lunes, 30 de agosto de 2010

El primer Karate Kid es de 1955.

Cuando en un lugar en el que "The rule of law has left the town and the gorillas have taken over" aparece un tipo decidido que dice cosas como éstas: "I was looking for a man named Komoko...", acaban sucediendo cosas como esta otra:

John MacReedy (Spencer Tracy), -cruce entre Cervantes y Karate Kid-, en Conspiración de Silencio (Bad Day at Black Rock, 1955), la estupendísima película de uno de mis directores favoritos: John Sturges.

La primera, que yo recuerde, en la que un aparentemente protohéroe desvalido se ayuda de las artes marciales para combatir a una panda de matones.

Antológica la escena de los créditos iniciales con música del maestro André Previn. Lo mismo que ésta que viene a continuación:

domingo, 29 de agosto de 2010

Las Aventuras de Gottfried Rinkley, el inventor del siglo XX. Capítulo V.

Capítulo V. La infancia de Gottfried Rinkley. Su Primera Comunión.

Cuando Gottfried cumplió los 9 años de edad sintió cómo el peso de la soledad crecía sobre su persona hasta hacerse casi insoportable. Todos sus compañeros de clase estaban preparados para recibir el Sagrado Sacramento de la Primera Comunión, mas Rinkley, al no estar bautizado, no podía aspirar a participar en tan trascendente ceremonia. "¿O sí?", se preguntó un día Gottfried. "Pues no, definitivamente no", le respondió al día siguiente el párroco.

Tras este breve pero intenso intento de escapar de la realidad, Gottfried decidió, a modo de compensación, comprarse la ansiada peluca Bertorelli estilo "infante de prusia" para estrenarla el mismo día de la Comunión de sus compañeros de escuela. Ya había conseguido ahorrar los 5.000 ducados necesarios tras pasear alredor de 1.000 perros cometa.

Cuando llegó al escaparate de la Riewenstrasse, no quiso siquiera mirarlo de soslayo y entró decidido a la tienda al tiempo que clamaba "¡quiero una peluca estilo infante de Prusia!". "Con mucho gusto señor...", respondió el dependiente para inmediatamente proseguir: "... con mucho gusto se la vendería si la tienda de pelucas no hubiera cerrado hace un mes. Esto es ahora una tienda de uniformes militares".

Gottfried sintió como si un rayo le atravesara el pecho a la altura de su pequeño corazón. Borracho de ira y ciego de cólera, o quizás al revés, exclamó: "¡quiero un traje de marinero!". Una respuesta de su subconsciente que amaba, en secreto, la literatura de viajes transoceánicos.
Confuso y algo aturdido por la repentina bancarrota que el desembolso de la compra había causado en su persona, vagó sin rumbo fijo y casualmente acabó a las puertas de la parroquia donde sus compañeros acababan de recibir el Cuerpo de Cristo por primera vez.
Pasó delante de todos, como un fantasma, sin ser consciente de la grata impresión que causó en el ama de llaves de la Condesa de Ossohlstrom quien narró a su señora, deshaciéndose en elogios, cómo había resplandecido por encima de todos los comulgantes, incluso por encima de su propio nieto, un niño tímido de apariencia angelical que había comulgado luciendo un traje blanco de marinerito lo mismo que San Juanito de Aquisgrán antes de ser devorado, a partes iguales, por los caimanes y los cananitas.

La fervorosa narración de Ilsa, que así se llamaba el ama de llaves, conmovió a la Condesa quien impuso la moda a sus nietos el día de su Comunión, con amenaza de desheredarlos si no satisfacían su capricho.
Toda la Corte imitó a la Condesa, famosa por su exquisito gusto a la hora de vestir y, pocas décadas después, se impuso la moda que ha llegado hasta nuestros días.

viernes, 27 de agosto de 2010

Las Canciones que me cantaba Mi Padre. Duelo en el O.K. corral.

Play.

Y que me sigue cantando, porque el hombre continúa entre nosotros, vivito y coleando. Pero es que así, dicho en pretérito, el título queda como más nostálgico, más en plan Antonín Dvorak.
Hoy es el cumpleaños de mi padre y, en su honor, comenzamos un ciclo de entradas titulado: Las Canciones que me cantaba Mi Padre cuando yo era un crío.

Si dicen que somos lo que somos gracias a (o por culpa de) una mezcla de factores genéticos y ambientales, las canciones que te cantan los padres y las madres son entonces uno de los factores que mejor sintetizan estos dos influencias.
Yo, como hijo, puedo ser más que decepcionante, pero, ¡qué narices!, agradecido soy muchísimo. Así que una hermosa muestra de agradecimiento hacia mis progenitores es mostrarles, de vez en cuando, cuanto han influido en mis neuronas sus canciones favoritas.
Sea.

Panda de tipos acojonantes donde las haya.

