domingo, 31 de julio de 2011

Una Historia gusana: El salitre de las botas de Pockollock. Capítulo I.

Capítulo I. "El general Pockollock".

Cuando en 1875 el comandante de las tropas francesas, el luso Jacques Revierre Pockollock, pensó que sería mejor cruzar el Índico por en medio y a la brava antes que vadearlo por el conocido, desde tiempos de los tartesos, "alcorce de Jutlandia", se encontraba muy lejos de conocer cuál sería el resultado final de tan temerosa decisión.
De un ejército inicial de 423.126 hombres, solamente 421.212 consiguieron atravesar el río sin problemas, mientras que los 1.914 restantes sufrieron humedades en sus botas que provocaron en el cuero manchas de salitre que, 25 años después seguían luciendo, o más bien desluciendo, de manera evidente y molesta, los desfiles conmemorativos de tan peculiar hazaña.

Nadie osó jamás mencionar tan lamentable efecto en vida del ya general J.R. Pockollock quien, indefectiblemente, acudía cada año al desfile en su honor, por muy lejos que del hogar le mantuvieran sus obligaciones para con su Patria. Conocido era entre su camaradas de armas el episodio de 1883 en el que Pockollock movilizó 127.000 elefantes rojos abisinios con el fin de llegar a tiempo a la celebración de ese año. Así lo contó el historiador clásico Hemóclito, el tullido, (Croacia, alrededor 2.000 a.C - Luxemburgo, alrededor 1926 a.C .):

"Una calurosa tarde de otoño, Pockollock despertó de su acostumbrada siesta anual de 7 meses, cuando se percató de que en 17 lunas, el Imperio franco-luso conmemoraría, como cada año, la fiesta del "Indicus affair" a la que inexcusablemente tenía a bien acudir el glorioso militar.
Encontrándose en Abisinia, región que dista a más de 800.000 kms de la capital del Imperio franco-luso, se enfrentó ante un terrible problema: era humanamente imposible cubrir esa distancia en 17 jornadas. Pero, ¿y elefantemente?, ¿era factible?. Pockollock, famoso por su carácter intrépido, tenía a su disposición 130.000 elefantes rojos abisinios regalo del cónsul de Persia que actualmente se estaban empleando en labores de conteción de la presa de Asuán. El problema de Pockollock se convirtió en un dilema. Sabida es la velocidad de los elefantes rojos abisinios y su aversión al agua. Estos animales son capaces de desplazar cargas pesadísimas a unas velocidades superiores a los 25.000 kms a la hora. Mas su deseada exención de las labores de contención provocaría, probablemente, unas terribles inundaciones en la zona que estaba habitada por casi 27 personas y cuya economía, basada en un alto porcentaje en el proceso de depuración del lignito, dependía del agua de la presa.".

Y hasta aquí escribió el historiador. Lamentablemente Hemóclito el tullido murió antes de poder terminar la que estaba llamada a ser su más excelsa y larga epopeya, por lo que los detalles sobre el ya mítico "Regreso de los 127.000 elefantes rojos abisinios de Pockollock", permanecen todavía sin conocerse del todo. Si bien es cierto que a día de hoy se ha avanzado muchísimo en este enigma de nuestra historia gracias, principalmente, a los estudios con primates que llevan realizando, desde hace más de 32 décadas, los componentes del equipo científico del profesor noruego Jofsengort Mullengborg, reconocido especialista en el campo del genetismo animal y ganador del premio Nóbel por su demostración del origen común del elefante rojo abisinio y la cefalea.

J.R. Pockollock.

Fue en el último desfile del año 1900, con Pockollock ya muerto y enterrado, cuando la entonces regente Josephine de Anjou, se percató de las motas blanquecinas que presentaban 2.712 botas de las 6.000 participantes en la gloriosa parada militar del "Indicus affair".
La Reina, primeramente confusa pero más tarde indignada, se retiró presurosa a su ostentosamente ornamentado despacho donde llamó a consultas a su inmortal "camarilla de los 11", también conocidos como "los 11 de la Reina", camarilla compuesta por más de 700.000 asesores eunucos seleccionados cuidadosamente de las mejores cortes europeas. La confusión reinó durante los primeros minutos de la reunión que, más tarde, y con ayuda de los 700.000 eunucos, se convirtió en un auténtico caos del que, sin embargo, se concluyeron 3 interesantes principios:
1.- El número 11 no reflejaba con fidelidad a los 700.000 asesores. Si acaso, y como mucho, a 10 de ellos y al Rey, miembro honorario del club desde hacía 17 años.
2.- La camarilla necesitaba un reajuste en su formación, por lo que fueron cesados de ipso facto y de manera irreversible 699.989 eunucos, siendo además desterrados de por vida, a los dominios de ultramar del Imperio. Sería la isla de "La bella Española" la que acogería a la nueva colonia de la que descienden sus actuales habitantes: las ranas de Crimea.
3.- Los 11nuevos miembros decidieron denominarse a partir de entonces y como homenaje a sus excompañeros la "camarilla de los 700.000" o "los 700.000 de la Reina".

Terminada la reunión, la Reina disolvió la nueva "camarilla de los 700.000" y ejecutó a sus 11 integrantes quienes no resultaron ser tan inmortales como ufanos se autoproclamaban. Presa del desconcierto más absoluto y temerosa del desgobierno del Imperio, llamó de nuevo a Konsultas, el cónsul lituano en la capital, antiguo amigo de la infancia y hombre de confianza de la ahora viuda regente del Imperio franco-luso. Comenzaba así un período de vital importancia para todo el Imperio y, por ende, para todo el mundo civilizado: los 1.500 días de Konsultas.

Próximo capítulo: Capítulo II: Los 1.500 días de Konsultas. Los primeros años.

Konstantin Konsultas.

miércoles, 27 de julio de 2011

Trust (David Schwimmer, 2010). Los peligros de Internet.

