lunes, 29 de octubre de 2012

La Cabaña en el Bosque (2012, Drew Goddard). Un gigantesco chiste sobre el cine de terror.

Bueno, pues como La Cabaña en el Bosque parece que finalmente no va a ser estrenada en España en salas de cine y va directa al dvd, voy a dedicarle este post para que la vean cuanto antes. ¿Por qué?. Pues porque es una película muy buena y muy entretenida.


¿Saben aquel que diu que va un grupo de cinco jóvenes a pasar un fin de semana a disfrutar de la naturaleza (y de la cerveza) en una cabaña solitaria situada en un bosque al que se accede por un camino que no aparece en ningún mapa y que, poco antes de llegar, paran a repostar en una destartalada gasolinera donde reciben del inquietante propietario un trato más que amenazante que no presagia nada bueno pero que, como ellos son jóvenes y dicharacheros, se pasan las amenazas por el arco de triunfo así que llegan a la lúgubre cabaña dispuestos a pasar unos días inolvidables sin ni siquiera sospechar que una trágica y violenta muerte les acecha?...

¿Qué tal la propuesta?. Original, ¿verdad?. La mayoría de las películas de terror actuales adolecen del mismo fallo estructural que las malogra: una interesantísima propuesta seguida de un anodino desarrollo rematado por un final rídiculo. 

Contra este mal, acomodaticio y generalizado, se alzaron voces como las de Scream o Saw o The Ring o El Sexto Sentido que intentaron combatirlo (y lograron vencerlo) apelando a la originalidad y buscando nuevas fórmulas que fueron rápidamente explotadas y perdieron, también rápidamente, el efecto sorpresa. Y otras voces como las de Rec, The Descent, Wolf Creek, 28 Días Después o Déjame Entrar que contaron lo mismo de siempre pero sacudiendo el polvo del mobiliario decimonónico de las terroríficas mansiones e introdujeron algún mueble del Ikea y alguna TV de plasma. Well done en ambos casos.

Pues bien, en La Cabaña en el Bosque sucede todo lo contrario. El arquetípico y premeditadamente clicheado arranque da paso al desarrollo de una trama que gira y vuelve a girar con cada golpe de efecto del rocambolesco guión hasta llegar a un desenlace inesperado. La buena noticia es que el "experimento" no resulta algo forzado ni rebuscado, sino que funciona. Y lo hace tanto mejor desde el momento en que el humor, el gamberrismo y el thriller no desaparecen de casi ninguna de las escenas de la película.

La Cabaña en el Bosque no es una película que pretenda ser original, sino que, hoy día, resulta que es original o, como dirían los cinéfilos eruditos, es una deconstrucción del género de terror que busca subvertirlo recurriendo al metalenguaje de la comedia, lo mismo que consiguió Sam Reimi con su Posesión Infernal hace ya 30 años.


No voy a contar absolutamente nada más sobre la historia y les aconsejo que, si deciden verla, cuanto menos sepan sobre el argumento, mejor. Como casi siempre, ni se les ocurra ver el tráiler. Yo la recomiendo porque me parece un buen intento de revitalización del subgénero del teen horror movies y puede ofrecer respuesta a esa pregunta que tantas y tantas veces nos hemos hecho mientras veíamos películas de terror: "¿por qué los protagonistas de este tipo de cine son tan estúpidos y creen que decisiones como dividirse para buscar noséqué por una casa encantada o follar de madrugada en un paraje lúgubre son inteligentes?". 

Ah sí, otra cosa: La Cabaña en el Bosque cuenta con uno de los finales más filosóficamente nihilistas de la Historia del Cine (si no el que más). En serio. A Camus le hubiera encantado.

jueves, 25 de octubre de 2012

Porque ellas lo valen... Diez Actrices Guapas - Guapas.

Con la que está cayendo, lo sensato SÍ  es publicar un post como éste que publicó dvd en sus opciones avanzadas: un post de actrices guapas. Y yo, que me tomo casi todos los ránkings como si fueran memes, he decidido reinterpretarlo y adaptarlo a mi pereza recopilatoria. Así que hoy, con todos ustedes, Diez Actrices de Cine o, mejor dicho, Diez Personajes Femeninos de Cine de los que me enamoré cuando era chiquitín. Pertenecen tod@s ell@s a la cantera cinéfila de Primera Sesión, Sábado Cine o Cine Club. No podía ser de otra manera.