Gunfight at the O.K. corral es una canción compuesta en 1957 por el maestro Dmitri Tiomkin para una obra maestra del cine dirigida por el gran-gran-gran-gran John Sturges: Duelo de titanes, en la que es la mejor versión del famoso duelo mil veces llevado al cine (y que me perdone John Ford). Y me importa un pepino el que de fidelidad histórica vaya más bien justa. Es una de mis películas favoritas. Una de mis imprescindibles y una de las más emocionantes historias de amistad que he visto jamás en una pantalla.
Para rematar el asunto, los protagonistas son Burt Lancaster (Wyatt Earp) y Kirk Douglas (Doc Holiday), o sea, el novamás en lo que a actorazos se refiere.

"¿Qué has dicho de nuestro padre, subnormal?". Típica alucinación colectiva de Mr.Mierdas y Mr.Lombreeze cuando abusan de los brandy alexander.

La canción es otra estupenda colaboración entre el maestro Tiomkin y el letrista Ned Washington (ya hablamos de wild is the wind aquí), que en la película cantó Frankie Laine y cuya letra tiene la peculiaridad de ir anticipando la acción que va a acontecer. Algo parecido a lo que hizo Ned Washington para 3:10 to Yuma (nuestra reseña de esa otra obra maestra aquí), colaborando entonces con el compositor George Duning.

Os dejo ahora, para los que se hayan quedado con ganas de más, con esta estupenda y larga versión que he encontrado en youtube que, si bien no cuenta con la voz de Frankie Laine, es fiel a la orquestación original de Tiomkin que se puede escuchar en la película y tiene una duración que nos permite disfrutar de toda la maestría de uno de los grandes compositores de bandas sonoras de la Historia del Cine.


martes, 24 de agosto de 2010

Grandes Romances de la Historia: Bastard and Bastarder. (Stalin loves Hitler).

Love is in the air.

1939 - 1941, dos maravillosos años de amor durante los que los comunistas de los países atacados por la Alemania nazi no colaboraron con las fuerzas de resistencia de las democracias europeas en su lucha contra el fascismo. La razón: su líder, el padre Stalin, era aliado de Adolf Hitler y se había repartido Polonia con el Fürher, que era bastante fascista. Total, por 70.000 polacos muertos tampoco había que poner el grito en el cielo que seguro que eran todos católicos y beatos.

El 1 de Mayo de 1940 tuvieron lugar muchos incidentes en las fábricas francesas perpretados por comunistas se oponían a la guerra contra Alemania. Diez días después comenzaría la Batalla de Francia que mataría a 100.000 franceses.

Y qué hermosura el contemplar a los dirigentes militares nazis asistir, como invitados de honor, al desfile del 1º de Mayo de 1941 en la Plaza Roja de Moscú.

Mirad qué uniformes más bonitos lucían los boches para impresionar a sus hermanos ruskies. Yo es que con estas cosas me emociono. No lo puedo evitar.
Pero el amor se rompió el mismo día que lo hizo el esfínter anal de Stalin cuando Alemania invadió la URSS una madrugada con viento de Levante.

"Jesucristo fue el primer comunista", me dijo una vez un oligofrénico.

Todavía hoy, 70 años después, nosotros, los demócratas convencidos, los que nos aguantamos cuatro años cuando no gobierna el que nos gusta, tenemos que soportar de vez en cuando que comunistas nostálgico - paranoicos nos llamen fascitas porque no nos tragamos lo de la dictadura del proletariado y las historietas de libertadores bananeros.

Anda, ¡un neonazi peruano!

También soportamos estoicamente que los nostálgico - demente fascistas nos llamen rojos porque no vamos a misa o porque dejamos que las mujeres no planchen si no quieren o que aborten si quieren. Cosas de chiflados totalitarios. Papistas seguidores de mesías toca pelotas y analfabetos.

Por favor, tarados y fantoches del siglo XXI, no ensuciéis la memoria de los auténticos fascistas y comunistas europeos calificando tan a ligera de fascista o comunista al primero que os lleva la contraria o que no piensa como vosotros.

Aquellos hombres y mujeres del siglo pasado tuvieron, al menos, los cojones de ir orgullosos a dejarse matar por sus ideales.


lunes, 23 de agosto de 2010

Concurso de Cine. Fotogramas Bizarros (1).

Después de la resaca dominical del juego de Crowley llega el...

¡Concurso Gusano!: los fotogramas más bizarros del cine.
Sin premios, sin puntos, sin pistas, sin hostias. A palo seco.

Venga, empezamos con uno fácil. Atención, pregunta: ¿Qué película contiene un fotograma tan bizarro como éste?.

domingo, 22 de agosto de 2010

Las Aventuras de Gottfried Rinkley, el inventor del siglo XX. Capítulo IV

Capítulo IV. La infancia de Gottfried Rinkley. El vuelo de cometa estilo Rinkley.

Según Nuño Álvarez de Arístegui, biógrafo oficial de Gottfried Rinkley, el pasatiempo favorito de nuestro protagonista durante su infancia fue el vuelo de cometas. Una afición que, si bien no continuó en sus años mozos, tuvo una vital importancia en el desarrollo del temperamento y, por ende, de los sucesos que en el futuro acontecerían al Gottfried adulto.