Resulta que David Schwimmer (el mismo que interpretaba el papel de Ross en la divertidísima serie de tv Friends) es un activista en eso de la lucha contra los delincuentes sexuales y la ayuda a las víctimas de violaciones. Bueno, me he quedado corto con lo de activista porque David Schwimmer está en la junta directiva del Centro de apoyo, asistencia y tratamiento a las víctimas de violaciones que tiene su sede en la localidad de Santa Mónica (CA, USA). Así que seguro que las experiencias de sus últimos 14 años colaborando con ese centro le situaron en una posición inmejorable para abordar un tema tan espinoso como el que trata en su segundo largometraje como director: los depredadores sexuales que pululan por Internet, o, mejor dicho, por el Internet de nuestros niños y nuestros adolescentes, víctimas inocentes de una excesiva y prematura sexualización a la que les somete el marketing de una sociedad de consumo publicitariamente enferma.

El resultado de las cuitas de David Schwimmer es Trust (2010), una película estupenda que recomiendo a cinéfilos y no cinéfilos del mundo por sus calidades y cualidades cinematográficas, pedagógicas, sociológicas y éticas.

Les voy a hacer una confesión: en realidad yo no soy así..,


,.. soy asá.


Pero este engaño cibernético que supone el uso de nicknames, alias, avatares y demás parafernalia bloggera y chatera (y que obedece a diversos motivos sobre los que no vamos a entrar ahora) es, simplemente, un truco inocente, jocoso o patético (según se mire), pero creo que puede asegurarse que no procede considerarlo como peligroso (aunque siento haber desilusionado a algún lector@ que sé que me tenía físicamente idelizado). Mas.., ¿qué puede ocurrir cuando una joven de 14 años chatea con un amigo cibernético del que se enamora y que, al cabo del tiempo, acaba confesándole algo así como: "En realidad no tengo 15 años, tengo 20.., tengo 25.."?, ¿debería esta jovencita acudir a la inevitable cita en la que van, por fin, a conocerse personalmente?. ¿Qué es lo que le han enseñado sus padres para enfrentarse a este tipo de "problemas" de la vida?...

La jovencita de 14 años Annie Cameron (interpretada magistralmente por la joven actriz de 14 años Liana Liberato) espera nerviosa en un centro comercial a que se haga corpóreo su etéreo y chateador príncipe azul. Al verle se dará cuenta de que el príncipe es, más bien, azuloscurocasinegro, porque Charlie tiene 35 años. Charlie es un depredador sexual a nuestros ojos y también lo es, afortunadamente, a los ojos de la Ley y del FBI, pero no a los de la joven Annie para quien Charlie es un romeo dulce y tierno que viene a venderle lo de que "el amor no entiende de edades" y a darle una clase práctica en la habitación de un hotel. Terrible.

Tras la tempestad, todos ansiamos la calma. Will Cameron (Clive Owen) parece no poder encontrar esta calma salvo en la captura del violador de Annie, momento en el que cree que expiará su gran pecado: no haber sido capaz de proteger a su hijita. Pero su obsesión por atrapar a la bestia no le permitirá ver el bosque en el que Annie se encuentra perdida.


Trust no es una película de historias de venganzas de padres dando caza a violadores de niñas, no es una historia del género de vigilantes chucknorrianos. Aquí el exceso de trabajo de papá no significa que se pierda el trascendental partido de béisbol del nene, sino algo mucho más devastador. Trust es un drama que nos cuenta la tragedia que se cierne sobre la familia de una víctima de violación en la que se da la paradoja de que en todas las víctimas afloran sentimientos de culpa mientras que el verdugo duerme a pierna suelta. Es una película con sentimientos y sin pistolas. Sin expolitaition y con pruebas de ADN y exploraciones físicas de vaginas. Cruda, como un trago de realidad a palo seco. Difícil, como las relaciones padre-hija. Compleja, como la comprensión de las nuevas tecnologías para las viejas generaciones. Trust es una película militante.

No se la pierdan. Todos los pequeños fallos de bajadas de tensión que muestra, en unos pocos momentos, la narración de Schwimmer quedan compensados por un final catárquico e inolvidable.

Eso sí, tras verla, no se me vengan abajo y no abandonen toda esperanza. Dejen de lado lo de los hombres lobo para los hombres y sigan confiando en el mundo y en sus bondades, en las presunciones de inocencia y en las de belleza. Casi, casi lo mismo que cuando eran niños.

lunes, 25 de julio de 2011

La JMJ que viene. A Fucking Bunch of Assholes.

Los católicos son como los heavys: parece que están medio extintos y demodes. Los librepensadores hablamos de ellos, a menudo, despectivamente y casi siempre con una medio sonrisa burlona. Pero ellos suelen pasar desapercibidos, como recluídos en sus guettos hasta que llega una semana de algún festival de los suyos y resulta que ¡petan los estadios donde actúan!. Son unos fenómenos muy curiosos. Afortunadamente para los heavys, ahí terminan las similitudes con los católicos.

Los católicos no creen en Dios, creen en Cristo, esto ya es grave de por sí, pero bueno, en pequeñas dosis, esta alucinación puede servir para aliviar la angustia existencial y para ser menos hijodeputa con los demás. Pero lo peor es que también creen que Cristo habla con un humano (siempre varón) al que le dice, solamente a él, cómo tenemos que comportarnos el resto de la Humanidad durante los 50 ó 60 años que dura nuestra complicadilla vida adulta en este cruel planeta perdido en una esquina del Universo, para que, cuando nuestros cuerpos mueran, nuestras almas estén cerca de Cristo. Porque Cristo le dijo a su representante en la Tierra, el Papa, que ya no le llamara Dios, que eso de Yahvé eran cosas de judíos, que le llamara Jesucristo, o mejor, simplemente Cristo, que mola más. Y así los católicos acaban gritando en sus conciertos eslogans tipo "vida en cristo", "amar a cristo", "el camino de cristo", "a cristo por María", "cristo vive" y lo que va a pasar en Madrid en Agosto que será del estilo "jóvenes con cristo".