10.- Louise Brooks en La Caja de Pandora (1929, G.W. Pabst). Topicazo 1. Puede que Louise Brooks sea la única actriz del cine mudo a la que todavía podamos calificar de "sexy" incluso si medimos su belleza con los cánones actuales. El resto de las actrices de la época muda siempre parecen abuelas.


9.- Suzanne Pleshetee en Los Pájaros (1963, Alfred Hitchcock). Tippi Hedren estaba muy guapa y muy elegante en Los Pájaros pero, no sé por qué, a mí me cautivaron los ojazos de Suzanne Plesheete, que eran unos ojazos de mirada enérgica y triste al mismo tiempo.


8.- Gene Tierney en El Fantasma y la Sra. Muir (1947, Joseph L. Mankiewicz). Hay que ser guapa para conseguir enamorar a un fantasma, ¿no?. Gene Tierney: Sin Comentarios.


7.- Alida Valli en El Tercer Hombre (1949, Carol Reed). Qué rostro, madre mía. Qué belleza tan serena y digna.., pobrecita.., condenada a codearse con la inmundicia. El pobre Holly Martins perdió la cabeza y a su mejor amigo por ella. Las cejas más bellas del cine, my friends. Ver llorar a Alida Valli me partió el corazón.


6.- Jennifer O´Neill en Verano del 42 (1971, Robert Mulligan). Hace milenios que no revisito esta película. Ni pienso hacerlo. Me da muchísimo miedo que se me caiga un mito de mi adolescencia. Este mito:


5.- Eleanor Parker en Scaramouche (1952, George Sidney). En Scaramouche sale Stewart Granger en mallas batiéndose con Mel Ferrer en el más estupendo duelo a espada de la Historia del Cine. Una escena espectacular y difícilmente igualable. Así y todo, estos dos galanes no consiguieron eclipsar ante mis ojos a la guapísima Eleanor Parker que competía en belleza, nada más y nada menos que con Janet Leigh. Es uno de los más vívidos recuerdos que conservo de una Primera Sesión de sábado por la tarde.


4.- Valerie French en Jubal (1956, Delmer Daves). Una actriz poco conocida de breve trayectoria artística. En Jubal intentaba ligarse a Glenn Ford. Estaba radiante. Otra morenita de pelo corto. Me gustó tantísimo la primera vez que la vi, que se merece un vídeo. No se lo pierdan.


3.- Catherine Deneuve en Los Paraguas de Cherburgo (1964, Jacques Demy). ¿Ha existido en el cine algo tan hermoso como Catherine Deneuve a los 20 años?. Pues sí: Catherine Deneuve a los 30, a los 40, a los 50, a los 60...


2.- Olivia Newton John en Grease (1977, Randal Kleiser). Topicazo 2. Así son las cosas y así tenemos que contarlas. Sandy.., ¡oh Sandy!. ONJ fue el mito no erótico, sino romántico, de muchos muchachotes de mi generación. No creo que necesiten que les explique el por qué. Era la niñita buena y virginal que podía consequir que los tipos macarras volvieran por el buen camino. Adorable.


1.- Grace Kelly en Solo ante el Peligro (1952, Fred Zinemman). Bueno. La Novia más guapa de la Historia del Cine. Mantenía la compostura ante la desafiante mirada de Katy Jurado y volvía a tiempo para ayudar a su marido a acabar con los pistoleros que le acosaban. Con dos cojones. Indiscutible número 1.


lunes, 22 de octubre de 2012

Cine negro-negro posmoderno: Brick (2005, Rian Johnson).

Uno de los géneros que, en su estado puro, prácticamente ha desaparecido de nuestras carteleras pero cuyos códigos encontramos, de vez en cuando, diluidos en alguna de las majaderías que se estrenan en los cines año tras año, es el glorioso Cine Negro o film noir que, junto con el Western, el cine de Gangsters y el Musical, conforma el grupo de las cuatro grandes aportaciones a la Historia del Cine que hizo el Hollywood del siglo XX: el cine 100% norteamericano.