A los 7 años Gottfried sentíase frustrado por su miserable peluca confeccionada de pelarzas de cebolla. Peluca que remendaba con amor su querida madre. Gottfried Rinkley pasaba las horas muertas de su escaso tiempo libre frente al escaparate de la tienda de pelucas de Riewenstrasse, "Pelucas Bertorelli". Su sueño era colocar sobre su calva cabezota una peluca estilo "infante de Prusia" que lucía en todo su esplendor en la esquina derecha de dicho escaparate. Pero un muro de 5.000 ducados separaba a Rinkley de sus ensoñaciones.
Decidióse entonces a buscar un trabajo complementario al de sepulturero.

La ocasión de un dinero extra se le presentó de manos del Archiduque de Lowesville, quien demandaba un joven que sacara a pasear sus perros. Recibió a Gottfried, en el palacio del archiduque, el chamberlain mayor, quien explicó a Gottfried que si bien su amo, el archiduque, odiaba a los perros, adoraba sacarlos a pasear, mas no tenía tiempo para ello y necesitaba un lacayo que cumpliese con esa misión.
"Y bien, ¿dónde están los perros?", "No hay perros, ¿no os acabo de decir que los odia?. Seguidme". Y condujo a Gottfried a un edificio anexo al principal. "Aquí tenéis todo lo que os puedo proveer para pasear perros. Buena suerte.".

Gottfried se encontró ante un desordenado montón de enseres inútiles, viejas telas y maderas carcomidas. Usando su ingenio, recordó el antiguo pasatiempo chino del vuelo de cometas y no se lo pensó dos veces. Recortó las siluetas de varias razas perrunas y salió a hacerlas volar aquella misma tarde. Fue entonces cuando se dio cuenta del inmenso placer que ese pasatiempo le ofrecía.

En su primer paseo se cruzó inesperadamente con el Archiduque de Lowesville quien le preguntó: "Joven muchacho, ¿se puede saber qué estáis haciendo?". "Pasear vuestros perros sire" contestó Rinkley. Una sonrisa de satisfacción asomó en el rostro del viejo Archiduque quien arrojó sobre el de Gottfried una moneda de 5 ducados de plata abriendo, en la ceja del joven, una herida que inmediatamente sangró de manera aparatosa. "Ja ja ja", rió Lowesville, "esta juventud...". Y encargó a su chamberlain mayor que pagara con 5 ducados de plata cada paseo canino de Gottfried.
Cuando éste se lo comunicó a Rinkley, el joven respondió: "¿os importaría entregarme la paga en mano?, los honorarios del médico que me cosió la brecha de mi ceja ascendieron a 25 ducados.".

El archiduque fue la envidia de todos sus vecinos quienes no tardaron en imitarle y contratar lacayos paseaperros. Este hecho fue decisivo para la popularización de las cometas en Europa central. Es por ello que hoy existe una modalidad de competición de vuelo de cometa bautizada como "vuelo al estilo Rinkley" o "doggy style".

sábado, 21 de agosto de 2010

Minutos musicales. Antonio Bribiesca.

Antonio Bribiesca, el mejor guitarrista de corridos y rancheras de México. Mil veces imitado. Muchas de ellas en infinitud de esos westerns de Hollywood de los años 50 y 60.

Ésos que tanto nos gustan.

viernes, 20 de agosto de 2010

Hace mucho, mucho tiempo... Rafael López Espí.

No en una galaxia muy lejana, no. Fue aquí en la piel de toro, en España, que sucedió que una editorial se nutría de material de fuera, (Inglaterra en un principio), para así ganar mucha más pasta y no pagar a artistas españoles. Se llamaba “Ediciones Vértice”, y hacía nuevas portadas a los cómics que publicaba para así no tener que retocarlas, que lo del Photoshop no se llevaba por aquel entonces.
Un artista como la copa de un pino destacó sobremanera en esa labor: Rafael López Espí.

No fue el primero en trabajar en Vértice, (ni mucho menos el único), pero para cuando se consiguieron los derechos de la Marvel, fue él el encargado de interpretar las portadas originales para el mercado español.

Rafael lo pasó en sus inicios bastante mal, y como en las pelis antiguas, -en las que el jefe es un explotador y un miserable rácano-, así le ocurrió con Joseph Toutain, que le acusó de que no servir como creador original y le estafaba con cada plancha y dibujo que le entregaba para la famosa colección de “Selecciones Ilustradas”. Robándole Toutain incluso más margen de beneficio que lo que recibía Rafael.

Pero todo eso cambió cuando conoció a Enric Torres, famoso por sus portadas, quien le enseñó el uso del color.

¿A que viene esto amiguitos?. Pues a que en Zaragoza desde el pasado 30 de Junio al 25 de Julio, en el palacio de Montemuzo, hubo una exposición de Rafael, dando un repaso a su trayectoria artística, (cómics románticos, de aventuras, infantil, biografías...), para mostrarnos cómo es un genio de la ilustracción, (portadas de novelas bélicas, terror, westerns, carátulas de películas, videojuegos...).

