“A gun is a tool, Marian; no better or no worse than any other tool: an axe, a shovel or anything. A gun is as good or as bad as the man using it. Remember that." — (Shane, de Jack Schefer, 1949).
¿Es el western a country just for old fashioned men?. Eso piensan algunos, pero como dijo
William Wyler, es
The Big Country. Ojalá no sea así y el buen resultado en taquilla del
Valor de Ley de los
Hnos. Coen contribuya a vigorizar este género ahora que está tan de moda que los muertos se levanten y vaguen por las calles. De todas formas tendría bemoles que fueran los Coen los que resucitaran el western, porque me quedé un poco patidifuso cuando leí la lista con sus 5 favoritos:
1.- Hasta que llegó su hora (Sergio Leone, 1968)
2.- El fuera de la Ley (Clint Eastwood, 1976)
3.- Greaser´s Palace (Robert Downey Sr, 1972, WTF!...)
4.- Duelo a muerte en OK Corral (Frank Perry, 1971)
5.- El juez de la horca (John Huston, 1972)
Tiene tela la selección de los Coen. Lo que está claro es que estos chavales poseen una personalidad arrolladora.
Ni Ford, ni Hawks, ni Mann... Los Coen no se dejan apabullar por los maestros clásicos. Dicen los Coen que no han hecho un remake del
Valor de Ley de
Hathaway (1969) sino una nueva adaptación de la novela
True Grit de
Charles Portis. No entiendo la diferencia, pero por respeto a estos autores de tres obras maestras del cine, no compararé ambas versiones.
He visto
Valor de Ley y la verdad es que no puedo decir que me haya entusiasmado, aunque sea
un trabajo notable en el que sobresale la interpretación de sus dos protagonistas:
Jeff Bridges y Hailee Stainfeld (cuyo personaje adopta
un look muy parecido al de la niña de El Jinete Pálido).
La película tiene
un prólogo muy bonito, pero
una presentación demasiado larga y el doblaje al castellano es horroroso (de esto no tienen la culpa los Coen). Amén de todo esto,
True Grit (han traducido "grit" como "agallas".., bueno, no está mal)
es un bonito western de aire setentero, o sea, más realista que los clásicos de los 50, con retazos costumbristas y con unos colores más ocres en su fotografía de color amarillo. Es
una historia de contrastes, el primero de los cuales es uno de los mantras del género; la conquista, a fuego y sangre, del Oeste. O cómo la civilización tuvo que imponerse a la barbarie con la ayuda de personajes que cruzaban, una y otra vez, esa difusa línea fronteriza que separaba la civilizada población del Este del salvaje e indómito wild wild West, un inhóspito paraje lleno de peligros y de gente incapaz de someterse a la Ley salvo a tiro limpio. Personifican estos dos mundos sus dos protagonistas principales.
Pero Portis añadió en su novela un ingrediente extra para hacer la narración más apetitosa: el
conflicto intergeneracional.
Valor de Ley es la historia de
una niña de 14 años que quiere
vengar el asesinato de su padre y para ello recurrirá a lo mejor (¿o es lo peor?) de los dos mundos que existen a ambos lados de la frontera:
abogados y pistoleros. Dos maneras diferentes de concebir la Justicia como ya aprendimos de
El hombre que mató a Liberty Valance.
La búsqueda del asesino es una mini odisea durante la que asistiremos a momentos de cine de aventuras (cuasi juveniles por momentos) a lo largo de un viaje de colegas a la fuerza (al estilo de
Colorado Jim), con el consiguiente y consabido intercambio de valores y experiencias que desembocará en una comprensión y respeto mutuos entre
un rudo y veterano pistolero alcohólico y la jovencita y piadosa muchacha que nos cuenta la historia (algo parecido a lo que sucede en
Raíces Profundas, también narrada desde la perspectiva de un niño).
Afortunadamente los Coen se han contenido a la hora de incluír sus habituales excentricidades y nosotros se lo agradecemos.
Los momentos de comedia están bien elegidos y funcionan sin estridencias, lo mismo que sucedía en
Fargo. Lo malo es que la película no emociona y una historia como la de Portis tenía todo lo que hay que tener para hacerlo. Lástima que los personajes no estén bien perfilados; ni los protagonistas, ni, sobre todo,
los secundarios, que
aparecen más desdibujados que nunca. Por eso
el epílogo no nos toca la fibra.
Por lo demás,
buena nota para el diseño de producción y aprobado justo para la
decepcionante banda sonora de Carter Burwell, habitual de los Coen, que se empeña en repetirnos hasta el agotamiento 1001 variaciones del himno de 1877
Leaning on the Evelasting Arms. Resultado:
el score de la escena de la carga con las riendas en la boca es vergonzoso al abusar de este leti motiv, un recurso que pretendía reforzar la idea del profundo carácter religioso de la jovencita
Mattie Ross. Una idea que, por otra parte, no aparece casi por ningún otro lado.
En fin, como la película no me ha apasionado, aunque
la recomiendo, no me voy a enrollar más hablando de ella y me he puesto a elaborar
mi propia selección de las 10 mejores películas del Oeste. Una lista en la que no aparece ningún western de
Sergio Leone porque confieso que sus excesos en este género nunca me han gustado demasiado. Disfruten
del Western, un mítico lugar en el que los nudos gordianos de los conflictos morales se desatan a tiro limpio.
1.-
Raíces Profundas (
George Stevens, 1953)
2.-
El hombre que mató a Liberty Valance (
John Ford, 1962)
3.-
Duelo de Titanes (
John Sturges, 1957)
4.-
El Dorado (
Howard Hawks, 1967)
5.-
Solo ante el peligro (
Fred Zinnemann, 1952)
6.-
Grupo Salvaje (
Sam Peckinpah, 1969)
7.-
El Pistolero (
Henry King, 1950)
8.-
El tren de las 3:10 a Yuma (
Delmer Daves, 1957)
9.-
El fuera de la Ley (
Clint Eastwood, 1976)
10.-
La Puerta del Cielo (
Michael Cimino, 1980)
Si todavía no han visto estas diez
"películas de vaqueros", dejen de ver chorradas y pónganse manos a la obra para remediarlo cuanto antes.
Si un solo lector no queda satisfecho con alguna de las diez, juro que me como un plato de brócoli sin patata.
¡¡¡Momento Mítico!!!