Cuando uno es joven se piensa que está en el status más alto que se puede alcanzar en lo que a libertad, rebeldía y claridad de ideas y principios se refiere, pero la realidad es que, en general, se es más borrego de los 15 a los 25 años que en casi cualquier otra década del resto de nuestra vida. Esto no tiene nada de malo; son cosas de la evolución. Tardas unos cuantos años en formarte una personalidad taylor made y en darte cuenta, a base de desencantos y de leer un poco, de que el empaque intelectual de los mesías rockeros, televisivos, cinematográficos y panfletistas de tu juventud resulta ser bastante menor del que tú te creías. Los que evolucionamos mucho, además de perder las muelas del juicio, llegamos incluso a la conclusión de que, a nuestros treintaymuchos años, nuestro empaque intelectual ya es mayor que el que tenía Kurt Kobain o Janis Joplin e infinitamente superior al de Paulo Coehlo, otro tipo al que los librepensadores siempre mentamos para mofarnos de él pero que ha vendido 50.000.000 de libros mientras que nosotros seguimos con nuestros milypico euros y nuestros 4cats-read blogs.

Pero los católicos, insisto, son como los heavys, no cambian nunca hasta que no cambia el líder de la manada apremiado por una revelación divina o por alguna revolución violenta. Son como los de la Flat Earth Society , unos chalados que, a día de hoy, siguen creyendo que la Tierra es plana.

Pronto llegarán unos jóvenes católicos a Madrid a reírle las gracietas a un octogenario bávaro que, a lo mejor, se pone la mitra del revés, como hacen los raperos con sus gorras. Y ya que los jóvenes solamente piensan, quiero decir, pensamos en follar, pues el octogenario bávaro les hablará de lo malo que es follar al tuntún y de que Cristo no follaba, lo mismo que cuando los grunges les decían a los jóvenes que la vida era una mierda o cuando los rockeros les cantaban lo flipantes que eran las drogas. Lo que sea con tal de llevar la contraria al sentido común.

Los católicos son, por definición, muy conservadores, por eso se van a regodear de su poder de convocatoria y le van a chivar a la derecha política que sus jóvenes cachorros llenan más plazas que los zarrapastrosos del 15-M y además votan al PP, como dios manda.

A mí no me quedan más fuerzas para combatir a esta gentuza y solamente me quedan ganas de soltar una opinión más: hay que ser muy gilipollas para ser joven y católico al mismo tiempo.

Ah sí, se me olvidaba: en todo hay grados. Dentro del catolicismo también. Están los súper gilipollas, los Catholics for Choice , que van de aperturistas y de buen rollo y todo eso, y le piden al Papa que, por el amor de Dios, permita a los católicos ponerse condones para no contagiarse guarradas los unos a los otros. Hostia puta, de verdad.., qué cacao mental tienen estos chavales en su cocorota.

Aunque reconozco que sus cancioncillas son pegadizas.

miércoles, 20 de julio de 2011

Los directores de cine más ICK de todos los tiempos.

ICK es la sigla que corresponde al término inglés de "I Control Klassical", o sea, "Yo Controlo de Música Clásica". Tradicionalmente esta sigla se añade como sufijo al apellido de los directores de cine que demuestran poseer unos conocimientos de música clásica por encima de la media. Hasta el momento solamente dos directores han conseguido este galardón: Stanley Kubrick y Terrence Malick, los dos máximos exponentes del equilibrio en el 7º Arte entre el cine intelectual y el cine de entretenimiento / de género. Estos dos cineastas norteamericanos comparten, además, otro gran honor: han conseguido colocar una de sus películas en mi particular Top 10 Movies ever. Me estoy refiriendo a 2001, una odisea en el espacio (1968) y Días del Cielo (1978). Pero volvamos a lo de la Clásica, que me disperso.

Redrum nos adelantaba en su blog el nuevo tráiler de uno de los más esperados bombazos cinéfilos que se verán en Sitges; la nueva película de Terrence Malick El Árbol de la Vida, un trabajo que, según leímos en el blog de David Amorós, el director del Festival de Cine Fantástico de Catalunya comparaba con el 2001 kubrickiano (¡toma ya!). En el tráiler de El Árbol de la Vida suena la descriptivaa y nacionalista música del maestro checo Bedrich Smetana (a los pies de su estatua, a orillas del río Moldava, tengo varias fotos que me resultan especialmente evocadoras). Y la música elegida para el tráiler de Malick es, precisamente, El Moldava, del ciclo de poemas sinfónicos Mi Patria (1879, con dos cojones):

Kubrick y Malick han contribuído, gracias a sus películas, a popularizar algunas páginas musicales clásicas de una manera sorprendentemente rápida y que ha demostrado ser mucho más eficaz que las clases de música y audiciones del cole. Quizás el exponente mayúsculo de esta gran contribución al Arte sea, yo creo que sin duda, éste: El Amanecer de Así Habló Zaratustra (1896) de Richard Strauss que Kubrick inmortalizó en su inmortal película 2001, una odisea del espacio. Un momento del cine que, según mi esposa, ha sido el único que ha conseguido embobarme ante una pantalla de una manera igual, e incluso superior, a algunas escenas de las 12 películas que conforman el mítico ciclo Russian Institute Lesson.

Terrence Malick creó en 1978 la absolutamente magistral Días del Cielo. Para sus créditos iniciales empleó uno de los pasajes de El Carnival de los Animales (1886, Camile Saint-Saëns): El Aquario. Con este preámbulo tuvimos claro, la primera vez que la vimos, que estábamos a punto de comenzar a disfrutar de algo realmente grande. Y no nos defraudó.

Stanley Kubrick nos dejó para el arrastre, o mejor dicho, dejó para el arrastre todo el cine histórico que habíamos visto antes de disfrutar de su genial Barry Lyndon (1975), una película que incluía en su banda sonora varios cortes maravillosos que conforman una gran selección de música clásica. Nos vamos a quedar con uno de ellos. El que yo creo que es el leit motiv principal de la película: La Zarabanda de la Suite en Re menor (1703) de Georg Friedrich Haendel.