Me hubiera gustado poder avisaros antes, pero fue del todo imposible. Eso sí, yo estuve por ahí dándome un paseo. Y pude ver muchos originales y apreciar los trazos de sus pinturas. La verdad es que me quede muy asombrado aunque, sorprendentemente para mí, no vi a mucha gente visitando la exposición (hacía muchísimo calor ese día...).

Aquí podréis ver una magnifica web que tiene club de fans y todos. Venga, daros una vuelta por ella y recordad con añoranza los cómics que destrozamos de críos.

Un saludo gusano.

martes, 17 de agosto de 2010

Mis antihéroes favoritos. Remy Bressant (1948 - 2007).

"Kids forgive. Kids don't judge. Kids turn the other cheek".

Remy Bressant.

¿Cuántas películas habré visto en mi vida?, ¿3.000?, ¿4.000?, ¿5.000?, yo qué sé.., ¡un montón!. Pues una de mis favoritas es, sin lugar a dudas, la estupendísima ópera prima de Ben Affleck de 2007 Adiós pequeña, adiós. Este precedente me obligará a ver su nuevo proyecto, The Town, en cuanto llegue a nuestras carteleras o en cuanto fluya por nuestros torrentes.

Todo funciona perfectamente en Adiós pequeña, adiós. Desde el arranque inicial en el que, en unos pocos minutos y unas pocas escenas, se denuncian y se destapan, -explícita o tácitamente-, unos cuantos males de la sociedad americana, (y, por simpatía, de la nuestra), pasando por el brillante planteamiento clásico de cine negro de esos detectives que tiran demasiado del hilo de la madeja de algunos asuntos en los que no deberían haber metido las narices, seguido de las verosímiles interpretaciones de todos sus actores, (especialmente de los secundarios, los anónimos y los de lujo), más los giros que presenta la trama.

Pero, por encima de todo, el desencantado final que comparte gloria con los de algunas míticas películas como Sed de Mal o El Tercer Hombre. Un final en el que nos enteramos que la muñeca se llama Annabelle y que seguro que hubiera sido del agrado del maestro Graham Greene, (recordemos que la película está basada en la novela homónima del escritor bostoniano descendiente de irlandeses, Dennis Lehane, autor también de Mystic River y Shutter Island y otro escritor amante de dilemas morales de tufo católico).

En fin, una maravilla del Cine, una obra maestra que incluye dentro del marco del mensaje que transpira todo el metraje, (un grito contra las agresiones y barbaridades hacia uno de los grupos de nuestra sociedad más indefenso: los niños), escenas tan tremendas como ésta (a partir de aquí spoilers en el post) que nos plantea el, para algunos, dilema moral clásico de la literatura de detectives: ¿la Bestia debe morir?.


Hoy queremos recordar y homenajear a Remy Bressant, (Ed Harris), un policía que, asqueado de combatir durante años contra toda la escoria del inframundo occidental, termina por confundir qué está Bien y qué está Mal. O eso queremos creer, o eso cree al menos el protagonista de la historia, el barbilampiño investigador Patrick Kenzie (Cassey Affleck).

Remy, eres cojonudo.

Remy Bressant, tras muchos años dedicado a la lucha contra el reverso tenebroso de lo humano, muere en un tugurio abatido por los disparos de un camarero. Sus últimas palabras son "I love children" y es enterrado con deshonor, con tristeza y casi en la más absoluta soledad. Este personaje y su triste e inmerecida muerte me conmovieron profundamente.

Así que, va por ti Remy Bressant, natural de Louisiana, recoge basura de Boston. Los Gusanos te enterramos con honores y te lloramos junto a tu desconsolada esposa.

Eres uno de nuestros antihéroes de cine favoritos.

lunes, 16 de agosto de 2010

¿Hay alguien ahí?...

... ¿o estáis todos de puente?.
Los que estéis disfrutando de las hermosas y desiertas metróplis españolas que digan Yo!.

Bueno, me voy a preparar un gintonic de Citadelle y Fever Tree, pero con limón. El pepino para las ensaladas y los modelnos.

Y mientras me lo tomo, unos minutos musicales: As Tears Go By, la famosa canción de los Rolling en la estupenda y bossanovísima versión de Nancy Sinatra.

Joder, qué rico está esto, madre mía.

domingo, 15 de agosto de 2010

Las Aventuras de Gottfried Rinkley, el inventor del siglo XX. Capítulo III

Capitulo III. La infancia de Gottfired Rinkley. La norma Rinkley de los cementerios europeos.

Johannes, el sepulturero, era un viejo amigo de Wuttelfraung Rinkley. Todavía tenía fresca en su memoria aquella vez en la que el padre de Gottfried Rinkley le había salvado de una muerte casi segura por aplastamiento bovino durante unas fiestas patronales en la vecina comarca de Pulbergh. Fue por ello que no pudo negarse a la petición que una semana antes le había hecho su amigo Wuttelfraung y se había decidido por emplear al joven Gottfried, de 6 años de edad, como ayudante de sepulturero en el cementerio apostólico de Nuestra Señora de Lavavirghen.

