
Bueno en 1939 una pequeña empresa “Timely Comics” emprendió sus publicaciones siguiendo la estela Super-heroica iniciada por Superman y compañía. Su primer héroe sería la Antorcha Humana.

"The Hurt Locker" pertenece a un nuevo subgénero cinematográfico: el de las películas todavía no estrenadas en España que sin embargo llevan meses cabalgando a lomos de una burra. Y es que uno es muy cinéfilo y de ir al cine y comprar dvds y todo eso, pero hay tentaciones a las que no me puedo resistir.
Además de cinéfilo dicen que soy muy clásico y muy de géneros. Y westerns aparte, uno de los géneros que más me han atraído siempre ha sido el género bélico. Hombretones y mujeronas guerreando para gloria o vergüenza de la Patria. Exaltando valores nacionalistas o denunciando las vergüenzas y miserias de la Guerra.
Aunque también existe un hueco para ni lo uno ni lo otro, es decir, para contarnos qué narices pasa en un conflicto armado y a qué se dedican día a día los soldados que tienen la desgracia de tener que ir a guerrear.
Es el caso de "The Hurt Locker", la estupenda película de la directora americana Kathryn Bigelow.
Supongo que a todos los treintañeros aficionados al cine les suena el nombre de esta señora. Fue ella quién marcó a muchos de los que vieron a sus atracadores surfistas de "Le llaman Bodhi" (1991), -que continúa en el top 10 de "los mejores atracos de la historia del cine"-, o a sus vampiros de "Los viajeros de la noche" (1987). Dos buenos trabajos.
El resto de su filmografía que he visto, incluyendo la extraña "Días extraños" (1995), ya no me pone tanto.
Ms. Bigelow nos cuenta en "The Hurt Locker" (que literalmente sería algo así como "la taquilla del dolor"), las peripecias de una brigada del ejército U.S., (los E.O.D.), encargada de la desactivación de bombas y destinada en el actual conflicto de Irak.
Como casi todo el cine bélico reciente, sigue la herencia del tono cuasi-documental de cámara al hombro y demás efectos ya conocidos, siempre en busca del verismo, pero con la cualidad añadida de un maravilloso detallismo en las escenas de acción que aporta a la historia, contada a modo de "episodios cotidianos de la vida de un soldado", un suspense envidiable, de clara influencia estética de videojuego, que parece ser que es en lo que se están convirtiendo las guerras modernas. Y los videojuegos enganchan...
Su aproximación en este caso funciona de maravilla, no es maniquea y consigue un ritmo envidiable porque se toma el tiempo necesario en cada escena para crear un clímax que atrapa al espectador. Sobresaliente para la escena del duelo de francotiradores.
He leído por ahí que acusaron a la historia de dar solamente la visión americana del conflicto, pero tras ver la película me parece una crítica tendenciosa. La historia va de lo que va, y solamente se puede contar desde una perspectiva. Los soldados yankis no son presentados aquí ni como héroes ni como villanos, (que cado uno saque sus conclusiones), sino como lo que yo estoy convencido de lo que la mayoría de ellos simplemente son: soldados que se juegan el pellejo, día sí <-> día también, y que caminan por la difusa línea limítrofe que separa el valor heróico de la temeridad suicida en un ambiente en el que la compasión y las medias tintas parecen no tener cabida, (esto último se ve bien reflejado en el episodio del Coronel médico John Cambridge).
Una buena película de guerra, de acción y, a ratos, también de suspense, que plantea un par de cuestiones: ¿puede llegar a convertirse la guerra en una droga para algunos soldados?, ¿tan aburrido es comprar en el súper que muchos prefieren irse a pegar tiros?.
Me llamasteis loco cuando lo pronostiqué, (y antiguo). Country is back, Country 4ever!!!
"This is the life". Amy Macdonald en plan nostálgico.
"Not fair". Lily Allen en plan pachanguero. Fantástica la apatía del baterista.
Queréis saber más?...
Enlace aquí. (Por si no se ve... que hace cosas raras). Un saludo Gusanos.
También los USA pasaron hambre. Y no fue hace tanto tiempo. Exposición de la fotógrafa Dorothea Lange estos días en Madrid.
Este grupo californiano que figura en mi Top 5 de grandes formaciones musicales del siglo XX, alegró muchísimo mi adolescencia noventera, especialmente desde que cambiaron al limitadísimo cantante Chuck Mosely por el gran Mike Patton quien, por cierto, es el responsable de las voces de los bichos de "Soy Leyenda" y quien, por cierto 2, está como una puta cabra, como ha ido demostrando con sus siguientes formaciones de las que ya os iré hablando en sucesivas entradas.
Mi cocorota hizo catacrock cuando hace ya casi 20 años escuché por primera vez su temazo "Epic". También es parte de esta maravillosa formación uno de mis bajistas preferidos, el siempre efectivo Billy Gould, un fiera con el instrumento de las cuatro cuerdas.