Pero tanto Kubrick como Malick echaron mano también de compositores vanguardistas del siglo XX para adornar sus películas. Kubrick demostró ser fan de György Ligeti y, por su parte, Terrence Malick popularizó una obrita breve, pero encantadora, del compositor alemán Carl Orff. La empleó en su excelente Malas Tierras de 1973. Se trata de la hermosa Música Callejera (Gassenhauer) que estaba incluída en una serie de composiciones de carácter didáctico, creadas para ser utilizadas como método de aprendizaje musical y que, bajo el título de Schulwerk, compuso Carl Orff en la década de 1920s. Maravillosa.

Nunca me han gustado los arreglos que hizo el bizarro Walter/Wendy Carlos de algunos clásicos para La Naranja Mecánica de Kubrick, así que mi siguiente selección salta hasta 1999, el año de Eyes Wide Shut que incluía un accesible vals de supuestos aires jazzísticos del genial Dmitri Shostakovich. Es una pieza deliciosa, sin duda..,

,.. pero reconozco que lo que realmente me impactó de la banda sonora de la última película de Kubrick fue el Masked Ball de la compositora inglesa Jocelyn Pook. Cantar esta obra es muy sencillo y queda muy bien en las fiestas con karaoke. La letra dice " Auov uad auon acnurop ias iicinecu ertac iulunmod asiz. Aiutseca iulusacal iulutnafs ia irotacafenib is irotiulim irotanihcni. Uezenmud iul rolibor roletacap aeratrei is aerasal aeratecrec aeriutnam aetatanas aecap ataiv alim urtnep magur en as iulunmod.".

El cine de Malick tras Malas Tierras y Días del Cielo me gusta bastante menos. En La Delgada Línea Roja (1998), Malick envíaba a un regimiento de soldados poeticofilosóficos a combatir contra los japoneses. Lástima que no fuera contra los japoneses de Las Cartas de Iwo Jima de Eastwood, porque el pastelón resultante hubiera sido épico. Los poetas de Malick no eran tan duros como los que vinieron a pelear y a morir en nuestra Guerra Civil del lado Republicano. Puede ser que la culpa fuera de las "marchas militares" que Malick les ponía en la peli. La delicadeza exquista del In Paradisum del Réquiem (1888) de Gabriel Fauré está fuera de toda duda. Aunque su utilidad para asuntos guerreros sea algo más cuestionable.

Bueno, yo creo que con esta paliza clásica de hoy ya he noqueado incluso al más aguerrido seguidor melómano gusano, así que ya vale por ahora. Otro día seguimos con más selecciones clásico-cinéfilas de los directores más ICK de todos los tiempos.

Si algún lector o lectora me promete que se ha escuchado enterita la música de todos los vídeos que he insertado, le envío, como regalo, a su dirección de correo electrónico una foto mía con unos gallumbos del Capitán América muy molones que yo tengo.
Y si algún lector o lectora considera este post como una pérdida de tiempo, que haga click en el enlace de las Russian Institute Lessons.

De nada.

domingo, 17 de julio de 2011

Frases de Cine. Misión de Audaces (John Ford, 1959).

"¿Qué prefiere Muslo o Pechuga?"

("What is your preference leg or breast?")

Miss Hannah Hunter (Constance Towers con 26 añitos de edad) haciendo gala de la hospitalidad sureña ante el Coronel yanki John Marlowe (John Wayne, con 52 añazos) en Misión de Audaces (The Horse Soldiers), dirigida en 1959 por John Ford.

miércoles, 13 de julio de 2011

El cine que necesitamos revisionar en los tiempos que corren: Soy un fugitivo (Melvin Le Roy, 1932).

"El estado de Georgia dice que he escapado de la justicia, pero yo digo que he escapado de la injusticia". Robert E. Burns.


Le decía el otro día al inexperto compañero dvd que los jerifaltes de las entidades de gestión de derechos de autor que han sido o están siendo imputados por sus millonarios chanchullos (bautistas, cerezos y demás) son los mismos que afean nuestras costas con horrendos carteles intimidatorios que nos amenazan con un castigo pecunario de 300 euros si se nos ocurre comprarles a los negritos unas gafas Ray Ban o un bolso CH de los que se hacen en la China. Bueno, de los que se hacen en la China y, además, no se distribuyen en las elegantes boutiques homologadas. Si yo fuera legislador déspota intentaría, al menos, ser algo práctico y obligaría a gastar esos 300 euros en el producto original que el delincuente hubiera intentado piratear, no vaya a ser que Carolina Herrera o Hugo Boss se nos mueran de hambre. Esta sinvergoncería de nuestros días es otro exponente más de una de las más dolorosas injusticias que han campado y campan por el mundo civilizado: la desproporcionalidad de las penas que se aplican a los pequeños chorizos comparadas con la de los grandes cuatreros. O sea, lo de las cárceles atestadas de pequeños camellos y lo de las mansiones de los grandes traficantes atestadas de putas.

El hermano de mi amiga B. ingresó en la macrocárcel de Zuera condenado por allanamiento de morada y robo (sin violencia) de televisor, equipo HiFi, etc, etc. Se pueden imaginar que los beneficios obtenidos de semejante botín acabaron corriendo por sus venas en forma de heroína. En el momento en el que tuvo que despedirse de su familia para pasar una temporadita en Zuera, el hermano de B. estaba desenganchado de la droga y tenía un trabajo decente en una pequeña fábrica. Su madre guardó con cariño la carta que redactó el jefe de la fábrica firmada por todos sus compañeros. En ella daban fe de que el hermano de B. era un trabajador estupendo y un buen muchacho. Me juran (y me lo creo) que ese mismo jefe que no se quitaba su perpetua faria incandescente de los labios ni para tomarse el carajillo del desayuno, lloró como un nene chiquitín cuando el hermano de B. se despidió de él. El final de la historia de el hermano de B. es feliz: cumplió su condena y volvió al curro que le guardó, durante 9 meses, su jefe. Todo un embarazo.