Para saber qué es el cine negro pueden buscar el asunto en la wikipedia o pueden ver la película El Halcón Maltés (John Huston, 1941).  Yo haría esto último y así entenderán las claves de un género que vivió su edad dorada durante las décadas de los años 40 y 50 (amén de varias resurrecciones sobresalientes como Chinatown,  L.A. Confidencial, etc).

Por mucho que los nihilistas no fueran del agrado de Lebowski (protagonista también una magistral comedia film-noir), la verdad es que sin nihilismo desencantado, ética veleta, antihéroes, dinero sucio, perdedores, vamps y  un final que no suele satisfacer a ninguno de los personajes de la historia, no hay cine negro. 

Todos esos elementos los podréis encontrar en Brick, el debut cinematográfico del director estadounidense Rian Johnson (quien vuelve ahora a estar en el candelero por un tostón muy gordo: Looper)Brick triunfó en el Festival de Sundance de 2005 pero yo me decidí a verla en su día porque tenía un cartel hermosísimo:


Brendan (Joseph Gordon-Levitt) es un inteligente estudiante de una high school de California. Es inteligente, sí, pero también huraño y un pelín sociópata (todo hay que decirlo). Tras varios meses sin saber nada de Emily, su ex novia, recibe repentinamente una enigmática llamada. Emily le cuenta una rocambolesca historia. Ella está en problemas y le pide ayuda. La comunicación se corta. El  joven comienza a investigar el paradero de su ex. Dos días después, encuentra el hermoso cuerpo sin vida de Emily en un túnel de drenaje. A lo lejos se escucha el ruido de unos pasos alejándose...


Con este clásico planteamiento se tensiona la trama de Brick, una historia que sigue a rajatabla todos los patrones conocidos del film-noir y por la que desfilan todos los arquetípicos personajes de este género. Este homenaje del realizador Rian Johnson a los detectives Hammett, Chandler o Ellroy es, afortunadamente, algo más de lo que estéticamente aparenta: un ejercicio de estilo. Y pese a que existe una cierta precipitación en el transcurso de la acción en algunos momentos y un exceso de información verborreica en otros (con lo que, si no estás atento, puedes correr el peligro de perder el hilo de la historia), el espectador no tiene nada de qué preocuparse porque, ¡como no podía ser de otra manera!, en un monólogo final el bueno le cuenta al malo todo lo que, en realidad, ha sucedido alrededor de la muerte de Emily.

Como habrán podido adivinar, el toque posmoderno de Rian Johnson consiste en ambientar la acción en un instituto de secundaria con protagonistas adolescentes (a mí me parece bastante original).

Joseph Gordon-Levitt puede estar orgulloso de haber defendido con solvencia su papel y convertirse así en un, quizás modesto pero digno, seguidor del camino que comenzó el detective privado Sam Spader aquella mañana de 1930 cuando contemplaba, a través de su ventana, la hermosísima ciudad de San Francisco...

sábado, 20 de octubre de 2012

Quemando discos (10 de 10). Un Meme de 10 días.

Showbiz. 1999, Muse

Sí, amiguitos, sí. Cuando ni vosotros ni casi nadie en España sabiáis / sabían quién eran los Muse yo ya los escuchaba.  No pasa nada. Cada uno a su velocidad. Ahora bien, los conocía de puta chorra porque yo no soy, para nada, un experto en eso del rock alternativo pero lo que sí soy es un experto en rodearme de expertos. Hace una década, los Muse eran la hostia. Ahora que los conoce todo el mundo y venden mucho, resulta que son muy malos y muy comerciales. Hala pues. Ya viví lo mismo con los Depeche Mode y su 101. Pronostico que Showbiz pasará a la Historia de la música popular como uno de los discos más importantes de comienzos del XXI. Total, si me equivoco, tampoco pasa nada. 

viernes, 19 de octubre de 2012

Quemando discos (9 de 10). Un Meme de 10 días.

