miércoles, 27 de mayo de 2015

50 Años de... Doctor Zhivago. Literatura y cine hechos poesía.

«Adiós, adiós –repetía el doctor, en espera de ese instante, olvidado de sí, con voz átona, como si se arrancara del alma aquellas palabras que apenas se dejaban oír en el aire helado–. Adiós, adiós, único amor mío, perdido para siempre.» 

 «¡Ahí están, ahí están!», murmuró con ansia febril y los labios exangües, cuando el trineo remontó el montículo como una flecha, dejando atrás uno tras otro los abedules. Luego comenzó a moderar la marcha y, ¡oh, felicidad!, se detuvo junto al último abedul. «¡Oh, Dios mío! ¿Acaso has decidido restituírmela? ¿Qué habrá sucedido? ¿Qué sucede en esa lejana franja iluminada? ¿Por qué se han detenido? No. Se acabó todo. Se ponen en marcha. Se van. Habrá sido ella, que ha querido detenerse un momento para mirar una vez más la casa, para decirle adiós con la mirada. O acaso ha querido cerciorarse de que yo, su Yura, estoy en camino, que me he lanzado tras ellos. Se han ido. Se han ido.» 

 «Adiós, Lara, hasta que nos veamos en el más allá, amor mío, adiós, eterna alegría mía, infinita, inextinguible. –Ya había desaparecido–. No te veré más, nunca más, nunca más en la vida, no te veré nunca más.»

Feliz Cumpleaños, tata.

sábado, 16 de mayo de 2015

Hermosuras Superlativas. Las Grullas de Sibelius.

Dos días antes de fallecer, el maestro Jean Sibelius (1865-1957. Recuerden que estamos celebrando el 150 aniversario de su nacimiento ) le dijo a su esposa:

"Creo que las grullas se han despedido de mí. Volaban bajo. Nunca las había visto volar tan bajo antes. Una de ellas se ha separado con un triste clamor y ha trazado una empinada curva alrededor de la colina. Casi como si quisiera decirme adiós".


Medio siglo antes, en 1903, Jean Sibelius había compuesto Kuolema (Muerte), obra concebida como música incidental para acompañar al drama homónimo de su cuñado el escritor Arvid Järnefelt.

Kuolema incluye una Escena con Grullas, las aves que acompañaron la infancia y los últimos días de Jean Sibelius. 

Átense bien los machos porque durante los cinco minutos que vienen a continuación va a sonar una música de una hermosura superlativa. Están advertidos.

miércoles, 13 de mayo de 2015

Vuelven... The Chemical Brothers.

Madre mía, qué temazo...

"Go"

Born in the Echoes, su nuevo trabajo, se publica el próximo 17 de julio.

Mientras tantos disfruten del tema y del videoclip dirigido por Michel Gondry
Y, como dicen los anglosajones, featuring Q-Tip, el molón y neoyorkino rapero

viernes, 8 de mayo de 2015

70 Años de... La rendición incondicional de Alemania.

Qué hermoso día tuvo que ser aquel 
08 de mayo de 1945: el VE Day.
(Victory in Europe Day = Día de la Victoria en Europa).


Dos años antes, los Aliados (Churchill y Roosevelt, Conferencia de Casablanca de 1943) habían decidido que la Segunda Guerra Mundial iba a terminar a lo grande. No más versalles como ese tratado que finiquitó (mal) la Primera Guerra Mundial. La rendición de las Potencias del Eje (Alemania, Japón e Italia) debía de ser incondicional. Se acababan definitivamente las alucinaciones hitlerianas y sus esperanzas de poder negociar una paz con los aliados occidentales ("¿se acordarán de que no los masacré en Dunkerque?") para dedicarse tranquilamente a esclavizar y asesinar a los infrahumanos eslavos (por cierto, los eslavos celebran este día el 09 de mayo por cuestiones de diferencia horaria).

Después de la Conferencia de Casablanca, la guerra estaba perdida para los fascistas europeos, pero a los alemanes no se les ocurrió otra cosa (a falta de cojones entre la élite militar prusiana para reconocerlo y/o enfrentarse a su endiosado Führer) que recurrir a uno de los más ilustres malhechores del siglo XX: Joseph Goebbles, el Ministro de Propaganda cojo.

Goebbles reunió a un buen grupo de fanáticos nazis (de los que vivían de los sueldos del Estado), los rodeó de banderas molonas y les preguntó si querían la...
“¡¡¡Guerra Total!!!” 
y, claro, los fanáticos gritaron “¡¡¡Sísísísísí!!!”, algunos convencidos y otros porque tampoco es que les quedara otra tras conocer las intenciones de los Aliados y, sobre todo, sabedores de que sus crímenes de guerra no iban a ser perdonados. "Oye, probamos, que igual suena la flauta".

Vamos a recordarlo para descojonarnos de estos payasos asesinos:


Tras ese sondeo de opinión amenizado con banda sonora de marchas militares, la panda de delincuentes que gobernaba Alemania con la aquiescencia de su pueblo (un pueblo que vivía mejor que nunca gracia al expolio de los países conquistados), condenó a todos los alemanes (que, en su inmensa mayoría, eran una panda de nazis hijosdeputa, no nos engañemos) a un destino poco halagüeño. 

A partir de entonces, Alemania comenzó (recuerden: más de tres años después de comenzada la guerra) a aplicar una economía de guerra de verdad y a incorporar a las mujeres (el voto femenino fue crucial para que Hitler ganara las elecciones democráticas de 1932) al esfuerzo de guerra (hasta entonces las mujeres estaban relegadas a las KKKs, iniciales alemanas para Cocina, Niños e Iglesia). Pero... a buenas horas, mangas verdes.

El resultado de este huida hacia delante… pues ya saben: millones de muertos por todas partes con especial dedicación a culminar el genocidio judío para cuya consecución se dedicaron ingentes recursos materiales y humanos de los que, por cierto, Alemania no andaba sobrada para atender sus dos frentes abiertos. Demencia hasta el final.

Así quedó sellada la suerte alemana cuya derrota era impepinable porque David solamente gana a Goliat en las viejas y desérticas historias judías. Porque, por mucho que los alemanes se creyeran invencibles y menospreciaran (lo mismo que los japoneses) al resto de combatientes, ellos eran David, ellos fueron los débiles y su Reich de 1000 años se quedó en 13 (1932-1945; y yo que me alegro).

El epílogo. Por suerte para los malvados alemanes, la amenaza post WWII proveniente de otro loco todavía más chalado y peligroso que Hitler (Stalin, su antiguo socio) les salvó de convertirse, tras la rendición incondicional, en un país de granjeros que era a lo que los Aliados les habían condenado. Así que al final no hubo justicia poética sino Realpolitik.


 Me apetecía recordar esta efeméride de hoy.

Dedicamos esta entrada a las innumerables víctimas de una panda de incultos resentidos mafiosos que convencieron a una nación (que no era ni es tan inteligente como se autoproclamaba y se autoproclama) de que ellos eran los tipos más cojonudos del mundo y que se lo merecían todo.

Pero no, no lo eran…

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