Robert Elliot Burns escribió en 1932 una novela autobiográfica titulada I am a Fugitive from a Georgia Chain Gang!. En ella contaba como diez años antes había sido sentenciado a cumplir una condena de 10 años de trabajos forzados por un atraco a una tienda de comestibles de la que se llevó un botín de 5 dólares. Encadenado, día y noche, a sus compañeros de penal, trabajó 16 horas diarias bajo las durísimas condiciones impuestas por los despiadados y sádicos guardas de una prisión del Estado de Georgia. Pero Burns huyó de la cárcel y consiguió llegar a Chicago, donde acabó siendo un prestigioso editor de una revista de esa ciudad. Y ya no os cuento nada más para no desvelaros toda la trama de la película que recomendamos hoy: Soy un fugitivo. Pero os aseguro que hay más, bastante más.

Ese mismo año Melvin Le Roy adaptó el best seller de Robert E. Burns alumbrando, de paso, uno de los clásicos imprescindibles del cine americano de los años 30: Soy un fugitivo. Le Roy, además de inventar el 80% de las constantes del subgénero de dramas carcelarios (trabajos forzados picando piedra, comidas repugnanes, cadenas y grilletes, despiadados carceleros, fugas huyendo de sabuesos, esquinazos bajo el agua con junco haciendo de respiradero, etc, etc), denunciaba así las inhumanas condiciones de vida de muchos reclusos de los penales norteamericanos, enfatizando su mensaje en las víctimas condenadas por delitos que rozaban lo ridículo personificadas en su protagonista James Allen.


Pero las peripecias de la vida de Burns le sirvieron a Le Roy no ya solamente para construír un drama denunciando la mala suerte de un pobre diablo, porque Le Roy abrió el plano de su valiente cámara para ampliar esa denuncia y enfocar la atención de los espectadores en el corrompido sistema legal y penitenciario del estado de Georgia. El éxito de la película fue tremendo y, en consecuencia, la repercusión de su mensaje caló en la sociedad que exigió la desaparición de los tratos vejatorios a los presos de las cárceles norteamericanas.

Si todo esto les parece poco, todavía queda sitio para una cosita más: 80 años depués, Soy un Fugitivo sigue siendo una película llena de suspense y entretenimiento. Por eso, Soy un fugitivo es una obra maestra, porque tuvo los arrestros de denunciar, durante la Gran Depresión, una situación injusta de la sociedad a la que pertenecía y lo hizo sin aburrir al personal, que es lo que tiene mérito.


Bonus track: El protagonista es Paul Muni, también conocido como Scarface, actor que, para el que esto escribe, es el padre de Gary Cooper y el abuelo de Brad Pitt. Comparte con ellos su excelente sobriedad en los momentos dramáticos y su toque histriónico en los trágicos o cómicos.

Cuando la Justicia no es justa, sino que es, simplemente legal, genera monstruos mayores que los que pretende erradicar. Le Roy nos lo muestra magistralmente en su escena final en la que un susurro en la oscuridad nos escupe a la cara la moraleja de la historia.

Así que cuando me preguntan qué estoy haciendo cada vez que me descargo una película, no me queda más remedio que responderles: "I steal".

lunes, 11 de julio de 2011

Para qué sirven los sindicatos. O para qué están los amigos.

A mi hermana C. le están haciendo mobbing. Este anglicismo de reciente cuño es, en realidad, una práctica más vieja que la tana. O sea, lo de toda la vida del empresario puteando al trabajador.

Mi hermana C. lleva 10 años trabajando en la misma empresa, aunque yo llevo 5 diciéndole que se vaya de ese pozo laboral en el que se metió hace una década. Conozco personalmente a su jefe. Es el arquetipo de empresarucho que tuvo suerte con su primer bar y ahora tiene tres locales que le han funcionado bastante bien. El tipo lleva bigote, le da a la coca y al whiskazo, tiene un BMW (recuerden, la marca de los tontos) y se va de putas una vez al año a Cuba. Lo de siempre.

Ahora que tenemos crisis, el muy joputa está empezando a recortar gastos y a cortar cabezas (que parece ser que es lo único que saben hacer los empresarios en épocas de crisis) ejecutando reajustes empresariales tan magistrales como esa idea de quitarles a las chavalas (sólo contrata tías por lo que deduzco que es un pichacorta) el dinero negro que lleva dándoles bajo mano desde hace tantos y tantos años. Y así las chicas no tienen nada que reclamar. Parece ser que este tío encuentra que un sueldo de 12 pagas x 1.000 euros es demasiado para una camarerucha de mierda. Y es que como le decía Allen a la puta que contrataba en Desmontando a Harry, ser camarera tiene que ser el peor trabajo del mundo si todas las putas prefieren serlo antes que estar detrás de una barra.

Total, que el jefecillo se ha ido puliendo a todas las empleadas que se le han ido quejando de tal o cual injusticia para quedarse con el rebaño sumiso. A las revoltosas las ha ido echando amargándoles la vida con cambios de turnos, horarios, puesto de trabajo y demás arbitrariedades en pos de "mejorar la productividad". Los ataques de orgullo de proletaria con dignidad al grito de "hasta aquí hemos llegado" de algunas trabajadoras, le han ahorrado muchos euros al cabronazo de los bigotes. Ahora tiene en su plantilla una amalgama de inmigrantes, madres solteras, mujeres casadas con hijos, con hipoteca y con el marido en paro y demás exponentes de vidas desfaforecidas a las que hace trabajar 48 horas semanales y a las que la idea de perder su trabajo les produce un pavor insoportable. Solamente le quedaba una numantina resistencia: mi hermana C. quien, finalmente, se ha venido abajo y se ha tirado 48 horas llorando, sin comer y sin dormir por culpa de este energúmeno y de algunas de sus secuaces trepas a las que, en el fondo, compadezco por verse obligadas a llevar una existencia tan envilecida por la necesidad, que son capaces de vender a su madre por los 100 euros mensuales que diferencian el sueldo de una camarera del de una encargada.

Claro, a mí lo que me pide el cuerpo es presentarme en alguno de sus locales y darle 4 hostias al bigotes, así, con la mano abierta, porque yo soy más grande y más fuerte y estoy más loco. Pero ya estoy muy mayor para montar alborotos y despuer de hostiar energúmenos me duele la espalda durante 3 ó 4 días. Así que me he decido a llamar a mi amigo D. , ése que trabaja en uno de los dos sindicatos mayoritarios de nuestro país.