Puede que ahora nos parezca extraño pero, en aquellos días, la regla general entre los sepultureros era enterrar a los difuntos en posición vertical. Aparentemente esta disposición ofrecía la ventaja de ahorrar terreno para el camposanto, pero sobre todo, no contravenía las recomendaciones que las Sagradas Escrituras hacen en el libro del Deuteronomio: "Y dijo Jahvé a Esaú, hijo de Amanit, hijo de Efrén, hijo de Aramat, hijo de Aalon, hijo de Mosel, hijo de Elloth: Construirás un camposanto en mi honor de no más de cuatro codos de largo y no más de 3 codos de ancho" (Deuteronomio 1, 13:15).

El gran inconveniente de este método de enterramiento era que, a mayor profundidad de cavado y según el Principio de Lamarmatt, la fuerza necesaria para remover la tierra aumentaba exponencialmente a razón de 16 kilojulios por centímetro. Este titánico esfuerzo daba como resultado un promedio de vida para un sepulturero de 36 años.

Johannes, que contaba entonces con una edad de 35 años, era un gran amante de la estadística, y estaba convencido de que su fin estaba cerca. Así se lo comentó durante un almuerzo sobre la tumba del Conde de Rottwenterlich al pequeño Gottfried a quien, en pocos meses, había cogido gran afecto. El cariño era mutuo ya que Gottfried Rinkley era propenso a simpatizar con todo ser humano ("síndrome de Rinkley").
Gottfried no pudo dormir aqueña noche y pasó sus insomnes horas pensando en el cercano y triste destino de su mentor Johannes.
A la mañana siguiente comentó a Johannes:

- Maese Johannes, Ud sabe que yo no estoy bautizado.
- Sí, hijo mío. Y es por ello que arderás en el infierno irremediablemente. - le dijó Johannes mientras acariciaba cariñosamente su peluca de cebolla.
- Bueno, sí, gracias. - respondió Gottfried-. He pensado que yo podría cavar las sepulturas en posición horizontal.
- ¿Violar las Sagradas Escrituras?, ¿saltarse el principio de Lamarmatt?.
- ¿Qué tengo que perder?
- Nada, cierto es. Tu alma se consumirá en el fuego eterno igualmente...

Desde entonces Gottfried se encargó de cavar las fosas y Johannes de manipular los cadáveres y los féretros.

La noticia corrió rápido por la comarca, luego por el país y finalmente por toda centroeuropa y los países mediterrános. Un siglo más tarde todos los ayuntamientos aplicaban la "norma Rinkley para los cementerios" por la que solamente los no bautizados podían optar al trabajo de sepulturero.
Así fue hasta finales del siglo XIX, concretamente hasta el 22 de Marzo de 1899, fecha de la Revolución de los Marmoleros. Pero ésa es otra historia...

P. S. Johaness murió a los 103 años de edad y fue enterrado horizontalmente.

viernes, 13 de agosto de 2010

martes, 10 de agosto de 2010

Origen. Christopher Nolan, 2010. Concentrado de géneros.

"Tristes recuerdos, sed sin embargo bienvenidos...
vosotros sois mi juventud lejana".
El Ejército de las Sombras (1969) del maestro Melville.


Los incondicionales de Nolan no me permiten citar en el mismo párrafo las palabras Origen, Matrix, Dark City, Olvídate de Mí o Misión Imposible. Porque si lo hago me dicen que no he entendido la película y todo eso de que cómo me atrevo a comprarar el cine de Nolan con esas películas y todo aquello de que lo mismo decimos todos los que no tenemos ni idea de cine. Pero el caso es que el otro día mientras veía Origen en la sala de cine me venían proyecciones de Matrix, Dark City, Olvídate de Mí y Misión Imposible, lo mismo que cuando vi Salvar al Soldado Ryan me venían proyecciones de p.e. También somos seres humanos, por citar uno de los miles de ejemplos que podría poner. Es lo que tiene el cine de género.

También me vino al paladar un regustillo, -y fue lo que más me gustó-, de ese mantra clásico del cine negro que nos habla del arquetípico profesional del crimen, -con un oscuro pasado y con trauma personal incluído-, que está convencido de que va a relizar su definitivo, redentor y último trabajo, (El beso de la muerte, Atraco perfecto, La junla de asfalto, El abrazo de la muerte, etc, etc). Un trabajo que sabe que será arriesgado, pero que, si termina exitosamente, le permitirá convertirse en lo que parece ser que todo elemento inadaptado ambiciona en el fondo de su corazón: ser un tío normal como nosotros, con su monótona vida, y su mujercita e hijos esperándole en casa con la cena hecha. Para que luego nos quejemos.

Después de este último trabajito me retiro...

Origen nos cuenta la historia de Dom Cobb (Leo DiCaprio), un obsesionado y atormentado ladrón de guante blanco, -atrapado por su pasado-, que se dedica al espionaje industrial. Su método para cometer sus robos no violentos es el artificio que permite lucir a este thriller con una deslumbrante capa de sci-fi: Cobb se introduce en los sueños de sus víctimas para robarles los secretos que luego vende a sus competidores.
Un último y muy especial encargo le permitirá materializar un recurrente sueño propio (donde sueño = anhelo). Pero para ello necesitará reunir un grupo de expertos en esto del robo de sueños (donde sueño = dormir).