Cole Español + A mis Amigos + More Cole Español. 1958, 1959 y 1962, Nat King Cole

Antes de conocer a Wong Kar-Wai yo ya conocía a mi padre, que era un gran fan de estos tres discazos en cuya portada aparecía el mejor crooner ever con un sombrero chulísimo. Total, que tiene bemoles que nadie haya cantado la música tradicional hispanoamericana tan bien como este negro de Alabama que no sabía ni una palabra de español. "Mis lágrimas son perlas que caen al mar".

 

jueves, 18 de octubre de 2012

Quemando discos (8 de 10). Un Meme de 10 días.

Los Grandes Éxitos en Español. 1999, Cypress Hill. 

Es el mejor disco de autocovers de todos los tiempos. Aunque en este caso lo del loscover no consistiera en otra cosa que la traducción al español de sus letras. 

Cypress Hill son los putos amos. 

miércoles, 17 de octubre de 2012

Quemando discos (7 de 10). Un Meme de 10 días.

Mi Tierra. 1993, Gloria Estefan

No se descojonen, que es un disco muy bueno con una producción y unos músicos excepcionales. Vale que la afición nació de la machaconería con que sonaba en el garito en el que yo trabajaba, pero es un origen tan digno como otro cualquiera. En 1993, yo estaba revolucionado perdido y escuchaba música rarísima. Mi Tierra fue un oasis de paz comercial en medio de mis ínfulas de joven modernete. Lo escuchaba en la clandestinidad, claro, no fuera que mis amigotes se pensaran que me estaba amarijuanando. La personalidad se construye paso a paso, sin prisas.

martes, 16 de octubre de 2012

Quemando discos (6 de 10). Un Meme de 10 días.

Saca la Lengua, 1988. Los Ronaldos

Saca la Lengua puede que sea el disco que más veces he podido escuchar de cabo a rabo. Desde las primeras notas de El Gurú hasta las últimas de Saca la Lengua para Bailar, los trece temas parecen uno solo que fluye casi ininterrumpidamente. Creo que es el disco más coherente de todo el rock comercial español. Putos veranos urbanos...

lunes, 15 de octubre de 2012

Quemando discos (5 de 10). Un Meme de 10 días.

Forever Changes. 1967, Love

Llegué al disco atraído por Alone Again Or, una de mis canciones favoritísimas, esperando encontrarme un montón de temas parecidos. Pero no. Casi mejor porque en la variedad está el gusto. Dicen que es uno de los mejores discos de todos los tiempos. Sigo poniéndolo en el coche bastante a menudo. The Red Telephone, una de las más sicotrópicas canciones ever. Atentos a la letra. Mi mujer me dice que no me pega nada...

domingo, 14 de octubre de 2012

Quemando discos (4 de 10). Un Meme de 10 días.

Blood Sugar Sex Magik. 1991, Red Hot Chili Peppers

Una de mis grandísimas revelaciones musicales. Resulta que detrás de las archiconocidas "Give it Away" y "Under the Bridge" había un montón de vida inteligente. Sentimos mucho la muerte del guitarrista Hillel Slovak, pero las guitarras de Frusciante son inigualables. Todos quisimos ser el puto Sir Psycho Sexy, a freak of nature...  

sábado, 13 de octubre de 2012

Quemando discos (3 de 10). Un Meme de 10 días.

Music for the Masses. 1987, Depeche Mode. ¡¡¡Feliz 25 Aniversario!!!. 

Jajaja, joder, qué mongolos somos de críos... Recuerdo que durante el "previo" a las salidas del fin de semana, los colegas y  yo nos calentábamos los ánimos con esta canción de Mussic for the Masses, Pimpf :


Chorradas aparte, Music for the Masses es, posiblemente, el disco más redondo de pop electrónico jamás creado por ser humano antropomorfo. Gloria eterna a Martin Gore.
Never Let Me Down, un himno de camadería y mi videoclip favorito ever.

viernes, 12 de octubre de 2012

Quemando discos (2 de 10). Un Meme de 10 días.