Mi amigo D. sonrió con tristeza cuando le contamos todo lo que estaba pasando. "Es tan habitual...", me respondió mientras se tomaba el cafecito con hielo. Mi amigo D. nos contó historias que me transportaron a tiempos dickensianos y que nos recuerdan lo peligroso que es pedir otro plato de sopa cuando vives, acojonado, de la caridad de un orfanato. Pero mi amigo D. tiene dos armas secretas: un montón de formularios y una máquina de fax.

Los formularios de mi amigo D. le piden a los empresarios, por escrito, 1001 cosas que son justas porque lo dicen la Ley y el sentido común. Mi amigo D. nos aseguró que los inspectores de trabajo son buena gente aunque no puedan hacer milagros. Mi amigo D. le dijo a mi hermana C. "tienes un trabajo y un jefe que te tienen secuestrada la vida, pero yo soy el negociador que va a liberarte, como en las películas de atracos con rehenes". Mi amigo D. trabaja en un sindicato y envía faxes a los empresarios malos que se cagan cuando leen CeCeOO en los membretes de las comunicaciones aunque los lean con sorna prepotente al estilo de Urdaci. Los logros de mi amigo D. se acaban repartiendo, a partes iguales, entre todos los trabajadores; sean afiliados o no, valientes o no, necesitados de ayuda o no. Y lo hace por otros 1000 euros mensuales.

Lunes, eres acojonante.

sábado, 9 de julio de 2011

Queremos la cabeza del Bautista: San Mateo, Oscar Wilde, Richard Strauss y yo.

"Cuando se celebraba el cumpleaños de Herodes, Salomé, la hija de la reina Herodías, danzó en medio, y agradó a Herodes Antipas, por lo cual éste le prometió con juramento darle todo lo que pidiese. Ella, instruida primero por su madre, dijo: Dame aquí en un plato la cabeza del Bautista. Entonces el rey se entristeció; pero a causa del juramento, y de los que estaban con él a la mesa, mandó que se la diesen, y ordenó decapitar a Juan en la cárcel. Y fue traída su cabeza en un plato, y dada a la muchacha; y ella la presentó a su madre." Mateo 14:6-12

Bautista, bautista.., antes no quisiste besarnos, ¡ahora besaremos nosotros tu cabeza!.

Salomé bailó su Danza de los Siete Velos encandilando a su lujurioso padrastro el rey Herodes quien, más caliente que un mono, le concedió, bajó juramento, un deseo; cualquier cosa que ella quisiera le sería otorgada. La despechada Salomé decidió vengarse del Bautista por el rechazo de éste a sus carnales insinuaciones. Así que Salomé pidió la cabeza del profeta en bandeja de plata. Cuando se la entregaron, cogió la sangrante y piadosa testa y besó apasionadamente sus muertos labios ante la atónita mirada de todos los presentes. El rey Herodes, asqueado e invadido por los celos, ordenó a sus soldados que aplastaran con sus escudos el cuerpo de la hermosa, lasciva y retorcida Salomé.


El compositor Richard Strauss (1864 - 1949), basándose en el drama teatral de Oscar Wilde (que había convertido la anécdota bíblica en un apasionado amor imposible), compuso en 1905 su ópera Salomé que incluye uno de los más célebres y controvertidos pasajes de toda la música del maestro alemán: su magistral Danza de los Siete Velos. Ésa que cambió el curso del riego sanguíneo del rey Herodes desviando sus glóbulos rojos de la cabeza a los genitales.

Se supone que la soprano protagonista debería ser la encargada de ejecutar tan lascivo baile, y así sucede en la mayoría de las representaciones (sí, Montserrat Caballé también bailó la Danza de los Siete Velos), claro que adecuando su tono sensual a las características físicas de la cantante, porque no todas las sopranos están tan de buen ver como supuestamente lo estaba la caprichosa y adolescente Salomé.

La verdad es que la heterodoxa versión de Nadja Michael no está nada mal, así que disfruten de esta magistral y maravillosa música.

jueves, 7 de julio de 2011

La Fortaleza de Brest. La Numancia soviética de la WWII.

"¡Muero, pero no me rindo! ¡Adiós, Patria!". Inscripción grabada en un ladrillo de la Fortaleza de Brest el 20 de Julio de 1941.


Durante muchos años la ciudadela conocida como la Fortaleza de Brest (fortificación de 1842 sita al Oeste de la ciudad de Brest, en la actual frontera de Bielorrusia con Polonia) se consideró inexpugnable. Pero claro, eso fue antes de que los ingenieros de todo el mundo se pusieran a inventar tanques, aviones, bombas y demás máquinas de matar. La madrugada del 22 de Junio de 1941 un comando de soldados nazi-alemanes disfrazados con uniformes del Ejército Rojo realizaron una incursión en territorio ruskie consiguiendo infiltrarse en la casa-cuartel de Brest. Eran la avanzadilla del primer ataque de los nazis a la URSS horas antes de la proclamación oficial y formal de guerra y del comienzo de la Operación Barbarroja. Es decir, un ataque a traición de los de toda la vida. Así de valientes eran los de la Werhmacht.

La resistencia en Brest fue numantina y cuentan los pocos supervivientes y los historiadores, que se combatió al invasor con pistolas, ametralladoras, artillería ligera, pero también con cuchillos, picos, palas, sillas, palos e incluso a puñetazo limpio. Las bajas fueron numerosas y la leyenda fue forjada (y un pelín exagerada) durante las décadas posteriores por las autoridades soviéticas que consagraron a estos primeros muertos como mártires de la Gran Guerra Patria, ésa que dejó 20.000.000 de cadáveres soviéticos caídos, -parafraseando al gran Vassili Grossman-, Por una Causa Justa. Y es que, en Brest, 3.500 soldados soviéticos mantuvieron a raya, durante 8 días (aunque algunos grupúsculos resistieron hasta 1 mes), a una división completa del Ejército Nazi (la 45ª de Infantería = 17.000 soldados) que, apoyados por artillería y aviación, tenían previsto tomar el complejo cuartelario en 15 minutos (!).