Los Seis de Cobb.

Afortunadamente, los sueños de Nolan no son como los de Lynch y, pese a la aparente complejidad del guión, Christopher Nolan consigue, muy hábilmente, que no nos hagamos la picha un lío y entendamos razonablemente bien lo que se nos quiere contar, pese a que yo sigo viendo a este realizador un poco torpe en el montaje de las escenas de acción.

Total, que en Origen hay dos tramas.

La trama 1 es la espectacular, la blockbuster, la que tiene un montón de escenas que dan para hacer un montón de tráilers, la de los FX, la de Misión Imposible, la de Rififí, o sea, la parte ésa de "éste va as ser el último trabajito antes de retirarme del negocio".
Es una historia muy resultona porque está cortada con patrones de género clásico del cine de atracos, aunque con una interesante vuelta de tuerca en el rol del traidor - eslabón débil - talón de Aquiles que tiene que tener todo grupo de atracadores y planes perfectos que se precien.
En la parte mala de la trama 1 están los secundarios quienes aparecen desdibujados y a trompicones. Como he escrito antes, tiene a su favor que no nos líamos demasiado con ella ni dentro de ella, y Tom Hardy está muy gracioso aligerando con su personaje las cargas de profundidad que nos va lanzando el guión. En esta historia, Nolan nos regala una pelea ingrávida, a lo western, que es lo mejor de toda la película.

Y luego está la trama 2. La bonita, la emotiva, la de Petter Ibetson, la del trauma, (que viene del alemán Traum, sueño), la del sueño que se quiere materializar y la del otro que nunca se materializará, la del amor perdido que no volverá, la del rencor por el amor roto y las promesas incumplidas, la de Olvídate de mí y Más allá de los sueños.
La que me hubiera conmovido si no fuera por el problema que tengo con el cine de Nolan: no me llega, me resulta frío y aséptico.
La trama 2 está peor contada, es reiterativa y no me tocó la fibra. Una pena, porque ésta era la parte llamada a complementar al blockbuster para que Origen arraigara, forever, en nuestros sueños de cine.

Origen no es original, es una película que está bien, (sin más), pero se queda en el limbo de mi cinefilia. No soñaré con ella como sueño con El Ejército de las Sombras o con Olvídate de Mí. O como sueño con mis recuerdos y mis traumas.

La banda sonora de Hans Zimmer es mediocre, cansina, estilo telefilme. Hay un momento interesante que recuerda al de Penderecki de la Isla de Shutter cuando retuerce el leit motiv del film, pero el resto es olvidable.
No soporto el Non, je ne regrette rien, una canción que siempre me ha sacado de quicio, así que no la pongo como ilustración musical del post.

A cambio, otro tema que puede que haga que se os caiga el mito de Mr. Lombreeze, pero es un tema muy bonito, no matter what you say, y viene un poco a cuento, (reconozco mi intención de provocateur al incluírlo en un post de una peli de Nolan).

lunes, 9 de agosto de 2010

Hoy viajamos en el tiempo (hacia atrás).

Ya lo afirmó Karl Marx en 1854:

“Acaso ningún otro país, excepto Turquía, es tan poco conocido y tan mal juzgado por el resto de Europa como lo es España.”

Si es que Karlitos era un fenómeno...

Y ahora otras declaraciones de una mente de nuestra era. Qué claridad, qué buen saber hacer, cómo y cuánto saben. Sobran las palabras... Mirad, mirad aquí.

Un saludo gusano para todos.

domingo, 8 de agosto de 2010

Las Aventuras de Gottfried Rinkley, el inventor del siglo XX. Capítulo II.

Capítulo II. La infancia de Gottfried Rinkley. El nacimiento de la instrucción Rinkley del Word de Office.

Ninguna escuela aceptó en su clase a Gottfried Rinkley. El hecho de no estar bautizado unido a su temprana calvicie le convirtieron en un bicho raro del que todos los niños se burlaban.
Su madre, Elvira Rinkley, era analfabeta, por lo que tuvo que ser su padre Wuttelfraung el encargado de letrar y alfabetizar al pobre muchacho. Elvira, por su parte, le confeccionaba pelucas fabricadas con peladuras de cebolla que su padre conseguía sustraer de los campos del conde de Presbistoffen.

Wuttelfraung padecía de una enfermedad desconocida en aquella época y que actualmente se conoce con el nombre de síndrome de Bellinihaus: los afectados por esta dolencia confunden, al escribir, mayúsculas con minúsculas y vocales con consonantes.
El primer texto de Gottfried, cuando contaba con 5 años de vida, decía: aTLOAPEL oLEEQ: ¡uL EK NIOABABAE! (Querida Madre: ¡Ya sé escribir!).

Es por ello que se considera hoy día a Gottfried Rinkley como el padre de los errores de fijación del bloqueo de mayúsculas de nuestros actuales teclados de máquinas de escribir y PCs que solamente el Word de Office es capaz de corregir gracias, precisamente, a la célebre instrucción Rinkley.

viernes, 6 de agosto de 2010

Nobody understands Mr. Nobody. But we love Fauré.