La Ley del Desierto, La Ley del Mar + De un País en Llamas +  La Canción de Juan Perro. 1984, 1985, 1987, Radio Futura

Estos tres discos de Radio Futura son, con muchíiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiisima diferencia, mis discos más quemados. De entre ellos no sabría decir cuál es el que más intensamente machaqué. Puede que fuera La Ley... Una de las grandes canciones de mis borracheras era La Secta del Mar.

jueves, 11 de octubre de 2012

Quemando discos (1 de 10). Un Meme de 10 días

Copio y pego el planteamiento de este post de PEPE CAHIERS del blog La Guarida del Eremita:

"A lo largo de nuestra vida nos vamos empapando de muchas cosas y, al final, somos el resultado de la experiencia vivida. En este caso de la experiencia escuchada. La música es algo esencial en lo cotidiano, forma ya parte inseparable de la rutina y, a cada uno, le ha marcado un determinado sonido, una melodía o una letra que le quedó grabado de forma permanente. Supongo que todos tenemos un recorrido musical, un poso en el que hemos ido creciendo, una base con la poder evolucionar. Sobre gustos ya saben lo que dicen y, en ese sentido, nuestras preferencia musicales son algo tan particular que cualquier música tiene que ser respetada como un opción libre y personal. Estoy seguro de que cada uno de ustedes tiene una lista de discos que han quemado hasta la extenuación, que nos les ha pesado escuchar una y otra vez. Algunas de esas propuestas, machacadas de forma insistente, ya no nos seducen lo que antaño y han sido superadas, aunque siempre quedaran como parte inherente de nuestra educación sentimental y otras siempre han permanecido como el sonido que nos produce un particular e intransferible placer. Al fin y al cabo, ¿quién no se ha mortificado alguna noche, escuchando una canción triste, después de un desengaño amoroso?. No tienen que ser a la fuerza discos míticos, ni tan siquiera los mejores de sus autores, pero, por razones íntimas, nos pertenecen para siempre. Estos son algunos de mis discos quemados que, poco, nada o mucho, coincidirán con los de cada uno de ustedes." 

Hala pues, que voy con mi selección (no incluyo ninguno de Música Clásica). Aprovechando que me voy a tomar unos días de vacaciones, les voy a dejar una entradita cada día de la semana con su cancioncita correspondiente.

Comienzo con el más extravagante disco de mi selección: Hooked on Classics, 1981. Louis Clark and the Royal Philarmonic Orchestra. Louis Clark era el Luis Cobos británico (en realidad es al revés). Hooked on Classics era una didáctica trilogía de discos compuesta por un montón de pupurrís de música clásica arreglada para la ocasión por Mr. Clark que utilizaba como amalgama una caja de ritmos y un bajo eléctrico. Esto puede parecer una aberración para cualquier melómano de bien, pero hay que reconocer que como instrumento de iniciación para un niño, el experimento puede funcionar. En mi caso lo hizo.

Uno de los discos más quemados por mi pequeñita persona fue éste:


Nos vemos en 10 días. Me voy a Madriz a un entierro; el entierro de Mondo Mierda. No se pierdan las siguientes 10 entradas que no son nada del otro mundo pero que incluyen 10 buenas canciones. Les leeré vía smartphone si mi santa me lo permite...

martes, 9 de octubre de 2012

Mátalos Suavemente (Andrew Dominik, 2012). Blablablablabla, ¡¡¡BANG-BANG!!!, Blablablablabla.

Madre mía, ¡¡¡qué guapo está Brad Pitt en esta peli!!!...


... y qué vozarrón (en la versión original). Pero es que, además, Mátalos Suavemente resulta que es una película buena, muy buena. Toma ya.

La sombra de Pulp Fiction es alargada. Y está bien que así sea porque Pulp Fiction es, a su vez, un frondoso y hermoso bosque lleno de sombras alargadas de otros tantos y tantos árboles de otros tantos y tantos bosques noirs que son, por definición, lugares llenos de sombras y de gánsteres.

El director Andrew Dominik se ha dado un paseíto por el inframundo de los bajos fondos de los USA para mostrarnos, cual guía de zoo, los usos y costumbres de algunas de las bestias, más o menos representativas, de la marginalidad gangsteril de los suburbios norteamericanos. Continúa así con su particular paseo revisionista por los géneros USA: primero fue el western en El Asesinato de Jesse James por el cobarde Robert Ford (que tenía un título tan pretencioso como su contenido) y ahora parafrasea el clásico de Roberta Flack con su Mátalos Suavemente, una excelente película de gánsteres.