Para recordar aquella proeza y homenajear a sus muertos el, desconocido para mí, director ruso Alexander Kolt realizó el año pasado una cinta bélica con un argumento de corte ultra - clásico: La Fortaleza de Brest. La intención de la historia, narrada a través de los ojos de un jovencísimo cadete, es clara y, por ello, en su guión lo único que encontramos de color gris son los uniformes nazis. La Fortaleza de Brest es una película de buenos y de malos, de héroes y de villanos que, sin caer en la propaganda, parece estar concebida con el objetivo de glorificar aquella ejemplarizante demostración de heroísmo colectivo. Los buenos son los soviéticos y los malos (pero malos - malos) son los pu**s nazis.

Se llega al "atrevimiento" de destacar el papel de un comisario político del Partido Comunista (que parecían estigmatizados de por vida tras la perestroika) al que se muestra como uno de los elementos clave para contener el pánico y el caos iniciales permitiendo, gracias a su intervención, organizar una defensa eficaz para frenar la invasión boche. O sea, un portador de las firmes convicciones del Partido que logra un cambio en el estado de ánimo de los defensores. A mí no me cabe duda de que bien pudo suceder así (no ya solamente en Brest, sino en otras muchas ocasiones) pero le reconozco el mérito al tipo que se atreve a mostrarlo a día de hoy en una pantalla de cine. Y es que los comisarios políticos del NKVD siempre han estado muy mal vistos (demasiadas ejecuciones de tiro en la nuca en su haber).

Comprendo que la evocación de esta gesta histórica (cuasi legendaria) haya emocionado, conmovido y enorgullercido al público ruso y bielorruso de hoy día, pero reconozco que, fuera de este mercado natural, La Fortaleza de Brest es una película que interesará principalmente a los forofos del bélico (como yo), a los aficionados a la historia de la WWII (como yo) y a los interesados en la historia del siglo XX (como yo), el siglo más sangriento que recuerda nuestro planeta. En Brest la guerra y sus desastres desplegaron todo el catálogo imaginable de heroicidades civiles, militares, personales y colectivas: las familias de los soldados defendieron a balazos muchas de sus viviendas, civiles y militares se quitaron la vida antes de caer en manos de los nazis, la infantería soviética realizó (en ocasiones con soldados desarmados) cargas suicidas contra el fuego nazi y etc, etc. En fin, forofismo WWII en estado puro.

Lamentablemente para las víctimas del estalinismo, la exaltación del incuestionable heroísmo demostrado por la población civil y por el ejército soviéticos que revive, con toda justicia, esta película (como también lo hace la primera parte del tríptico del escritor Vassili Grossman Por una Causa Justa, novela cuya lectura recomiendo encarecidamente) mutaría en amargo desencanto por las crueles e injustas purgas estalinistas (como sucederá en Vida y Destino, segunda parte de la trilogía que ya recomendé hace un año aquí y que se remata con la inacabada, breve y desgarradora, -pero estupenda-, Todo fluye).

Por eso no alcanzo a comprender cómo queda tanto nostálgico de la Unión Soviética que sigue, todavía hoy (alguros foros pro-soviéticos son para mear y no echar gota), meneándosela viendo las virtudes del Estado Soviético (y no las verdaderas: las del Pueblo) en películas como esta La Fortaleza de Brest que hoy vengo a recomendarles. Una película que, si bien no les va a sorprender desde el punto de vista cinematográfico y que adolece de una presentación potable de sus personajes protagonistas, les asegura algo más de dos horas de entretenimiento rodadas con una calidad técnica notable.

Esperemos no tener que vivir nunca en primera persona momentos tan trágicos como aquellos. Momentos durante los cuales el escritor Vassili Grossman decía que: " el hombre percibe la luz, el espacio, el susurro, el silencio, los olores dulces y las caricias de la hierba y las hojas en su hermoso conjunto: todas aquellas centésimas o, tal vez, milésimas y millonésimas partes que componen la belleza del mundo. Aquella belleza, la auténtica belleza, solo quiere transmitir al hombre un mensaje: la vida es un bien".

martes, 5 de julio de 2011

Onaneos Bizarros. Capítulo I. Kira, la chica de Érase una vez la Vida (1987).

Algunas mujeres no se lo terminan de creer, pero esto que voy a decir a continuación es rigurosamente cierto. Desvelamos hoy uno de los secretos mejor guardados por el lobby formado por el género masculino: los varones (heteros) somos capaces de onaneárnosla pensando o estimulados por la imagen de casi cualquier cosa que se parezca a una fémina. Sí, chavalas, vuestros maridos, hermanos, hijos, primos y vecinos, también.

A muchas madres les sucede como a Santo Tomás: que se enteran del asunto al estilo empírico, o sea, pillando a sus inocentes hijos in fraganti. Todo un trauma para ambas partes. Claro, los nenes ahora lo tienen muy fácil: se meten en su cuarto, conectan su pc, tablet, smartphone (o lo que sea que lleve internet), teclean "culos" en google (por ejemplo) y hala, a lo que estamos.

Pero los de mi generación no lo tuvimos tan sencillo, en primer lugar porque no teníamos cuarto propio y, en segundo lugar, porque nos vimos forzados, en muchas ocasiones, a recurrir a inspiraciones que ahora pueden resultarnos extravagantes (o no) pero que por aquel entonces se nos antojaban imprescindibles. Unos tiempos en los que la Interviú podía ser el bien más preciado con el que se podía estraperlar en el cole y una época en la que incluso el Diez Minutos podía tener su aquél en sus ediciones veraniegas de celebrities en bikini.

Y luego estaba la tele. Un artefacto que tenía mucho que decir a este respecto.
Mi primer recuerdo erectil - televisivo (y supongo que coincidirán conmigo muchos lectores de mi generación) son las piernazas de las azafatas del Un, dos, tres. Tremendo.


Pero esta serie de entradas va a tratar de los onaneos más bizarros que me han sido confesados por amigos y conocidos. Comienzo hoy con uno de los que más gracia me han hecho ever.

