Doy gracias a Dios por bendecirme con
noticias como ésta que podéis leer aquí. No me merezco menos por lo que estoy sufriendo en este caluroso mes de Agosto: todo el día yendo del aire acondicionado de la oficina al de mi casa y de ahí a la terraza nocturna a tomar una cerveza. Vida de Mártir, sin duda.
El caso es que una anciana octogenaria de la localidad de Borja (¡¡¡Zaragoza!!!) decidió "restaurar", por su cuenta y riesgo, un deteriorado Ecce Homo que adornaba uno de los muros de la iglesia borjana del Santuario de Misericordia. Seguro que ya lo han visto (si ha sido trending topic y todo, oye) pero yo no me canso de disfrutar de este maravilloso "díptico":
En estos momentos, lágrimas de descojone, que se perderán como gotas en la lluvia, se deslizan por mis mejillas. Y es que, aunque la destrucción de una obra de arte no es motivo de risa, el resultado de la destrucción sí que da risa.
Pero lo más apasionante de todo este asunto es la cuestión que plantea: ¿El Ecce Homo ha quedado mejor o peor de lo que estaba?. La pintura original de Elías García Martínez poseía unos méritos artísticos incuestionables, pero el remake de la abuela borjana no carece de cualidades estéticas e históricas que, a saber, son las siguientes:
1.- Su Jesucristo se parece muchísimo al que aparecía en las ilustraciones de una Biblia Infantil que yo tuve de chiquitín y a
Las Caras de Bélmez, que me daban mucho miedo, también de chiquitín.
2.- Es un Jesucristo revisionista. Se cuestiona la existencia de la corona de espinas que, supuestamente, adornaba la testa del Hijo de Dios. Una decisión valiente y comprometida, sin duda. Pero la cosa no acaba aquí.
3.- El Jesucristo de la abuela lleva pintadas las rayas de los ojos y no lleva barba. Con ello, la abuela borjana nos está queriendo decir, clarísimamente, que Jesucristo fue una mujer. Una teoría que va mucho más allá que las mariconadas de Dan Brown y su Código Da Vinci.
4.- El Jesucristo borjano luce lo que parece ser un casco de astronauta y de su boca sale una especie de tubo que, muy posiblemente, sea parte del equipo de respiración que cualquier viajero interplanetario necesita para sobrevivir.
Y 5.- El Jesucristo borjano no mira al Cielo, como hacía el de García Martínez, sino que nos mira fíjamente a los ojos como retándonos a descubrir el secreto que se oculta tras el que ahora ya no me parece un accidental atentado artístico de una vieja loca borjana sino una de las revelaciones históricas más trascendentales de este siglo.
No hace falta ser un lince para concluír que, según la abuela de Borja, Jesucristo fue una hembra alienígena.
Y yo la creo y la creeré pese a que soy consciente de que esta afirmación me convierte, automáticamente, en el objetivo de las logias masónicas, el Opus Dei, el Vaticano, el club Bilderberg, las Nuevas Generaciones del PP,
los Skull & Bones, el Priorato de Sión, la Comunidad del Anillo, el Club de los Cinco Poetas Muertos, el Ku Klux Klan, los Cienciólogos,
el Claustro de Profesores del Colegio Hogwarts, los Zombies, los Testigos de Jehová, los de Jarrai/Haika/Segi/ToBeContinued, la Sociedad Thule, el club de fans de El Caballero Oscuro, las Chicas de las Curvas, la Trinitaria, la Camorra, los Yakuza, las Psicofonías, los Cabalísticos, los Mac Genius, los Rosacruz, los Evangelistas, The Dreyer Fans, las Ratas del MacDonalds, los Templarios, el British Film Institute y etc, etc de demás sociedades secretas que
NO QUIEREN QUE SE SEPA LA VERDAD.
Pero si una vieja loca borjana ha tenido los cojones de arriesgar su vida por esta causa, yo, que soy de Zaragoza capital, no voy a ser menos.
Ya sé que esto puede parecer muy fuerte, pero debemos rendirnos a la evidencia. Sean tan amables de sobreponerse al shock y participen en la encuesta que encontrarán en la columna de su derecha y en la que les preguntamos: "¿Qué Jesucristo les mola más?, ¿el Antes o el Después?".