El planteamiento es clásico: tres delicuentes de poca monta y de pocas luces roban mucho dinero a unos tipos a los que no les gusta que les roben. La mala noticia para los tres pringados es que esos tipos a los que han robado sí tienen luces. Y dinero, mucho dinero. Así que esos tipos contratan a un killer llamado Jackie Coogan (Brad Pitt), que tiene la cabeza y las manos bien armadas, para que les ajuste las cuentas a estos tres losers y, de paso, para que ajuste las cuentas de sus balances financieros, o sea las cuentas de los winners = los tipos que mueven los hilos.

Y es que el Crimen es un Negocio que funciona como una gran empresa (familiar o no, como ya nos enseñó El Padrino) en la que, como en todas las empresas, los white collars dan las órdenes y los blue collars se manchan las manos para ejecutarlas. Esta es una película de blue collars. Esto no es El Padrino ni Goodfellas. En esta película se sacrifica a un señor inocente para ¡¡¡recuperar la confianza de los mercados!!!. ¿Les suena?, ¿se imaginan ahora por dónde van las intenciones metafóricas del guión?.


Mátalos Suavemente es una película de gángsteres que viene con crítica incluida a la sociedad capitalista cuyos métodos parecen presentar inquietantes similitudes a los de la sociedad del crimen (¿o es al revés?). Pero tengo que confesar que este nivel de lectura de la historia de la película me importó un comino porque me gustan las historias de gánsteres a palo seco. 

Con sus conversaciones intrascendentes, sus tragicómicos planes disparatados condenados al fracaso, su realidad distorsionada, sus yonkis, sus putas, sus ajustes de cuentas, sus tugurios, sus sórdidas callejuelas y sus pistolas. Hay un poco de todo esto en Mátalos Suavemente, pero lo encontrarán diluído entre diálogo y diálogo y más diálogo y más diálogo. Me gustan los diálogos. Me gustan los personajes que remueven esa escoria parlanchina con amarga lucidez para que nos llegue, de vez en cuando, algo de su fétido perfume. Me gustan los personajes cínicos, como el de Brad Pitt, que sufren de desencanto crónico. Por todo esto, me gusta mucho Kill Them Softly. 

Andrew Dominik ya demostró con El Asesinato de... que era un estilista del cine y que el esquema básico de sus películas seguía el patrón que resumida y acertadamente expresó mi esposa al finalizar Mátalos Suavemente: Blablabla - ¡¡¡BANG-BANG!!! - Blablabla. 

Andrew Dominik estiliza las interminables conversaciones de los protagonistas y también su violencia. A las primeras las viste con la primitiva retórica del filósofo marginal y tabernario, y a la segunda la arropa con delicados slow motions, beautiful songs, armoniosas salpicaduras de sangre hecha con FX, puñetazos hiperrealistas, cañones hiperrecortados (el que haya visto la peli sabrá de qué hablo) y sonoros "bang-bangs". Todo fluye en Kill Them Softly. Pausadamente, pero fluye, para mí, de manera hermosa.

Mi señora declaró que, de no ser por la presencia Brad Pitt, se hubiera cortado las venas. 

lunes, 8 de octubre de 2012

Adiós Mister Boss.

Bueno... Resulta que yo llevo 10 años trabajando en una fábrica que fabrica. Somos muy consecuentes con nuestros principios fundacionales. Fabricamos unas cosas que sirven para arreglar los motores de los coches cuando éstos se rompen, algo que, afortunadamente para mí, sucede a menudo en todas las partes del mundo. Fabricamos unas cosas muy feas pero muy útiles, como los espantapájaros.

- Hola amigos, me llamo MrLombreeze y soy administrativo. 
- ¡¡¡Hola MrLombreeze!!! 