Kira era un glóbulo blanco que patrullaba, allá por 1987, las arterias y venas del cuerpo humano protagonista de la serie de animación Érase una vez la Vida. Viajaba en una nave individual y patrullaba siempre acompañada por su compañero XXXX quien, -según el amigo que me confesó esta bizarada-, era un personaje de clarísimas tendencias homosexuales, por lo que Kira, cuando acababa su jornada, llegaba a su apartamento que siempre encontraba frío y aburrido. Kira se lamentaba, mientras se quitaba su ceñido mono spandexmade, de su eterna soledad. ¿Soñaba Kira mientras enjabonaba su cuerpo de mulata (¿o es mestiza?) con la compañía de un hombretón que la confortara y consolara en sus noches de soledad?. Quién sabe...

Ladies and gentlemen, con todos ustedes, Kira, la musa onanista más bizarra que he encontrado por el momento.


¿Sexy o no?.

domingo, 3 de julio de 2011

Ausencias, tendencias y zombis.

Hola amiguitos, sé, es cierto, hace mucho tiempo que no me sentía con fuerzas para enfrentarme a esto de escribir una entrada para el blog. Pero Mr. Mierdas me ha recordado y animado desde su blog a que no olvide que también tengo mi parcela para los no tan formados en temas como la música clásica y el cine más sesudo. Aunque reconozco que esta ausencia ha sido debida a tener obligaciones para con otros menesteres y si añadimos que después de 8 horas enganchado al ordenador en el trabajo, me resulta incómodo ir a casa y meterme en el ordenador de nuevo... Bueno, y que realmente soy un vago, claro. En fin, aquí estamos y vamos a soltar un rollo. Jejeje.

Muchos seguidores del mundo de los cómics os habréis dado cuenta que, últimamente, se están poniendo de moda los tomazos, los tochos con cientos de paginas, de varios kilos y tapa dura. Ya sean reediciones o material nuevo o inédito. Y parece que está tendencia va a ir a más.

Mi alma de friki me lleva a desear tenerlos. A pensar lo bien y lo chulos que quedarán en mi estantería. Es más, se merecen estar en la estantería de mi salón. La verdad es que sí, quedan cojonudos e incluso se puede decir que, hasta cierto punto, me parecen hasta baratos. Si no, id a ver lo que cuestan los libros de, p.e., Canción de Hielo y Fuego en tapa dura y papel reciclado y malo. Mientras que estos tomos de cómic de los que hablo son de papel bueno, en colorines (casi siempre) u tamaño DIN A-4 o mayor.

Pero cuando me dispongo a leerlos, me doy cuenta de que realmente no han pensado en gente de gustos un tanto peculiares como yo, ni en dónde ni cuándo leo. Venga, sinceraros conmigo los 3 ó 4 que leéis cómics. ¿Dónde los leemos?, Pues claro, en el baño sobre todo. Y también en la cama, justo justo para llamar al sueño y quedarte sobado a mitad del cómic que, si vas muy sopa, no te has enterado de nada y has de volver a leerlo en el baño a la mañana siguiente (el ciclo de la vida).

¿Os dais cuenta que es un peligro para la salud?. Sí, sí, reíros... Parece ser muchos casos de hemorroides están relacionados con pasar sentado excesivo tiempo en el trono. Y más estos tochos (a más de uno se nos han quedado las piernas dormidas). Y tela el leer un tomo de estos en la cama. Únicamente se puede leer de lado, con la cabeza puesta de la manera más insana que se puede estar sin romperse el cuello. Tortícolis asegurada muchachos. O tripa arriba con el tocho apoyado en el plexo solar. Marcas y lesión fijo. Y eso cuando no es el principio del tomo o la parte del final, cuando es imposible gobernar un tocho de 600 páginas.

Parte positiva: el ejercicio que haces es realmente serio. Puedes acabar agotado solamente de sujetarlo; para pasar una página tienes que aguantar el peso con una sola mano.


Pero vamos, en el caso del tocho de Los Muertos Vivientes que editó Planeta, es que realmente vale la pena aguantar este sufrimiento físico. ¿Habéis visto que tomo más chulo?. Yo, personalmente, no me había acercado a los tomitos que edita Planeta de esta serie. Realmente estaba esperando a ver si salía en tomo de lujo. Y no me han defraudado. Casi entiendo que no los saquen en fascículos (grapa), porque es muy lento seguirlos mes a mes. Pero en tomo no se aprecia esa lentitud. Parece ser que los autores que han pensado la obra en ciclos argumentales, de ahí los tomos. Incluso sus portadas crean un mural si las pones todas juntas. Pero es que los tíos han pensado incluso en los tomos de lujo. Jajajaja, qué peseteros o qué previsores.

Sus creadores, Robert Kirkman al guión y Tony Moore y Charles Adlard al dibujo.

Este es el cómic en el que se basa la serie televisiva de acción real The Walking Dead y, aunque los protagonistas son los mismos, no suceden las cosas de la misma manera en la serie que en el cómic. Avisados estáis.

El argumento es sencillo: Rick Grimes, policía de su pueblo, es herido en un tiroteo con unos delincuentes. Cuando despierta en el hospital está solo. Bueno, al levantarse, se encuentra con que casi todo el mundo ha muerto y se ha convertido en zombi. Entonces iniciara una búsqueda de su mujer y su hijo. Tras encontrarlos, se nos mostrará cómo se enfrentan un pequeño grupo de personas al Apocalipsis que supone semejante trauma. No sólo por enfrentarse a los zombis, sino también por hacerlo a otras personas que no está dispuestas a arriesgar lo poco que tienen por ayudarles.


La verdad es ques un tomo muy entretenido. Devoras las páginas. He de confesar que me lo leí enterito en 3 días (y son 628). El tomo contiene los 24 primeros números, y una serie de complementos como portadas, curiosidades, etc.

Por cierto si pensáis que es un tocho exagerado, os comento que en EE.UU. existe una edición “COMPENDIUM” que contiene los 48 primeros números. Son solo 1088 paginitas. Ese tomo es para usuarios avanzados de gimnasios. O de lectura únicamente para un atril.

Cuidaros y recordad: sigo en la brecha.
Saludos gusanos.

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