Había una sección en la revista pronto que se llamaba "qué hubiese sido de mi vida si...". Yo la leía de chiquitín y a lo mejor lo hacía también el director belga Jaco Van Dormael realizador responsable de una película, llamada a convertirse en cinta de culto, titulada Las posibles vidas de Mr. Nobody.

Jaco Van Dormael ha creado una película muy hermosa que no se entiende, o que se entiende a veces sí y a veces no, o que cada uno entiende como quiere entender. Las imágenes son cautivadoras pero la torrencial historia se cuenta de una manera demasiado laberíntica para el que esto escribe y termina por agotar las energías del espectador antes de tiempo. Ayuda a la confusión los cambios de ritmo y los variados estilos narrativos que nos recuerdan a otros directores, lo que no tiene nada de malo.

La impecable factura, (las escenas de tono sci-fi son maravillosas), y la tan emotiva y siempre efectiva moraleja del amor verdadero (¿perdido?) son dos importantes bazas a su favor. Sus imágenes se quedan varios días dando vueltas por la cabezota de alcornoques como yo, pero no estoy seguro de si volveré a verla el día que la emitan en el Plus. Ya veremos.

El caso es que la banda sonora de la película está jalonada de un buen puñado de canciones muy bonitas y de, lo que es más grato para mí, una facilona pero bella selección de hermosísimas piezas de música clásica. El Casta Diva de Bellini y un poquito de Satie conviven con la maravillosísima obra que vamos a escuchar hoy: La Pavana (1887) del compositor francés Gabriel Fauré (1845-1924), uno de los pocos compositores que han conseguido que nos traguemos una misa (su excelente y conocida Misa de Réquiem que adornaba las líneas rojas delgadas de Malick).

Disfruten de la justamente célebre y reconocida Pavana, -una antigua danza española de cortesano ritmo-, del compositor Fauré. Una obra que nació sencilla y clásica y que es indispensable en la musicoteca de cualquier melómano que se precie de serlo.

Me gustan más las versiones rapiditas (6 min.) como ésta:

miércoles, 4 de agosto de 2010

Aragoneses Ilustres: Bigott.

-¿Qué busca en la música?
-No busco nada, ni en la música ni en ninguna otra parte. Lo que hago no sirve para nada en particular, lo hago porque me siento bien haciéndolo. Si además se sacan unas perricas, mejor que mejor. El dinero también me sienta bien.

Estupenda respuesta para una pregunta de semejante calibre.

Bigott es nuestro Gran Lebowski zaragozano. Un tipo muy gracioso como demuestra en sus entrevistas. Se llama Borja Laudo aunque nosotros no se lo tenemos en cuenta. Mi mujer dice que tiene una voz muy sexy y a mí me gustan bastante unas cuantas de sus canciones. Me cruzo con él a menudo por la calle cuando paseo por el barrio. Camina sin dárselas de estrella, lo que demuestra que es un tipo consecuente con la realidad porque de estrella no tiene nada.

Además, nos cae muy bien porque Bigott le dedicó una canción a su - nuestro triste y prematuramente fallecido amigo Sergio Algora en su anterior disco Fin (2009), un trabajo de 25 minutos que tenía una portada muy chula y que está muy bien.

Publicó el pasado abril un nuevo trabajo de cinéfilo título, "This Is The Beginning Of A Beautiful Friendship", siguiendo su propósito woodyalleano de 1 cd por año.

Les pongo un vídeo del youtube para que le compren el disco. A éste sí.

"Dead Mum Walking". Toma juego de palabras.

lunes, 2 de agosto de 2010

Canino (2009). Yorgos Lanthimos.

No suelo traicionar la máxima baziniana aquella de hablar solamente de las películas que me gustan, máxima con la que estoy bastante de acuerdo y que es una parte de nuestro todo hispánico: "no hay mejor desprecio que no hacer aprecio". Pero de vez en cuando no puedo contener la necesidad de proclamar a los cuatro flojitos vientos que soplan desde este blog, mi desacuerdo con la opinión generalizada de algunas películas que me sacan de quicio. Es el caso de Canino del director griego Yorgos Lanthimos.

Canino nos cuenta la historia de un perturbado matrimonio que tiene secuestrados a sus tres hijos en su mansión familiar de difícil acceso de la que solamente sale el padre para ir a trabajar y proveer a la familia de todo lo necesario para la vida diaria. El objetivo de semejante barbaridad es mantener a esos retoños, -que ya están en edad de procrear-, puros y alejados de la barbarie y de las amenazas de nuestra civilización. O sea, un poco el rollo de El Bosque de Night Shyamalan, pero al estilo europeo, esto es, con poca intriga.

Nos vendieron la moto de que Canino era una mezcla de Haneke con Buñuel, pero a mí esta película me parece el reverso tenebroso de un anuncio de compresas, con ese estilo entre lo naíf y lo oligofrénico. Una reducción al absurdo de las manifestaciones pro familia tradicional de la derecha carca de nuestro continente.
Pero de Buñuel no tiene nada, porque las historias de nuestro Luis no tenían moraleja. Y de Haneke tiene lo peor; los silencios y planos innecesariamente largos y estáticos más la provocación fácil.
Mini punto para Lanthimos que ha declarado que no se inspira en ninguno de estos dos directores.