3.- Atención, ¡sale otro perro!. Esta vez con la cabeza del revés.
Este cómic, pues es una pequeña joya de arte. Al igual que Black Dragon, del que hablamos aquí, los autores son los mismos: Chris Claremont y John Bolton, pero esta vez acompañados de color. Si bien disfrutasteis Black Dragon en B & W, aquí podréis ver como el dibujante despliega su talento ya no sólo con las luces y las sombras, sino en unos colores que acompañan a la narración en todo momento, ya que la acción transcurre en los años gloriosos de Roma. Por supuesto, la magia tiene un papel importantísimo.
Ambos autores, crearon esta heroína para la revista Aventuras Bizarras. Pero tras el cierre de ésta, le propusieron al editor Jim Shooter publicar algo en la revista Epic, revista que mantenía los derechos de sus autores sobre la obra. Y lo consiguieron.
El tomo que os comento, es una recopilación de los relatos que ahí aparecieron. Supongo que los autores tenían pensados muchos más relatos, pero por abandono o por temas del mercado, no cerraron la historia. A pesar de todo, es un muy digno producto, que nos deja a nosotros el acabar la historia.
¿De que trata Marada?. Pues tiene un comienzo muy particular para un cómic creado en 1985. La protagonista tiene una historia ya anterior y que se da por conocida, aunque poco a poco vemos retazos de esa historia pretérita. Marada es la nieta de Cesar. Y cuando una caravana proveniente de Damasco es atacada por el bretón Donal MacLlanllwyr, se encuentra con que protegían a un palanquín con alguien importante. No es otra que su compañera de batallas Marada. Ésta se encuentra desposeída de todo valor y semiprisionera. Donal la rescata y es entonces cuando se teletransportan a Inglaterra mediante la magia. A la ciudad de aprendizaje místico de Ashandriar. Donde, poco a poco, tratan de recuperarla y curarla tanto de sus heridas físicas como de las espirituales. Pero ni siquiera en esta maravillosa ciudad, Marada se encuentra a salvo de los demonios que la atormentan. Tras los sucesos ocurridos, Marada se verá obligada a enfrentarse a sus miedos, y a vencerlos.
Pero para saber más... Ya sabéis poneros a buscar. Que el que busca encuentra. Si podéis echarle el guante no lo dudéis.
Un saludo gusano.
Qué viene la nouvelleeeeeee!!!
Aunque lo que voy a decir suena poco cinéfilo, a mí la nouvelle vague no me atrae demasiado y, en ocasiones, me aburre bastante. Truffaut es mi favorito de lejos.
Pero hay mucha vida y mucho cine en la Francia si te atreves a enfrentarte a esa gigantesca ola, como hizo el náufrago amigo de Wilson. No es que yo sea un gran entendido de esta filmografía, (los USA y los UK quitan mucho tiempo), pero he visto un buen puñado de películas de los pre-nouvelle vaugerianos Jean Renoir, Jacques Becker, Jean Vigo, Jackes Tati, Jean-Pierre Melville, Jean Cocteau, Robert Bresson o René Clair , (y poco más), y os aseguro que estos tipos tienen un número no despreciable de buenas películas y unas cuantas obras maestras en sus filmografía.
Alguno me dirá que Melville pertenece a la nouvelle vague, pero rememoro en mi cabeza películas suyas como "El silencio de un hombre", "Círculo rojo", "Crónica negra" o "El ejército de las sombras", y no me casan con el estilo, (que no es que sea homogéneo), de los jóvenes modernos de los 50 que crearon el movimiento ése tan famoso a la sombra de "Cahiers du Cinéma", publicación que no he leído en mi vida.
No me voy a alargar hablando ahora de la historia del cine francés, pero tengo que reconocer que sigue siendo una de las filmografías que, tras las de los USA y UK, sigue dándome mayores alegrías.
Olivier Marchal es un actor, guionista, ex-policía y, más recientemente, director de cine que hace 4 años me sorprendió muy gratamente con el majísimo thriller policial "Asuntos propios". Mi incurable pereza me impidió investigar más sobre este señor en su labor como realizador. Y ahí quedo la cosa.
Hace un montón de meses vi la que es su cuarta película, "MR 73", que ahora me entero que se ha estrenado recientemente en España.
Resulta que Marchal es un admirador confeso del cine de Michael Mann, lo que me deja un poco turulato, pues Mr. Mann no está entre mis favoritos, aunque vaya mejorando poco a poco a tras cada película. Pero así es el tema de los gustos personales, no funciona la propiedad transitiva ni el sofismo.
MR 73, -título que hace referencia al revólver Manurhin del año 1973-, nos cuenta la historia del autodestructivo detective Schneider, interpretado por Daniel Auteuil, actor que es el principal responsable de que vea muchas de las pelis francesas de nuestros días, porque es un tío que me encanta. (Aunque por su "culpa" también me he tragado chorradas como pianos del estilo de "Caché" de Michael Haneke. Pero bueno, se lo perdono).