dijo...

Pues no te exagero si te digo que creo que he visto la pelicula pero en varios trozos y desordenados. Al menos en seis o siete ocasiones he podido ver diferentes secuencias, que desconozco en qué orden estn integradas en la película...

Que ganas tengo de sentarme y de verla de forma normal oye...

Luis Cifer dijo...

Gran película, ese gran cine de aventuras del de antes, del que ya no se hace.

Yo la vi hace años en el programa de garci y me encantó.

Dr. Quatermass dijo...

Tomo nota, el bélico es uno de los géneros que tengo más abandonado y es una pena, últimamente me estoy dando cuenta de que es tremendamente cinematográfico.

Saludos!

lunes dijo...

¿es que no tienen copias?. La película parece buena, pero lo de esa frase es impresionante. Buenísima tres veces.

Anónimo dijo...

el belico es un genero que da mucho juego. Otra de mis favoritas es La Colina con Sean Connery.

Mister Lombreeze dijo...

Hola Anónimo, también es uno de mis favoritos. Y, precisamente, también dediqué a La Colina un post en este blog.

http://gusanoylombriz.blogspot.com/2010/11/la-colina-1965-sidney-lumet-sisifo-must.html

David dijo...

Si hubieran tenido unas buenas copias, se las podían haber metido doblada a los alemanes.
De lo de Michael Bay no tenía ni idea (pero qué bien que suena Atterberg!)... A mí de Frankenheimer me gusta igual más la de Siete días de mayo, pero ésta está muy bien, y la de Alcatraz también (las tres con Burt). La de Seconds y la de El mensajero del miedo que son de esa época tienen su punto también.

Mister Lombreeze dijo...

@David, pues esta es mi favorita de Frankenheimer.

La de El mensajero del miedo, sin embargo, me gusta bastante poco. Creo que ha envejecido fatal.
También me gusta mucho "Yo vigilo el camino". Gregory Peck está que se sal.

Cuidado que no debe ser fácil engañar a los alemanes en esto del Arte...

David dijo...

Eeeeh! Si te has dado cuenta!!

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