Canino es una modesta producción griega que dicen que tuvo bastante éxito en el pasado Festival de Sitges y que se supone que quiere denunciar o burlarse de la institución familiar clásica y de la sobreprotección de los padres a los hijos de hoy día. Esos nenes a los que se les hace tanto caso y se les mima hasta tal punto, que luego crecen medio tontos y no desarrollan la personalidad y los recursos necesarios con los que enfrentarse al mundo real. Una supuesta irónica y crítica mirada a los talibanes de la familia tradicional.

Para mostrarnos esto, su director rodó una fábula de atmósfera enfermiza y supuestos toques de humor negro que a mí no me hicieron ni pizca de gracia y me dieron bastante vergüenza ajena. Una metáfora demasiado evidente y fácil que los más inteligentes extrapolan a una crítica a las dictaduras y todo eso, y que a los súper inteligentes les recuerda al mito de la caverna de Platón, que es el mito más socorrido de la filosofía europea.

Creo recordar que todos los actores salen en pelotas en algún momento de la historia. El toque provocativo lo pone el incesto, un gato despedazado con unas tijeras de podar, un ataque ultraviolento por sorpresa y fuera de cámara estilo hanekero y alguna tontada más que huele a pose.
O sea, una presunta modernez de factura bastante poco novedosa que no sé si mira hacia el cine de Jacques Tati. Eso le honraría.

Todo lo contrario que yo opina Alfie aquí.

Como una entrada mía sin vídeo parece como que no es del todo mía y Canino no me ha gustado un pelo, les pongo un vídeo de otra manera de burlarse de la familia tradicional. La manera de Jacques Tati.

domingo, 1 de agosto de 2010

Las Aventuras de Gottfried Rinkley, el inventor del siglo XX. Capítulo I.

Capítulo I: El nacimiento de Gottfried Rinkley.

Wuttelfraung Rinkley no estaba para muchos trotes aquella noche. Había estado trabajando de sol a sol recolectando cebollas en los terrenos del Conde de Presbistoffen, lo mismo que llevaba haciendo los últimos 25 años de su miserable y servil existencia. Wuttelfraung Rinkley soñaba con escapar algún día de aquel lugar y dedicarse en cuerpo y alma a su verdadera vocación: la recolección de ajos. Una manera mucho más noble de ganarse la vida según sus profundas convicciones religiosas.

Su esposa, Elvira Rinkley, encontró sin embargo el atardecer de aquel día especialmente hermoso y sensual, y cuando su marido llegó a casa, no se lo pensó dos veces y tardó menos de dos horas en quitarse las sucesivas capas de ropa que ocultaban su todavía mórbido cuerpo, (siempre había sido de apariencia mórbida, desde chiquitina). Esta imagen de despoje de capas y capas de telas y refajos resultaba a Wuttelfraung especialmente poco atractiva. Le recordaba demasiado a las cebollas y a su odioso trabajo. "Con lo fácil que es pelar ajos", se lamentaba en silencio. Pero sabía que poco podía hacer contra las calenturas de Elvira y, resignado, se sentó en su banqueta de anea a esperar que la desnudez de su esposa fuera completa para posterioremente cubrirla cristianamente lo mejor y más rápido posible. Solamente pudo cumplir la mitad de sus propósitos: el asunto acabó rápido.

Nueve meses después nacía un pequeño de aspecto enfermizo que provocó el asombro de toda la comarca por su larga cabellera rubia. "Este niño mutará a pelirrojo antes de que vuelvan las cigüeñas", sentenció Alcestes Loringen, el anciano más sabio del lugar. "Pero Alcestes, nunca hemos visto una cigüeña en estas tierras", respondió Golond Vielgoff, médico de la comarca. "¡A pelirrojo!...", gritó el anciano mientras se alejaba lentamente dando el que sería su último paseo antes de arrojarse por el barranco de Medialuna.

El día del bautizo en la iglesia de Santa María de Buenaesperanza, el pelo del pequeño Gottfried mutó a rojo ante el asombro de todos los asistentes para, inmediatamente después, desprenderse totalmente de su cabezota quedando para siempre calvo. Los rojos cabellos del infante tiñeron de un intenso color carmesí el agua sacra de la pila baustimal confiriéndole un aspecto demoníaco.
Fray Thomas de Hannover decidió entonces no bautizar al joven Gottfried quien había demostrado con ese acto contra natura no ser merecedor de la gracia divina. "¡Llevaos a este engendro!", gritó fuera de sí.
- Pero padre, ¿qué nombre le ponemos?, - preguntó compungida y desconsolada la mórbida Elvira.
- Gottfried, lo mismo que el gran Leibniz.

"Mi hijo está llamado a hacer grandes cosas", pensó Wuttelfraung Rinkley justo antes de caer desmayado sobre su propio vómito víctima de una intoxicación etílica de 3er. grado.

LinkWithin

Related Posts with Thumbnails