Yo soy un administrativo ex camarero, que es algo así como ser una bestia circo: se intuye un pasado muy excitante pero un presente algo monótono aunque bienalimentado. Sentado en mi desk, giro mi cabeza hacia la derecha y veo una autopista que es la misma que me lleva a la playa en verano. Y también veo árboles de color tierra porque en los polígonos industriales el color verde está prohibido excepto a los fabricantes de blandiblú. Si giro mi cabeza hacia la izquierda veo a mis compañeros de planta manejando unas máquinas pesadas y feas que yo también manipulé durante 18 meses en una especie de contrato de permanencia que me hizo firmar mi bocadillo diario del descanso de merienda proletaria. Los blue collars me miran con desprecio disimulado porque soy oficinista, o sea, porque gano un poco más que que ellos, sé inglés, ofimática y llevo camisas cutres de Zara en lugar de un polo azul marino con el logotipo de nuestra multicultural y multirracial multinacional. Y ya vale de datos autobiográficos.

Resulta que el otro día despidieron a mi jefe. Es el primer despido de una planta en la que trabajamos más de 250 personas. O sea, pecata minuta en los tiempos que corren. Pero a mí los tiempos que corren me la sudan cuando despiden a un amigo mío. Y resulta que este jefe, mi jefe, es también amigo mío porque era un jefe trabajador e inteligente. Y era gracioso y pagaba siempre los cafés. Qué coño, era el jefe perfecto. De los que te sacan la cara cuando los jefazos se vuelven locos porque los resultados no respaldan sus decisiones y quieren hacerte pagar los platos rotos. Y mi jefe peleaba con ellos. Y así le ha ido. Y yo lo siento. Y tengo que decirlo.

Mi ahora ex jefe no lee mi blog ni hace ni puñetero caso de las recomendaciones de cine que le hago. Hace unos pocos días le hablé de De Bon Matin, que es una película francesa protagonizada por un directivo degradado por cuestiones que poco tienen que ver con sus capacidades y mucho que ver con su integridad profesional. Y cuando llega el día en el que este tipo se harta de hacer dibujitos durante 8 horas, coge una pistola y les mete cuatro tiros a todos los hijosdeputa arribistas y bisoños que le han jodido la vida.

Hey Boss, ya sé que no lees mi blog, que no eres un cinéfilo, pero mira lo que te digo: "Mr. Boss, ha sido un placer caminar 10 años de mi vida a su lado". Ahora te lo curras en la wikipedia y me averiguas qué película estoy parafraseando.

También sé que te gusta mucho Melendi y a mí me gustaría cerrar este post homenaje con una canción suya. Pero oye, macho, pides demasiado. Tampoco te quiero tanto. Tendrás que conformarte con esto. Ya sabes, nuestra canción:

miércoles, 3 de octubre de 2012

El Fuego y la Palabra (1960, Richard Brooks). Todo Circo necesita un Payaso.

Creo que lo he dicho ya muchas veces pero lo repito: mi mayor temor político es la teocratización de las democracias. Y lo que más vértigo me produce es la idea de que esto suceda en la democracia de democracias; los USA, un país admirable en muchos aspectos pero que sufre dos cánceres muy peligrosos y de difícil curación: las armas y los evangelistas. Un cóctel explosivo. Por eso, me cago en los pantalones sólo de pensar que Mitt Romney, el candidato republicano a la presidencia (mormón), pueda ganar las próximas elecciones. Este señor cree en un montón de supersticiones ridículas la más inocente de las cuales es la de que Jesucristo visitó los USA...


Cristianos y musulmanes comparten el precepto de la evangelización de sus respectivos credos, algo que, afortunadamente, no practican los judíos. Lo peligroso de la labor evangelizadora es la facilidad con la que se pervierte en cruzada moralista. No deja de ser irónico el que los creyentes en el Más Allá estén siempre preocupados por asuntos que son muy del Más Acá y que casi siempre tienen que ver con cuestiones genitales o viscerales. Y de irónico pasa peligroso cuando el castigo que quieren imponerte por tus "vicios" tenga que cumplirse en cárceles con barrotes además de los tormentos que prometen sus flamígeros infiernos sulfatados.

El Cine made in USA comparte mi temor, por eso no se cansan de denunciar y de exponer públicamente las miserias de los evangelistas tarados ya sea tácitamente (como cuando se descojonan de esas emisoras de radio apocalípticas que florecen como setas en la américa profunda) o se deciden a morder con valentía en la yugular del problema como hace, magistralmente, la película de Richard Brooks que hoy recomendamos: El Fuego y la Palabra (1960).

El Fuego y la Palabra nos cuenta un episodio de la vida de Elmer Gantry (Burt Lancaster, ganador del Oscar por este papel), un carismático, atractivo, bebedor, pichabrava, picarón y oportunista vendedor del Medio Oeste norteamericano que, durante los años 20 (los de la Ley Seca), ve la oportunidad de su vida cuando asiste a un espéctaculo rural de evangelización de la autoproclamada "hermana" Sharon Falconer (Jean Simmons), una honesta cristiana de fe sincera que considera que su misión vital es convertir a paletos al cristianismo. Elmer Gantry se da cuenta de que las técnicas de marketing que él conoce bien son las que necesitan estos predicadores para amplificar su mensaje. Y quién mejor que él para personificar esa nueva orientación evangélica que parece ir más acorde con los nuevos tiempos...


El guión está basado en la novela Elmer Gantry (1927) del premio Nobel norteamericano Sinclair Lewis (1885-1951), una novela que, al igual que la película, arremete no tanto contra las Iglesias cristianas norteamericanas como contra la hipocresía de muchos predicadores oportunistas y, en consecuencia, de sus estúpidos seguidores incapaces de levantarse y replicar "¿pero qué cojones le importa a Dios lo que hago con mi p***a?". Respecto al guión de El Fuego y la Palabra hay que decir una cosa: los diálogos no tienen desperdicio; es una película que podría disfrutarse con los ojos cerrados. 

Todos los moralistas que aparecen en Elmer Gantry solamente tienen una preocupación: aparentar que son buenos cristianos y conseguir que todo el mundo aparente lo mismo. Son unos elementos peligrosísimos porque legitiman sus delirios recurriendo siempre al comodín de Jesucristo, el Hijo de Dios, el judío barbudo que murió en una cruz clavada en el polvoriento y olvidado desierto palestino para salvarnos de nuestros pecados (???).

La Razón la personifica el personaje del escéptico periodista Jim Lefferts del que no voy a hablar mucho para no desvelar detalles de la trama, pero sí quiero apuntar una escena muy significativa; es ésa en la que Elmer Gantry acorrala a Lefferts cuando le pregunta "¿cree usted en la divinidad de Jesucristo?". El mensaje es claro: en una sociedad de tendencias teocráticas es más grave ser ateo que ser un delincuente. 



No se pierdan El Fuego y la Palabra, es una película muy edificante, muy valiente, muy vigente y muy entretenida que les enseñará a huír como de la peste de todo aquél que apostille sus sentencias con la coletilla "con la ayuda de (mi) Dios".

lunes, 1 de octubre de 2012

Música de Cine. Moonrise Kingdom (2012, Wes Anderson). God Save Benjamin Britten.

Benjamin Britten (1913-1976) es una de las (pocas) glorias nacionales de la música clásica británica. Los británicos de bien lo admiran. Yo también. Hace poco, un comentarista y amigo de este blog nos recordaba cómo salía el sol a los ojos de Britten:


Madre mía.... Los afortunados que le han dado al play acaban de escuchar el 1er. Interludio Marino (Amanecer) de su Peter Grimes (1945), una de las más incontestables obras maestras de la ópera del siglo XX. 

El caso es que, no sé por qué, la música de Benjamin Britten suena muchísimo en Moonrise Kingdom, así que nos sirve de excusa perfecta para traer hoy a nuestro blog algunas notas de este maestro.

¿La película?... Bueno, pues es una película de Wes Anderson, o sea.., lo de siempre: un anuncio de compresas en un mundo de colorines habitado por seres oligofrénicos fugados de quiénsabequé institución mental. No me pregunten cómo acaba la historia porque me rajé a mitad del asunto. Esa noche soñé que una bomba nuclear no dejaba bicho vivo en esa isla absurda en la que transcurren los hechos.

Eso sí, el uso diegético y no diegético que hace Wes Anderson de la música de Britten es acertadísimo. Disfruten del 2º movimiento, Playful Pizzicato, de su Sinfonía Simple (1934). No se lo pierdan. Seguro que les sorprende cómo puede llegar a sonar el pizzicato de una orquesta de cuerdas:

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